Una vez hecha esta división, cada mitad trató de encontrar aquella de la que había sido separada y cuando se encontraban se abrazaban y unían con tal ardor en su deseo de volver a la primitiva unidad, que perecían de hambre y de inanición en aquel abrazo, no queriendo hacer nada la una sin la otra.
Más el Crónida y los demás dioses inmortales que concibió Rea de hermosos cabellos en abrazo con Cronos, de nuevo los condujeron a la luz según las indicaciones de Gea.
Luego que Zeus expulsó del cielo a los Titanes, la monstruosa Gea concibió su hijo más joven, Tifón en abrazo amoroso con Tártaro preparado por la dorada Afrodita.
Y me besó... y lo besé... y en un inmenso y furioso
abrazo creí morir... como en la peor telenovela. El me pidió perdón por su atrevimiento y murmuró en mis oídos algo incomprensible ...
Antonio Domínguez Hidalgo
Todo se fundía en
abrazo magnifícente y supremo: Crepúsculo y dulzura rítmica; añoranza lumínica y ritornelos de vida; íntima beldad entre el paso de las horas.
Antonio Domínguez Hidalgo
Eetes, hijo de Helios que ilumina a los mortales, se casó con una hija del Océano, río perfecto, por decisión de los dioses, con Idía de hermosas mejillas. Ésta parió a Medea de bellos tobillos sometida a su abrazo por mediación de la dorada Afrodita.
Las estrellas y los focos mercuriales se confundían en lúbrico
abrazo, en estrujamiento cósmico, en unión estratosférica, en cópula espacial...
Antonio Domínguez Hidalgo
El autobús reemprende la marcha y se pierde entre el laberinto de la ciudad. La
abrazo y le doy un beso. Los dos nos dirigimos hacia donde quedamos.
Antonio Domínguez Hidalgo
De tan memorable jornada no ha quedado el nombre del héroe ni siquiera su maravillosa armadura de espejos. Sin duda se la rompieron en plena ovación, al llevarle triunfante de
abrazo en
abrazo.
Vicente Blasco Ibáñez
-Pos eso fue que uno de los bueyancones salió con las de Caín y como azogao, y el Greñitas salió a pararle los pies, y yo no sé cómo fue la cosa, pero, según me han contao, el toro enganchó al Greñitas por la faja y endispués lo tiró pa recogerlo de nuevo, y que va lo diba a recoger, cuando el Azúcar, al ver que ninguno de la cuadrilla metía el percal por el mataor, se fue derecho al bicho y se le agarró a la cola y na..., que cuando se alevantó el Greñitas, como el chaval no tiée mal fondo ni es desagradecío, pos se fue pa el Azúcar y le dio un abrazo y na...
¡Jesús! ¡Deja que te dé un
abrazo, hijo mío! ¡Que en mal hora muera si no tenía gana de encontrarte el gitanico para decirte la buenaventura y darte un beso en esa mano de emperador!
Pedro Antonio de Alarcón
Y preñada luego la diosa en su abrazo con el dios, parió a Leto de azulado peplo, siempre dulce, benévola con hombres y dioses inmortales, dulce desde su origen, y la más amable dentro del Olimpo.