En el complejo escenario de las relaciones internacionales en el siglo XXI, resulta fundamental reconsiderar estrategias frente a las tensiones interestatales actuales.
A la misma velocidad que el virus, la situación política mutó y comenzó a haber cada vez mayor resistencias ante las decisiones gubernamentales. Al principio, sobre todo contra el encierro obligatorio, y luego contra la vacunación.
El asesinato del presidente abre un escenario de incertidumbre sobre Haití y su entorno regional más inmediato. Institucionalmente la crisis no puede ser mayor: los tres poderes del Estado hoy están acéfalos.