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Museo de Cultura Ainu de Nibutani 平取町立二風谷アイヌ文

2020, MUSEO DE CULTURA AINU DE NIBUTANI (平取町立二風谷アイヌ文化博物館)

Ensayo sobre el MUSEO DE CULTURA AINU DE NIBUTANI (平取町立二風谷アイヌ文化博物館) escrito para la asignatura de Museología Antropológica en el grado de Antropología Social y Cultural de la Universidad de Sevilla (US). Se centra más en la representación del pueblo ainu que en el propio museo y su paisaje cultural.

2020 Universidad de Sevilla, Facultad de Geografía e Historia, Grado en Antropología Social y Cultural. Fernando Pachón Cárdeno. [MUSEO DE CULTURA AINU DE NIBUTANI (平取町立二 風谷アイヌ文化博物館)] Ensayo para la asignatura de Museología Antropológica. 2 Tabla de contenido INTRODUCCIÓN. ...........................................................................................................................3 Alguna aclaración para empezar. .............................................................................................3 ¿Por qué este museo? Posibles aportaciones y motivos personales. .......................................3 Marco teórico. ..........................................................................................................................6 ESTUDIO DE CASO: NIBUTANI AINU CULTURE MUSEUM (BIRATORI, HOKKAIDO, JAPÓN). 平取 町立二風谷アイヌ文化博物館 ..................................................................................................7 El museo y su ambiente. ..........................................................................................................7 La exposición en profundidad y cuestiones problemáticas. ...................................................11 Palabras finales. .....................................................................................................................15 BIBLIOGRAFÍA Y MATERIALES. ....................................................................................................16 Bibliografía. ............................................................................................................................16 Noticias. .................................................................................................................................16 Materiales audiovisuales. .......................................................................................................17 3 INTRODUCCIÓN. Alguna aclaración para empezar. He decidido poner la escritura japonesa en kanji (sinogramas) de algunos nombres importantes que rodean a la historia de los ainu. En tiempos precoloniales este pueblo no poseía un sistema de escritura que fijase las palabras, relatos y vivencias así como cosmovisiones e ideologías. Con la colonización, a la vez que la occidentalización de Japón, se propuso dotar de algún sistema de fijación a la lengua ainu. Aunque al principio se propuso usar el alfabeto romano, pues había muchos misioneros europeos en comunidades ainu, finalmente se decidió usar el katakana, uno de los silabarios con los que se puede escribir el japonés aunque con algunas modificaciones. Para los conceptos escritos en japonés se indicará que están escritos en este idioma y con alguno de sus sistemas de escritura, al igual que para las palabras escritas en ainu que a veces refieren al mismo objeto. Si no hay indicación se dará por hecho que está en ainu. Más allá de cuestiones lingüísticas y de forma, cualquier corrección, comentario, aportación o crítica a este ensayo será bienvenida. ¿Por qué este museo? Posibles aportaciones y motivos personales. Japón es un país que se presenta a sí mismo ante el mundo como una nación culturalmente homogénea y así es entendido por la gran mayoría de personas tanto fuera como dentro del archipiélago. Sin embargo, esta homogeneidad está lejos de ser real y forma parte del relato nacional urdid, al menos, desde el siglo XIX cuando las teorías racistas pseudocientíficas arraigaron en un país que por entonces empezaba a occidentalizarse en todos sus ámbitos. En Japón conviven varias etnias aparte de aquellos grupos que por fenómenos migratorios comunes de nuestro siglo se asientan y viven allí. Hablamos de los ainu1 (アイヌ) e indígenas de Okinawa o rykyuenses, pueblos indígenas que llevan siglos asentados en unos territorios que hoy se consideran como parte integral de la nación japonesa. Los ainu de Hokkaido (北海 道 en japonés) (Ainu Moshir (アイヌモシリ)fig.1, La tierra de los seres humanos 2), la isla más septentrional del archipiélago nipón, son los que nos atañen con este trabajo. Este pueblo cuenta con su propia historia, lengua, religión, arte, etc; en fin, con sus propias maneras de relacionarse, con su propia cultura. Pese a que históricamente no fue un pueblo aislado y siempre tuvo contactos con los japoneses y otros pueblos del entorno, su territorio fue objeto de colonización desde el siglo XIX primero como marca militar contra posibles enemigos y luego como parte de la carrera imperial que buscaba equiparar Japón a las potencias 1 También llamados en ocasiones utari (ウタリ), palabra ainu que significa “compañero, camarada”. La palabra ainu significa “ser humano, persona” en su propia lengua. En el marco de las relaciones interétnicas y coloniales pasó a connotar un antropónimo