Ni Chicha Ni Limonada Feminismos Latinoamericanos
Ni Chicha Ni Limonada Feminismos Latinoamericanos
Ni Chicha Ni Limonada Feminismos Latinoamericanos
Recibido: 8/11/17
Aceptado: 22/2/18
Resumen Resumo
En este artículo se expone una serie de re-
flexiones y deducciones personales, surgidas a
raíz de la elaboración de un taller de Memoria
N este artigo, encontramos uma série de re-
flexões e deduções pessoais decorrentesdo
desenvolvimento de uma oficina de memória co-
Colectiva llamado Memorias de Cocina y Coplas, letiva chamada Memórias de Cozinha e Coplas,no
en el marco del Congreso de Culturas Originarias âmbito do Congresso de Culturas Originais orga-
organizado por el Instituto de Culturas Aboríge- nizado pelo Instituto de Culturas Aborígines de
nes de Córdoba, relativas al lenguaje popular Córdoba, em relação ao idioma popular emoldu-
enmarcado en dichos y frases que esconden o rado em frases que escondem ou revelam certos
delatan determinados esencialismos y hegemo- essencialismos e hegemonias de gênero.
nías de género. A proposta a ser desenvolvida é gerada em
Se propone una mirada y un análisis más pro- base a um olhar e uma análise com muita mais
fundo acerca de los modismos y decires transmi- profundidade sobre os idiomas e dizeres trans-
tidos oralmente y reproducidos en diálogos y mitidos oralmente, reproduzindo os mesmos em
conversaciones cotidianas, escuchados por la au- diálogos e conversas diárias ouvidas pela autora
tora y debatidos en el taller desarrollado antes e discutidas na oficina acima mencionada.
mencionado. Do mesmo modo, propõe-se questionar esses
Asimismo se plantea cuestionar estos saberes y conhecimentos populares e orais, para construí-
oralidades populares, deconstruirlos, desnatura- los,desnaturalizá-los e revalorizar certos papéis
lizarlos y revalorizar determinados roles y modos e formas de conceber o mundo desde uma
de concebir el mundo desde una mirada menos visão menos heteronormal e mais próxima da
hétero-normada y más cercana a la paridad. paridade.
Palabras Clave: Reflexiones, Memoria colec- Palavras chaves: Reflexões, Memória coleti-
tiva, Lenguaje popular, Dichos, Frases, Esencial- va, Linguagem popular, Provas, Frases, Essencia-
ismos de género, Paridad. lismos de gênero, Paridade.
Cannistraro, R. D.
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Desarrollo
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Si bien muchas de estas frases que más ade- se han tenido experiencias similares; (b) el
lante nombro, no se oyen muy a menudo en mi análisis desde el concepto de embodiment,
actual entorno cotidiano; por lo menos en mi de encarnación conflictual, interactiva y
historia, fueron parte del mundo donde me crié resistente de los ideales sociales y culturales,
y no puedo verme abstraídas de ellas, porque un concepto que integra muy bien la ten-
han conformado mi experiencia de vida, mi idea sión entre el cuerpo individual,social y po-
y construcción de género atravesada hoy en mi lítico. Asimismo se defiende una visión no
cuerpo, mi memoria y mis pensamientos. Quiero victimista y comprometida de los procesos
decir que más allá de una vivencia personal estos individuales que tenga muy en cuenta su
dichos son significativos y forman parte de una articulación con los contextos en los que se
colectividad mayor que me circunda y afecta. producen. (p. 1)
Tomando la noción de antropología encarnada
que plantea la profesora en Antropología Mari Encuentro estas frases con múltiples significa-
Luz Esteban (2004), pensar en estas formas de ciones a la vez; formas de silenciamiento, en-
hablar, me ha servido para elaborar mi propio cubrimiento y también hasta burla de identida-
ejercicio de antropología encarnada: des aprendidas, portadas en el cotidiano, que
se hacen eco en el espejo del chiste, la picardía,
Se propone esto como un ejercicio antro- los prejuicios y mandatos. Implican un vocabu-
pológico muy concreto, caracterizado co- lario popular que se repite de modo natural y
mo de antropología encarnada, mediante espontáneo sin filtros que dimensionen cómo su
el cual se pretende reivindicar una doble uso, contribuye a reproducir y validar miradas y
dimensión en el análisis: (a) la del nivel concepciones machistas encarnadas en nosotrxs
auto-etnográfico, es decir, la pertinencia de y en nuestros cuerpos, que con el tiempo se
partir de una misma para entender a los/ vuelven hábitos de nuestros discursos y/o
as otros/as y viceversa, sobre todo cuando acciones.
