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Cuentos Con Moraleja

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1 Las conejitas que no sabían respetar 2 Ratón de campo y ratón de ciudad

Érase una vez un ratón que vivía en una humilde madriguera en el campo.
Había una vez un conejo que se llamaba Serapio. Él vivía en lo más Allí, no le hacía falta nada. Tenía una cama de hojas, un cómodo sillón, y
alto de una montaña con sus nietas Serafina y Séfora. Serapio era un flores por todos los lados.
conejo bueno y muy respetuoso con todos los animales de la Cuando sentía hambre, el ratón buscaba frutas silvestres, frutos secos y
montaña y por ello lo apreciaban mucho. Pero sus nietas eran setas, para comer. Además, el ratón tenía una salud de hierro. Por las
diferentes: no sabían lo que era el respeto a los demás. mañanas, paseaba y corría entre los árboles, y por las tardes, se tumbaba a
Serapio siempre pedía disculpas por lo que ellas hacían. Cada vez la sombra de algún árbol, para descansar, o simplemente respirar aire puro.
Llevaba una vida muy tranquila y feliz.
que ellas salían a pasear, Serafina se burlaba: 'Pero mira que fea está
Un día, su primo ratón que vivía en la ciudad, vino a visitarle. El ratón de
esa oveja. Y mira la nariz del toro'. 'Sí, mira qué feos son', respondía campo le invitó a comer sopa de hierbas. Pero al ratón de la ciudad,
Séfora delante de los otros animalitos. Y así se la pasaban acostumbrado a comer comidas más refinadas, no le gustó.
molestando a los demás, todos los días. Y además, no se habituó a la vida de campo. Decía que la vida en el campo
Un día, cansado el abuelo de la mala conducta de sus nietas (que por era demasiado aburrida y que la vida en la ciudad era más emocionante.
más que les enseñaba, no se corregían), se le ocurrió algo para Acabó invitando a su primo a viajar con él a la ciudad para comprobar que allí
hacerlas entender y les dijo: 'Vamos a practicar un juego en donde se vive mejor. El ratón de campo no tenía muchas ganas de ir, pero acabó
cada una tendrá un cuaderno. En él escribirán la palabra cediendo ante la insistencia del otro ratón.
disculpas, cada vez que le falten el respeto a alguien. Ganará la que Nada más llegar a la ciudad, el ratón de campo pudo sentir que su
escriba menos esa palabra'. tranquilidad se acababa. El ajetreo de la gran ciudad le asustaba. Había
peligros por todas partes.
'Está bien abuelo, juguemos', respondieron al mismo tiempo. Cuando
Había ruidos de coches, humos, mucho polvo, y un ir y venir intenso de las
Séfora le faltaba el respeto a alguien, Serafina le hacía acordar del personas. La madriguera de su primo era muy distinta de la suya, y estaba en
juego y hacía que escriba en su cuaderno la palabra disculpas el sótano de un gran hotel. Era muy elegante: había camas con colchones de
(porque así Séfora tendría más palabras y perdería el juego). lana, sillones, finas alfombras, y las paredes eran revestidas. Los armarios
De igual forma Séfora le hacía acordar a Serafina cuando le faltaba el rebosaban de quesos, y otras cosas ricas.
respeto a alguien. Pasaron los días y hartas de escribir, las dos se En el techo colgaba un oloroso jamón. Cuando los dos ratones se disponían a
pusieron a conversar: '¿No sería mejor que ya no le faltemos el darse un buen banquete, vieron a un gato que se asomaba husmeando a la
respeto a la gente? Así ya no sería necesario pedir disculpas'. puerta de la madriguera.
Llegó el momento en que Serapio tuvo que felicitar a ambas Los ratones huyeron disparados por un agujerillo. Mientras huía, el ratón de
porque ya no tenían quejas de los vecinos. Les pidió a las conejitas campo pensaba en el campo cuando, de repente, oyó gritos de una mujer
que, con una escoba en la mano, intentaba darle en la cabeza con el palo,
que borraran poco a poco todo lo escrito hasta que sus cuadernos
para matarle.
quedaran como nuevos. El ratón, más que asustado y hambriento, volvió a la madriguera, dijo adiós a
Las conejitas se sintieron muy tristes porque vieron que era imposible su primo y decidió volver al campo lo antes que pudo. Los dos se abrazaron y
que las hojas del cuaderno quedaran como antes. Se lo contaron al el ratón de campo emprendió el camino de vuelta.
abuelo y él les dijo: 'Del mismo modo queda el corazón de una Desde lejos el aroma de queso recién hecho, hizo que se le saltaran las
persona a la que le faltamos el respeto. Queda marcado y por más lágrimas, pero eran lágrimas de alegría porque poco faltaba para llegar a su
que pidamos disculpas, las huellas no se borran por completo. casita. De vuelta a su casa el ratón de campo pensó que jamás cambiaría su
Por eso recuerden debemos respetar a los demás así como nos paz por un montón de cosas materiales.
gustaría que nos respeten a nosotros'. FIN.
3 Patito feo 4 La ardilla mudita
En una pequeña isla, en medio del océano, vivía una feliz familia de ardillas
En una hermosa mañana de verano, los huevos que habían empollado la que llevaba una vida muy tranquila. Cada día correteaban por las rocas,
mamá Pata empezaban a romperse, uno a uno. Los patitos fueron saliendo jugaban con las gaviotas y cangrejos, comían todo tipo de frutos, se recreaban
poquito a poco, llenando de felicidad a los papás y a sus amigos. Estaban tan mirando al mar y tomaban el sol disfrutando del paisaje. Una mañana, al
contentos que casi no se dieron cuenta de que un huevo, el más grande de despertar, descubrieron que no estaba la ardilla Mudita, la más pequeña de
todos, aún permanecía intacto. Todos, incluso los patitos recién nacidos, las hermanas y salieron a la playa para buscarla enseguida.
concentraron su atención en el huevo, a ver cuando se rompería. Al cabo de — ¡Muditaaaaaa!, ¿dónde estás? — gritaron todos con mucha fuerza.
algunos minutos, el huevo empezó a moverse, y luego se pudo ver el pico, — ¿Dónde habrá ido?—dijo la hermana mediana a punto de llorar.
luego el cuerpo, y las patas del sonriente pato. Era el más grande, y para — No puede haber ido muy lejos — contestó la ardilla mayor haciendo un
sorpresa de todos, muy distinto de los demás. Y como era diferente, todos mohín. Mientras los padres ardillas se miraban uno a otro desolados sin
empezaron a llamarle el Patito Feo. La mamá Pata, avergonzada por haber pronunciar palabra.
tenido un patito tan feo, le apartó con el ala mientras daba atención a los otros — Vamos a dividirnos en dos grupos — dijo al fin papá ardilla rompiendo su
patitos. El patito feo empezó a darse cuenta de que allí no le querían. Y a silencio. Mamá ardilla y la hermana mayor salieron en dirección a la carretera,
medida que crecía, se quedaba aún mas feo, y tenía que soportar las burlas por otro lado, papá ardilla y la hermana mediana fueron a buscarla por la
de todos. Entonces, en la mañana siguiente, muy temprano, el patito decidió montaña de los cactus.
irse de la granja. — ¿Habéis visto a Mudita por aquí? — preguntaron las primeras a unos
Triste y solo, el patito siguió un camino por el bosque hasta llegar a otra ratones que tomaban el sol adormilados. — No, contestaron los ratones, no
granja. Allí, una vieja granjera le recogió, le dio de comer y beber, y el patito la vemos desde hace días. — ¿Le ha sucedido algo?— preguntaron
creyó que había encontrado a alguien que le quería. Pero, al cabo de algunos enseguida. Y mamá ardilla les contó angustiada que la ardillita muda había
días, él se dio cuenta de que la vieja era mala y sólo quería engordarle para desaparecido.
transformarlo en un segundo plato. El patito salió corriendo como pudo de allí. — Nosotros os ayudaremos a buscarla — dijeron, y salieron en dirección al
El invierno había llegado, y con él, el frío, el hambre y la persecución de los bosque de palmeras.— ¿Habéis visto a Mudita por aquí? — preguntaron los
cazadores para el patito feo. Lo pasó muy mal. Pero sobrevivió hasta la segundos a unas gaviotas.
llegada de la primavera. Los días pasaron a ser más calurosos y llenos de — No, contestaron las gaviotas, no la vemos desde ayer. — ¿Le ha sucedido
colores. Y el patito empezó a animarse otra vez. Un día, al pasar por un algo? — preguntaron enseguida.
estanque, vio las aves más hermosas que jamás había visto. Eran elegantes, Y papá ardilla les contó angustiado que la ardillita muda había desaparecido de
delicadas, y se movían como verdaderas bailarinas, por el agua. El patito, aún la noche a la mañana.
acomplejado por la figura y la torpeza que tenía, se acercó a una de ellas y le — Nosotras os ayudaremos a buscarla — dijeron y volaron por tierra y mar
preguntó si podía bañarse también en el estanque. en su busca. Al atardecer, todos volvieron a casa muy cansados sin haber
Y uno de los cisnes le contestó: encontrado a la pequeña ardilla. Se miraban unos a otros muy tristes y callados
- Pues, ¡claro que sí! Eres uno de los nuestros. sin saber qué hacer ni qué decir cuando, de repente, dijo uno de los ratoncitos:
Y le dijo el patito: — ¿Habéis oído eso?
- ¿Cómo que soy uno de los vuestros? Todos agudizaron el oído y escucharon:
Yo soy feo y torpe, todo lo contrario de vosotros. Ras, ras, ras, ras, ras…Entraron en la cueva y oyeron, ahora más cerca, el
Y ellos le dijeron: extraño ruido.Ras, ras, ras, ras, ras… Papá ardilla se adelantó y se dirigió al
- Entonces, mira tu reflejo en el agua del estanque y verás cómo no te rincón de donde venían los extraños ruiditos.
engañamos. — ¡Mudita, estás aquí! — dijo gritando de la emoción.
El patito se miró y lo que vio le dejó sin habla. ¡Había crecido y se La ardillita muda estaba aprisionada por la patita y no podía salir de allí.
transformado en un precioso cisne! Y en este momento, él supo que jamás Entre todos lograron levantar la roca y dejarla libre. La familia de ardillas
había sido feo. Él no era un pato sino un cisne. Y así, el nuevo cisne se unió a abrazó a Mudita con mucha fuerza y todos los amigos celebraron que estuviera
los demás y vivió feliz para siempre. FIN viva y sana..
5 Uga la tortuga. 6 Hace frío

