ASTARTÉ DE EL CARAMBOLO. WHO’S THAT GIRL?
Ana D. Navarro Ortegai
RESUMEN: El presente trabajo consiste en una revisión de la pieza escultórica realizada en bronce de la diosa
oriental Astarté conservada en el Museo Arqueológico de Sevilla. La escultura, es una de las representaciones de la
diosa que han contribuido a formar el corpus iconográico de la misma ya que, está identiicada claramente por la
inscripción epigráica que presenta en el escabel dónde reposan los pies de la diosa. Se ha realizado una nueva lectura iconográica que debe ponerse en relación con las últimos datos conocidos a partir de las últimas excavaciones en
el yacimiento de El Carambolo entre 2002 y 2005.
PALABRAS CLAVE: Religión fenicia, Astarté, Carambolo, Santuarios, Spal.
THE ASTARTE FROM EL CARAMBOLO. WHO’S THAT GIRL?
ABSTRACT: his paper presents a review from the sculpture in bronze named «Astarté from El Carambolo».
Currently, you can visit this phoenician goddess in Sevilla, the scultpure belongs to the stable collection from
the Museo Archaeological. his object has served to build the iconographic studies about Astarté. he goddess
is clearly identiied as Astarté, the sculpture has an epigraphic inscription where the feets are laied on. Have been
made a new iconographic study and the results have to be connected with the last research in the archaeological site
between 2002 and 2005.
KEY WORDS: Phoenician Religion, Astarté, Carambolo, Sanctuary, Spal.
PROCEDENCIA Y CRONOLOGÍA
En el año 1963 ingresa en el Museo Arqueológico de Sevilla con el número de inventario de colección estable 11136 la conocida como Astarté de El Carambolo. En la documentación custodiada en
el Museo los libros de registro relejan la entrada de la pieza como un ingreso por donación, aunque
i
1
Conservadora de Museos, Museo Arqueológico de Sevilla.
[email protected].
Este trabajo parte de una actividad didáctica desarrollada por el Museo Arqueológico de Sevilla, ciudad a la que me trasladé
desde Almería en 2013. Fue allí, en su ciudad, dónde tuve la oportunidad de conocer a Manuel Acién. Sus trabajos pioneros
en Bayyana y el territorio almeriense, sus colaboraciones con otros prestigiosos investigadores y sus aportaciones sobre la Almería islámica y al-Andalus han quedado en parte relejados en el Museo de Almería. Sus numerosos estudios y publicaciones avalan su gran labor y trayectoria, a él dedico esta aportación. Para Mane, In Memoriam.
Mainake, XXXVI / 2016 / pp. 483-494 / ISSN: 0212-078-X
El presente estudio1 presenta una revisión iconográica de la escultura que representa a la diosa
Astarté procedente de El Carambolo (Camas, Sevilla). La escultura de apenas 16,6 cm de alto realizada en bronce se puede contemplar actualmente en la sala dedicada al yacimiento mencionado en
el Museo Arqueológico de Sevilla. Se trata de una de las piezas identitarias de la colección del mencionado museo. La igura representa a una mujer desnuda sedente, de frente y es de una gran signiicación en el contexto del Mediterráneo Antiguo.
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Imagen 1. Astarté de El Carambolo
Joaquín Romero Murube la entregó al museo,
con anterioridad la pieza había sido adquirida
en el conocido mercado de antiguedades.
No está clara su procedencia exacta, aunque parece bastante probable que el yacimiento
cercano de El Carambolo, en Camas (Sevilla),
dónde apareció en 1958 el conocido tesoro fuera también el lugar donde esta pequeña escultura fue encontrada. Se han publicado2 algunas
breves noticias sobre la localización del hallazgo
que incluyen testimonios del entonces niño que
supuestamente la encontró.
Las referencias de que disponemos tanto
por la documentación histórica de los archivos
del museo, como por los datos publicados, y, por
2
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la entidad de los restos arqueológicos y los conjuntos materiales hallados en el yacimiento de El
Carambolo, sugieren que efectivamente la diosa
provenía de este lugar, un santuario situado sobre un promontorio elevado al otro lado del río
Guadalquivir de frente a la antigua Spal fenicia
dónde se rendía culto a Baal y a Astarté3.