Resultados
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muerte nos separe”, “hasta en la pobreza”, ◊ Andá a lavar los platos. Esto se suele escuchar
en el caso sobretodo de que la situación a modo de insulto por la calle, cuando una
económica (al parecer dependiente única o mujer está frente al volante.
mayormente por el varón, “jefe de familia”)
no sea la mejor. ◊ Aprendé a lavarte las bombachas, antes de
tener novio. Muy escuchado de madres/
Incluyo en esta categoría las ideas que reafir- padres a hijas mujeres, los varoncitos en
man el acto de formar pareja, heterosexual, como cambio si andan noviando a corta edad, se
casi una obligación, y de aprender ciertas tareas los considera “picantes” o “picaflores picaro-
“exclusivas de la mujer”, que nos prepararían para nes” y no se los manda a lavar nada porque
ser una buena esposa, ama de casa y/o madre, y de eso se ocupará su mamá, su hermana o
que nos conducirían a encontrar nuestra “media alguna mujer en la casa.
naranja”, la mitad que nos completa o nos falta
para ser totalmente felices (ouch)... Se da por entendido, en ambas frases, que la
Son estos decires, que se dirigen, exclusivamen- mujer debe que ejercer el rol de ama de casa, que-
te a la mujer, y que no son sólo dichos por hom- darse en su hogar sin salir de su casa, lavando
bres, sino por mujeres a otras mujeres en relación los platos o las bombachas, ya que así “atraerá” a
al género masculino, como por ejemplo: un novio, que se mostrará conforme y muy con-
tento de tenerla su gusto y piacherre, es decir a su
◊ ¿Para cuándo los confites?” (se le suele pregun- servicio. De lo contrario si a la mujer se le diera
tar a la mujer cuando todavía, a “cierta edad” por salir a la calle a manejar un vehículo por
no concreta casamiento o bien, estando en ejemplo, estorbaría el tránsito libre de los caba-
pareja no tiene planificado tener hijos). lleros y ciudadanos de la patria.
Incluyo entonces de esas frases de varones que
También en el lenguaje popular existen frases se refieren a lo femenino de manera despectiva si
que expresan concepciones despectivas hacia no “realiza bien” una actividad que no es la consi-
otras identidades de género, que si bien reco- derada exclusiva del género, o que les complazca a
nocen la existencia de otras sexualidades y ellos y también dichos de varones a varones que
elecciones de género, continúan sosteniendo el denotan sexismo y prejuicios patriarcales:
binarismo de género como lo normal, serio, natu-
ral y lógico: ◊ No caliente la pava si no va a cebar el mate. Se
le suele decir a la mujer que es considerada
◊ A falta de pan buenas, son las tortas: esta frase por el hombre “histérica” o “que coquetea”
se utiliza por lo general, cuando se quiere con alguien y luego no va “a lo bifes”, no con-
expresar que hay que conformarse con creta una relación conforme con lo que el
algo de menos valor al no poder alcanzar el hombre desee. Básicamente puedo traducir
ideal. Me llama la atención que más allá de que esta frase niega a la mujer la posibilidad
ese significado, escuché a hombres y muje- de seducción si no concreta un acto sexual
res decirle esta frase a otras mujeres, para después al igual que cuando se dice:
referirse a las situaciones en las que a una ◊ Sos bombachita veloz o bombachita floja: frase
mujer no le gustan los hombres o no con- escuchada por mujeres, sobre todo de madres
sigue relacionarse con un hombre por lo a hijas, y por hombres como un estigma o
cual se le “aconseja” fijarse en alguien del etiqueta, que también aplica a la mujer que
mismo sexo, ya que el término “torta” es “avanza o propone” al hombre tener una
asociado a las mujeres lesbianas como el relación casual o no.