El invierno es un viejito que tiene una barba blanca, llena de escarcha


- ¡Caramba, todo me sale mal!, se lamenta constantemente Uga, la que le cuelga hasta el suelo. Donde camina deja un rastro de hielo que
tortuga. va tapando todo. A veces trae más frío que de costumbre, como cuando
Y es que no es para menos: siempre llega tarde, es la última en sucedió esta historia: Hacía tanto, pero tanto frío, que los árboles parecían
acabar sus tareas, casi nunca consigue premios a la rapidez y, para arbolitos de Navidad adornados con algodón. En uno de esos árboles vivían
colmo es una dormilona. los Ardilla con sus cinco hijitos. Papá y mamá habían juntado muchas
-¡Esto tiene que cambiar!, se propuso un buen día, harta de que sus ramitas suaves, plumas y hojas para armar un nido calientito para sus bebés,
que nacerían en invierno. Además, habían guardado tanta comida que
compañeros del bosque le recriminaran por su poco esfuerzo al podían pasar la temporada de frío como a ellos les gustaba:
realizar sus tareas. Y es que había optado por no intentar siquiera durmiendo abrazaditos hasta que llegara la primavera. Un día, la nieve caía
realizar actividades tan sencillas como amontonar hojitas secas en suaves copos que parecían maripositas blancas danzando a la vez que se
caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas de camino hacia la amontonaban sobre las ramas de los árboles y sobre el piso, y todo el bosque
charca donde chapoteaban los calurosos días de verano. parecía un gran cucurucho de helado de crema en medio del silencio y la paz.
- ¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban ¡Brrrmmm! Y entonces, un horrible ruido despertó a los que hibernaban:
haciendo mis compañeros? Mejor es dedicarme a jugar y a ¡una máquina inmensa avanzaba destrozando las plantas, volteando los
descansar. árboles y dejando sin casa y sin abrigo a los animalitos que despertaban
- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente aterrados y corrían hacia cualquier lado, tratando de salvar a sus hijitos!
Papá Ardilla abrió la puerta de su nido y vio el terror de sus vecinos. No
cuenta no es hacer el trabajo en un tiempo récord; lo importante es
quería que sus hijitos se asustaran, así que volvió a cerrar y se puso a roncar.
acabarlo realizándolo lo mejor que sabes, pues siempre te quedará Sus ronquidos eran más fuertes que el tronar de la máquina y sus bebés no
la recompensa de haberlo conseguido. despertaron. Mamá Ardilla le preguntó, preocupada:
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que - ¿Qué pasa afuera? - No te preocupes y sigue durmiendo, que nuestro árbol
requieren tiempo y esfuerzo. Si no lo intentas nunca sabrás lo que es el más grande y fuerte del bosque y no nos va a pasar nada - le contestó.
eres capaz de hacer, y siempre te quedarás con la duda de si lo Pero Mamá Ardilla no podía quedarse tranquila sabiendo que sus vecinos
hubieras logrados alguna vez. tenían dificultades. E insistió:
Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con - Debemos ayudar a nuestros amigos: tenemos espacio y comida para
la duda. La constancia y la perseverancia son buenas aliadas para compartir con los que más lo necesiten. ¿Para qué vamos a guardar tanto,
conseguir lo que nos proponemos; por ello yo te aconsejo que lo mientras ellos pierden a sus familias por no tener nada?
Papá Ardilla dejó de roncar; miró a sus hijitos durmiendo calientitos y a Mamá
intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.
Ardilla. Se paró en su cama de hojas y le dio un beso grande en la nariz a la
- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo dulce Mamá Ardilla y ¡corrió a ayudar a sus vecinos!.
necesitaba: alguien que me ayudara a comprender el valor del En un ratito, el inmenso roble del bosque estaba lleno de animalitos que
esfuerzo; te prometo que lo intentaré. se refugiaron felices en él. El calor de todos hizo que se derritiera la nieve
Pasaron unos días y Uga la tortuga, se esforzaba en sus quehaceres. acumulada sobre las ramas y se llenara de flores. ¡Parecía que había llegado
Se sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo poquito que la primavera en medio del invierno!.Los pajaritos cantaron felices: ahora
se proponía porque era consciente de que había hecho todo lo posible tenían dónde guardar a sus pichoncitos, protegidos de la nieve y del frío. Así,
por lograrlo. gracias a la ayuda de los Ardilla se salvaron todas las familias de sus vecinos
- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e y vivieron contentos. Durmieron todos abrazaditos hasta que llegara en serio
imposibles metas, sino acabar todas las pequeñas tareas que la primavera, el aire estuviera calientito, y hubiera comida y agua en
abundancia. FIN
contribuyen a lograr grandes fines.
7 Pedrito, el caracol y la babosa 8 Carrera de zapatillas