para el propio pueblo como hoy son nuestros gentilicios y nacionalidades. El Ainu Moshir comprendía, además de Hokkaido, las Islas Kuriles (Rusia, disputadas con Japón), la isla de Sajalín (Rusia, anteriormente divida entre Japón y Rusia) y, muy antiguamente, el norte de Honshu, la isla principal de Japón. Históricamente también existieron enclaves en la península rusa de Kamchatka y en la cuenca del Amur. 2 4 occidentales de la época. Conjuntamente al proceso de adquisición territorial y establecimiento de una autoridad ajena y estatal, también se llevó a cabo un proceso de profunda aculturación y posterior integración del pueblo ainu. A diferencia de otros procesos coloniales, en Hokkaido no se recurrió legalmente a la violencia (aunque sí hubo mucha permisividad para con los actos violentos generalizados de los colonos) y se buscó el debilitamiento de las relaciones sociales ainu y la disolución de la cultura a través de mecanismos económicos y un paternalismo legal. Así, en pocos años la mayoría de los ainu podrían considerarse como integrados pero el recuerdo y la vinculación con el pasado así como la conservación de varios rasgos culturales convirtieron a este pueblo en un grupo estigmatizado, racializado y empobrecido, aunque poco combativo. Mapa aproximado del Ainu Moshir (fig.1). Extraída de https://www.ainu-assn.or.jp/english/begin.html Habría que esperar hasta la década de los 60 y los 70 para ver la formación de movimientos políticos ainu que reivindicasen su dignidad e igualdad desde el marco del indigenismo. Ya existían organizaciones y movimientos de antes pero operaban en un marco donde los ainu eran representados como un grupo desfavorecido pero no por las relaciones coloniales y su carácter de pueblo indígena, es más, algunos grupos advocaban por la plena integración. El gobierno japonés nunca fue ajeno a la cuestión ainu y, de diversas maneras, la aculturación la más común, intentó atajarlo de manera silenciosa pues para la mayoría de los japoneses los ainu ni existían. Sin embargo, décadas de lucha y reivindicación hicieron imposible las estrategias asimilacionistas del gobierno central y, a medida que se acercaba el nuevo milenio, se tuvo que aceptar sí o sí, al menos, la existencia y valor de la cultura ainu. Y llegamos al pasado año 2019 cuando tras mucho pelear por fin la Dieta de Japón aprobó y ratificó una ley que reconocía a los ainu como pueblo indígena, un reconocimiento que llevaban décadas esperando y por fin se les otorgaba y ampliaba nuevos horizontes para la protección del pueblo y su cultura, algo que no se veía desde la derogación de la Ley de Protección de los Antiguos Aborígenes (1899) en 1996, la ley que formalizó legalmente un marco para el trato hacia los ainu durante la colonización. Se promulgó una nueva ley que sería sustituida después de más de 20 años por la nueva ley en la que se incluye la declaración como 5 pueblo indígena anteriormente mencionada. Sin embargo, los ainu no se muestran del todo contentos por los pasos dados por la administración japonesa que, aunque en la buena dirección, sigue teniendo un claro cariz paternalista, no garantiza todos los derechos a los que según la ONU están sujetos los pueblos indígenas y, además, patrimonializa y fosiliza la cultura ainu como una especie de atracción turística mientras en el plano de la vida cotidiana y social de fondo los ainu siguen sufriendo una acusada discriminación. Creo que ante esta nueva situación es interesante seguir los movimientos de la lucha del pueblo ainu y su pulso con la administración en alianza con los aspectos más reaccionarios de la cultura nipona. Desde la Antropología es más que interesante y útil el estudio de la situación en el ámbito de los estudios poscoloniales pues reactiva debates sobre la naturaleza de las colonizaciones, los propios Estados y las relaciones interculturales así como dar la oportunidad no solo de cuestionar y rebatir sino también de construir proponiendo ópticas y herramientas que pongan en el centro las cuestiones de la diversidad, la pluriculturalidad y los modelos alternativos a los Estados-nación así como a los relatos modernos sobre la construcción de estos. Y desde la museología en particular se abren también nuevos horizontes porque ante la promesa de protección y promoción de la cultura ainu se ponen en marcha proyectos de carácter museístico que en su construcción necesitarán de alternativas al museo etnográfico clásico ya que se trata de la apreciación de un pueblo vivo que lucha y que está en comunicación con su propia otredad así como en un constante juego de integración, separación y exclusión. Abre también la oportunidad de estudiar y cuestionar cómo se ha construido la imagen del pueblo ainu desde la hegemonía nipona sobre todo en el ámbito de los museos y exposiciones que han tenido a este grupo como objeto de estudio desde los inicios de la colonización hasta hoy. Personalmente, he elegido tratar este museo porque la cuestión ainu es una en la que llevo interesado un tiempo además de los estudios sobre Japón en particular(lo que se ha venido llamando japonología) y en eso que llamamos Asia Oriental en general. Mi tendencia izquierdista y anarquista, así como la