Aristóteles
Aristóteles
Aristóteles
384-322 A.C.
ETICA
El bien como finalidad
Los más perfectos se quieren por sí. Los menos perfectos por
otra cosas.
El placer, los honores, la inteligencia se quieren por sí pero
también porque ellos contribuyen a la felicidad.
La felicidad se quiere sólo por sí, es evidente que es el bien más
perfecto de todos.
“Consideramos suficiente lo que por sí solo hace deseable a la
vida y no necesita nada […] [esto] resulta [aún] más deseable si
se le añade el más pequeño de los bienes […] [pues] origina
superabundancia.”
Quedan por examinar la autarquía y la sabiduría.
Determinaciones de la felicidad
El bien propio del hombre podría determinarse si se lograra captar la función del
hombre:
Ya que
El bien como fin se dice de las actividades y el bien de las actividades radica en la
función: Ejemplo el bien de un flautista en tocar el instrumento, el bien de un
arquitecto en diseñar, pero además tocarlos virtuosamente.
El hombre tiene en común con las plantas la actividad de vivir y nutrirse, con los
animales la facultad sensitiva, pero lo propio del hombre es la actividad racional.
Tiene que ser una cierta actividad según la razón y de acuerdo a la virtud. (por
analogía con el bien en las artes)
La actividad más perfecta es la que se hace por amor a la virtud (a lo bueno, bello,
noble.) al que ama la virtud las acciones buenas le dan por añadidura placer.
La virtud propia del hombre ha de buscarse en algo que haga buena a la actividad
racional, y a lo largo de toda la vida, no como un logro momentáneo: tiene que ser
sostenida en la vida entera, y no ser destruida por los golpes de la suerte. La vida es
larga y los estados dichosos pueden cambiar y destruirse.
La felicidad requiere de algunos bienes exteriores
Porque es dificultoso hacer el bien cuando no se cuenta con recursos: riqueza,
amigos, poder político.
Y se empaña con la carencia de algunas cosas: nobleza de linaje, buenos hijos,