Pedrito era un pequeño caracol de bosque que deseaba encontrar a


Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se
un amigo o amiga. Caminó y caminó hasta llegar a un huerto. Allí
levantaron temprano porque ¡era el día de la gran carrera de
había unas babosas que se rieron de su caparazón.
zapatillas! A las nueve ya estaban todos reunidos junto al lago.
Pedrito, triste, se ocultó en su caparazón. Tras unos cuantos días
También estaba la jirafa, la más alta y hermosa del bosque. Pero era
descansando, llovió, y Pedrito salió dispuesto a irse a vivir a otro
tan presumida que no quería ser amiga de los demás animales.
lugar, pero al sacar la cabeza vio a una pequeña babosa que se había
La jiraba comenzó a burlarse de sus amigos:
asustado al verlo.
- Ja, ja, ja, ja, se reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta.
-No te asustes, sólo soy un caracol.
- Jo, jo, jo, jo, se reía del rinoceronte que era tan gordo.
Pero, pero eres muy extraño, ¡llevas una piedra encima de tu
- Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan larga.
cuerpo! –dijo temblando la babosa.
Y entonces, llegó la hora de la largada.
- No, no es una piedra, se llama caparazón, es mi casa. Cuando tengo
El zorro llevaba unas zapatillas a rayas amarillas y rojas. La cebra,
frío o llueve mucho me escondo dentro y me siento mejor.
unas rosadas con moños muy grandes. El mono llevaba unas
- Pues me gustaría tener un caparazón como tú. ¿Cuándo me
zapatillas verdes con lunares anaranjados.
crecerá?
La tortuga se puso unas zapatillas blancas como las nubes. Y cuando
- Tú eres una babosa y vosotras no tenéis caparazón, pero si quieres
estaban a punto de comenzar la carrera, la jirafa se puso a llorar
podemos intentar encontrar uno vacío.
desesperada.
- Me gustaría mucho, dijo la babosa pequeña dando saltos de alegría.
Es que era tan alta, que ¡no podía atarse los cordones de sus
Los dos amigos se pusieron a buscar por todo el bosque y finalmente
zapatillas!
debajo de la hojarasca encontraron un caparazón precioso, con
- Ahhh, ahhhh, ¡qué alguien me ayude! - gritó la jirafa.
una espiral dibujada, pero le iba tan grande, que decidieron buscar
Y todos los animales se quedaron mirándola. Pero el zorro fue a
otra.
hablar con ella y le dijo:
Al cabo de un buen rato encontraron un pequeño caparazón, pero era
- Tú te reías de los demás animales porque eran diferentes. Es cierto,
tan menudo que la babosa no cabía de ninguna de las maneras. Se
todos somos diferentes, pero todos tenemos algo bueno y todos
puso tristísima y el pobre Pedrito no sabía qué hacer para que parase
podemos ser amigos y ayudarnos cuando lo necesitamos.
de llorar.
Entonces la jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Y
Finalmente se le ocurrió una brillante idea:
vinieron las hormigas, que rápidamente treparon por sus zapatillas
- Podríamos compartir mi caparazón, dijo Pedrito para consolar la
para atarle los cordones.
babosa.
Y por fin se pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus
- ¿De verdad harías esto por mí?
marcas, preparados, listos, ¡YA!
- Pues claro que sí. Eres mi amiga. Se hizo de noche y los dos
Cuando terminó la carrera, todos festejaron porque habían ganado
compañeros se pusieron a dormir, el caracol se acurrucó al fondo del
una nueva amiga que además había aprendido lo que significaba la
caparazón y la babosa cupo perfectamente.
amistad.
- ¡Buenas noches! dijeron los dos a la vez.
Colorín, colorón, si quieres tener muchos amigos, acéptalos como
FIN
son.
FIN
9 Un conejo en la vía. 10 Caperucita Roja.
En un bosque muy lejos de aquí, vivía una alegre y bonita niña a la que todos
querían mucho. Para su cumpleaños, su mamá le preparó una gran fiesta. Con
sus amigos, la niña jugó, bailó, sopló las velitas, comió tarta y caramelos. Y como
Daniel se reía dentro del auto por las gracias que hacía
era buena, recibió un montón de regalos. Pero su abuela tenía una sorpresa: le
su hermano menor, Carlos. Iban de paseo con sus padres al Lago regaló una capa roja de la que la niña jamás se separó.
Rosado. Allí irían a nadar en sus tibias aguas y elevarían sus nuevas Todos los días salía vestida con la caperuza. Y desde entonces, todos la
cometas. Sería un día de paseo inolvidable. De pronto el coche se llamaban de Caperucita Roja. Un día su mamá le llamó y le dijo: - Caperucita,
detuvo con un brusco frenazo. Daniel oyó a su padre exclamar con mañana quiero que vayas a visitar a la abuela porque está enferma. Llévale esta
voz ronca: cesta con frutas, pasteles, y una botella de vino dulce. A la mañana siguiente,
- ¡Oh, mi Dios, lo he atropellado! Caperucita se levantó muy temprano, se puso su capa y se despidió de su mamá
-¿A quién, a quién?, le preguntó Daniel. que le dijo: - Hija, ten mucho cuidado. No cruces el bosque ni hables con
desconocidos. Pero Caperucita no hizo caso a su mamá. Y como creía que no
- No se preocupen, respondió su padre -. No es nada. había peligros, decidió cruzar el bosque para llegar mas temprano. Siguió feliz
El auto inició su marcha de nuevo y la madre de los chicos encendió por el camino. Cantando y saludando a todos los animalitos que cruzaban su
la radio, empezó a sonar una canción de moda en los altavoces. camino. Pero lo que ella no sabía es que escondido detrás de los árboles, se
- Cantemos esta canción, dijo mirando a los niños en el asiento de encontraba el lobo que la seguía y observaba. De repente, el lobo la alcanzó y le
atrás. La mamá comenzó a tararear una canción. Pero Daniel miró por dijo: - ¡Hola Caperucita! - ¡Hola señor lobo! - ¿A dónde vas así tan guapa y con
tanta prisa? - Voy a visitar a mi abuela, que está enferma, y a la que llevo frutas,
la ventana trasera y vio tendido sobre la carretera el cuerpo de un
pasteles, y una botella de vino dulce. - ¿Y dónde vive su abuelita? - Vive del otro
conejo. lado del bosque. Y ahora tengo que irme sino no llegaré hoy. Adiós señor lobo. El
- Para el coche papi, gritó Daniel. Por favor, detente. lobo salió disparado. Corrió todo lo que pudo hasta llegar a la casa de la abuela.
- ¿Para qué?, responde su padre. Llamó a la puerta. - ¿Quién es? Preguntó la abuelita. Y el lobo, imitando la voz de
- ¡El conejo, le dice, el conejo allí en la carretera, herido! la niña le dijo: - Soy yo, Caperucita. La abuela abrió la puerta y no tuvo tiempo de
- Dejémoslo, dice la madre, es sólo un animal. reaccionar. El lobo entró y se la tragó de un solo bocado. Se puso el gorrito de
- No, no, para, para. dormir de la abuela y se metió en la su cama para esperar a Caperucita.
Caperucita, después de recoger algunas flores del campo para la abuela,
- Sí papi, no sigas - añade Carlitos -. Debemos recogerlo y llevarlo al finalmente llegó a la casa. Llamó a la puerta y una voz le dijo que entrara.
hospital de animales. Los dos niños estaban muy preocupados y Cuando Caperucita entró y se acercó a la cama notó que la abuela estaba muy
tristes. cambiada. Y preguntó: - Abuelita, abuelita, ¡qué ojos tan grandes tienes! Y el
- Bueno, está bien - dijo el padre dándose cuenta de su error. Y dando lobo, imitando la voz de la abuela, contestó: - Son para verte mejor.
vuelta recogieron al conejo herido. - Abuelita, ¡qué orejas más grandes tienes! - Son para oírte mejor. - Abuelita, ¡qué
Pero al reiniciar su viaje fueron detenidos un poco más adelante por nariz más grande tienes! - Son para olerte mejor. Y ya asustada, siguió
preguntando: - Pero abuelita, ¡qué dientes tan grandes tienes! - ¡Son para
una patrulla de la policía, que les informó de que una gran roca había
comerte mejor! Y el lobo saltando sobre caperucita, se la comió también de un
caído sobre la carretera por donde iban, cerrando el paso. Al bocado. El lobo, con la tripa totalmente llena acabó durmiéndose en la cama de
enterarse de la emergencia, todos ayudaron a los policías a retirar la abuela. Caperucita y su abuelita empezaron a dar gritos de auxilio desde dentro
roca. de la barriga del lobo. Los gritos fueron oídos por un leñador que pasaba por
Gracias a la solidaridad de todos pudieron dejar el camino libre y allí y se acercó para ver lo que pasaba. Cuando entró en la casa y percibió
llegar a tiempo al veterinario, que curó la pata al conejo. Los papás de todo lo que había sucedido, abrió la barriga del lobo, salvando la vida de
Caperucita y de la abuela. Después, llenó piedras a la barriga del lobo y la cosió.
Daniel y Carlos aceptaron a llevarlo a su casa hasta que se curara.
Cuando el lobo se despertó sentía mucha sed. Y se fue a un pozo a beber agua.
Unas semanas después toda la familia fue a dejar al conejito de Pero al agacharse la tripa le pesó y el lobo acabó cayendo dentro del pozo del
nuevo en el bosque. Carlos y Daniel le dijeron adiós con pena, pero que jamás consiguió salir.Y así, todos pudieron vivir libres de preocupaciones en
sabiendo que sería más feliz en libertad. el bosque. Y Caperucita prometió a su mamá que jamás volvería a
11 El niño y los clavos 12 En busca del Sí

