1.los 7 Dones Del Espiritu Santo

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Confirmación:

Es el sacramento que por la Dones del Espíritu Santo


imposición de manos del
obispo o el sacerdote, da el
espíritu santo ungiendo la
frente con el santo crisma y
pronuncia las palabras:
recibe por esta señal el Don
del espíritu santo.
¿Qué es un Don?

Un don es un regalo, una gracia, un donativo.

Lo que tenemos que saber primero es que los Dones son


regalos de Dios y que los da a quienes se los piden.
Principalmente sirven para empezar a vivir en esta vida, la
vida del Reino de Dios.

Dios no se complace tanto en dar cosas que son hechura


de sus manos, sino más bien se goza en dar aquello que
comparte su misma naturaleza. Dios es Espíritu, y los
dones mayores son los dones espirituales. El hombre
puede, mediante un esfuerzo, hacer cosas, diseñarlas y
fabricarlas. Pero el hombre no puede crear gracias
espirituales y darlas. Esto es un privativo de Dios.
¿Por qué no da Dios indiscriminadamente todos sus dones a todos sus hijos?

1.Que no todos los hijos están en las mismas


condiciones para hacer buen uso de dichos
dones, por lo tanto el concederlos puede ser
un mal y no un bien.

2.Que solo el que pide, recibe. Un hijo que


insiste en algo que quiere puede obtener lo
que pide, no así el que se muestra indiferente.
Hay hijos de Dios
que no desean los dones espirituales. O si los
desean no lo desean tan fuertemente como
debieran.
Los 7 Dones del Espíritu Santo
Desde la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles, en Pentecostés, los
cristianos son conscientes de los dones con los que asiste al creyente la tercera
Persona de la Trinidad.
1. Don de la Sabiduría, ver todas las cosas con los
ojos de Dios.

El primer don del Espíritu Santo, según esta


lista, es, por lo tanto, la sabiduría. Pero no se
trata sencillamente de la sabiduría humana,
que es fruto del conocimiento y de la
experiencia. En la Biblia se cuenta que a
Salomón, en el momento de su coronación
como rey de Israel, había pedido el don de la
sabiduría (cf. 1 Re 3, 9).
Y la sabiduría es
precisamente esto: es la
gracia de poder ver cada
cosa con los ojos de Dios. Es
sencillamente esto: es ver el
mundo, ver las situaciones,
las ocasiones, los problemas,
todo, con los ojos de Dios.
Esta es la sabiduría.

Algunas veces vemos las


cosas según nuestro gusto o
según la situación de
nuestro corazón, con amor o
con odio, con envidia... No,
esto no es el ojo de Dios. La
sabiduría es lo que obra el
Espíritu Santo en nosotros a
fin de que veamos todas las
La Sabiduría al hacernos ver las cosas con inteligencia y con el corazón de
Dios, podríamos practicarla al detectar el mal que uno puede hacer o alguien
mas lo haga.

Ejemplo: Copypaste.
2. Don del Entendimiento, ir más allá del aspecto
externo de la realidad y escrutar las profundidades del
pensamiento de Dios y de su designio de salvación.

No se trata aquí de la inteligencia


humana, de la capacidad intelectual de la
que podemos estar más o menos dotados.

Es, en cambio, una gracia que sólo el


Espíritu Santo puede infundir y que suscita
en el cristiano la capacidad de ir más allá
del aspecto externo de la realidad
y escrutar las profundidades del
pensamiento de Dios y de su designio de
salvación.
Está claro entonces que el don
de entendimiento
está estrechamente
relacionado con la fe. Cuando
el Espíritu Santo habita en
nuestro corazón e ilumina
nuestra mente, nos hace
crecer día a día en la
comprensión de lo que el
Señor ha dicho y ha realizado.
Jesús mismo dijo a sus
discípulos: yo os enviaré al
Espíritu Santo y Él os hará
comprender todo lo que yo os
he enseñado. Comprender las
enseñanzas de Jesús,
comprender su Palabra,
comprender el Evangelio,
comprender la Palabra de Dios.
Con el Don de entendimiento podemos comprender las cosas de Dios,
La manera como Jesucristo actuó y evangelizó.
3. Don del Consejo ilumina nuestro corazón, y nos hace comprender
el modo de hablar, comportarse y el camino a seguir.