término “puchero” se asocia a los hombres ◊ Estás caliente como ollita de fierro o como negra
homosexuales. en baile. Aquí se suma la cuestión racial y de
clase, cuando se considera que una mujer
b) Dichos que aleccionan sobre las normas seduce o demuestra interés por varios hom-
de género: En esta categoría nombro aquellas bres y se le dice así. Demonizando el senti-
expresiones que intentan dar cátedra de cómo miento de placer y deseo sexual de la mujer
debe comportarse una mujer o un hombre frente sobre todo negra y de clase baja o de barrio.
a determinadas situaciones, expresiones que ◊ ¡Y el pescado sin vender!: Este dicho lo escuché
pretenden ser “enseñanzas de vida”, lecciones y me lo han dicho en varias circunstancias:
sobre cómo ser un “varón y/o una señorita” haciendo alusión a pasar una determinada
“como la gente”. edad y todavía no terminar una carrera uni-
Menciono actitudes o comportamientos socia- versitaria, no tener relaciones sexuales, no
les que hechos por mujeres son demonizados, tener pareja estable o no tener hijos. Una
burlados o juzgados negativamente mientras que analogía con la frase más conocida de que
cuando son realizados por hombres son natura- se nos pasa el tren si no concretamos todo
lizados o festejados. lo esperado por los otros, las expectativas y
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modos de vivir de los otros sobre nuestros objeto, o persona sin capacidad para decidir sobre
ovarios, tetas, vulvas, úteros, cabezas, cuer- su cuerpo, sus ideas y sus sentimientos y la idea de
pos y corazones. hombre, macho, fuerte, vigoroso y patriarcal:
◊ El hombre propone la mujer dispone. Esta
frase la he escuchado repetidas veces en el ◊ ¿Quién lleva los pantalones? o ¿quién para la
entorno familiar, sobre todo entre las mu- olla? ¿quién trae el pan a la casa?. Son frases
jeres, en donde para decidir tener una rela- que encierran un modelo de hombre, “jefe de
ción, comportarse “como una señorita”, se familia” que soluciona todo cuando las papas
espera que el hombre concrete o avance pri- queman. Considerado como único sustento
mero en una propuesta amorosa o sexual. económico del hogar y con indiscutible po-
Claramente al decir o aconsejarnos esto, der de decisión sobre la institución familiar,
nos ponemos en un estado inferior al sexo por depender ésta financieramente de los
opuesto, como en una vitrina esperando ser “mayores” ingresos económicos que el hom-
miradas, buscadas, admiradas o tocadas al bre trae a la casa.
“mejor postor”, “al mejor partido”. ◊ Ta como pa’ macho o Picante a lo macho: ex-
◊ Sos un gobernado, sos un pollerudo: este decir presión sobre todo de lugares andinos, pro-
se convierte en una etiqueta negativa para los vincias norteñas y países como Bolivia y
hombres que son muy compañeros de sus Perú, donde no sólo se habla de esta manera
mujeres, o que realizan en sus casas, tareas para decir que un plato está picante, arde de
históricamente vinculadas sólo a las mujeres. lo que pica, sino que se suele escribir en pi-
◊ Sos una dama, sentate bien o no hables así o zarras o cartas en comidas muy picantes y
en el caso de los hombres, tenés que ser como condimentadas con el llamado ají putaparió.
un señorito inglés. Se vuelven a mezclar cues- ◊ Te gusta el durazno, báncate el carozo: frase
tiones de clase y género en estos dichos que dicha a la mujer también cuando está em-
“educan” sobre el deber ser mujer y hombre. barazada o en situaciones de parto, querién-
dole decir que si le gustó tener relaciones
c) Dichos que legitiman la subordinación de sexuales se someta entonces a parir sin que-
las mujeres: aquí nombro ciertas expresiones jarse del dolor o de cumplir esa función, di-
que dan cuenta de determinados mandatos ciendo tácitamente que ese “dolor” que le trae
patriarcales familiares como casarse o ser ma- si está por parir o esa circunstancia de estar
dre, entre los más comunes a los que nos vemos embarazada sea como un castigo. Asumiendo
designadas y sometidas a cumplir. Que además la maternidad como una obligación y no una
nos son transmitidos como casi órdenes y pare- decisión.
cen ser dependientes de qué tan “fuerte y lo sufi- ◊ Te llenaron la cocina de humo: Se le suele de-
cientemente estable” en su situación económica cir a las mujeres cuando están embaraza-
y laboral está, el otro masculino que nos precede das, volviendo a reafirmar la idea de estar
y nos hace ser lo que somos: (esposas, novias, embarazada como si fuera decisión impues-
amigas, madres, amas de casa, hijas, hermanas, ta de una sola persona, como si fuera un cas-
empleadas); determinándonos roles fijos por ser tigo o como si la mujer no hubiera tenido
mujer o por ser hombres: ni voz ni voto en este estado que puede ser
rechazado o no, por la mujer en cuestión.