Daniela llevaba un tiempo haciéndose muchas preguntas para las


Había un niño que tenía muy, pero que muy mal carácter. Un día, que no hallaba respuestas. Desde que recordaba, su familia le había
su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que educado y enseñado a ser una princesa. ¡Incluso tenía normas
perdiera la calma, que él clavase un clavo en la cerca de detrás de para ello! Al principio era divertido. Siempre estaba rodeada de
la casa. El primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día lujosos y coloridos vestidos y tenía una habitación llena de juguetes
siguiente, menos, y así con los días posteriores. Él niño se iba solo para ella. También había muchas fiestas a las que acudía
dando cuenta que era más fácil mucha gente que venía de lugares muy lejanos y que le traían no
controlar su genio y su mal carácter, que clavar los clavos en la pocos regalos.
cerca. Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni Pero ser princesa empezada a no ser tan divertido. Cuando todos los
una sola vez y se lo dijo a su padre que no tenía que clavar ni un niños salían al patio a jugar con el balón, siempre había una voz que
clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin, controlar su mal le recordaba que ella no debía participar porque mancharía su
temperamento. precioso vestido y una princesa nunca debía ensuciarse. De igual
Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió entonces a su hijo que forma, no debía escalar por los columpios o acabaría con el pelo
por cada día que controlase su carácter, sacase un clavo de la enmarañado y la compararían con una pordiosera. Ahora la palabra
cerca. Los días se pasaron y el niño pudo finalmente decir a su que más oía a su alrededor era NO y siempre venía seguido de una
padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces norma que le limitaba mucho: 'No debes hacer esto', 'No está bien
el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la que te comportes de esa forma'... No, no, no... siempre había un
casa y le dijo: 'no'.
- Mira, hijo, has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta Daniela debía aprender a hacer ricas tartas, pero lo que a ella le
cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la gustaba era comérselas. Daniela debía aprender a bailar los bailes
cerca. ¡Jamás será la misma! de palacio, pero ella prefería saltar. Daniela debía saber tocar un
Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal instrumento musical, pero ella buscaba el silencio para jugar al
genio, enfado y mal carácter, dejas una cicatriz, como estos ajedrez. Daniela ya no quería ser princesa. Triste y cabizbaja vagaba
agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que pidas perdón. La desde entonces por el palacio. Su familia empezó a preocuparse.
herida estará siempre allí. Y una herida física es igual que una Pero pronto comprendió que lo único importante era ser feliz. Y así
fue como animaron a Daniela a saltar, a jugar con el balón, a comer
herida verbal.
tartas que mancharan sus vestido... La risa volvió al palacio y
Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas
Daniela se convirtió desde entonces en la 'Princesa que había
joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonríen y te animan a
vencido al NO'.
mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre
Gracias al apoyo de su familia, Daniela superó las expectativas de lo
tienen su corazón abierto para recibirte.
que se esperaba de ella para poder ser libre y decidir qué hacer y
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los
qué ser. Descubrió y demostró que las etiquetas que se ponen sobre
clavos, hicieron que el niño reflexionase sobre las
las personas, como la de ser princesa, solo sirven como límites y
consecuencias de su carácter.
que el SÍ siempre es más divertido y enriquecedor que el NO.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
13 Pablo protesta y protesta 14

