La selecci�n, con s�lo cuatro campeones en los 'onces' finalistas, ya no explica el �xito
Cuatro claves de la excelencia: las finanzas de los grandes, el liderazgo de Simeone, la 'excepci�n' sevillista y los milagros 'humildes'
Los descre�dos mantienen sus argumentos, �Qu� bien organizada est� la Premier! �Cu�nto piensa la Bundesliga en el aficionado!, y merecen ser escuchados, y tienen parte de raz�n, pero la definici�n es innegable: la Liga es, en efecto, la mejor liga del mundo. Repitan esta frase: el 18 de mayo, en el St. Jakob Park de Basilea, a las 20:45 horas, el Sevilla disputar� la final de la Europa League y el 28 de mayo, en el Giuseppe Meazza de Mil�n, a las 20:45 horas, Real Madrid y Atl�tico jugar�n la final de la Champions.
Un hito casi monop�lico, tres de cuatro, que Espa�a ya alcanz� con id�nticos protagonistas dos temporadas atr�s, con el Benfica como extra�o, como ahora el Livepool, y que s�lo el Calcio de los a�os noventa hab�a conseguido.
Entonces, eso s�, los formatos eran otros. Desde que en 2000 las competiciones europeas se convirtieron en lo que son, es decir, quedaron reducidas a dos y se aceptaron m�ltiples inscritos por pa�s, el dominio patrio es tajante y exhibe estad�sticas: 14 de los �ltimos 30 t�tulos han sido espa�oles (Inglaterra sigue con seis); tambi�n 23 de las �ltimas 68 plazas de finalistas (Inglaterra suma 11); cuando acabe este mes se habr�n celebrado cinco finales nacionales (como mucho, otros pa�ses disfrutaron de una); s�lo en cuatro temporadas Espa�a se qued� sin finalistas...
Un paradigma tan manifiesto que merecer�a una explicaci�n rotunda, pero que, en realidad, no la tiene. En muchas ocasiones, el �xito pret�rito de la selecci�n se consider� porqu�, pero con s�lo cuatro campeones titulares en los conjuntos finalistas (Sergio Ramos, Juanfran Torres, Fernando Torres y Fernando Llorente) es dif�cil mantener su importancia. Ser�a m�s acertado hablar de un c�mulo de razones, desde la envergadura de los dos grandes hasta la aparici�n de proyectos tan humildes como dispares pasando por los casos de Atl�tico o Sevilla. Por partes.
La solidez de los grandes
Si la supremac�a es incuestionable, m�s lo es la relevancia de Real Madrid y Barcelona en la misma. Pese a algunos problemas estructurales (la deuda, l�os presidenciales), el tama�o de sus presupuestos y la coincidencia de jugadores extraordinarios les obligan a alcanzar una final de Champions cada tres o cuatro a�os y, hasta ahora, lo han conseguido: desde 2000, entre ambos han disputado ocho finales (cuatro y cuatro), siempre con victoria. En este ciclo, no hay ning�n pa�s que se acerque a sus siete t�tulos (Inglaterra e Italia suman tres) y, adem�s, si se observa una tendencia, �sta es creciente: con cuatro trofeos de los �ltimos siete (que pueden ser cinco de ocho) se antoja complicado que su presencia se interrumpa.
Simeone y el modelo del Sevilla
Deber�n seguir peleando contra ellos los atrevidos que busquen gloria, entre ellos, claro, el Atl�tico. Su caso es curioso: el curso que la UEFA decidi� modificar sus competiciones baj� a Segunda. Hasta 2007, de hecho, no regres� a Europa, pero su progreso desde entonces es inmejorable. Tras cierto pacto con el diablo (los fondos de inversi�n) y la llegada de un l�der, Diego Simeone, su notoriedad demuestra lo heterog�neo del predominio espa�ol: con su estilo alejado del toque de la selecci�n ha logrado dos t�tulos de Europa League y dos presencias en finales de la Champions.
La �nica cercan�a con un club patrio es la adopci�n de un modelo (comprar barato, vender caro) que el Sevilla lleva perfeccionando m�s de una d�cada. Desde que Ram�n Rodr�guez Monchi se encarga de su direcci�n deportiva, la entidad ha acumulado aciertos constantes en su pol�tica de fichajes y ha ganado cuatro veces (que ahora pueden ser cinco) la segunda competici�n continental.
Los milagros humildes desde el banquillo
Es el ejemplo para muchos clubes que, aunque hayan alcanzado su nivel en alg�n momento, lastrados por el reparto desigual de los ingresos televisivos nunca han logrado su regularidad. En estos a�os, la Copa de la UEFA/Europa League ha observado milagros espa�oles basados en una labor singular desde el banquillo y la firme convicci�n en ella de los jugadores: el Alav�s que cay� ante el Liverpool en un incre�ble encuentro en 2001; el Valencia campe�n en 2004 ante el Olympique de Marsella; el Espanyol que perdi� en los penaltis ante el Sevilla en 2007; y el Athletic finalista ante el Atl�tico en 2012 en Bucarest. El Villarreal se pudo convertir este jueves en el noveno equipo patrio capaz, pero, pese a su desdicha, la definici�n sigue siendo innegable: la Liga es, en efecto, la mejor liga del mundo.