propia trayectoria académica, me ha llevado a prestar atención a los pueblos catalogados como indígenas o nativos desde un marco que se centra en su aspecto de sociedades sin Estado y jerarquías débiles o nulas así como en la contacto y articulación con otras sociedades y culturas, muchas veces radicalmente diferentes en su organización social como pueden ser los imperios coloniales o los Estados multiétnicos (técnicamente todos). Todo esto me llevó a echar un ojo a los pueblos de la cuenca del Amur y el mar de Ojotsk, entre los que se encuentran los ainu. Además, desde chico siempre me ha apasionado la prehistoria (la historia en general) y creo que estos pueblos, los que antaño se llamaron “primitivos”, “salvajes”, “bárbaros”, pueden esclarecernos aspectos sobre la organización social, vida y filosofía que pudieron tener los pueblos del pasado prehistórico al estudiarse desde la perspectiva antropológica a la luz de las hipótesis formuladas por la arqueología a través de la cultura material encontrada en diversos yacimientos de distintos horizontes culturales prehistóricos que parecen asemejarse, salvando la distancia, a esa otredad “salvaje” tan denostada pero que puede servirnos como ejemplo en la construcción de un mundo alternativo más respetuoso, horizontal, libre e igual. 6 Marco teórico. Este museo es uno de nuevo construcción completamente en los años 90. Su planificación se contextualiza en un ambiente en el que domina la corriente de la Nueva Museología. Esta corriente, surgida en los años 70 y 80 en Francia, cuyos renovadores fueron Georges-Henri Rivière y Hugues de Varine. En otros países también surgieron voces que ayudaron a asentar la nueva corriente como Peter Vergo en Gran Bretaña y Pierre Mayrand en Canadá. Stanislav Adotevi también fue una figura central que abrió el debate sobre la museología y la museografía en el ICOM en los años 70. Esta corriente se encuadra dentro de las críticas al statu quo tanto intelectual-académico tanto como social que los movimientos contraculturales alrededor del Mayo del 68 generalizaron en todos los ámbitos del conocimiento. Así, la discusión museológica apuntará hacia la revisión del museo clásico, paradigma de la modernidad en el desarrollo de los museos. La institución museística sufre profundas transformaciones que afecta de manera notable a los museos antropológicos, tipología a la que se adscribe nuestro estudio de caso. Estas son algunas de las transformaciones:        La contextualización de la obra y exposición pasa a ser una preocupación central. A su vez, los objetos deben ser “desfosilizados”, entendiendo que no pueden, de manera autónoma, conformar una visión total y completa de una cultura. El tipo de objetos potencialmente musealizables aumenta considerablemente. Fin de la hegemonía del museo repositorio. Se transforma en un centro de conservación, investigación y difusión. Surgen nuevas tipologías de museos como el ecomuseo centradas en la apreciación integral y viva del objeto/sujeto de exposición. Giro holístico del museo. Se pone en valor la interdisciplinariedad y se reacciona ante el positivismo. Giro didáctico. Se entiende el museo como una institución con un deber cívico, el de ilustrar al pueblo. A su vez, se intenta acomodar al este, tratando que el espacio sea cálido y amable para el visitante y su conocimiento accesible para todos. Con la llegada del nuevo milenio el museo obtiene un marcado cariz de atracción turística tanto nacional como internacional. Aunque el objetivo es mantener el equilibrio entre la faceta didáctica y la faceta de atracción, la verdad es que se trata de un equilibrio difícil de conseguir y no es raro que sobre museos, sobre todo antropológicos, caigan críticas en la línea de tratar la cultura como una atracción, de valorizarla como medio de obtener ganancias más que algo con valor por sí mismo. En la cuestión ainu, tanto actualmente como en los 90, este conflicto tiene especial relevancia sobre todo de cara a la estrategia de soft power japonés y el boom turístico esperado para las próximas Olimpiadas de Tokyo. Respecto a la cultura ainu, el sistema museológico japonés no le prestó gran atención hasta los 70-80 donde proliferaron exposiciones temporales por varios museos. Hoy día casi todos los museos sobre cultura ainu se encuentran en Hokkaido y el norte de Honshu3 (本州 en japonés), albergando los museos del resto del territorio nacional algunas exposiciones temporales. Sin embargo, este problema no es concreto del museo japonés, sino que se 3 Los museos dedicados a este pueblo se encuentran en el territorio ancestral dentro de los límites actuales de Japón. 