Sabemos por las recientes excavaciones en
el yacimiento (2002-2005) que la cronología
más temprana de ocupación fenicia del lugar se
sitúa en torno al siglo IX a.n.e según datación
radiocarbónica, aunque el cerro había sido habitado anteriormente durante la Prehistoria Reciente documentándose allí algunos silos y un
enterramiento4.
La pequeña escultura fue realizada con la
técnica de la cera perdida fundida en bronce, representa a una mujer desnuda sentada sobre un
trono, hoy inexistente, con un tratamiento estético que recuerda a otros modelos egipcios (sobre todo por el cabello, los ojos y la posición).
Sus pies reposan sobre un escabel que posee una
inscripción en lengua fenicia fechada por estudios epigráicos entre inales del siglo VIII a.C.
principalmente, o primera mitad del siglo VII
a.C. La inscripción de carácter votivo es el testimonio más antiguo de escritura fenicia documentado en Extremo Occidente5, y el testimonio iconográico de una diosa que se representa
con un lenguaje simbólico amplio y resbaladizo.
LA INSCRIPCIÓN
Han sido muchas las interpretaciones y traducciones que de la inscripción se han hecho, el
texto con algunas variaciones generalmente se
traduce así:
«Este trono han hecho Ba‘lyaton hijo de Dommilk y Abdba’l hijo de Dommilk hijo de Ysh’al para
FERNÁNDEZ GÓMEZ, F. (2011): 54-76.
ESCACENA CARRASCO, J.L y AMORES CARREDANO, F. (2003): 41-68
FERNÁNDEZ FLORES, A. y RODRÍGUEZ AZOGUE, A. (2010): 210 y 222.
AMADASI GUZZO, M.ª G. (2001-2002): 47.
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Astarté-Hor, nuestra señora, porque ha escuchado la
voz de sus palabras»6.
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Imagen 2. Ficha de registro en el Museo Arqueológico de
Sevilla
Imagen 3. Detalle de la inscripción
RÖLLING, W. (1969): 141-145, AMADASI GUZZO, M. G. (1992): 165.
Por ejemplo en Khirbet et-Taiybe, en templo cercano a Tiro (KAI 17).
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Por la inscripción, sin entrar en profundas
determinaciones epigráicas, podemos deducir
la existencia de una ofrenda –un trono para Astarté– que los oferentes, dos hermanos que reseñan además su vinculación genealógica paterna, hacen a la diosa –su señora–, porque les
ha concedido el don que previamente ellos han
solicitado.
El objeto donado en sí, constituye el testimonio del mobiliario litúrgico asociado a la devoción de la diosa, en otros lugares orientales
existen referencias a ofrendas de tronos en relación con Astarté, muchos de ellos decorados
con esinges. Generalmente, el trono es un objeto cultual que cuando se documenta en contextos arqueológicos del Mediterráneo antiguo
se ha utilizado generalmente para identiicar la
existencia de devoción a esta diosa7.
Los nombres de los dos devotos que ofrecen
el trono a Astarté presentan connotaciones religiosas, las raíces que componen los nombres
Dommilk, Abdba’l o Ba’lyaton, se relacionan con
teóforos que reieren a un Baal, Milk-Melqart
o señor. El caliicativo de «mi señora», denota
igualmente un ámbito religioso familiar, alude a
unas relaciones personales de la diosa y sus devotos, una cotidianidad en la relación religiosa, un
carácter doméstico. Por último la escucha de la
diosa y la concesión de lo solicitado la convierten en una especie de benefactora, de protectora. Todo ello alude a las atribuciones especíicas
del culto documentadas en otros lugares dedicados a la diosa.
El término que más conlictos ha generado
desde que se conoce la inscripción en el ámbito
de la investigación de la pieza, es el epíteto Hr
que acompaña al nombre de la diosa. Ha sido interpretado por algunos investigadores como una
alusión a la Astarté Hurrita, adorada en ámbitos
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ugaríticos8. Esta hipótesis ha sido argumentada
sobre la existencia de otras inscripciones en las
que la misma fórmula acompaña el nombre de
la diosa en textos ugaríticos y egipcios, por tanto
podría hacer referencia a una devoción concreta
documentada en un territorio vinculado con la
Ishtar Mesopotámica.