◊ Ya sabés cocinar, entonces ya te podés casar. ◊ A ésta le hace falta que la atiendan o le entierren
◊ M’ijita, usted al hombre lo tiene que mantener la batata: se acostumbra decir las mujeres
con la panza llena, así no se le va a ir. cuando tienen mal humor o se muestran
“poco amables”, haciendo referencia a que
Algunos de los mandatos que encierran estas esa mujer necesita tener sexo como condición
frases son no sólo el de casarse o formar pa- indispensable, para “cambiar su humor”. De
reja heterosexual; sino también saber cocinar; vuelta mostrándonos a la merced de otro que
cocinar para otro/s, sin mencionar la opción de nos “haga el favor”, “nos haga ver la cara a
elegir cocinar para una misma por ejemplo, o Dios”, haga y desahaga con nosotras para que
aprender a lavar la ropa interior como paso pre- nos sintamos mejor o no tengamos tan “mal
paratorio para luego ser ama de casa o formar carácter”.
“una familia” como “Dios manda”. Estos dichos ◊ Estoy/estás indispuesta: nos decimos cuando
también denotan una idea de opresión que ejerce estamos atravesando el ciclo menstrual,
el género masculino sobre el femenino, poniendo entonces me pregunto: ¿indispuesta para
a la mujer en un lugar de súbdita, la cual para qué? ¿indispuesta para quién? Cuando
complacerlo debe realizar estas tareas a cambio llega nuestro ciclo y aparece el sangrado de
de su sola “compañía o presencia”, como premio la menstruación, pareciera que dejamos
consuelo casi para no convertirse en una de cumplir el rol de estar al servicio y
“solterona”. bien dispuestas para los hombres, porque
Se incluyen además, frases que avalan el falo- no podemos tener relaciones sexuales
gocetrismo y reafirman la idea de mujer como “higiénicas” con ellos. El sangrado nos viene
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marcando desde años, cuando nos llega La escuela de mujeres [...] se plantea diver-
nuestra menarca ya se dice que somos “se- sos desafíos [...] DESAFÍO CULTURAL: Ante
ñoritas” a partir de ese momento, es decir la neo-colonización cultural impuesta espe-
ya podemos buscarnos un novio, casarnos cialmente por Estados Unidos a los pue-blos
y quedar embarazadas. Además cuando se Latinoamericanos, es indispensable recu-
dice que nos “desvirgan”, o sea, cuando tene- perar de manera sistemática nuestra cosmo-
mos nuestra primera relación sexual con un visión ancestral integral, de tal manera que
hombre, el sangrado es desde tiempos anti- ella se constituya en los cimientos sobre
guos sinónimo de orgullo para el hombre y los cuales se erijan los nuevos procesos de
hasta para la familia, porque alguien nos hizo lucha. Por lo que se convierte en un objetivo
dejar de ser vírgenes, castas y puras. estratégico el recuperar de manera comu-
◊ Sos más fácil que comer pollo con la mano: nitaria nuestras raíces históricas y cultura-
juzgando cuando una mujer “accede” ante les. Además debemos asegurar el proceso de
una primera propuesta de sexo casual con sistematización y socialización de los cono-
otro hombre, otra vez la idea de sumisión cimientos recuperados, Mismos que tendre-
y subordinación para con nosotras frente a mos que garantizar sean reencarnados en la
actitudes adoptadas con el sexo opuesto. historia de lucha actual. En nuestro caso, las
◊ Matame si no te sirvo: frase sobretodo escu- mujeres indígenas somos las custodias de
chada entre mujeres y por mujeres hacia los valores culturales originarios que han
hombres que consideran atractivos y seduc- resistido de vientre en vientre por siglos, y
tores, haciendo saber desean tener una desde nosotras que serán recuperados estos
relación con ellos, pero desde un lugar de valores en el nuevo proceso de formación y
subordinación y aprobación: haceme todo, capacitación. (p. 39)
hasta matame si no te gusto, no te sirvo,
pero primero está conmigo, elegime, como Considero que estas formas de hablar han sido
reafirmando su condición de objeto. aprendidas por mis congéneres y las masculini-
◊ Expresiones como: ¿Comiste o pescaste algo dades que me circundan de modo ancestral y oral
esta noche? ¡Qué bien se come en tu casa! No por lo que forjan mi identidad y construcción de
me patees el asado: han sido escuchadas en ser mujer hoy, de ahí la idea de sacarlas a la luz
conversaciones de hombres, haciendo alu- ahora.