7 extiende a la fundación de los museos antropológicos en el Occidente de los imperialismos y nacionalismos: responde a una visión de origen colonial (en concreto de la era Meiji (明治時代 en japonés), con influencias occidentales) donde los pueblos indígenas se ven como esa imagen “viva” de la prehistoria a la vez que como un conjunto cultural perfectamente integrado, armonioso, flotando sobre el tiempo sin que le afecte. Es, al fin y al cabo, una visión producto del etnocentrismo. Observamos que el museo de la Nueva Museología es una respuesta frontal al museo clásico entendido como el museo de las élites, poco accesible y con serias carencias sobre la apreciación de las obras como parte de un todo, un museo que era poco más un inventario de nombres y datos aislados. Las décadas de los 70 y los 80 supusieron un giro radical en la museología, en varios sentidos, pues no solo se hacen cambios drásticos en cómo pensar las instituciones museísticas y su relación para con el resto de la sociedad sino que también se convierten en centros a partir de los cuales democratizar el conocimiento y arrebatarlo de las manos muertas de las élites ilustradas para nivelar las clases y avanzar hacia la igualdad a través del saber, un objetivo que aunque parezca muy del 68 y posmoderno forma parte de los proyectos de la Ilustración más radicales y socialistas. ESTUDIO DE CASO: NIBUTANI AINU CULTURE MUSEUM (BIRATORI, HOKKAIDO, JAPÓN). 平取町立二風谷アイヌ文化博物館 El museo y su ambiente. El museo se abrió en 1992, un año antes del Año Internacional de las poblaciones Indígenas del Mundo propuesto por la ONU. Se edificó en el distrito de Nibutani ( 二風谷 en japonés/ニプ タニ en ainu) en la ciudad de Biratori (平取町 en japonés/ピラ・ウトゥル en ainu), en la prefectura de Hokkaido, distrito con la mayor concentración, un 70%, de población ainu de todo Japón. Este museo fue pensado como algo más que un espacio de conservación y exposición, se pensó como un espacio de uso social y un lugar donde apreciar la cultura ainu de forma integral y tratada de un modo en el que se hiciese hincapié en que tiene valor por sí misma y que es una cultura viva. El museo cumple con algunas características de las instituciones pensadas en la Nueva Museología como ser un espacio didáctico y de investigación así como un lugar en el que se representa la cultura viva y se busca la intervención de la comunidad. 8 Plano del museo (fig. 2). Extraído de la web http://www.town.biratori.hokkaido.jp/biratori/nibutani/about/inside/ Fijándonos en la distribución espacial del museo (fig.2) podemos fijarnos en estos aspectos nombrados: la distribución es radial con un espacio central claro. La parte superior (respecto al mapa) sería la exposición permanente de objetos propiamente dicha, dedicada a la exhibición y apreciación de distintos aspectos de la vida tradicional ainu (vida cotidiana, mitología, aprovechamiento de recursos y artes plásticas) mientras que la inferior se dedica una buena parte a lo institucional (la oficina, office, y el despacho del conservador, curator’s office) y lo científico, con una sala de investigaciones (research room), una audiovisual que hace de una especie de archivo (audio visual room) y un laboratorio (lab). El plano también nos revela cómo se ha entendido la cultura ainu en el museo. Lo primero y más importante es el aspecto de la cultura oral pues esta ha sido históricamente una sociedad ágrafa, convencionalmente hablando, donde saberes y cosmovisones se producían y reproducían a través de la oralidad de distintos modos, en público o en privado, en conversaciones informales o despliegues de oratoria y memoria altamente ritualizados. Así, el centro lo ocupa un “salón para la literatura oral” (Salon for oral literature). La introducción de sistemas de escritura (el japonés) fue uno de los mecanismos del Estado japonés para lograr la aculturación e integración durante la colonización de la isla de Hokkaido. Aparte de la oralidad, las danzas y cantos forman parte importante de esta misma producción y reproducción ritual y cotidiana, por lo que existe un escenario (stage) para la apreciación de los aspectos más performartivos de estos fenómenos. Un aspecto curioso que le han dado al Salon for oral literature es, al menos según el panfleto informativo, es que sirva también como espacio para 9 que los visitantes se sienten a hablar sobre la exposición. Creo que este es un detalle interesan te que le da un pequeño giro de tuerca al ecomuseo al preocuparse sobre la participación horizontal pero ya no solo desde la comunidad sino desde la interacción social más simple entre los “foráneos”. Igual que la oralidad dentro de aldeas y tribus entre los ainu fue una herramienta de producción y reproducción de debates, de inicio y resolución de conflictos también, el museo apuesta por esta oralidad constructiva entre los visitantes en espacios concretos como si quisieran evocar la tradición del charanke, la construcción de un diálogo intercultural e intracultural. Las salas de la exposición dedicados a distintos aspectos de la cultura ainu están separadas en el plano pero mirando fotos del interior del museo4 (figs. 3, 4, 5 y 6) se puede observar que esa división es parcial pues realmente las salas se comunican entre sí, y todas ellas con el espacio central, de manera abierta con pocas barreras. Esta disposición ayuda a observar y comprender la cultura ainu como algo integrado y coherente en lugar de unas cuantas listas de ítems en varias esferas separadas como si se tratase de una exposición arqueológica sobre pueblos primitivos. En el plano social y comunitario propuesto por la Nueva Museología, el museo organiza actividades relativas a la cultura ainu como conciertos, cuentacuentos, talleres de artesanía, de costura, y de lengua ainu entre otras. Estas