Del inglés troll y este a su vez del sueco troll, del nórdico antiguo troll[1], de origen ulterior incierto, quizás del protogermánico *trudaną) o del protogermánico *truzla-.[2] En la casi totalidad de las lenguas europeas se trata de un préstamo reciente de origen literario o folklórico; compárese sin embargo el inglés dialectal trow, directamente tomado del dialecto nórdico que subsistió en las Orcadas. Préstamo no adaptado.[3]
Un troll es un horrible humanoide que habita en cavernas o grietas que van a las profundidades de la tierra.De color azul, gris o verde, mide de dos a tres metros. Tiene ojos hundidos y negros que no soportan mucha luz, por lo que actúa de noche. De hecho, la luz directa puede transformarlo en roca. Camina encorvado y posee un gran olfato para detectar presencias ocultas.Armando Carranza. Comprender Los Sueños de Los Niños. Página 347. Editorial: Martinez Roca S A Ediciones. 2003. ISBN: 9788427029569.
Ejemplo:
Había un olor delicioso en el aire. También había un barril de buena bebida a mano, y bebían de unas jarras. Pero eran trolls. Trolls sin ninguna duda. Aun Bilbo, a pesar de su vida retirada, podía darse cuenta: las grandes caras toscas, la estatura, el perfil de las piernas, por no hablar del lenguaje, que no era precisamente el que se escucha en un salón de invitados.» Tolkien, J. R. R. (1982 [1937]) El hobbit. Trad. de Manuel Figueroa. Barcelona: Minotauro.
1 Se emplea también para el imperativo y el subjuntivo presente. 2 Se emplea también como gerundio. 3 Se emplea también para el subjuntivo pasado. 4 También se puede emplear shall como auxiliar, fundamentalmente aparte de Norteamérica. 5 Se usa el verbo auxiliar let para formar el imperativo de primera persona del plural