sión a la mujer como objeto de deseo sexual Estas reflexiones que voy haciendo, de aquellos
comparada con la carne o un alimento. dichos que me revelan formas patriarcales de
hablar, no hacen más que reafirmar lo que Rivera
Me detengo un poco en la categorización de Cusicanqui (2010) dice:
las formas de hablar y nombrar, para luego
continuar con una última categoría, pero no Nos cuesta hablar, conectar nuestro lengua-
sin antes aclarar que todas éstos dichos que voy je público con el lenguaje privado. Nos
nombrando a lo largo del artículo, son algunas cuesta decir lo que pensamos y hacernos
de las frases que he podido escuchar durante conscientes de este trasfondo pulsional, de
mis experiencias de vida, y que más allá de mi conflictos y vergüenzas inconscientes. Esto
subjetividad me sitúan dentro de contextos y si- nos ha creado modos retóricos de comuni-
tuaciones sociales y colectivas; es decir forman carnos, dobles sentidos, sentidos tácitos,
parte de muchos discursos diarios de mujeres y convenciones del habla que esconden una
hombres que me han rodeado y trascendiendo la serie de sobreentendidos y que orientan las
vivencia personal permiten dar cuenta también prácticas, pero que a la vez divorcian a la
de cómo estos dichos son compartidos y signifi- acción de la palabra pública. (p. 20)
cados por una colectividad.
Cabe aclarar que no siempre las frases son d) Dichos que subvierten la estructura pa-
dichas por varones hacia mujeres, si no en triarcal: me parece importante aclarar que, di-
diálogos inter o intra género (entre mujeres, entre chosamente, en esta tarea de buscar frases, revi-
varones, entre mujeres y varones). sarlas y hacer memoria de cómo hablamos, me
Dilucidarlas forma parte, de un proceso de he encontrado con conversaciones y otras frases
visibilizar estas nociones del lenguaje, des- que tenían la mujeres de mi familia, que eran
historizarlas y desaprenderlas en reflexión, reproducidas sólo entre ellas, en una suerte de
de manera colectiva para que tengan lugar en aquelarre o reunión de brujas, entre mates o en
nues-tras discusiones a fin de luchar por el bien la cocina, entre mi mamá y abuela, entre alguna
común de todas y todos. Hablar de esto puede práctica o quehacer cotidiano, que vienen a
formar parte del desafío cultural del que nos darnos un respiro, a contrarrestar lo despectivo
habla Francesca Gargallo (2014) al mencionar y patriarcal de los sentidos otorgados a los dichos
los desafíos presentados por integrantes de antes mencionados.