actividades están dirigidas a múltiples grupos de personas: visitantes locales, de otras partes de Japón y turistas extranjeros, así como a escolares. Pero también se piensan para los propios ainudescendientes de la zona que, además de participar como alumnos y visitantes, también dirigen las propias actividades. Se integra a la comunidad local en la vida del museo como a su vez el museo sirve de herramienta para cohesionar a la comunidad local y, concretamente en este caso, trata de volver a dotar de dignidad y valor a las comunidades ainu y su cultura tan vejadas durante la colonización. En ocasiones algunas de estas actividades organizadas o coordinadas por el museo funcionan como espacios seguros. Sin embargo, aunque las autoridades japonesas se muestran bienintencionadas y, tanto en los 90 como actualmente, dicen trabajar en un marco respetuoso para con los indígenas, los museos y otras iniciativas oficiales sobre cultura ainu siguen arrastrando taras significativas. Lo veremos más adelante. Fig. 3. Extraída de la web de la ciudad de Biratori http://www.town.biratori.hokkaido.jp/kankou/bunka/bunka1/ 4 Como se comprenderá no he podido visitarlo personalmente. 10 Fig. 4. Extraída de la web de la ciudad de Biratori http://www.town.biratori.hokkaido.jp/kankou/bunka/bunka1/ Fig. 5. Extraída de https://www.jalan.net/kankou/spt_01602cc3290033307/ Fig. 6. Extraída de https://heart.taxi/sightseeing/area-hidaka-erimo/nibutani-ainu-culture-museum/ La orientación hacia algo nuevo, hacia la Nueva Museología, de nuestro museo se ve más claramente cuando vemos más allá del propio edificio y su colección y nos fijamos en su ambiente, en su contexto. El museo forma parte de un espacio mayor en la ciudad de Biratori donde se concentran otros centros dedicados a la preservación y estudio de la cultura tradicional del pueblo ainu como: Kayano Shigeru5 Nibutani Ainu Museum (colección privada), el Museo de Historia del Río Saru y el Centro de Información sobre Cultura Ainu de Biratori. Cerca del museo se habilitó, en 2011, la Nibutani Ainu takumi no michi (calle de los artesanos ainu de Nibutan, 二風谷アイヌ匠の道 en japonés), un pequeño espacio dedicado a la producción y apreciación de las artesanías ainu. También dentro del recinto del museo se encuentra la reproducción al aire libre de varias cise (チセ, casas tradicionales ainu) que forman un kotan ( コ タ ン , asentamiento tradicional ainu), aunque esta iniciativa de reconstrucción comenzó dos décadas antes de la existencia del museo. Esto permite la 5 Kayano Shigeru (萱野 茂 en japonés) (1926-2006) fue un activista, político y escritor ainu nacido en el mismo distrito de Nibutani. Fue una figura central en la significación del movimiento ainu como movimiento de lucha y resistencia indígena. También fue el primer ainu en ser miembro de la Dieta japonesa. 11 apreciación y contextualización de tipologías constructivas dentro del ordenamiento tradicional, aunque fosilizado, del espacio de las comunidades ainu. Todos aspectos acercan la institución a la categoría y forma de ecomuseo. De hecho, el área de Nibutani forma parte de un “paisaje cultural” (文化的景観 en japonés, Cultural landscape). Esta categoría designa paisajes naturales y sociales que el gobierno insta a conservar como patrimonio inmaterial del pueblo japonés: Cultural Landscapes are formed by the climate of a given region and people's lives or work there, and are indispensable for understanding the livelihood and work of the Japanese people (Item 5, Paragraph 1, Article 2 of the Act on Protection of Cultural Properties).6 El paisaje cultural del río Saru es la única zona en Hokkaido designada de tal modo y por supuesto es la única relativa al pueblo ainu y la colonización de la zona. Esta mención al pueblo japonés es una muestra de como aún queda mucho por hacer en cuanto al reconocimiento pleno del pueblo ainu como pueblo indígena. De hecho, esta designación (2007) hunde sus raíces en el litigio por la construcción de la presa del río Saru (comenzada en 1973 e inaugurada en 1997) en territorio ancestral ainu. Este hecho supuso un punto de inflexión en la lucha de este pueblo indígena pues no solo se protestó por las degradas condiciones de vida dentro del marco del Estado del bienestar sino que se articuló la lucha de corte de indigenista en las protestas contra la expropiación de tierras consideradas ancestrales y que seguían siendo trabajadas por ainu así como la lucha anticolonial pues el motivo de la construcción de la presa era asegurar el suministro eléctrico de un Japón que crecía y crecía económicamente, lo que levantó la crítica entre los ainu pues consideraban que se estaban destruyendo sus tierras para sostener un sistema económico (y social) desequilibrado, injusto y poco respetuoso con la naturaleza, donde residían sus dioses7, En resumen, fue la lucha contra un capitalismo extractivista desde una perspectiva decolonial. La exposición en profundidad y cuestiones problemáticas. La colección del museo sobre la cultura tradicional ainu es amplia y valiosa, cuidadosamente dispuestos en cuatro áreas, aparte del espacio central, que tratan de abarcar la totalidad de sus expresiones8. La primera, la Ainu Zone, dedicada a la vida cotidiana; la segunda, la Kamuy9 Zone (カムイ), dedicada a la mitología y vida espiritual ainu; la tercera, la Moshir Zone, explora las estrategias económicas de los ainu y su relación con la naturaleza; por último, la Morew Zone10 (モレウ), centrada en la exhibición de piezas artísticas artesanales de estilo tradicional ainu. La mayoría de objetos expuestos en las salas son pertenecientes a la cultura material y 6 Los Paisajes Culturales están formados por el clima de una zona dada y las personas que allí viven o trabajan, y que son indispensables para entender el modo de vida y la manera de trabajar del pueblo japonés. (Traducción propia). A partir de https://www.bunka.go.jp/english/policy/cultural_properties/introduction/landscape/ 7 Más bien los dioses son la propia naturaleza. 