cazador


También se encuentra en: Sinónimos.

cazador, a

1. adj./ s. CAZA, OFICIOS Y PROFESIONES Que caza por oficio o afición.
2. adj. CAZA Se aplica al animal que tiene aptitudes naturales para cazar.
3. s. AERONÁUTICA, MILITAR Piloto de un avión de caza.
4. cazador de alforja CAZA El que caza con lazos, trampas y otros artificios.
5. cazador furtivo CAZA El que caza sin la autorización pertinente.
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2022 Larousse Editorial, S.L.

cazador, -ra

  (de cazar)
adj.-s. Que caza por oficio o por diversión.
adj. Díc. del animal que caza por instinto.
cazador de alforja El que mata la caza con perros, lazo u otro artificio semejante.
cazador mayor Oficio palaciego, precedente al de montero mayor.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

cazador, -dora

(kaθa'ðoɾ, -'ðoɾa)
abreviación
1. persona que persigue y captura animales un cazador de osos
2. que busca o persigue una cosa deseada un cazador de fortunas

cazador, -dora


sustantivo masculino
persona que persigue y captura animales un cazador sanguinario
Kernerman English Multilingual Dictionary © 2006-2013 K Dictionaries Ltd.
Traducciones

cazador

lovec

cazador

jæger

cazador

metsästäjä

cazador

chasseur

cazador

lovac

cazador

ハンター

cazador

사냥꾼

cazador

jager

cazador

jeger

cazador

myśliwy

cazador

caçador

cazador

jägare

cazador

นายพราน

cazador

avcı

cazador

người đi săn

cazador

猎人

cazador

SM/F (gen) → hunter; (a caballo) → huntsman/huntswoman
cazador(a) de alforja, cazador(a) de pielestrapper
cazador(a) furtivo/apoacher
Collins Spanish Dictionary - Complete and Unabridged 8th Edition 2005 © William Collins Sons & Co. Ltd. 1971, 1988 © HarperCollins Publishers 1992, 1993, 1996, 1997, 2000, 2003, 2005
Ejemplos ?
Y, por añadidura, el mismísimo Cazador Mayor, vestido también de escarlata, con su látigo en la mano, y precedido por todo su séquito de perros.
Hubo aquí una breve pausa durante la cual respuesta, con una sonrisa de ángel al de Alarcón dijo ella: SIRENA Buen cazador sois, don Juan.
El único que no preguntaba, y hasta ponía cara de fisga, era Jácome Fidalgo, alias Mansegura, cazador furtivo injerto en contrabandista y sabe Dios si algo más: ¡buen punto!
Debió de decir el cruel cazador: “El ratón y culebra que me daban guerra y me comían mi hacienda he hallado.” De lo que sucedió en aquellos tres días siguientes ninguna fe daré, porque los tuve en el vientre de la ballena; mas de como esto que he contado oí, después que en mi torne, decir a mi amo, el cual a cuantos allí venían lo contaba por extenso.
El padre, con el instinto siempre vigilante del cazador, escrutaba sin proponérselo los espesos pinares, las madroñeras y los manchones de castaños, que revestían los escarpes pedregosos de la montaña.
El Horqueta daba aún paso cuando Subercasaux se decidió a salir; pero en su estado, no se atrevía a recorrer a caballo tal distancia. Y en el fondo, hacia el arroyo del Cazador, ¿qué podía hallar?
116 A menudo, con el ardoroso ánimo del cazador, inquiriendo cómo canciones podría a ti enviarte del Batíada, con que yo te calmara hacia nos, y no se me intentara enviar disparos hostiles sin fin a mi cabeza, esta labor veo ahora que por mí en vano asumida fue, Gelio, ni nuestras preces aquí valieron.
Y cuando tal hacía estaban ya en el mundo Miranda, Bolívar, San Martín, Hidalgo y O'Higgins; unos, oficiales al servicio de la España colonial; otros, simples criollos ansiosos de conquistar personalidad. El rey cazador y labriego acabó tranquilamente sus días.
De cuando en cuando, en horas de ocio o de extrema congoja, veíamos con superlativa sorpresa que de lo más hondo de nuestra persona salía nuestro verdadero yo, y que este yo era un niño, un niño incorregible, un pequeño cazador de mariposas, voluntarioso e indomesticable, que siempre esperaba lo absurdo.
Yo ignoraba todas estas particularidades de la flor, hasta que tropecé con Guillermo Emilio, precisamente en Madagascar. Creo haber dicho que Guillermo Emilio era cazador de orquídeas.
De sus indómitas iras mal eximir se pudiera mi vida, si al mismo tiempo no penetrara la selva un cazador caballero que de tal suerte se empeña por mi riesgo que, sacando la cuchilla, con la fiera intrépidamente osado embistió, con tal violencia que a repetidas heridas cedió el bruto su fiereza, por muchas bocas vertiendo la vida en púrpura46 envuelta.
Sí, moro; salga pronto de aquí, no le valga el fuero del hospedaje. Como perseguida fiera entró en mi casa: pues bien, al cazador se la den, que la mate donde quiera.