Véronique Françoise Caroline Renard (born 26 May 1965 in Jutphaas, the Netherlands) is a Dutch author and visual artist. She is also known as Pantau, a name that was adopted after meeting the Dalai Lama at an audience at his home in McLeodganj, Dharamsala, India in 2000. The name Pantau (also written in Roman as Phentok) means "to be helpful" or "beneficial". Pantao (Chinese: 蟠桃; pinyin: pántáo) is also a Chinese name for a flat, small peach, reputed to be food for Taoist fairies.
Renard was raised and educated in the Netherlands. She is the daughter of Annie Garda Van Unen (born 1931), a former senior accountant of the Breda Candy Company FAAM, and Wilhelmus (Wim) Gerardus Renard (1931–2009), a businessman who founded the REACS Company in 1956. Renard is a descendant of the German composer/conductor Paul Albin Stenz who was awarded the Gold Medal of Orange-Nassau by Queen Wilhelmina of the Netherlands. One year prior to his death in 1918 he was naturalized as a Dutch citizen. Renard's grandfather, Johannes (Paul) Renard was a cityscape painter in Rotterdam. Renard speaks (in order of fluency) Dutch, English, German, French, Thai and Tibetan.
Tu y yo amor y odio
Tu me tratas de un mal modo
Parece que estoy en un mal sueño pero en verdad
eres mi dueño
Otra vez a cocinar
¿Quieres un pastel o un pay?
Tengo que aprender como mezclarlo con el placer
e-e-er
De chocolate o de limón
Cualquiera causa tentación
Muy importante el betún
Para el cuidado de salud, de nuestra salud
Y Recuerda que vivimos siempre en un infierno
Tu problema es la obsesión, ¿o es nuestro?
Pecaremos contra los estándares del bello
Solo por un buen sazón al corazón
Yo no se si aguantaremos
No se cuanto tiempo tenemos
Solo se que junto a ti estoy atado y no puedo irme lejos
Quiero ya tirar mi cruz
Quiero eterna juventud
Por lo pronto hay que ir hojeando el menú u-u-u
Para empezar un buen sirlon
Con mucha grasa y guarnición
Mesero tráigase licor
Para callar a esta voz que escucho en mi interior
Y recuerda que vivimos siempre en un infierno
Tu problema es la obsesión, ¿o es nuestro?
Pecaremos contra los estándares del bello