8 Ver la fig. 1 9 Los espíritus y dioses que representan a los distintos fenómenos de la cultura ainu y su ambiente en la cosmovisión religiosa-espiritual. 10 Se refiere a los patrones visuales y motivos geométricos característicos de la cultura ainu. Aquí una web, en japonés, sobre los distintos motivos https://ainu-monyou.com/ 12 entran dentro de lo que siempre han sido objetos musealizables a excepción de la Kamuy Zone que incluye contenido audiovisual y registros sobre los relatos que se han inscrito dentro de la esfera religiosa como los yukar (ユーカラ), poemas épicos sobre héroes humanos; kamuy yukar, mitos líricos concernientes a los dioses y los uwekeper (ウエペケㇾ), historias en prosa de diversa índole. Es llamativa la distinción entre la Ainu Zone y la Moshir Zone pues en una sociedad que históricamente, antes del colonialismo nipón, que nos ofrece la imagen sobre la que se construye lo “tradicional”, ha disfrutado de bastante cotas de horizontalidad y baja división social del trabajo mientras gozaba de mecanismos de solidaridad mecánica, dentro de la famosa categoría de “economía de subsistencia” o “sociedades de la abundancia”, como diría Marshall Sahlins. Así, en los kotan ainu no existían ni las formas ni régimen de trabajo a las que hoy estamos acostumbrado, las labores de sustentación eran poco enajenantes y se inscribían en la sociabilidad comunitaria cotidiana. Así visto, la separación museística entre vida cotidiana y estrategias económicas hace más mal que bien a la hora de comprender las formas de articulación trabajo-ocio-cotidaneidad, extensible a vida privada-vida pública, dentro de las sociedades “tradicionales” ainu y crea un discurso en el que se presenta ésta como una sociedad semejante a la postindustrial en cuanto a la relación economía-sociedad-cultura pero con un nivel tecnológico inferior, remitiendo a antiguas narrativas evolucionistas. Siguiendo en esta línea también habría que avanzar hacia una mayor integración de la exposición entre estas salas y la Kamuy Zone por los mismos motivos, aunque en este caso vemos más comprensible, desde la óptica de las sociedades modernas postindustriales, la separación para lograr una mayor comprensión por parte del público visitante pues dentro del discurso globalmente hegemónico construido sobre la vida espiritual de los indígenas se reduce a una serie de relatos y figuras obsoletas como nuestras leyendas y cuentos, apartando este ámbito, el religioso, a uno cercano al arqueológico en la consideración de fósil cultural. Sin embargo, las historias sobre dioses y héroes así como los rituales religiosos siguen siendo importantes en los ainu, hoy prácticamente asimilados, que los han (re)significado en muchas ocasiones como elementos integradores dentro estrategias de cohesión identitaria y contestataria en el marco de las luchas indígenas. La Morew Zone también puede suscitar críticas en una línea semejante a lo anteriormente mencionado, ¿podemos hablar de “arte ainu”? Arte como Arte, en mayúsculas, como se ha venido a entender en las sociedades occidentales (no hay que olvidar la occidentalización de la Alta Cultura japonesa a partir de la época Meiji) desde el Renacimiento pero, sobre todo, a partir del Romanticismo, momentos en los que el arte comienza a configurarse como una sublimación material del genio artístico cada vez más individualizado y los altos valores humanos11 , como expresión terrenal del espíritu, Arte, en lugar de un arte que responde a las expresiones del grupo social como pueblo, expresiones de la cultura inmaterial de cariz popular que apela a esas cosmovisones y significados por las que se entiende todo, un arte que por popular es anónimo y se integra y presenta en todos los aspectos de la vida. Por ejemplo, los bordados de las vestimentas y tallas de las maderas no son solo motivos estéticos sino que hunden su producción y reproducción en significaciones socioculturales con una utilidad práctica nada velada como pueden ser las representaciones esquemáticas de espíritus que 11 Culturalmente contingentes. 13 sirven para identificar, dentro de una comunidad, a que clan pertenece cada uno y regular así una serie de relaciones sociales como el matrimonio. Todo esto nos lleva a preguntarnos “¿qué es lo ainu?”