Parece que la explosión de la Rambla no ha sido tan inofensiva como la vieja cápsula de Buenos Aires, habiendo producido estragos mayores que la bomba lanzada en París contra el nauseabundo reyezuelo de españa.
El humo de las lámparas y el olor acre de sus cuerpos sudorosos impregnó bien pronto la atmósfera de un hedor
nauseabundo y asfixiante.
Baldomero Lillo
Tras haber sentido los efectos de una atmósfera húmeda, respirado el aire denso, el rancio olor que exhalaban viejas tapicerías y armarios cubiertos de polvo, se encontró en la antigua habitación del anciano, ante un lecho nauseabundo junto a una chimenea casi apagada.
El uno a fumarse un nauseabundo cigarro, arrellenado en una poltrona más cómoda que las de su despacho; el otro, a traerme su cosecha de vulgaridades; los dos médicos, a cobrar su charla el uno, su estúpida receta el otro.
Y ese perfume de otro mundo, del que me embriagaba con perfeccionada sensibilidad, ha sido, ¡ay!, reemplazado por un fétido olor a tabaco mezclado con no sé qué nauseabundo moho.
El perro se retiró aullando. Cuando estuvieron cerca sintieron un olor nauseabundo que penetró hasta sus pulmones. Los pies se les hundían en un alto de plumas, de excrementos, de materias descompuestas o quemadas.
Cuántas veces, un día hermoso, lleno de sol y perfumado, o bien al salir del teatro, de una pieza de Sófocles, te llamarán para un hombre que, molestado por los dolores de vientre, pondrá ante tus ojos un bacín nauseabundo, diciéndote satisfecho: "Gracias a que he tenido la preocupación de no tirarlo".
En efecto, yo no poseo ese lenguaje gráfico de los modernos revisteros; desconozco totalmente ese potaje de galicismos entre los cuales asoma, transfigurado el ramplón español con cara de protesta hacia el intruso que, no contento con serlo, quiere echarle de casa; ignoro esos modismos extranjeros de tanto efecto hasta para los que los desconocen, como son las siete octavas partes de los lectores, y que con tanta, ventaja sustituyen a los llamados buenos giros del nauseabundo y clasicote idioma de la madre patria.
Cuando los conquistadores llegaron, los bárbaros celebraban un festín danzando al redor de una hoguera donde se embriagaban con el olor nauseabundo y penetrante de un cadáver tostado en las llamas.
sólo porque amo y me compadezco demasiado de la gente. Gracias a todos desde lo más profundo de mi estómago nauseabundo por vuestras cartas y vuestro interés durante los últimos años.
Los notarios hicieron añicos el expediente, y los que tres minutos antes encontraban olor a rosas en el difunto se esparcieron por la villa, asegurando que el cadáver del de Toledo estaba putrefacto y
nauseabundo, y que no volverían a fiarse de las apariencias.
Ricardo Palma
Como entra en lo profundo de la cloaca vil precipitado fuliginoso cieno nauseabundo por la lluvia del cielo arrebatado, así, en negro aluvión, de horror preñado, la nocturna tiniebla que a deshora con los rayos del sol barre la aurora se sume en la conciencia del malvado.