Tanto valdría sostener que, en tierra donde la mayoría fuese de borrachos, no es lícito predicar contra el alcoholismo. Y hecha la moraleja, vamos ahora á la historieta contem- poránea que nos ha inspirado aquélla.
Pictórica o de dibujo; VI. Escultórica y de carácter plástico; VII. Caricatura e historieta; VIII. Arquitectónica; IX. Cinematográfica y demás obras audiovisuales; X.
uy popular es en Arequipa la
historieta contemporánea que vas a leer; y para no dejar resquicio a críticos de calderilla y de escaleras abajo, te prevengo que bautizaré a los dos principales personajes con nombre distinto del que tuvieron.
Ricardo Palma
Te vi soñar en altavoz secreta y aunar al grito tu silencio prófugo, mientras tu piel contra mi piel vencida inventaba la
historieta muda de mi agonía...
Antonio Domínguez Hidalgo
Pues vive el rey Clarion, que hablo contigo, Nadie nos oye, sufre, soy poeta Y contra todos mi torrente sigo. No es hipérbole, no, mas si te inquieta Esta voz sin mudar de consonantes Escúchame cual ato la historieta.
La ensenanza y sacramento nos debes, que son tu guia; porque aunque todo, a porfia, te acude de polo a polo, vas ciego, perdido y solo, cuando vas sin Compahia, Y ya que hemos sacado a plaza estas decimas, no desper- diciaremos la oportunidad de dar a conocer una historieta que, manuscrita, hemos hallado en uninfolio de la Bibliote- ca de Lima.
Rían, rían… porque después su cráneo triste… reirá también.
HISTORIETA Esta es la historia de un hombre primavera que parecía una flor, pero ÁRBOL era.
Antonio Domínguez Hidalgo
hermética careta... dormitas en quietud tan extendida que es risible la
historieta y yo caigo en la cuenta conocida ...conocida...
Antonio Domínguez Hidalgo
Felizmente y para gloria del sacramento, contrato o lo que fuere, no escasean los maridos que, metiéndose en sus calzones, saben poner a raya gente entrometida en lo que no le va ni viene conveniencia, y que me trae a la pluma cierta
historieta de los preciosos tiempos de la Inquisición, que, pues viene a pelo, relataré al galope.
Ricardo Palma
Yo deja de ser andrómina para mí eso de que en mi tierra, cuando es asunto de fruslerías se diga, equiparándome con el Vargas de ha tres siglos: «Hombre, eso ha de saberlo Ricardo Palma». Como si yo en cada pelo del bigote escondiera una
historieta.
Ricardo Palma
Los katórcicos que se iban reduciendo a insigni-ficantes puntos minúsculos, no lo notaban, y se-guían implorando, como sirenas cantoras des-quiciadas, su retorno; pero él nada escuchaba, porque ya se había puesto también una másca-ra.
HISTORIETA ROSA DE LA DAMA TRISTE DEL PLANETA ROSA DE LAS ROSAS ROSAS MUCHO antes que los neo-humanos llegaran en sus naves de platino y descendieran sobre la tersa superficie del planeta rosa, los telescopios hablantes sólo habían informado sobre un astro muy remoto, quizá el último sobreviviente de un sistema planetario en proceso de aniquilamien-to, y nada más.
Antonio Domínguez Hidalgo
a he referido en otra ocasión que aquella bendita anciana que para unos muchachos era mi tía Catita, y para otros mi abuela la tuerta, acostumbraba en la noche de luna congregar cerca de sí a todos los chicos y chicas del vecindario, embelesándolos, ya con una
historieta de brujas o ánimas en pena, o ya con cuentos sobre antiguallas limeñas.
Ricardo Palma