. La respuesta de la museología japonesa ha sido, en líneas generales, la misma que la de la museología occidental en cuanto al patrimonio etnológico y antropológico: solo es lo que se lee como tradicional, lo que así leemos. Un discurso que se ha generado en la liminalidad de los procesos coloniales y la paradoja de la integración-discriminación, donde el grupo aculturado solo es si mantiene su esencia precolonial. Por lo general, museos y exposiciones dedicadas a la cultura ainu exponen objetos “tradicionales”, antiguos, sin espacios para la cultura contemporánea del pueblo ainu, una cultura marcada por la resistencia frente procesos coloniales que se debate tomando formas y contenidos también de la cultura hegemónica japonesa, integrándolos con elementos de la cultura tradicional ainu entendida como elemento de resistencia y reivindicación. El museo de Nibutani sí que expone algunos objetos contemporáneos fabricados por artesanos ainu de la zona pero siguen el patrón estético entendido como “tradicional” (enfoque en objetos cotidianos de uso práctico y creaciones con motivación religiosa-espiritual, algo descontextualizados de esa situación asimétrica de los ainu respecto a los japoneses y su cultura). Los objetos de creación ainu que no se ajustan a ese patrón romantizado o que funcionan como vehículos de resistencia frente a la colonialidad, están sistemáticamente apartados de las exposiciones y museos, incluido el de Nibutani. En uno de los textos revisados del doctor Naohiro Nakamura 12 (Nakamura, 2007a) para la elaboración de este ensayo podemos encontrar esta cuestión tratada clara y frontalmente mediante un diálogo con el director del museo: What is contemporary Ainu culture? Artefacts? Contemporary Art works, or tourist art? I’m really interested in what concept the Nibutani Ainu Culture Museum has to collect contemporary Ainu craft works. I agree culture changes. But I feel some contemporary Ainu art works tend to destroying Ainu spirituality. They should create new art works after they know tradition, to some extent. I don’t think any art works produced by the Ainu are Ainu art. What is Ainu art? Specialists have not discussed this issue very much. Frankly speaking, I do not understand well even art works by [a contemporary artists] Sunazawa Bikky.13 (Personal communication with the curator of the Ainu Museum, 2004, author’s translation) EN NAKAMURA, 2007a:25 Al hablar de que alguna obras contemporáneas ainu destruyen la espiritualidad ainu estamos hablando desde ese marco patrimonialista de una cultura indígena que ha cambiado durante la relación con el pueblo colonizador y ha asumido muchos aspectos de éste. La producción 12 Universidad del Pacífico Sur. ¿Qué es cultura ainu contemporánea? ¿Artefactos? ¿Obras de arte contemporáneas o piezas hechas para turistas? Estoy muy interesado en lo que significa que el Museo de Cultura Ainu de Nibutani tenga que coleccionar obras ainu contemporáneas. Estoy de acuerdo con que la cultura cambia. El Museo tiene que exponer obras contemporáneas. Pero siento como si algunas de las obras contemporáneas destruyeran la espiritualidad ainu. Deberían crear obras contemporáneas a partir de la tradición conocida, hasta cierto punto. No pienso que todo el arte producido por los ainu sea arte ainu. ¿Qué es el arte ainu? Los especialistas no han discutido mucho sobre este tema. Sinceramente, ni si quiera entiendo muy bien las obras de Sunazawa Bikky [una artista contemporánea]. Traducción propia a partir del original citado que es una traducción del japonés al inglés hecha por el autor. 13 14 desde esa ambigüedad japonesa-ainu es también ainu si sirve para dotar de dignidad al pueblo y reivindicarse frente a la colonización, más aún si se usan motivos propios y está creada por integrantes de la sociedad ainu. También se habla de que las obras contemporáneas deberían crearse siguiendo patrones, hasta cierto punto, de la tradición artística conocida. En sensu stricto esto obvio pues toda obra artística remite, incluso por negación, a lo producido anteriormente dentro de un campo cultural concreto. En sensu lato, estamos en las mismas: negar como ainu las obras que no se ajusten a la formalidad tradicional (¡y también a cuanto contenido!) es negar el dinamismo y la diversidad actual del propio pueblo, a nivel colectivo como individual, incluso es negar su padecimiento histórico y aculturación, situación desde donde se proyecta el nuevo arte ainu. Sobre el museo de Nibutani sigue pesando la hegemonía cultural japonesa y su relato-discurso sobre el pueblo ainu, entendiendo “lo ainu” como lo que se incluye dentro de una categoría construida desde los púlpitos académicos japoneses, púlpitos marcados históricamente por el colonialismo, racismo científico y el darwinismo social. En definitiva, se aprecia aquellas piezas que pudieran ser catalogadas como folklóricas. El siguiente extracto trata el tema en cuestión. Not all museums exhibit contemporary culture, but you can’t criticize their exhibition just because they don’t exhibit ontemporary culture. We are now discussing possibility to exhibit contemporary culture but it’s really tough because most visitors expect to see traditional Ainu culture here. The stereotype that Ainu culture should be traditional strongly exists in the contemporary Japanese society. This is a difficult issue, so not only museum but also school education