la Escuela de Formación de Mujeres Líderes Aparecen entonces otras maneras de decir
Indígenas como Dolores Cacuango en Ecuador: entre mujeres:
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En la ronda de mates: regidos por la matriz heterosexual4, de la que
habla Mattio en su texto ¿De qué hablamos cuando
◊ Mate lavao para el gorriao2, mate espumita hablamos de género?,citando a Butler, (2001):
para el patita3: el mejor mate para el pata de
lana y el más fiero, lavado, para el marido. tal matriz de inteligibilidad funciona como
◊ Mate amargo y pan de gringo sólo por necesidá: un marco u horizonte en el que los cuerpos
mate cebado sin azúcar, desabrido y tener son leídos y significados, y a partir del cual
amoríos con hombres gringos, blancos, ru- se regulan los modos disponibles y viables
bios, sólo como una necesidad o caridad, si de vivir y actuar «como mujeres» o «como
no queda otra alternativa. varones». De tal modo, aquellos cuerpos,
◊ Querés maní, comeme a mí: una forma pícara, géneros o deseos que transgredande alguna
de decirle al hombre que me gusta y lo en- forma los modelos regulativos que tal ma-
cuentro seductor. triz impone, están expuestos a las más di-
versas formas de sanción social -burlas,
Decires que nos fortalecen como mujer, nos persecuciones, descrédito moral, falta de
vuelven cómplices con las otras, nos muestran reconocimiento jurídico, social o cultural, e
fuertes, libres y alegres frente a los demás. incluso, la muerte-. (p. 90)
Como lo reflejan estas coplas populares:
Entonces, estas maneras de decirse y hacer en-
De la olla popular, tre mujeres que descubro; son nada más y nada
soy el plato más servido, menos que sus autodefiniciones, la contrapartida
picante para el amor, de los dichos, antes revisados, que las oprimen, y
punzudo para el olvido. aquello que devela sus emancipaciones, sus mo-
dos de comprender el mundo desde su interior de
Revolvéme despacito sentirse mujeres, nociones que distan bastante
No te vayas a quemar, de lo que les han hecho creer que es ser mujer.
Cuidadito con el fuego, Parafraseando a Gargallo (2014), creo que estas
No te vayas a quemar. autoafirmaciones de mis congéneres:
Estas prácticas y dicho entre el mujerío, enton- apuntan a la valoración del cuerpo, de la
ces esperanzadoras, considero forman parte de memoria y de la diferencia, entendidos
lo que he dado en llamar feminismos encubiertos, como lo que no coincide con el sujeto racio-
encubiertos por buscar resguardarse en la intimi- nal auto controlado de la masculinidad
dad de reuniones femeninas. Una suerte de estra- dominante, presentado como norma estéti-
tegias que, deduzco yo, sirven para liberarse a sí ca, ética y política. Es decir, no coincide con
mismas; para alivianar ciertas opresiones y man- la heterosexualidad que compulsivamente
datos del deber ser, hábitos espontáneos, natura- intenta organizar la afectividad, tampoco
les, basados en el compartir, en la reunión, la es- con los géneros asignados ni con las ense-
cucha y la complicidad. ñanzas que niegan la gama de elementos
Mujeres que se las ingenian para hablar de culturales de pueblos que han resistido por
ciertas cosas que no querían hablar frente a los siglos la presión del racismo de las metró-
hombres, (recuerdo que mi mamá y mi abuela, polis colonizadoras y de las élites criollas
para contarse secretos por ejemplo o “cosa de que les sucedieron y concibieron los estados
mujeres”, hablaban en jeringoso frente a los nacionales de Nuestra América. (p. 44)
hombres de la casa), cosas de chinitas...
Actos que delatan entendimientos, complici- Intuyo, que para que se den estas posibilidades
dades, subjetividades, de un sentirse y un ser y acciones llevadas a cabo entre pares, existen
mujer empoderado, reservado-resguardado en espacios y tareas que los avalan, sitios de resis-
secreto y en exclusivo para ellas. Como un tesoro tencia natural para vivir mejor, que necesitamos
escondido que las consolida y re afirma libres y descubrir y fortalecer.
fuertes, fuera de la norma En esta última categoría abro la puerta para
Modos de lenguaje, que se me aparecen hoy destapar la olla, para visibilizar y descubrir esos
a mí, para ayudarme a construir, de-construir y momentos donde las mujeres podemos buscar
comprender nuevos feminismos, otras categorías el apoyo y la solidaridad entre nosotres, donde
de ser mujer, otras significaciones de los roles podemos hablar y actuar de otras maneras: en el
culturalmente fijados y aprendidos como únicas ámbito del entre-casa, en la sobre-mesa... (en mi
maneras de ser hombre y ser mujer, que están casa cuando todos los comensales se levantaban
y quedaba la ultima en comer y la hacedora del
plato: mi mamá), en las charlas, el almacén, las
2
Mate lavao es mate lavado: el mate cuando hierve el agua y
la yerba mate queda flotando sobre el agua caliente. 4
[...] matriz heterosexual, esto es, la rejilla de inteligibilidad
3
El pata ’i lana es el pata de lana, se le dice comúnmente en cultural a través de la cual se naturalizan cuerpos, géneros y
Córdoba al amante. deseos (Butler, 2001).