Para otros investigadores Hr ha sido interpretado como una alusión a las representaciones de Astarté de la ventana, lo que la relaciona
iconográicamente con otras imágenes de la diosa realizadas en maril de la misma cronología y
atribuidas a Astarté y a su relación con el mundo
de la prostitución sagrada. También ha sido asociado el término Hr a una cueva-gruta, Astarté
de la cueva-de la gruta, lo que pone en evidencia el carácter oracular y la posición de Astarté
como deidad de enlace para el contacto con el
mundo subterráneo al que se accede a través de
las grutas u oriicios en la tierra. Esta acepción
también relaciona las grutas como los lugares
dónde se practicaba la prostitución sagrada asociada a la diosa.
Por último, Hr ha sido relacionado con la
Astarté de la tumba, de la cámara nupcial, por su
asociación al mundo funerario de ultratumba, y
su papel de esposa que rescata a su paredro, Baal,
de entre los muertos devolviéndolo a la vida.
En 2013 otra nueva interpretación9, ha argumentado que el término Hr hace referencia a
un caliicativo geográico descriptivo, a un paisaje. A partir de las evidencias epigráicas de
ámbito griego y de la mención de una Afrodita
10
de los pantanos de sal, Kerr, realiza un estudio comparativo sobre otras alusiones en textos
antiguos relativas a paisajes y entornos geográicos vinculados con el agua. Basándose en
inscripciones y otros documentos de procedencia griega relacionados con la diosa Afrodita, se
plantea que este término se ha tomado prestado de las denominaciones fenicias de Astarté.
Según esta interpretación Hr alude a la presencia de un paisaje de marismas y de conluencia
entre una rivera luvial y el mar, un puerto, lo
que nos recuerda el paisaje que debió existir en
el antiguo Guadalquivir, el Sinus Tartesius romano11, el promontorio sobre el que se asentaba el yacimiento de El Carambolo y su santuario. El autor llega a esta conclusión a partir
de la comparación semántica de Hr con otras
raices de procedencia árabe y por las interpretaciones posteriores de Afrodita en el mundo griego, cargadas de vínculos con el mar, el
agua, los pantanos. Literalmente en numerosos
textos antiguos el caliicativo que acompaña al
nombre de la diosa Afrodita, ha sido traducido como Afrodita del Estuario, derivando esta
interpretación del lexema púnico utilizado para
«puerto».
Sin duda una hipótesis interesante dadas las
connotaciones geográicas especíicas del lugar
en el I milenio a.C y la existencia de un santuario de tipo empóricio relacionado con Spal12 en
la desembocadura del Guadalquivir.
LA DIOSA
La religión fenicia es politeista y se conforma
sobre una base de seres sobrahumanos numerosos y variados que están ligados a distintos factores de la experiencia humana y que son organizados jerárquicamente como una gran familia
con relaciones de parentesco y ainidad13. Los
vínculos de los devotos hacia sus dioses denotan
8 La discusión detallada del término está ampliamente desarrollada por AMADASI GUZZO, M.ª G. (1992): 163-180.
9 KERR, R. M. (2013): 206-212.
10 El carácter versátil de la diosa fenicia la ha llevado a ser objeto de distintas Interpretationes, en el ámbito griego se la ha identiicado con Afrodita, sobre este asunto ver BONNET, C. y PIRENNE- DELFORGUE, V. (1997): 249-273.
11 AVIEN., ora 265-306.
12 BELÉN DEAMOS, M. y ESCACENA CARRASCO, J.L (1997): 113; AMORES CARREDANO, F. y ESCACENA
CARRASCO, J.L. (2003): 44.
13 RIBICHINI, S. (2008): 308.
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comerciales marítimas, y a partir del siglo IV a.C.
será gradualmente suplantada por otras diosas18.
Por tanto, el I milenio a.C. es el momento
de Astarté19, pero su personalidad desde el siglo
X a.C. en adelante estará en constante cambio
ya que se verá enriquecida con aportaciones de
las deidades locales veneradas antes que ella en
los territorios donde la diosa fue importante..
