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Holocausto

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«¡Desdichado quien al regresar descubrió una realidad totalmente distinta a la íntimamente añorada durante los años de cautiverio!»
Viktor Frankl

El Holocausto es el nombre que se aplica al genocidio de aproximadamente seis millones de judíos europeos, y de otros muchos grupos de Europa y el Norte de África, durante la Segunda Guerra Mundial.

  • «Al menos, el Holocausto demostró que una ideología seglar puede ser tan mortífera como cualquier cruzada religiosa».[1]
    • Karen Armstrong
    • Funete: The Battle for God: A History of Fundamentalism (2011)
  • «¿Cómo puede haber sido que tantos clérigos de reputación y responsabilidad hayan dado su apoyo, aunque solo fuera pasivamente, a la perpetración de crímenes como el genocidio? ¿Qué fiebre se apoderó de tantos millones de cristianos alemanes, tanto evangélicos [luteranos] como católicos, en aquellos pocos años de tiranía nazi?».
    • John S. Conway, historiador canadiense
    • Fuente: The Nazi Persecution of the Churches 1933-1945 (La persecución nazi de las iglesias 1933-1945).
  • «¡Desdichado quien al regresar descubrió una realidad totalmente distinta a la íntimamente añorada durante los años de cautiverio!».[2]
    • Viktor Emile Frankl
    • Nota: En su libro El hombre en busca de sentido, el psicoanalista Viktor Frankl revela que algunos de sus compañeros que sobrevivieron al Holocausto se encararon a la misma cuestión después de ser liberados de los campos de concentración. Al retornar a sus hogares, se encontraron con que sus seres queridos habían muerto.[2]
  • «El deber del superviviente es dar testimonio de lo que ocurrió, [...] hay que advertir a la gente de que estas cosas pueden suceder, que el mal puede desencadenarse. El odio racial, la violencia y las idolatrías todavía proliferan».
  • «En contraste con la docilidad de las grandes iglesias, los testigos de Jehová mantuvieron su oposición doctrinal hasta el punto de desplegar fanatismo [...] La resistencia de los Testigos estaba principalmente centrada contra toda forma de colaboración con los nazis [...] Fundando su caso en el mandamiento bíblico, rehusaron portar armas [...] todos quedaron casi bajo sentencia de muerte. De hecho, muchos pagaron aquella pena; [...] grandes cantidades de ellos fueron transportados a Dachau [el campo de concentración]».
    • John S. Conway, historiador canadiense
    • Fuente: La persecución nazi de las iglesias 1933-1945
  • «Ha habido casos en los que en los que mataron de un tiro a judíos valientes, a la vista de toda su familia y no se hacía responsables a sus asesinos, porque la excusa era que el "asqueroso judío" había insultado al Füher y que ellos tenían la obligación de vengar su honor».[3]
    • Chaim Kaplan, anotación del 6 de diciembre de 1940 en su diario.
    • Nota: Kaplan describió hasta su muerte, entre diciembre de 1942 y enero de 1943, los horrores de las masacres indiscriminadas de judíos y polacos en el día a día de la ocupación de Polonia.
  • «Hoy día, las violaciones de los derechos humanos siguen modelos funestos que lamentablemente evocan los lúgubres días de los años treinta, cuando sucedieron hechos semejantes que presagiaron el Holocausto».
    • Irwin Cotler, profesor de Derecho de la Universidad McGill y copresidente de la organización Canadian Helsinki Watch Group, según The Toronto Star.
  • «La Iglesia de Francia debe reconocer que la indiferencia primó sobre la indignación, y que ante la persecución de los judíos, y en particular ante las múltiples medidas antisemitas decretadas por las autoridades de Vichy, el silencio fue la regla, y las palabras en favor de las víctimas, la excepción. [...] Hoy confesamos que aquel silencio fue una falta. También reconocemos que la Iglesia de Francia falló en su misión de educadora de las conciencias».
    • Olivier de Berranger, arzobispo.
    • Nota: El arzobispo Berrabger en la lectura de una declaración en la que la Iglesia admitió haber permitido que sus propios intereses «eclipsaran la exigencia bíblica de respetar a todo ser humano creado a la imagen de Dios».
  • «Los que comprenden la situación política y militar van por ahí lamentándose. No hay esperanza de que la acción decisiva se produzca esta primavera y, a falta de una decisión, nuestra terrible angustia durará mucho tiempo».[4]
    • Chaim Kaplan, anotación del 7 de marzo de 1940 en su diario.
  • «Muchos fueron sentenciados a muerte por negarse a prestar servicio militar [...]; o terminaron en Dachau o en asilos para locos».
  • «Que frágiles son los bastiones de la civilización. El Holocausto nos recordará para siempre que el conocimiento divorciado de los valores solo puede servir para agravar la pesadilla humana; que tener cabeza sin corazón no es humano».
    • Bill Clinton
    • Nota: Durante la ceremonia de apertura del museo estadounidense en Memoria del Holocausto, situado en Washington, D.C., que se inauguró el 22 de abril de 1993.
  • «Sobriedad, tesón y una limpieza extremada son buenas cualidades típicas de muchos alemanes, que se demuestran eficaces cuando se aplican a la agricultura o la industria. Pero Hitler puso esas cualidades del carácter alemán al servicio de la comisión de crímenes contra la humanidad. En los campos de trabajo de Polonia las SS actuaban como si tratara de cultivar coliflores o patatas».
    • Dicho por Vasili Grossman
    • Fuente: «El infierno de Treblinka», artículo publicado en el diario Estrella Roja en noviembre de 1944.
  • «Ya no quedan fuerzas para llorar, el llanto continuo y permanente al final acaba en silencio. Al principio gritas, después gimes, y, por último, un suspiro infinito que ni siquiera tiene eco».[5]
    • Chaim Kaplan, recogido de su diario personal.
    • Nota: El 8 de diciembre de 1939 en Varsovia un pelotón de las SS fusiló públicamente a 31 polacos, de los que seis eran judíos, en el marco de la campaña de exterminio y terror que ejecutaban por orden de Hitler. Este hecho es lo que refleja la nota del diario.

Referencias

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  1. Armstrong, Karen. The Battle for God: A History of Fundamentalism. Random House Publishing Group, 2011. ISBN 978-03-0779-860-2.
  2. 2,0 2,1 Frankl, Viktor Emil (traducido por Insausti Herrero-Velarde, Gabriel; Kopplhuber, Christine). El hombre en busca de sentido. Herder Editorial S.L., 2011. ISBN 978-84-2542-653-7.
  3. Gilbert, Martin (traducción de Devoto, Alejandra). La Segunda Guerra Mundial Volumen I. Editorial La Esfera de los Libros, S.L. 2005. ISBN 84-9734-299-2, pp. 216-217.
  4. Gilbert, Martin (traducción de Devoto, Alejandra). La Segunda Guerra Mundial Volumen I. Editorial La Esfera de los Libros, S.L. 2005. ISBN 84-9734-299-2, p. 81.
  5. Gilbert, Martin (traducción de Devoto, Alejandra). La Segunda Guerra Mundial Volumen I. Editorial La Esfera de los Libros, S.L. 2005. ISBN 84-9734-299-2 p. 61.