La pesadilla de Carola
Pablo siempre andaba aburrido. Había llegado el verano y no sabía Carola estaba tumbada en el sillón de casa muy aburrida.
que hacer con tanto tiempo libre. De todo se cansaba. Si cogía el - Mamá, no sé lo que hacer - dijo perezosa.
balón tardaba menos de diez minutos en soltarlo. Si montaba en - Puedes pintar un dibujo y después colorearlo - contestó su madre
bicicleta decía que se agotaba y que el casco le daba calor. Si sacaba mientras planchaba la ropa. - No quiero, pintar me aburre - dijo
sus coches para echar carreras con ellos protestaba porque éstos no Carola. - Ya sé - dijo su madre. Puedes jugar a las peluqueras y
rodaban bien. hacer una bonita trenza a tu muñeca. - No quiero, eso me aburre
Y cuando jugaba con sus amiguitos o primos en el pueblo la cosa no también - protestó de nuevo la niña. - Llama a María, y jugáis a algo -
mejoraba. Pablo acababa discutiendo con todos porque siempre dijo impacientándose de nuevo su madre. - No quiero; ayer me
quería que los demás hicieran lo que él quería. Al final escuchaba las enfadé con ella - contestó la niña haciendo una mueca.
mismas palabras de su mamá que sólo conseguían que le enfadarán Su madre la miró preocupada dejando de planchar. Carola se pasaba
aún más: 'hay que compartir', 'cada uno debe mandar un ratito o todo el día aburrida, protestando y viendo en la televisión dibujos
poneros todos de acuerdo', 'si no sabéis jugar juntos nos vamos a animados.
casa'. - ¿Por qué no sales con la bicicleta al jardín? - dijo su madre
El verano estaba siendo complicado para toda la familia. Parecía que intentando animar a la niña reanudando su tarea.
el mal humor se había instalado en casa con ellos. Además, un - No quiero; me aburre montar en bicicleta - dijo estirándose perezosa
día, Pablo se cayó de los columpios por darse muy fuerte y en el sofá sin mirarla siquiera.
se rompió el tobillo. Lloró mucho y rápidamente sus papás le llevaron Su madre estaba cada vez más preocupada por el comportamiento de
al médico. Tuvieron que ponerle una escayola que tendría que llevar Carola.
durante 15 días. - Mañana iremos a pasar el día al campo y nos bañaremos en el río -
Parecía que el verano le quería poner cada vez las cosas más dijo.
difíciles. Pero, sin embargo, no fue así. Al estar más limitado en sus - No quiero ir al río, me pican los mosquitos y además no sé
movimientos no le quedó más remedio que pasar muchas horas nadar. - ¡Qué asco!
sentado a la sombra viendo como sus amigos y primos corrían y - ¡Iremos a pasar el día al campo! - dijo su padre por la noche. ¡Te
jugaban. Y fue entonces cuando utilizó su imaginación. En su cabeza guste o no! Y Carola se fue protestando muy enfadada a la cama, sin
se inventaba grandes aventuras y empezó a leer muchos libros, sobre querer cenar.
todo de piratas, que eran sus favoritos. Ahora las horas sí pasaban Al día siguiente llamaron a Carola que se levantó de la cama
deprisa y le encantaba estar de vacaciones El momento favorito de protestando de nuevo.
Pablo era cuando empezaba a caer la tarde y a refrescar. Entonces, - ¡Os odio! ¡Siempre me estáis fastidiando! - dijo lloriqueando. -
gracias a las herramientas que le había dado la lectura empezaba a ¡Quiero tener otros padres! ¿Por qué no me dejáis vivir en paz? Y
escribir sus propias aventuras y crear sus propios cuentos. Éstos salió de la habitación metiendo mucho ruido, sin desayunar.
eran muy aplaudidos entre sus amigos y Pablo empezó a estar Pero esta vez sus padres no estaban dispuestos a ceder a sus
siempre muy contento. Sin duda, este había sido el mejor verano de caprichos y continuaron hablando entre ellos sin prestar atención a
su vida porque había descubierto que de mayor quería ser sus palabras.
escritor.
Durante el trayecto en el coche apenas hablaron. Llegaron a un lugar
precioso donde había una verde pradera, un río de aguas transparentes y 15
una zona de arboleda. Era el sitio ideal para pasar el día.
Sus padres empezaron a jugar a la pelota y la llamaron:
- ¡Carola, ven a jugar!
Pero la niña se quedó de brazos cruzados mostrando su enfado y
pensando que eran unos padres horribles que no la querían y, con ese
pensamiento se sentó apoyada en el tronco de un árbol y se quedó
dormida. La rama quejumbrosa
- ¡No quiero ir, me aburro! ¡Es un rollo teneros como padres! Siempre me
estáis obligando a hacer cosas que no quiero. ¡Me quiero ir de esta casa! Era un día tan caluroso que hasta las lagartijas y los caracoles
Y entonces ocurrió algo que Carola no esperaba. Su madre dijo: buscaban la sombra. Hacía tiempo que no llovía y las ramas
- Muy bien, si es eso lo que quieres te ayudaré a preparar el equipaje. secas, abriéndose camino, salían de la tierra agrietada.
Carola siguió a su madre. Extrañada vio cómo abría
— Estoy vieja y arrugada y ya no sirvo para nada, — dijo una
la puerta de su armario y descolgó uno de sus vestidos. Lo dobló
cuidadosamente y lo metió en una pequeña maleta; luego metió una rama quejumbrosa con voz temblorosa.
chaqueta, calcetines y unos zapatos. Por último, eligió unas braguitas y — ¿Por qué dices eso?, — preguntó el caracol. Yo estoy
una camiseta de interior y cerró la cremallera. encantado de que me des sombra porque me haces sentir bien.
- Ya está - dijo. Y se volvió ofreciéndole con indiferencia la maleta. Entonces, la rama seca miró sorprendida al caracol y no dijo
- Te pondré un bocadillo por si te da hambre esta noche - habló sin nada. Al día siguiente la rama se volvió a quejar:
volverse a mirarla. — Estoy pálida y muy seca, ¿quién me va a querer así?
- ¡Luis! -llamó al padre - Ven a decir adiós a Carola que se va a buscar
— ¿Por qué dices eso?, — preguntó la lagartija. Con este calor
unos padres mejores que nosotros.
Su padre entró en la habitación, la abrazó y acompañándola a la puerta sofocante, — dijo, si tú no estuvieras aquí, yo no tendría tu
dijo: sombra, ¡qué suerte que estés tan cerca de mí!
- ¡Qué te vaya muy bien cariño! Entonces la rama seca miró sorprendida a la lagartija y no dijo
Entonces Carola empezó a llorar en silencio y, cuando quiso darse cuenta, nada.
oyó un fuerte portazo y se vio en la calle. Esa misma tarde, la rama quejumbrosa, como ya era su
- ¡No me quiero ir! - dijo sin disimular su llanto, aporreando la puerta. costumbre sollozó quejándose de nuevo:
- ¡No me quiero ir! - gritaba llorando. - ¡No quiero buscar otros padres!
— ¡Ay, pobre de mí!, ¿por qué sigo en este mundo si nadie se
- ¡Carola, Carola! - decían sus padres zarandeándola nerviosos.
Cuando despertó vio a sus padres que la abrazaban y miraban asustados. acuerda de mí?
Se dio cuenta que ellos siempre se habían preocupado por ella, que la Entonces mirándose la lagartija y el caracol, sin decir nada, se
querían mucho y se estaba portando muy mal. marcharon a la sombra de otra rama que no se quejara
Abrazó a los dos todavía llorando y les dijo: tanto.
- ¡Os quiero! ¡Quiero jugar a la pelota con vosotros!
Sus padres se miraron contentos. No sabían qué había hecho cambiar a la
niña de comportamiento pero, desde ese día, Carola fue mucho más
obediente y no era caprichosa. Además daba muchos besos a sus padres.
Todo lo cambió una horrible pesadilla.
16 – Te ruego que no me malinterpretes, amigo mío. Por nada del mundo
quiero fastidiarte, pero la verdad es que me vendría de perlas que me
echaras una mano. Me conoces y sabes que no te lo pediría si no
fuera absolutamente necesario. El caballo dio un respingo y puso cara
de sorpresa. – ¡¿Perdona?!… ¡
El asno y el caballo ¿Me lo estás diciendo en serio?!
Un asno y un caballo vivían juntos desde su más tierna infancia y, El asno, ya medio mareado, pensó que estaba en medio de una
como buenos amigos que eran, utilizaban el mismo establo, pesadilla. – ‘No, esto no puede ser real…
compartían la bandeja de heno, y se repartían el trabajo ¡Seguro que estoy soñando y pronto despertaré!’ El sudor empezó a
equitativamente. Su dueño era molinero, así que su tarea diaria caerle a chorros por el pelaje y notó que sus grandes ojos
consistía en transportar la harina de trigo desde el campo al mercado almendrados empezaban a girar cada uno hacia un lado,
principal de la ciudad. completamente descontrolados. Segundos después todo se volvió
La rutina era la misma todas las mañanas: el hombre colocaba un borroso y se quedó prácticamente sin energía. Tuvo que hacer un
enorme y pesado saco sobre el lomo del asno, y minutos después, esfuerzo descomunal para seguir pidiendo auxilio.
otro igual de enorme y pesado sobre el lomo del caballo. En cuanto – Necesito que me ayudes porque yo… yo no puedo, amigo, no
todo estaba preparado los tres abandonaban el establo y se ponían puedo continuar… Yo me… yo… ¡me voy a desmayar!
en marcha. Para los animales el trayecto era aburrido y bastante duro, El caballo resopló con fastidio.
pero como su sustento dependía de cumplir órdenes sin rechistar, ni – ¡Bah, venga, no te pongas dramático que tampoco es para tanto! Te
se les pasaba por la mente quejarse de su suerte. Un día, no se sabe recuerdo que eres más joven que yo y estás en plena forma. Además,
por qué razón, el amo decidió poner dos sacos sobre el lomo de asno para un día que me libro de cargar no voy a llevar parte de lo tuyo.
y ninguno sobre el lomo del caballo. Lo siguiente que hizo fue dar la ¡Sería un tonto redomado si lo hiciera!
orden de partir. – ¡Arre, caballo! ¡Vamos, borrico!… ¡Daos prisa o Bajo el sol abrasador al pobre asno se le doblaron las patas como si
llegaremos tarde! Se adelantó unos metros y ellos fueron siguiendo fueran de gelatina. – ¡Ayuda… ayuda… por favor!
sus pasos, como siempre perfectamente sincronizados. Mientras Fueron sus últimas palabras antes de derrumbarse sobre la hierba.
caminaban, por primera vez desde que tenía uso de razón, el asno se ¡Blooom! El dueño, hasta ese momento ajeno a todo lo que ocurría
lamentó: – ¡Ay, amigo, fíjate en qué estado me encuentro! Nuestro tras de sí, escuchó el ruido sordo que hizo el animal al caer. Asustado
dueño puso todo el peso sobre mi espalda y creo que es injusto. se giró y vio al burro inmóvil, tirado con la panza hacia arriba y la
¡Apenas puedo sostenerme en pie y me cuesta mucho respirar! lengua fuera. – ¡Oh, no, mi querido burro se ha desplomado!… ¡Pobre
El pequeño burro tenía toda la razón: soportar esa carga era animal! Tengo que llevarlo a la granja y avisar a un veterinario lo antes
imposible para él. El caballo, en cambio, avanzaba a su lado ligero posible, pero ¿cómo puedo hacerlo?
como una pluma y sintiendo la perfumada brisa de primavera Hecho un manojo de nervios miró a su alrededor y detuvo la mirada
peinando su crin. Se sentía tan dichoso, le invadía una sensación de sobre el caballo. – ¡Ahora que lo pienso te tengo a ti! Tú serás quien
libertad tan grande, que ni se paró a pensar en el sufrimiento de su me ayude en esta difícil situación. ¡Venga, no perdamos tiempo,
colega. A decir verdad, hasta se sintió molesto por el comentario. agáchate! El desconcertado caballo obedeció y se tumbó en el suelo.
– Sí amiguete, ya sé que hoy no es el mejor día de tu vida, pero… Entonces, el hombre colocó sobre su lomo los dos sacos de harina, y
¡¿qué puedo hacer?!… ¡Yo no tengo la culpa de lo que te pasa! seguidamente arrastró al burro para acomodarlo también sobre la
Al burro le sorprendió la indiferencia y poca sensibilidad de su montura. Cuando tuvo todo bien atado le dio unas palmaditas
compañero de fatigas, pero estaba tan agobiado que se atrevió a cariñosas en el cuello. – ¡Ya puedes ponerte en pie!
pedirle ayuda. El animal puso cara de pánico ante lo que se avecinaba.
17