En las colonias occidentales de Sicilia, Cerdeña, Malta, o Península Ibérica, su culto se percibe cargado de connotaciones particulares, además, incorporará desde su salida de Oriente un
bagaje egipcio importante en su iconografía, no
en vano fue adorada en Memphis, Tebas y otros
centros importantes de Egipto apareciendo en
algunas representaciones acompañada por dioses principales egipcios y por varios faraones20.
Este carácter enlaza con la peculiaridad de la religión fenicia como una religión itinerante, religio migrans21, que se transforma permanentemente y se enriquece con connotaciones locales
y reinterpretaciones de sus prácticas litúrgicas
desde el origen del culto en Oriente, y que conlleva la constante incorporación de atribuciones singulares más o menos adaptadas al sustrato local.
ICONOGRAFÍA DE LA ASTARTÉ DE
EL CARAMBOLO
Existen muchas Astartés, pero son pocas las imágenes que de manera cierta se pueden considerar
el relejo de la diosa22, por ello la Astarté de El
Carambolo es conocida en todo el Mediterráneo
y es además un referente para los estudios iconográicos sobre diosas orientales de este periodo.
RIBICHINI, S. (2008): 294.
AMADASI GUZZO, M.ª G. (1992): 171-172.
BONNET, C. (2010): 459.
BLOCH SMITH, E. (2014): 192. y AMADASI GUZZO, M.ª G. (1994): 47.
BLOCH SMITH, E. (2014): 194.
BLOCH SMITH, E. (2014): 193.
TAZAWA, K. (2014): 110.
BONNET, C. (2010): 454.
BONNET, C. (1996): 127-131.
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una relación de don-contra don, y la religión
está presente en todas las facetas de la vida cotidiana. Existen muchísimos textos de tradiciones
religiosas orientales antiguas que han llegado a
nosotros en tablillas cuneiformes, algunas recetas de magia y encantamientos, así como amuletos en los que se inscriben fórmulas mágicas
contra el mal de ojo y otras dolencias.
La religión fenicia hereda la tradición siria
de la Edad del Bronce y algunas divinidades son
veneradas como ya hemos dicho desde muy antiguo, por ejemplo Astarté, Baal, Horon, Rashpah o Baal Saphon14.
La historia de la diosa Astarté es remota, se
tiene conocimiento de ella y se testimonia su
culto en Mesopotamia y Asiria desde el II milenio a.C. por varias referencias existentes en
documentos de archivos de palacios y templos
de textos ugaríticos15. Astarté se posiciona en
el I milenio a.C. como una diosa que ha sabido
mantenerse y acaparar las potestades de otras divinidades que quedan relegadas ahora a un papel secundario16. Astarté en el I milenio a.C. es
la diosa tutelar de las ciudades costeras fenicias y
aparece vinculada estrechamente a la realeza y a
su compañero o Baal, divinidad masculina. Astarté es la diosa fenicia más importante, la diosa
es adorada en Tiro, Biblos y Sidón, los propios
reyes se proclaman sus sacerdotes y ella aparece
como patrona de las ciudades, protectora de estos territorios, es una diosa políada. La mayoría
de ciudades de la costa oriental adoptaron a Astarté como diosa patrona de la ciudad siguiendo
la tradición de Ishtar en Ninive17.
Astarté lorece con las ciudades estado del
siglo X, su culto se extiende con las actividades
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La diosa se presenta con fuertes inluencias
de la estética egiptizante, curiosamente, varias
divinidades femeninas fenicias de Oriente inluyeron sobre todo durante el Imperio Nuevo
en la religión egipcia, dando mayor protagonismo a las diosas23. Astarté era adorada en Egipto de Norte a Sur, su vinculación con los personajes de la realeza se pone de maniiesto en las
representaciones junto a Amenophis II, Ramsés
II, Merenptah y Siptah24, lo que parece poner en
evidencia una relación estrecha en la que el faraón participa de la divinidad, éste aspecto entronca obviamente con la faceta de protección y
vínculos con el ámbito dinástico y político que
la diosa desarrolló en Oriente25.