Cannistraro, R. D.
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esquinas, las puertas, las calles, la transmisión dimos, dilucidando que nuestros cuerpos ances-
de saberes a los demás, las veredas en donde tralmente han vivido opresiones que tienen que
se conversa, la peluquería, la cocina, los patios, ver con el género, con la raza, con la cultura y la
los pasillos, el tejido, la costura, el bordado, el clase social.
canto, el mate, el jardín, la poesía, los relatos, Dándonos cuenta de esto, podremos revalorizar
los peinados, los té, las salidas, los paños, los nuestras riquezas, entender el pasado de nuestras
abrazos, los llantos, las emociones, los mimos, los mujeres, sus intereses y circunstancias, sin juz-
arrullos, todo. Todo en una gran olla, en un caldo, garlas o juzgarnos negativamente, pero sí dán-
mezclándose, a fuego lento. doles voz, sí destrabando las luchas internas, las
Indicios de feminismos latinoamericanos sur- historias, los valores, la cultura y la riqueza per-
gidos de las entrañas; nacidos de las emociones sonal de quienes son/somos poseedoras. Todo
y los sentires, de las broncas, y subestimaciones, ello pienso que contribuye a las luchas más gran-
maneras de empoderarse, y subversionarse que des no hegemónicas que compartimos.
tenemos y han tenido ciertas mujeres, con pocos Intento proponer corrernos de posturas y mi-
privilegios y muchas convicciones. Trabajadoras radas etnocéntricas, occidentales, que terminan
del hogar con “padres de familia”, trabajadoras siendo nuestros eternos enemigos, para por fin
con patrón, madres solteras, jóvenes con aspira- visibilizar estos aportes hacia un feminismo de
ciones de trabajo y estudio, entre otras identi- colonial y nuestro.
dades (cabe aclarar que menciono sólo algunas Movilizada por el concepto de feminismo,
características y ámbitos propios de mujeres que que la misma Francesca Gargallo resalta en su
me han rodeado y que han crecido o sobreviven libro Feminismos de Abya Yala (2014) al citar a la
a los dichos y modos de comunicarse que antes feminista comunitaria aymara Julieta Paredes,
mencioné, algunas escuchándolos, otras además para quien el feminismo5 se traduce en toda
repitiéndolos). acción organizada por las mujeres indígenas en
Aquí me encuentro con mujeres que trataron beneficio de una buena vida para todas las mu-
y tratan, en la medida que les es posible y las jeres, invito a hacer memoria colectiva, como un
dejan, mantener ciertas prácticas “intocables” acto revolucionario de desaprender, desempolvar,
por quienes las oprimen, conservarlas y tramo reconstruir, relacionar, historias, violencias,
a tramo fortalecerlas, como en un acto revolu- opresiones familiares, para entender mejor los
cionario, para que hoy, aún (algunas como mis distintos modos de ser mujer con las que hemos
abuelas, madres y tías) sin tener acceso a estu- sido educadas y fueron educadas las mujeres
dios, ensayos, artículos científicos o ámbitos aca- de nuestras familias, revalorizar, dar voz a esas
démicos, como los puedo tener yo, seamos noso- mujeres que no la tuvieron, o no la tienen, y
tras las continuadoras. a nuestro modo. Porque transformar las mujeres que nos habitan en la
con esas prácticas nos han criado, nos siguen piel, escuchándolas y hablando a través de ellas
criando, nos cuidaron, nos dieron comida, nos mismas, lo que encarnan y sienten al hablar, lo
educaron, nos pasearon, nos han dado cobijo y que quisieron y también lo que tuvieron que callar,
consuelo, entre tantas otras cosas más. para así auto conocernos, ayudarnos y elegir las
En definitiva creo que esos feminismos encu- palabras con las que queremos expresarnos, cono-
biertos y protegidos, pueden hoy salvarnos de ciendo sus múltiples sentidos y no el único que
las enemistades con nuestras congéneres, impul- nos mostraron, hegemónico e impuesto o sobreen-
sarnos a deshilvanar sus construcciones de gé- tendido por el discurso patriarcal.
