maleza


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maleza

1. s. f. Abundancia de hierbas perjudiciales en los sembrados unos jornaleros quitaban la maleza. hierbajos
2. Espesura de arbustos silvestres, como zarzales o jarales el conejo herido quedó atrapado en la maleza y no podía salir. frondosidad
3. Dom., Nicar. Achaque, enfermedad.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

maleza

 
f. Abundancia de hierbas que perjudican los sembrados.
Espesura de arbustos.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

maleza

(ma'leθa)
sustantivo femenino
1. vegetación espesa formada por árboles y plantas internarse en la maleza
2. abundancia de hierbas nocivas en una plantación El jardinero quitó la maleza.
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Sinónimos

maleza

nombre femenino
Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Traducciones

maleza

křoví

maleza

buskads

maleza

Gebüsch

maleza

pensaikko

maleza

šikara

maleza

茂み

maleza

덤불

maleza

krattskog

maleza

tulejka

maleza

bosque, moita

maleza

skogsland

maleza

พุ่มไม้

maleza

bụi rậm

maleza

矮树丛

maleza

SF
1. (= malas hierbas) → weeds pl
2. (= espesura) [de matas] → undergrowth; [de zarza] → thicket; [de broza] → brushwood
fueron abriéndose camino entre la malezathey gradually beat a path through the undergrowth
3. (Cono Sur) (= pus) → pus
4. (CAm) (= enfermedad) → sickness, illness
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
De pronto sus arqueros señalaron entre la maleza la aparición de un espléndido reno que parecía coronado con cuernos de plata y oro.
Sara, llena de una santa indignación, rebosando en generosa ira y animada de esa fe inquebrantable en el verdadero Dios que su amante le había revelado, no pudo contenerse a la vista de aquel espectáculo y, rompiendo por entre la maleza que la ocultaba, presentóse de imprevisto en el umbral del templo.
Dos veces saltó y se ocultó en la maleza: eran transeúntes, «gente de a caballo», un cura, una pareja a estilo de Portugal, hombre y mujer sobre una misma yegua, apretados y contentos.
Como una aparición incontrolable, cual viento abriéndose sendero en la maleza, la mujer seguía avanzando, inconmovible, como de cristal configurada.
De entre la maleza alta como los árboles, salen aquellas paredes tan hermosas, todas cubiertas de las más finas grecas y dibujos, sin curva ninguna, sino con rectas y ángulos compuestos con mucha gracia y majestad.
La ola llevó la caja a un bosquecillo de espesa maleza, de suelo agradable, resguardado contra los vientos y la lluvia, a cubierto del sol, cuyos rayos «no podían penetrar allí, mientras que subía ni mientras que bajaba».
Acabaron por familiarizarse con aquel bicho ruin como con la idea de la muerte, considerádolo una calamidad inevitable, y el valenciano que salía a trabajar sus campos, apenas escuchaba ruido cerca de la senda y veía ondear la maleza, murmuraba con desaliento y resignación: -Me tocó la mala.
Defendían esta propiedad: un trincho, cubierto de maleza, por el lado del callejón; dos guayabos machos, tres naranjos agrios y un saúco, entreverados con unos palos carcomidos, por los dos lados restantes.
En otra época había un camino sobre las colinas y a través de los valles, que corría en mi recta donde ahora hay un marchito erial1; pero la gente dejó de utilizarlo y se abrió un nuevo camino que daba un rodeo hacia el sur. Entre la selvatiquez del erial pueden encontrarse aún huellas del antiguo camino, a pesar de que la maleza lo ha invadido todo.
En los espacios abiertos, principalmente a lo largo de la línea del antiguo camino, había pequeñas casas de labor; a veces, con todas sus edificaciones en pie, y a veces con sólo un par de ellas, y a veces con una solitaria chimenea o una derruida bodega. La maleza reinaba por todas partes, y seres furtivos susurraban en el subsuelo.
CAPÍTULO VIII El pequeño pasto se había convertido para mí en una desmedida maleza; los diminutos charcos, en un océano sin fin; las mínimas piedrecillas, me parecían unas rocas.
La iglesia se encontraba en un avanzado estado de ruina. Algunos de sus contrafuertes se habían derrumbado y varios de sus delicados pináculos se veían esparcidos por entre la maleza.