La diosa de El Carambolo se representa sentada, en actitud relajada de bendición, lo que se
relaciona con otras deidades que actúan como
gobernantes de las ciudades, como es el caso de
la Astarté de Tiro. Este aspecto vincularía el culto de nuestra Astarté con cierta faceta políada
del espacio, patrona de la ciudad y del territorio
en las colonias occidentales. Cronológicamente, la representación de la Astarté en bronce de
El Carambolo queda adscrita en torno al siglo
VIII a.C26. En esas fechas el espacio geográico
del yacimiento había sufrido algunas transformaciones, a partir de la instalación para albergar
el primer santuario –Carambolo V–, se evidenciaron posteriores reestructuraciones y ampliaciones que dieron lugar a un gran complejo cultual con varias capillas y espacios rituales27.
Recordemos que la cronología general del
yacimiento como santuario está planteada en un
marco temporal que se inicia en el siglo IX ane
y que culmina con el ocultamiento del tesoro en
los incios del siglo VI a.C28.
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Veamos a grandes rasgos los principales elementos que caracterizan a la Astarté sevillana:
Peinado, la diosa presenta un peinado con bucles abierto en medio y con una tira frontal bajo
la frente. Podría haber portado un tocado tal y
como se aprecia por las marcas evidentes en la
cabeza, se asemeja en su tratamiento del rostro
y peinado a las representaciones en maril procedentes de Nirmrud de la denominada Astarté
de la ventana29. Las marcas de lo que pudo haber
sido un tocado o corona concuerdan con los
modelos iconográicos conocidos inspirados en
las diosas egipcias Hathor e Isis. Son numerosas
las imágenes de divinidades femeninas que conocemos con tocados de cuernos o del tipo atef,
por tanto no sería extraño que la Astarté de El
Carambolo se hubiera presentado a sus ieles
con un tocado que la relacionaría con sus atribuciones políticas y territoriales o sobrenaturales.
Escabel, pies sobreelevados, el hecho de mostrarse desnuda y sentada sobre un trono, al que se
alude además en la inscripción epigráica, y con los
pies apoyados en un escabel, de nuevo remite a la
gobernanza de la diosa, a su situación de divinidad
tuteladora del ámbito terrenal y a su carácter de
protectora del territorio, de garante política30.
Ojos, la diosa se representa con los ojos marcadamente delineados hacia los laterales de la cabeza, una forma iconográica acorde a los modelos egipcios, siguiendo los patrones de otras
diosas como Hathor o Isis.
Orejas, el tratamiento destacado de las orejas
que sobresalen del peinado podría hacer alusión
TAZAWA, K. (2014): 208 y 111.
CORNELIUS, I. (2004): 25 y 29.
BONNET, C. (2009): 207 y 213 ; y (2010): 455. y CORNELIUS, I. (2004): 72.
AMADASI GUZZO, M.ª G. (1994): 195-196.
FERNÁNDEZ FLORES, A. y RODRÍGUEZ AZOGUE, A. (2007): 93.
FERNÁNDEZ FLORES, A. y RODRÍGUEZ AZOGUE, A. (2007): 172-173.
QUATROCCHI PISANO, G. (1974): 110-111.
UEHLINGER, C. (1991): 880.
Astarte de El Carambolo…
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al carácter de escucha, de intermediaria de la divinidad en la concesión de dones31, el hecho de
destacar ojos y orejas sin duda hace referencia a
la actitud de la diosa hacia sus devotos, así como
se releja por ejemplo en la inscripción de la estela de Yehawmilk en la que podemos leer las referencias a los ojos de la diosa, y al acto de escuchar las voces de los devotos32.
Las orejas tipo bovinas aparecen en ámbitos
mesopotámicos en algunas representaciones de
la Edad del Bronce Medio, desde entonces son
usuales en representaciones de diosas en lugares como Chipre y Egipto. Este modo de marcar
las orejas se ha relacionado con cabezas del tipo
hathoricas y también con representaciones de la
diosa oriental Asherah33.
Desnudez, es este un atributo reservado a las divinidades y muy representativo de Astarté34, este
rasgo iconográico es originario igualmente de
la zona Mesopotámica35 asociado a las representaciones de Ishtar36.
