Huracanes
El término científico es ciclón tropical. Sin embargo, recibe una
denominación diferente según el lugar donde se produce, especifica
el Centro Nacional de Huracanes (NHC, según sus siglas en inglés)
dependiente de los Centros Nacionales de Predicción Ambiental
(NCEP, según sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
El término huracán se utiliza para los ciclones tropicales del
hemisferio norte, al este de la Línea Internacional de Cambio de
Fecha (línea imaginaria trazada sobre el Océano Pacífico) hasta el
meridiano de Greenwich. Mientras que, el término tifón se utiliza para
los ciclones tropicales que ocurren en el Pacífico noroccidental.
Su máximo diámetro alcanza aproximadamente los 1000 kilómetros y
puede llegar a tener 10 kilómetros de altura. Es capaz de producir
vientos con velocidades superiores a los 200 kilómetros por hora con
ráfagas de hasta 400 kilómetros por hora, ocasionando fuertes lluvias.
Los huracanes son los fenómenos atmosféricos más violentos de nuestra naturaleza. Son
un proceso natural del planeta Tierra para transportar el exceso de energía del área
tropical a las regiones más frías.
Visto desde el satélite, estos remolinos o espirales gigantes de nubes y fuertes vientos
alcanzan velocidades de más de 74 mph desplazándose sobre la superficie marina del
océano hasta que tocan tierra o mueren sobre aguas más frías en las latitudes medias o
polares.
Un huracán es parte de la familia de los ciclones tropicales. Cuando la nubosidad y vientos
se organizan en circulación espiral alrededor de un centro definido de baja presión, con
tronadas o tormentas eléctricas concéntricas alrededor de ese centro, se ha formado un
ciclón tropical. El ciclón tropical se puede clasificar en Depresión Tropical, Tormenta
Tropical y Huracán. Si los vientos del ciclón tropical no superan las 38 mph, el ciclón se
conoce como DEPRESIÓN TROPICAL. A las depresiones tropicales se le asignan números en
secuencia, por ejemplo, depresión tropical 6. Si el sistema cobra fuerza con vientos entre
39 a 73 mph, se conoce como TORMENTA TROPICAL. Al alcanzar categoría de tormenta
tropical, se le asigna un nombre para identificarlo (por ejemplo, la tormenta Ernesto) el
cual continua por el resto de la vida de ese ciclón. Cuando los vientos alcanzan 74 mph o
más, y se observa un centro definido u ojo, entonces se ha formado un HURACÁN.
En un huracán los vientos rotan alrededor de un centro en contra de
las manecillas del reloj (en el hemisferio Norte). Este centro de baja
presión y relativa calma es conocido como el ojo del huracán. En
este ojo, donde no existen nubes o al menos muy pocas, los vientos
son leves, y la presión atmosférica es mínima. Sin embargo, el ojo
está rodeado por una región conocida como la pared del ojo donde
se encuentran los vientos y lluvias y tronadas más fuertes. Aquí es
donde está localizado el mayor potencial de devastación del
huracán. Bandas de nubosidad en forma de espiral rodean su centro
hacia el exterior, y pueden producir lluvias y vientos localmente
fuertes que preceden la llegada del huracán. Estas tronadas que se
encuentran en las bandas de espiral son relativamente menos
intensas que las que se encuentran en la pared del ojo.
La idea de dar nombres exclusivamente femeninos fue resultado de
la novela de George Stewart, Tormenta, en 1941, y fue adoptada por
los meteorólogos militares para dar uniformidad a los nombres de
los ciclones, además que usar nombres cortos hacía más fácil
comunicarlos, especialmente entre el público, las agencias de
gobierno y los medios de comunicación de la región. Debido a las
protestas de grupos feministas en la década de los 70, esta práctica
de nombres femeninos para los huracanes fue eliminada.
Entonces, desde el 1979, el Servicio Nacional de Meteorología
comenzó a dar nombres femeninos y masculinos alternamente tales
como David, Elena, Federico, Gloria, etc. Las listas se componen de
21 nombre y no incluyen nombres que comiencen con las letras Q,
U, X, Y o Z pues no hay suficientes nombres comenzando con estas
letras, además que no se forman tantos huracanes en el Atlántico.
Los nombres que se usan son de origen de los idiomas de la región
(en el Atlántico se utiliza el español, francés e inglés). En el caso de
que haya más de 21 sistemas nombrados, se utilizan las letras del
alfabeto griego (Alpha, Beta, etc.).