Lucho Borrego habla a corazón abierto de la condición que padece: "Ahora no me da pena decirlo"

Es una de las caras más queridas por la audiencia hispana en Estados Unidos. Y es que, Lucho Borrego siempre está a su orden llevándoles las últimas exclusivas del mundo del entretenimiento y las entrevistas más buscadas de las Misses. Ya sea a través de sus redes o su programa, Siéntese quien pueda.

Ama su trabajo y se entrega a él en cuerpo y alma. Pero también ha aprendido a amarse más a sí mismo para poder hacer las cosas bien y lograr un mayor bienestar en todos los campos de la vida.

En una entrevista a corazón abierto con la comunicadora María Alejandra Requena, el presentador colombiano habló sin filtro del padecimiento que experimenta desde hace más de dos décadas y del que ya no tiene miedo a hablar.

Al contrario, dar a conocer su condición puede servir de ayuda a mucha gente que pasa por lo mismo y no sabe hacia dónde dirigirse o qué pasos dar.

"... soy diagnosticado como obsesivo compulsivo... Yo soy un tipo neurótico, soy un tipo que lleva al extremo la organización, el ajuste, cuando tengo una meta no me salgo de ahí, si algo se me atraviesa se me descompone el día. Pero soy tan consciente de eso que cuando viene un cambio intempestivo, me adapto fácil, es paradójico", comienza esta entrevista en el programa Elijo ser feliz de la conductora venezolana.

Ya no oculta que lleva años en terapia, algo que por mucho tiempo no dijo por aquello del qué dirán. "Ahora no me da miedo ni pena decirlo porque cuando uno habla de enfermedades mentales se tiende a pensar, 'uy, el loquito ese', 'cuidado con esa persona'. Son cosas que he guardado dentro de mí durante más de 20 años de mi vida... Si vamos a una terapia es porque queremos estar bien", explicó.

Reconoce que lleva tratándose desde casi el comienzo de su carrera frente a las cámaras, y agradece a las personalidades públicas como J Balvin o Alejandro Sanz, que hayan tenido el coraje de hacerlo público y abrir camino.

Luis Alfonso, su nombre completo, cree saber cuál es la raíz de esta condición y también la contó con sinceridad. "Mi mamá me decía ayer, 'tu papá era una persona tremendamente depresiva y tuvo que lidiar toda la vida con eso, pero no sabíamos cómo manejarlo... En mi caso, uno de los momentos más determinantes de mi vida fue cuando me di cuenta que existía un desorden químico, bueno, uno no se da cuenta, pero sabe que hay algo que está mal... Existía como una tristeza profunda, algo que no sabía interpretar y física y anatómicamente comenzaron a haber escuelas", prosiguió.

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Decidido a afrontar la situación, acudió al psiquiatra y a terapia, lo que supuso un parteaguas en su vida. "Fui diagnosticado con ansiedad, con depresión, algo a lo que 20 años después se está dando visibilidad y luz. Yo lo tuve en el clóset durante 18 años porque hasta ahora es que se está hablando de esto", añadió con honestidad.

El trabajo continúa a día de hoy, eso sí, con un mayor conocimiento y las herramientas necesarias para hacer frente a cualquier crisis que pueda surgir. Está orgulloso de ver todo lo que ha logrado en lo personal y se muestra abierto a seguir aprendiendo. Si con su ejemplo puede ayudar a una sola persona, para Lucho valió la pena contar su experiencia. "Yo quiero ser bueno conmigo mismo y proyectar esa misma bondad para los que me rodean", cerró esta charla tan llena de superación y esperanza.