Sabemos cuán importante es, en los momentos


más delicados, poder contar con las sugerencias
de personas sabias y que nos quieren. Ahora, a
través del don de consejo, es Dios mismo, con su
Espíritu, quien ilumina nuestro corazón, de tal
forma que nos hace comprender el modo justo de
hablar y de comportarse; y el camino a seguir.
¿Pero cómo actúa este don en nosotros?
En la intimidad con Dios y en la escucha de su Palabra, poco a poco, dejamos a
un lado nuestra lógica personal, impuesta la mayoría de las veces por nuestras
cerrazones, nuestros prejuicios y nuestras ambiciones, y aprendemos, en
cambio, a preguntar al Señor: ¿cuál es tu deseo?, ¿cuál es tu voluntad?, ¿qué te
gusta a ti? De este modo madura en nosotros una sintonía profunda, casi
connatural en el Espíritu.
Este don nos ayuda a ver lo que es bueno, lo que nos hace felices, lo
que nos conviene mas. Lo podemos usar para hacer felices a las personas
o hasta uno mismo cuando se necesita hacer una decisión complicada
y no saber que hacer.
4. Don de la Fortaleza. Él viene siempre a sostenernos en nuestra
debilidad.

Hay también momentos difíciles y situaciones


extremas en las que el don de fortaleza se
Él viene siempre
manifiesta de modo extraordinario, ejemplar. Es el
a sostenernos en
caso de quienes deben afrontar experiencias
nuestra debilidad y
particularmente duras y dolorosas, que
esto lo hace con un
revolucionan su vida y la de sus seres queridos. La
don especial: el don
Iglesia resplandece por el testimonio de
de fortaleza.
numerosos hermanos y hermanas que no dudaron
en entregar la propia vida, con tal de permanecer
fieles al Señor y a su Evangelio.
El Señor da la fuerza, siempre, no permite que nos falte. El Señor no nos
prueba más de lo que nosotros podemos tolerar. Él está siempre con
nosotros. «Todo lo puedo en Aquel que me conforta».
Este don nos ayuda a superar los momentos duros de la vida con firmeza. Los
humanos puedes a veces ser débiles y caer en las tentaciones con mentiras, el
dinero, el poder, el consumismo, etc.
5. Don de la Ciencia. Nos lleva a captar, a través de la creación, la
grandeza y el amor de Dios.

La ciencia que viene del Espíritu Santo, sin


embargo, no se limita al conocimiento humano: es
un don especial, que nos lleva a captar, a través
de la creación, la grandeza y el amor de Dios y su
relación profunda con cada creatura.

Cuando nuestros ojos son iluminados por el


Espíritu, se abren a la contemplación de Dios, en la
belleza de la naturaleza y la grandiosidad del
cosmos, y nos llevan a descubrir cómo cada cosa
nos habla de Él y de su amor.
Todo esto es motivo de serenidad y de paz, y hace del cristiano un testigo
gozoso de Dios, siguiendo las huellas de san Francisco de Asís y de
muchos santos que supieron alabar y cantar su amor a través de la
contemplación de la creación.
6. El Don de la Piedad. indica nuestra pertenencia a Dios y
nuestro vínculo profundo con Él.

Es necesario aclarar inmediatamente que


este don no se identifica con el tener
compasión de alguien, tener piedad del
prójimo, sino que indica nuestra
pertenencia a Dios y nuestro vínculo
profundo con Él, un vínculo que da sentido
a toda nuestra vida y que nos mantiene
firmes, en comunión con Él, incluso en los
momentos más difíciles y tormentosos.
Si el don de piedad nos hace crecer en la relación y en la comunión con Dios
y nos lleva a vivir como hijos suyos, al mismo tiempo nos ayuda a volcar
este amor también en los demás y a reconocerlos como hermanos.

La podemos aplicar en la vida viendo a las personas con las que convivimos (familia,
Amigos) como hijos de Dios, a respetarlos, valorarlos y compadecernos de sus necesidades.
7. Don del temor de Dios. El abandono en la bondad de
nuestro Padre que nos quiere mucho.

No significa tener miedo de Dios:


sabemos bien que Dios es Padre,
y que nos ama y quiere nuestra
salvación, y siempre perdona,
siempre; por lo cual no hay
motivo para tener miedo de Él.
El temor de Dios, en cambio, es
el don del Espíritu que nos
recuerda cuán pequeños somos
ante Dios y su amor, y que
nuestro bien está en
abandonarnos con humildad, con
respeto y confianza en sus
manos. Esto es el temor de Dios:
el abandono en la bondad de
nuestro Padre que nos quiere
mucho.
El temor de Dios nos hace
tomar conciencia de que
todo viene de la gracia y
que nuestra verdadera
fuerza está únicamente en
seguir al Señor Jesús y en
dejar que el Padre pueda
derramar sobre nosotros su
bondad y su misericordia.
Abrir el corazón, para que la
bondad y la misericordia de
Dios vengan a nosotros.
Para aplicar el Temor de Dios en nuestras vidas es necesario huir de las
Tentaciones que atenten contra nuestra relación con Dios. Ejemplo:
Vicios, cigarros, droga, etc.

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