el león y el ratón
Érase una vez, un Leónque dormía junto a un árbol,
cuando un Ratón se le acercó y comenzó a correr
– Sí, ya sé que es muchísimo peso para ti, pero si queremos salvar a hacia arriba y hacia abajo sobre él. Esto despertó al
nuestro amigo solo podemos hacerlo de esta manera. ¡Prometo que León, que colocó su enorme pata sobre él y abrió sus
te recompensaré con una buena ración de forraje! grandes mandíbulas para tragárselo.
El caballo soltó un relincho que sonó a quejido, pero de nada sirvió.
Le gustara o no, debía realizar la ruta de regreso a casa con un
- Perdóname esta vez, oh rey, nunca lo olvidaré:
cargamento descomunal sobre la espalda. ¿quién sabe, quizás pueda hacer algo por ti algunos
—————– de estos días?
Gracias a la rápida decisión del molinero llegaron a tiempo de que el El León estaba tan emocionado ante la idea de que el
veterinario pudiera reanimar al burro y dejarlo como nuevo en pocas
horas. El caballo, por el contrario, se quedó tan hecho polvo, tan Ratón pudiera ayudarlo, que levantó la pata y lo dejó ir.
dolorido y tan débil, que tardó tres semanas en recuperarse. Un Algún tiempo después el León se vio atrapado en una
tiempo muy duro en el que también lo pasó mal a nivel emocional trampa humana y, los cazadores lo ataron a un árbol
porque se sentía muy culpable. Tumbado sobre el heno del establo mientras buscaban un carro para llevarlo.
lloriqueaba y repetía sin parar:
– Por mi mal comportamiento casi pierdo al mejor amigo que tengo… Justo en ese momento, pasó el ratoncito, y al ver la
¿Cómo he podido portarme así con él?… ¡Tenía que haberle triste situación en la que se encontraba el León, se
ayudado!… ¡Tenía que haberle ayudado desde el principio! acercó a él y pronto royó las cuerdas que ataban a su
Por eso, cuando se reunieron de nuevo, con mucha humildad le pidió
perdón y le prometió que jamás volvería a suceder. El burro, que era
nuevo amigo. El pequeño ratoncito logró salvar al león
un buenazo y le quería con locura, aceptó las disculpas y lo abrazó que, le estuvo eternamente agradecido y, desde
más fuerte que nunca. entonces, siempre le dejó trepar a su lomo.
Moraleja: Esta fábula nos enseña lo importante que es cuidar, Moraleja: no subestimes las capaciades de otras
respetar y acompañar a las personas que amamos no solo en los
buenos tiempos, sino también cuando atraviesan un mal momento personas porque parezcan débiles. Sé bondadoso con
en su vida. No olvides nunca el sabio refrán español: ‘Hoy por ti, los demás, y los demás lo serán contigo.
mañana por mí’.
18 19