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BONNET, C. (2009): 211.
GONZÁLEZ WAGNER, C. (2011): 138-139.
BUDIN, S. (2015): 330-331.
GONZÁLEZ WAGNER, C. (2011):139-140, BUDIN, S. (2015): 319.
BUDIN, S. (2015): 315.
BUDIN, S. (2015): 325.
Imagen 5. Detalle orejas y ojos
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Imagen 4. Detalle evidencias posible tocado
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b
a
c
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Imagen 6. a. Detalle criss-cross Astarté de El Carambolo; b. Astarté colección Medelhavsmuseet Stockholm (n.º
MM14110) y c. Astarté Fitzwilliam Museum, Cambridge (n.º E.GA.4290.1943) de la colección Gayer-Anderson
Pechos, una novedad aportada por esta revisión
es la constatación de la existencia en el pecho de
la diosa de una marca a modo de triángulo invertido (criss-cross). Este elemento podría estar relacionado con algún tipo de arness portado por
la diosa vinculado a su carácter de dominadora
y señora de los animales, en concreto de los caballos. Este atributo de la diosa está muy extendido en las representaciones documentadas en
Egipto37, y directamente relacionado con las reminiscencias iconográicas de Ishtar. Este arness
se vincula con la representación de la funda de
la espada de Ishtar, elemento documentado en
otras representaciones alusivas a la diosa Astarté
y a su carácter bélico. Existen varias representaciones de la diosa a caballo desnuda portando
esta especie de cinta de cuero o arness cruzando
el pecho38.
Del mismo modo, los senos desnudos y
enmarcados junto con el vientre abultado se
37 CORNELIUS, I. (2004): 42-43.
38 CORNELIUS, I. (2004): 119.
39 QUATROCCHI PISANO, G. (1974): 113.
relacionan con el atributo de fecundidad y maternidad de la diosa39, muy desarrollado en otras
representaciones posteriores de Astarté como la
diosa de Galera por ejemplo.
Posición de brazos, la Astarté sevillana incorpora un oriicio dónde iría articulado el brazo izquierdo hoy perdido, posiblemente sería móvil y
habría sido utilizado para bendecir a sus súbditos
o saludarlos en actos litúrgicos, relacionados con
su faceta de protectora y generadora de bienestar.
Posiblemente el brazo derecho habría incorporado un objeto del tipo cetro o un elemento vegetal. Un brazo adelantado y el otro portando
un tipo de cetro vinculan a la diosa, una vez más,
con algunas representaciones egipcias. Astarté
fue muy popular en Egipto pero no solo entre los
faraones y en ámbitos reales, su devoción fue extendida en ambientes populares, contó con numerosos adoradores «no reales». Este aspecto
Astarte de El Carambolo…
En resumen, el peinado y la expresión del rostro
nos sitúa la obra en un panorama temprano de
la colonización fenicia en el que las ciudades
orientales, y sus monarcas fenicios impulsan con
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Imagen 7. Brazo diosa, detalle articulación
relaciones diplomáticas y de comercio sus redes
con los ámbitos de producción mediterráneos.
Esta especial coyuntura se releja en la existenca
de un mercado en el que los objetos y la estética
egipcios son muy valorados. En Tiro y Biblos,
se adoptan iconografías y se incluyen modas
egipcias en numerosos ejemplos de la plástica
artística43.
En conclusión, dado el carácter protector de
la diosa, sus relaciones dinásticas con las familias
reales en el ejercicio del poder44, sus connotaciones funerarias y su vinculación con el territorio
como diosa políada; cuando las poblaciones fenicias se movilizan desde Oriente, la diosa ejerce
un papel activo de protección. En su traslado representa a las familias dinásticas y sus referentes
de poder en Oriente.
Astarté además, ha tutelado el movimiento en el Mediterráneo de una forma efectiva
que podemos reconocer en los distintos lugares
MOSCATI, S. (1972): 294-296.
ZAMORA, J.A. (2006): 333.
Por ejemplo en los modelos iconográicos de Qudsu-Qedeshet, Ishtar-Astarté, BUDIN S. (2015): 326-327.
