Miguel Moreira y Tania Chila llegaron a vivir a Monte Sinaí hace ocho años. Él nació en Chone y ella creció en Guayaquil, luego de que sus padres migraron de Balzar. Ambas familias buscaban oportunidades, ya que la vida en el campo no les dejaba buenos réditos.

La pareja vive en una casa contigua a la de sus padres, en la cooperativa Voluntad de Dios en Monte Sinaí. “La mayoría ha venido a buscar mejor futuro”, dice Chila, que sostiene a sus dos hijos con los ingresos que consigue su esposo en una empacadora de mariscos.

Historias similares, de familias que llegaron de cantones y provincias próximas a Guayaquil, se replican en Monte Sinaí, sector del noroeste que acogió una importante migración interna en los últimos años y que en esta década se ha tratado de regularizar y controlar.

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Karina y Jessica Chóez, hermanas oriundas de Paján (Manabí), llegaron a la ciudad para estudiar y tener un mejor futuro laboral hace seis años.

Unos apuntan a que allí viven unas 250.000 personas, aunque hay quienes hablan de una cifra mayor, que ha incidido en el crecimiento de Guayaquil.

Una proyección del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) refiere que Guayaquil habría terminado el 2018 con 2’671.801 habitantes, es decir, 231.248 más que los contabilizados en el 2010.

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Y aunque esa cifra supone un crecimiento del 9,47% en ese periodo, el número de habitantes que refleja esa proyección ya no mantiene a Guayaquil como el mayor cantón del Ecuador.

Según el dato proyectado del INEC, Quito con 2’690.150 habitantes superó a Guayaquil en el 2018. Es decir, en Quito habitarían 18.349 más personas que en Guayaquil.

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El INEC refiere que esa proyección incluye la población del cantón como tal, es decir, con las parroquias que son parte de la ciudad y que pueden influir en el crecimiento poblacional.

¿Qué factores inciden para que Quito haya reportado este crecimiento? El Instituto indica que una de las características de las grandes urbes es la de atracción de población, es decir, “existen flujos migratorios internos importantes hacia estos territorios”.

Pero el escenario que plantea esa proyección ha generado diversas reacciones. Gaitán Villavicencio, sociólogo e investigador, considera que la metodología usada por el INEC no está clara y solo un nuevo censo determinará un escenario real de la población de cada ciudad.

“El problema de una estimación es que mientras más se la proyecte en un plazo, más se pone errática”, dice.

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Según cálculos que maneja Villavicencio, considerando el método de los mínimos cuadrados (técnica de análisis), Guayaquil aún tiene un crecimiento que la pone como la más grande del país.

El INEC señala que la metodología aplicada para el cálculos de las estimaciones de proyecciones de población es a partir del uso de componentes demográficos (mortalidad, fecundidad y migración) que influyen directamente en los montos y estructura de la población.

Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal, cree que Quito no ha crecido más que Guayaquil, sino que esta última ciudad ha tenido un crecimiento horizontal, con una expansión que ha pasado a cantones vecinos como Durán, Daule, Samborondón.

Dice que aunque estos cantones son distintos funcionan como una ciudad integrada. “Si uno suma estos cantones ve que Guayaquil sigue siendo la ciudad más grande”, señala.

Esos cantones, donde se han desarrollado urbanizaciones, suman 558.205 habitantes hasta el 2018, según el INEC.

Jaime Rumbea, asesor del sector inmobiliario, coincide con el criterio de Acosta y señala que ninguna gran metrópoli se entiende sola, sino con toda su población circundante. “Cuando se considera eso (los cantones vecinos), las diferencias se disparan”, manifiesta.

Entonces, ¿cómo explicar el crecimiento de Quito que reflejan las cifras del INEC? Los especialistas creen que más por aumento de la natalidad habría que ver si allí hubo una movilización interna empujada, por ejemplo, por factores como el aumento de la burocracia.

Acosta recuerda que en la última década, en el Gobierno anterior, la expansión del sector público fue importante. “La burocracia pasó de alrededor de 300.000 a 600.000, mucho de eso se concentró en Quito...”.

Marcela Blacio, catedrática en diseño y urbanismo de la Universidad de Guayaquil, señala que a más de factores económicos que podrían atraer a la población también se debe ver el componente de migración internacional.

En este sentido, Blacio dice que muchos colombianos arribaron especialmente a la Sierra huyendo de la guerrilla y, por otro lado, hay una corriente de cubanos y venezolanos que también llegó. (I)

Las cifras poblacionales inciden en reparto de recursos a las ciudades

Las rentas estatales que recibe una ciudad tienen relación con el factor poblacional. El sociólogo Gaitán Villavicencio explica que un cambio en la población trae implicaciones en términos operativos con el manejo de la política fiscal a partir de la distribución población-territorio.

Por ello, el próximo censo poblacional que sería en el 2020, diez años después del último, traerá definiciones en esta materia.

Actualmente para fijar las asignaciones para las ciudades se usa una población ponderada. El ejercicio toma en cuenta la proyección poblacional de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo del Ecuador (Senplades), tanto la urbana y rural. Y esta última cifra se multipla por 1.2, según una explicación del asambleísta porteño (Madera de Guerrero-PSC) Henry Kronfle.

Así, por ejemplo, en el 2018 la población urbana de Guayaquil se estimó en 2’534.734 habitantes y la rural en 79.421. Al multiplicar esta última población por 1.2 pasó a 95.089, por lo que el total pasó a 2’629.823.

Considerando esta misma mecánica, la población total de Quito se estimó en 2’741.110 habitantes, es decir, un 4,23% más que la de Guayaquil.

La variación de la población que se usó para la asignación de recursos comparada con la cifra del censo del 2010 establece una diferencia de población del 12% para Guayaquil y 22% para Quito. En ese mayor aumento incidió la cifra de la población rural (ver gráfico).

Kronfle señala que conoce que el Municipio de Guayaquil pedirá una revisión a ese mecanismo usado para la asignación de recursos.

Pero, ¿cuánto representan los recursos que vienen del Estado dentro del presupuesto que maneja el Municipio?

Según datos del Municipio de Guayaquil que se reflejan en un informe de rendición de cuentas, las rentas de la ciudad que se cobran a través del Estado representan algo por encima del 30% del total del presupuesto total.

En el 2017, por ejemplo, los ingresos de ley a través del Estado representaron un 34,53% del presupuesto, de los $ 741 millones que manejó ese año.

Enrique Campuzano, subdirector financiero municipal, acotó que los ingresos de ley a través del Estado representaron el mismo porcentaje (34,5%) para el presupuesto 2018 y el 2019 que está prorrogado. (I)