el cuervo y el zorro

Un cuervo estaba en un árbol tomando un liebre y la tortuga


poco de queso que había encontrado. Un En el mundo de los animales vivía una
zorro llegó hasta donde estaba el cuervo, al liebre muy orgullosa, porque era el animal más veloz.
olor del queso. Tenía tanta hambre que También era vanidosa y constantemente se reía de la
lenta tortuga.
comenzó a decirle lo bello que era.
Un día, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una
Alababa su plumaje, su forma de volar, su apuesta a la liebre.
canto, su porte tan elegante y lo bueno que - Estoy segura de poder ganarte una carrera - le dijo.
era encontrando comida. Cuantos más La liebre, muy divertida, aceptó y todos los animales
elogios decía el zorro, más orgulloso se se reunieron para presenciar la carrera.
Confiando en su velocidad, la liebre dejó partir a la
mostraba el cuervo que parecía incluso tortuga y se quedó remoloneando.
hinchar su pecho. Un rato después, empezó a correr, corría veloz como
Fue entonces cuando, el astuto zorro le pidió el viento mientras la tortuga iba despacio, eso sí, sin
que cantase con su voz melodiosa para que parar. Enseguida, la liebre se adelantó muchísimo,
tanto que se detuvo al lado del camino y se sentó a
pudiera escucharle. El vanidoso cuervo,
descansar. Varias veces repitió lo mismo, le dejó
cedió ante la petición de su admirador y, en ventaja y nuevamente emprendió su veloz marcha.
el momento en el que abrió el pico, cayó el Confiada en su velocidad, la liebre se tumbó bajo un
queso que fue devorado inmediatamente por árbol y ahí se quedó dormida. Mientras tanto, pasito a
el zorro. pasito, y tan ligero como pudo, la tortuga siguió su
camino hasta llegar a la meta. Cuando la liebre se
Moraleja: no te fíes de las alabanzas y despertó, corrió con todas sus fuerzas pero ya era
elogios de los demás. No confíes en quien demasiado tarde, la tortuga había ganado la carrera.
solo te ensalza.
21 la cigarra y la hormiga
20 El escorpión y la rana