GARBINI G. (1981): 41 y XELLA P. y SCANDONE, G. (2014): 57.
BONNET, C. (2010): 455.
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coincide con la devoción suscrita para la diosa en
la ofrenda votiva de Sevilla.
La hipótesis del brazo de la diosa incorporando un posible cetro o elemento vegetal fue
ya adelantada por Moscati40, estos elementos
incorporan claves simbóicas que reforzarían la
imagen de la asociación política de la diosa y su
vinculación territorial en el extremo Occidente. Posiblemente, entre las poblaciones orientales asentadas en el extremo Occidente, los sentimientos de pertenencia fueron reforzados en
estas comunidades a través de nuevos vínculos
reconocidos en claves simbólicas de imágenes
compartidas que construyeron un imaginario
colectivo que sustentaba la cohesión de estos
grupos, tal y como había sido establecido en
Oriente, dónde existieron lazos identitarios con
las ciudades de procedencia proyectados en los
panteones religiosos de los centros urbanos41. Se
trata de un proceso de asimilación de elementos
que conforman la identidad colectiva y los proyectan en nuevas formas visuales que asumen
rasgos iconográicos reconocibles que se instauran y se comparten en zonas con poblaciones híbridas. Este tipo de proceso ha sido continuado
en todo el Mediterráneo antiguo al menos desde el II milenio a.C., se ha documentado en la
iconografía sirio-mesopotámica y egipcia, con
fuertes inlujos,traspasos y reinterpretaciones de
diosas de unos modelos a otros42, futuros estudios sobre la diosa en el extremo Occidente y sus
connotaciones locales, podrían aportarnos claves en este sentido sobre la complejidad e interacción social en las colonias occidentales.
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sacros costeros a ella dedicados45, y, asociada
desde el inicio del viaje46 a las poblaciones recién instaladas en Occidente, será venerada de
múltiples formas.
Existen otras representaciones de la diosa reconocidas en distintos objetos arqueológicos que
pueden plantear la existencia del culto a Astarté;
betilos, y otros materiales con elementos iconográicos vinculados a la diosa nos presentan un territorio ideológicamente diverso y complejo en
el extremo Occidente. Elementos de uso común
tales como accesorios para las indumentarias
(broches de cinturón), o cerámicas, contienen
elementos iconográicos que remiten a la diosa, también se documentan en la decoración de
fuentes metálicas, objetos de maril, jarras rituales, huevos de avestruz o joyas, muchos de estos
objetos han sido recuperados en contextos funerarios, en la mayoría de ellos se puede establecer
una lectura simbólica que nos presenta a Astarté.
Por tanto, la divinidad ha sido el aval político de los movimientos a Occidente, y la protectora de las comunidades orientales en suelo
peninsular. No es extraño pues, que el primer
santuario documentado en el cerro de El Carambolo marque una cronología antigua en
torno al siglo IX a.C. La erección del mencionado templo está en estrecha relación con la ordenación territorial de la Spal fenicia y el control
de sus accesos, de bienes y personas. Control
planteado desde la esfera económica, como canal de los circuitos de intercambio y comercio
instalados por los grupos semitas, e ideológico,
como áreas de paso en los que la «tributación»
ritual a la diosa se hace efectiva en su santuario,
enclave estratégico como ruta marítima y de acceso al territorio interior.
Esta revisión iconográica será ampliada con
estudios especíicos sobre la escultura de la diosa, la caracterización del material en el que fue
realizada y la obtención de nueva documentación gráica con técnicas radiológicas, entre
otras, serán necesarias para un mejor conocimiento de la obra. Aunque será el proyecto de
trabajo planteado con colaboraciones externas
que está impulsando el Museo Arqueológico de
Sevilla sobre el yacimiento de El Carambolo, el
que determinará otras posibles interpretaciones
e hipótesis sobre esta importante obra y su signiicado histórico en el contexto del Mediterráneo antiguo, tanto en Oriente, como en el extremo Occidente.
45 Existe una clara vinculación entre la sacralidad profesada por los marineros del Mediterráneo antiguo y Astarté, para ello
remitimos a ROMERO RECIO, M. (2000).
46 BONNET, C. (2010): 454.
Astarte de El Carambolo…
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