and mass media should tackle with this problem.14(Personal communication with the curator of the Nibutani Ainu Culture Museum, 2001, quoted in Nakamura, 2002, author’stranslation) EN NAKAMURA, 2007a: 23-24. Aquí se señala al relato hegemónico sobre lo japonés, en relación lo ainu, como parte fundamental del problema a la hora de dar visibilidad a esa parte de cultura ainu que se sale de los cánones establecidos como “tradicionales” desde la academia. Actualmente las instituciones museísticas son también atracciones turísticas y como tal tienen que contentar a los visitantes. Si a los turistas no les gusta lo que ven, si la exposición no cumple sus expectativas, esto puede afectar negativamente al museos y la institución puede sufrir presiones para cambiar su enfoque y que sea turísticamente funcional. 14 No todos los museos exhiben cultura contemporánea pero no puedes criticar al museo solo porque no exhiban cultura contemporánea. Ahora estamos debatiendo la posibilidad de exponer cultura contemporánea pero es algo complicado porque la mayoría de los visitantes esperan poder ver aquí cultura tradicional ainu. El estereotipo de que la cultura ainu debe ser tradicional es una idea fuertemente arraigada en la sociedad japonesa contemporánea. Es un tema complejo y no solo los museos deberían abordarlo, también las escuelas y los medios de comunicación de masas. (De una conservación personal con el conservador del Museo de Cultura Ainu de Nibutani, en 2011, citado en Nakamura 2002, traducción del autor). Traducción propia hecha a partir de la traducción del autor del japonés al inglés. 15 Palabras finales. Muchos de estos problemas sobre la representación y tratamiento oficial de la sociedad y cultura ainu que se tratan en este ensayo y que están presentes en otros muchos textos se resumen en la premisa de diversos colectivos que proclaman que las nuevas medidas están hechas para la conservación, preservación y apreciación de la cultura ainu pero no del pueblo ainu. 16 BIBLIOGRAFÍA Y MATERIALES. Bibliografía. ALONSO FERNÁNDEZ, L. 2007. Museología y museografía. Barcelona, Ediciones de Serbal. LORENTE, J.P. 2012. Manual de historia de la museología. Gijón, Ediciones Trea. MUÑOZ GONZÁLEZ, Y. 2008. La literatura de resistencia de las mujeres ainu. México D.F. El Colegio de México. NAKAMURA, N. 2007a. The representation of Ainu culture in the Japanese museum system. The Canadian Journal of Native Studies, 27 (2). pp. 331-365. ISSN 0715-3244 http://repository.usp.ac.fj/7232/1/The_representation_of_Ainu_culture_in_the_Japanese_mu seum_system.pdf NAKAMURA, N. 2007b. Managing the cultural promotion of indigenous people in a communitybased Museum: the Ainu Culture Cluster Project at the Nibutani Ainu Culture Museum, Japan. Museum and Society, 5 (3). pp. 148-167. ISSN 1479-8360 http://repository.usp.ac.fj/7235/1/Managing_the_cultural_promotion_of_indigenous_people _in_a_community_-_based_museumthe_Ainu_culture_cluster_project_at_the_Nibutani_Ainu_culture_museum-Japan.pdf RIVIÈRE, G. H. 2015. “Museo y sociedad, hoy” en La museología. Curso de museología. Textos y testimonios. Madrid, Akal. Web de la Asociación Ainu de Hokkaido (en inglés) (Hokkaido Ainu Kyokai, 北海道アイヌ協会) https://www.ainu-assn.or.jp/english/index.html Web del museo (en japonés e inglés. No toda la información está traducida al inglés) http://www.town.biratori.hokkaido.jp/biratori/nibutani/ Web en inglés de la Agencia del Gobierno para Asuntos Culturales (Agency for Cultural Affairs, Government of Japan). https://www.bunka.go.jp/english/index.html Noticias. JOZUKA, E. (23 de abril de 2019). “Japan’s ‘vanishing’ Ainu will finally be recognized as indigenous people”, CNN. Extraído de https://edition.cnn.com/2019/04/20/asia/japan-ainuindigenous-peoples-bill-intl/index.html KYODO (agencia de noticias). (2 de marzo de 2019). “’Empty words’: rights groups say Japan’s bill recognizing Ainu as indigenous group falls short”, The Japan times. Extraído de https://www.japantimes.co.jp/news/2019/03/02/national/empty-words-rights-groups-sayjapans-bill-recognizing-ainu-indigenous-group-falls-short/#.XsZW6f8zbIU KYODO (agencia de noticias). (19 de abril de 2019). “Japan enact law recognizing Ainu as indigenous, but activist say it falls short of UN declaration”, The Japan times. Extraído de https://www.japantimes.co.jp/news/2019/04/19/national/japan-enacts-law-recognize-ainuindigenous-despite-criticism-ethnic-group/#.XsZYN_8zbIV 17 MURAKAMI, S. (20 de febrero de 2019). “Japan’s Ainu recognition bill: what does it mean for Hokkaido’s indigenous people?”, The Japan Times. Extraído de https://www.japantimes.co.jp/news/2019/02/25/reference/japans-ainu-recognition-billmean-hokkaidos-indigenous-people/#.XsZU0P8zbIV Materiales audiovisuales. ITO, Kinko (Universidad de Arkansas), 2016. Have You Heard About The Ainu? Elders of Japan's Indigenous People Speak, YouTube https://www.youtube.com/watch?v=0Q6cYEQUpBg ABC Australia, 1994. The Ainu's Tense Relationship with Japan https://www.youtube.com/watch?v=CjBYtYAOsJc extraído de YouTube. Panfleto en inglés del museo http://www.town.biratori.hokkaido.jp/biratori/nibutani/pdf/pamphlet_en.pdf Página web, en japonés, sobre el morew https://ainu-monyou.com/