nero e identidad, amigarnos con ellas, mirar Propongo denunciar las dimensiones de nues-
un poco más allá de ellas y comprender mejor tro lenguaje menospreciado, poco revisado y uti-
porqué hablamos como hablamos, qué estamos lizado chabacanamente, anunciar las formas de
silenciando, qué y quién nos calla, porqué. nombrar que denotan una situación de poder de
Así se nos alumbra un camino o varios, desde lo masculino sobre lo femenino, cuestionar cómo
dónde debemos aprender y asimilar eso que nos y por quién han sido pensadas las frases o dichos
enseñaron implícitamente para después empezar que decimos, bajo qué prejuicios y esencialismos
de nuevo: yo, hoy, nosotras, acá, urbanas, blancas, de género han nacido, acciones clave para que
mestizas, estudiantes, académicas, trabajadoras, nuestro discurso no sea una mera repetición,
madres, hijas. vacía de sentido, y se vuelva crítico, reflexivo y
Gracias a esas prácticas que llamo feminismos consciente.
encubiertos, construidos desde los saberes popula- Para eso es que acerco este sentir como un
res, que están esperando ser escuchados y apren- mínimo aporte a seguir fortaleciéndonos como
didos, y son protegidos con amor, complicidad,
tripas, corazón y confesión; creo que hoy pode- 5
Asumiendo la perspectiva de Julieta Paredes, si el feminis-
mos estar debatiendo estas nociones y discursos, e mo occidental acepta que entodas las lenguas de Abya
intentando transformar distintas realidades. Des- Yala el esfuerzo de las mujeres para vivir una buena vida
en diálogo y construcción con otras mujeres en sus comu-
montando nuestros privilegios actuales, e inter- nidades se traduce en castellano como feminismo (Gargallo,
pelando los comportamientos que reproducimos, F., Feminismos desde Abya Yala. Ideas y proposiciones de las
sin nunca saber bien porqué o cómo los apren- mujeres de 607 pueblos en Nuestra América, pp. 34 y 35)
[ 312 ] RevIISE | Vol 11, Año 11 | abril 2018 - septiembre 2018 | Dossier Hacia un buen vivir feminista
ISSN: 2250-5555 | Argentina | www.reviise.unsj.edu.ar
mujeres, hombres y compañerxs buscando cionarias populares antiguas sin nombres cien-
cada vez más la paridad y no las medias tintas o tíficos, y seguir recorriendo en diálogo con lo que
medias naranjas. fuimos, somos y seremos.
Esta propuesta insta más que a responder, a Sólo así no nos vamos a apagar y no deja-
seguir preguntándonos, quiere sugerir a quien remos de desarrollar estrategias cotidianas para
la lee hacerse determinadas preguntas que me cuidarnos, compartirnos, estar juntas, amucha-
realicé al elaborar este texto e invitar a reformu- das y revueltas.
larlas:
¿Desde qué lugar de privilegio hablo? ¿Con qué
estereotipo de mujer (en mi caso) me crié o me Mujeres de barro
criaron, aprendí y reproduzco?
Mujer de barro,
Algunas preguntas fundamentales para no en- de piel curtida
trar en las trampas y juegos patriarcales ni co- De arrugas marcadas
laborar con ellos, para causar la ruptura de los y buena fibra.
mandatos sociales jerárquicos, opresivos, cues-
tionarlos y transformarlos. Mujer de fuego
Intentos para desmontar el sistema de opre- y marea
sión que nos afecta a todes los que estamos fuera Luchadora
de una “norma” impuesta, para comprender y obrera
estos privilegios y creencias con las que convivi- A vos te canto comadre,
mos, tratando cada vez más de lograr senti- A vos de mi misma sangre.
pensar desde esa noción ch’xi de la que nos habla
Silvia Rivera Cusicanqui (2010) dejando atrás los A vos que la voz te arde,
determinismos únicos o binarios, la chicha o la cuando hay tanto alarde
limonada: por tu condición
Cannistraro, R. D.
“Ni chicha ni limonada: Comunicación y feminismos latinoamericanos” | pp. 303-314 [ 313 ]
Bibliografía
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