La cigarra era feliz disfrutando del verano sin hacer otra


Un escorpión y una rana se encontraban junto a cosa que tomar el sol. Mientras tanto su amiga y vecina,
una charca. El escorpión deseaba cruzar al otro una pequeña hormiga, pasaba el día entero trabajando,
recogiendo alimentos.
lado y no sabía cómo hasta que se le ocurrió la - ¿No te cansas de tanto trabajar? Descansa un rato
idea de pedir a la rana que le cruzara. La rana, conmigo mientras canto algo para ti. ? Le decía la cigarra a
atemorizada, se negó a cruzarle: la hormiga.
- Si te cruzo, me picarás y moriré. - Deberías recoger provisiones para el invierno y dejar de
holgazanear.
- ¿Cómo voy a hacer eso? Si te pico, morirás y La cigarra se reía y seguía cantando sin hacer caso a su
nos ahogaremos los dos. amiga.
El argumento era tan lógico que la rana acabó Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del
aceptando. Sin embargo, cuando iban por la invierno. Comenzó a sentir hambre, pero la nieve cubría los
campos. Vio a lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se
mitad de la charca, el escorpión picó a la rana. acercó a pedirle ayuda.
Antes de que ambos murieran ahogados, la - Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo
rana miró incrédula al escorpión y preguntó por de comer? Tú tienes mucha comida y una casa caliente,
qué lo había hecho: mientras que yo no tengo nada.
-No lo pude evitar, está en mi naturaleza. - Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo
madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías cuando cargaba
con granos de trigo de acá para allá?, respondió la hormiga.
Moraleja: aléjate de la gente que intenta hacer - Cantaba y cantaba bajo el sol - contestó la cigarra.
daño, incluso cuando parezca que tiene buenas - Pues si cantabas en el verano, ahora baila durante el
invierno.
intenciones, querrá tu mal. Y le cerró la puerta, dejando fuera a la cigarra, que había
aprendido la lección.
Moraleja: no debemos ser perezosos. Hay que esforzarse y
no esperar que los demás trabajen para nosotros.
22
Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita de paja
se vino abajo. El cerdito pequeño corrió lo más rápido que pudo
y entró en la casa de madera del hermano mediano.
Los tres cerditos - ¡No nos comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el
Había una vez tres cerditos que eran hermanos, y se fueron por el Lobo Feroz! - cantaban desde dentro los cerditos.
mundo a buscar fortuna. A los tres cerditos les gustaba la música y De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse
cada uno de ellos tocaba un instrumento. El más pequeño tocaba la engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a soplar y
flauta, el mediano el violín y el mayor tocaba el piano... soplar gruñendo:
Su vida podría ser tranquila y feliz, de no ser por el lobo feroz, que - ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
siempre que tenía hambre intentaba comérselos. La madera crujió, y las paredes cayeron y los dos cerditos
- Construiremos una casa, así podremos meternos dentro cuando corrieron a refugiarse en la casa de ladrillo del mayor.
venga el lobo y estaremos a salvo de sus fauces. - dijo el mayor de -¡No nos comerá el Lobo Feroz! - Cantaban los cerditos.
ellos.
El lobo estaba realmente enfadado y hambriento, y ahora
A los otros dos les pareció una buena idea, y se pusieran manos a la
obra, cada uno construyendo su casita. - La mía será de paja - dijo el
deseaba comerse a los Tres Cerditos más que nunca, y frente a
más pequeño-, la paja es blanda y se puede sujetar con facilidad . la puerta bramó:
Terminaré muy pronto y podré ir a jugar. - ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré!
El hermano mediano decidió que su casa sería de madera: Y se puso a soplar tan fuerte como el viento de invierno Sopló y
- Puedo encontrar un montón de madera por los alrededores, - explicó sopló, pero la casita de ladrillos era muy resistente y no
a sus hermanos, - Construiré mi casa en un santiamén con todos conseguía su propósito.
estos troncos y me iré también a jugar. Decidió trepar por la pared y entrar por la chimenea. Se deslizó
El mayor decidió construir su casa con ladrillos. hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el cerdito mayor
- Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y resistente, y estaba hirviendo sopa de nabos.
dentro estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo hacia el lago
bellotas y hacer caldo de zanahorias.
Los cerditos no le volvieron a ver.
Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los cerditos cantaban y
bailaban en la puerta, felices por haber acabado con el problema:
El mayor de ellos regañó a los otros dos por haber sido tan
-¡No nos comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el Lobo perezosos y poner en peligro sus propias vidas, y si algún día
Feroz! vais por el bosque y veis tres cerdos, sabréis que son los Tres
De detrás de un árbol grande surgió el lobo, rugiendo de hambre y Cerditos porque les gusta cantar:
gritando: - ¡No nos comerá el Lobo Feroz! - ¡En casa no puede entrar el
- Cerditos, ¡os voy a comer! Lobo Feroz!
Cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a salvo, FIN
pero el Lobo Feroz se encaminó a la casita de paja del hermano
pequeño y en la puerta aulló:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
Los hijos del labrador. 24
23 la zorra y las uvas

Los dos hijos de un labrador vivían siempre discutiendo. Se En una mañana de otoño, mientras una zorra descansaba debajo de
peleaban por cualquier motivo, como quién iba a manejar el una plantación de uvas, vio unos hermosos racimos de uvas ya
arado, quién sembraría, y así como todo. Cada vez que maduras, delante de sus ojos. Deseosa de comer algo refrescante y
distinto de lo que estaba acostumbrada, la zorra se levantó, se
había una riña, los hermanos dejaban de hablarse. La
remangó y se puso manos a la obra para comer las uvas. Lo que la
concordia parecía algo imposible entre los dos. Eran zorra no sabía es que los racimos de uvas estaban mucho más altos
testarudos, orgullosos y para su padre le suponía una de lo que ella imaginaba. Entonces, buscó un medio para
dificultad mejorar estos sentimientos. Fue entonces que alcanzarlos. Saltó, saltó, pero sus dedos no conseguían ni tocarlos.
decidió darles una lección Para poner un fin a esta Habían muchas uvas, pero la zorra no podía alcanzarlas. Tomó
situación, el labrador les llamó y les pidió que se fueran al carrera y saltó otra vez, pero el salto quedó corto. Aún así, la zorra
bosque y les tajeran un manojo de leña. Los chicos no se dio por vencida. Tomó carrera otra vez y volvió a saltar y nada.
obedecieron a su padre y una vez en el bosque empezaron Las uvas parecían estar cada vez más altas y lejanas.
a competir para ver quién recogía más leños. Y otra pelea Cansada por el esfuerzo y sintiéndose imposibilitada de conseguir
alcanzar las uvas, la zorra se convenció de que era inútil repetir el
se armó. Cuando cumplieron la tarea, se fueron hacia su
intento. Las uvas estaban demasiado altas y la zorra sintió una
padre que les dijo: profunda frustración. Agotada y resignada, la zorra decidió renunciar
-Ahora, junten todos las varas, las amarren muy fuerte con
a las uvas.
una cuerda y veamos quién es el más fuerte de los dos. Cuando la zorra se disponía a regresar al bosque se dio cuenta de
Tendrán que romper todas las varas al mismo tiempo. que un pájaro que volaba por allí, había observado toda la escena y
se sintió avergonzada. Creyendo que había hecho un papel ridículo
Y así lo intentaron los dos chicos. Pero a pesar de todos para conseguir alcanzar las uvas, la zorra se dirigió al pájaro y le
sus esfuerzos, no lo consiguieron. Entonces deshizo el haz dijo:
y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron - Yo hubiera conseguido alcanzar las uvas si ellas estuvieran
maduras. Me equivoqué al principio pensando que estaban maduras
fácilmente.
pero cuando me di cuenta de que estaban aún verdes, he preferido
-¡Se dan cuenta! les dijo el padre. Si vosotros permanecen
desistir de alcanzarlas. Las uvas verdes no son un buen alimento
unidos como el haz de varas, serán invencibles ante la para un paladar tan refinado como el mío.
adversidad; pero si están divididos serán vencidos uno a Y fue así que la zorra siguió su camino, intentando convencerse de
uno con facilidad. Cuando estamos unidos, somos más que no fue por su falta de esfuerzo que ella no había comido
fuertes y resistentes, y nadie podrá hacernos daño. aquellas riquísimas uvas. Y sí porque estaban verdes.

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