8.° Será siempre un pronóstico feliz para el afligido, infundiendo la confianza de que a su presentación, el que se vea cercado de asesinos, se crea libre de ellos; el que tenga su casa presa de las llamas considere el incendio apagado; el que vea su hijo arrastrado por la corriente de las aguas, lo crea salvado; y por último, siempre debe velar por la propiedad y seguridad de todos.
Por calles, calzadas, avenidas y viaductos el alumbrado refulgía y su incendio multicolor parecía triunfar sobre cualquier intento de lobreguez convirtiéndose en sofisticado día para las multitudes noctívagas.
Les será asimismo aplicable toda medida de protección que se tome en favor de la población. Se tomarán, en todos los lugares de internamiento, suficientes precauciones contra los riesgos de incendio.
Los demás libertadores de América, inclusive Bolívar, - a quien no puedo nombrar, y menos en este recinto a esta hora, sin rendir a su memoria el tributo fervoroso de mi admiración – se comprometieron, aún sin saberlo ni pensarlo, en el incendio de la Revolución que había comenzado en 1810 por ser local y derivar de bandos igualmente respetables de Juntistas y Regentistas.
8.º-El guineano o extranjero residente en Guinea Ecuatorial que cometa cualquier delito contra el Derecho de Gentes, incendio, devastación, inundación, saqueo, robo, etc., será castigado severamente conforme a la Ley.
2.° Cuando en las poblaciones ocurra algún incendio, principalmente en las de corto vecindario, o en las casas de campo, en que generalmente se carece de los recursos que el arte proporciona en las capitales, hay por lo común un aturdimiento general, que exige muy particularmente que la Guardia Civil se presente al momento en el sitio de la desgracia, y por lo tanto debe hacerlo tan pronto como tenga noticia de ella.
5.° Cooperará en cuanto sea posible, en unión de los operarios y demás personas que acudan, a sofocar el incendio, principalmente en las poblaciones de poco vecindario y en casas de campo; procurando siempre dar ejemplo con su arrojo, serenidad y buenas disposiciones.
Lo primero, por el grave perjuicio que se nos sigue y a nuestras familias derribándonos (las) nuestras dichas casas, especialmente cuando reconocemos la imposibilidad de volverlas a re(e)dificar dentro de muros donde, como ha reconocido Vuestra Merced y todos los vecinos, no hay solares en que poderlas hacer, ni recompensar los que tenemos, pues solo hay aquellos procedidos de la ruina y incendio de esta Ciudad, en los cuales, aunque se nos señalará sitio por vía de recompensa, (por tanto) nunca llegará el caso de que fabriquemos en ellos nosotros, ni otro ningún vecino, por ser todos estos solares pensionados e los censos que sobre ellos tienen (con) las religiones y otros particulares.
Otros modos de muerte tienen una mezcla de esperanza: la enfermedad cesa, el incendio se apaga, el hundimiento deja buenamente en tierra lo que parecía haber de hundirse, el mar con la misma fuerza con que los engullía sacó sin daño lo que había absorbido, del cuello que había de degollar el soldado retira el sable; pero quien es conducido a la muerte por la vejez no tiene ninguna esperanza.
Y, vista, dijeron que, aunque esta Ciudad está hoy en la aflicción, que es notorio, por los trabajos (insolentes/osados) en que la dejó el enemigo holandés, con pérdida de todos sus vecinos, quemadora el año de veinte y cuatro y haber sobrevenido incendio del año treinta y dos...
Carta de Puerto Viejo.- En este Cabildo se recibió una carta del Cabildo de la Ciudad de Puerto Viejo, con el pésame del incendio que hubo a los siete de Diciembre del año pasado, y acórdose que se le responda en agradecimiento de ella.
6.° Si a su presentación en el sitio de la desgracia, entrase en él alguna autoridad, se pondrá desde luego a sus órdenes, y si ésta aún no hubiese llegado, deberá darla el oportuno aviso, tomando entretanto las medidas necesarias para evitar la confusión y desorden, y poner en seguridad los efectos se puedan libertar de ser presa de las llamas, y conseguir la extinción del incendio.