Lección 6, para El 9 de Noviembre de 2024

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TESTIMONIOS
ACERCA DE JESÚS
Lección 6,
para el 9 de
noviembre de
“Y cuando
yo sea
levantado
de la
tierra, a
todos
atraeré
hacia
Juan
mí”
12:32
Son muchos los testimonios que Juan recoge
acerca de Jesús. Entre ellos, se destaca el de
Juan el Bautista, que habló repetidas veces
acerca de Jesús y de su obra. Él también hizo
énfasis acerca de Quien le había comisionado y
adoctrinado acerca de la misión de Jesús.
Las personas que oyeron a Jesús también dieron
testimonios de Él. Unos rechazándolo y otros
aceptándolo. Pero sin duda, el mayor
testimonio proviene del Padre, cuya voz audible
habló acerca de su Hijo amado.
El testimonio de Juan el Bautista:
La humildad del testigo. Juan 3:25-36.
El origen del testimonio. Juan 1:29-36.
El testimonio de la multitud:
“Esta enseñanza es muy difícil”. Juan 6:51-
71.
“¡Nadie ha hablado nunca como él!” Juan
7:37-53
“El que tiene la
esposa, es el
esposo; más el
amigo del
esposo, que
está a su lado y
le oye, se goza
grandemente de
la voz del
esposo; así
pues, este mi
gozo está
cumplido” (Juan
LA HUMILDAD DEL
“Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe” (Juan 3:30)
TESTIGO
Surgió una disputa entre los discípulos de Juan y los
judíos acerca de la purificación del bautismo. La mente
de los discípulos se dirigió a Jesús, quien también
bautizaba
Juan comoque
dejó claro Juan,
esyDios
cuya famadecide
quien crecía la
(Jn. 3:25-26).
obra de cada
uno (Jn. 3:27).
JESÚS Juan 3:28 JUAN EL
Es el Cristo Es enviado delante
BAUTISTAde Él
Juan 3:29
Es el Esposo Es el amigo del Esposo
Juan 3:30
Debe crecer Debe menguar
Es celestial, está sobre Juan 3:31

Es terrenal, habla cosas terrenales
todos
Juan 3:32-36
Habla las palabras de Dios. Está lleno de
su Espíritu. Es amado por su Padre, de Es un testigo a quien nadie cree. Quien le
quien ha recibido todo. Quien cree en Él escucha atestigua que Dios es veraz
tiene vida eterna
EL ORIGEN DEL TESTIMONIO
“Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo:
Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que
bautiza con el Espíritu Santo” (Juan 1:33)
Juan identificó a Jesús como aquel de quien
había dicho: “Después de mí viene un hombre
que es superior a mí” (Jn. 1:30 NVI). Incluso
anunció su preexistencia (Jn. 1:30b). Sin
embargo, repetidas veces declara: “yo no le
conocía” (Jn. 1:31, 33). ¿Cómo podía saber
Juan que Jesús
Sus padres era el Mesías
le habían esperado?
dicho que su primo era
el Mesías. Pero Juan nunca se había
encontrado con Jesús. Fue Dios mismo el que
le indicó quién era el Mesías (Jn. 1:33).
De igual manera, nosotros escuchamos a
aquellos que nos hablan de Jesús, pero solo
podemos reconocerlo como nuestro Salvador
por la convicción que el Espíritu Santo inculca
en nosotros.
El punto importante es: ¿aceptaremos o
rechazaremos esta convicción que el Espíritu
“Entonces
algunos de la
multitud,
oyendo estas
palabras,
decían:
Verdaderament
e éste es el
profeta. […]
Hubo entonces
disensión entre
la gente a
“ESTA ENSEÑANZA ES MUY
“Al escucharlo, muchos de sus discípulos exclamaron:
DIFÍCIL
«Esta enseñanza es muy difícil; ¿quién”
6:60 NVI)
puede aceptarla?»”
(Juan
Tras la alimentación de los 5.000, la multitud creyó que Jesús

era el Mesías, y querían hacerle rey (Jn. 6:14-15). Al día
siguiente, mientras enseñaba en la sinagoga de Capernaúm,
les habló del pan de vida, despertando en ellos un deseo de
conocer más (Jn. 6:32-34).
Pero parece que no querían oír
verdades espirituales profundas. Ellos
querían un rey que les dirigiese en su
lucha contra los romanos. Cerraron sus
mentes, y se negaron a seguir a Jesús,
o a aceptarle como un Mesías que
regenera
Al ser abandonado, Jesús ya
habló convierte el alma (Jn.
los 12, dándoles la 6:60-
66).
oportunidad de dejarle también, si ellos lo deseaban (Jn.
6:67). Su respuesta refleja el sentir de todos los que hemos
encontrado en Jesús al Redentor, al Libertador, a nuestro
Salvador personal: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes
palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y
“¡NADIE HA HABLADO NUNCA COMO
“Contestaron los guardias: –¡Nadie ha hablado nunca como él!” (Juan
AlÉL!”
7:46 DHHe)
igual que los 12, hubo otros que estuvieron
dispuestos a aceptar a Jesús como el Profeta
(Jn. 7:40). Algunos creían que podía ser el
Cristo, sin embargo, aún tenían algunas dudas
(Jn.
Todos7:41-43).
quedaron fascinados con sus palabras.
Incluso aquellos que habían sido enviados por
el Sanedrín para prender a Jesús fueron
incapaces de cumplir las órdenes recibidas (Jn.
7:44-46).
Decepcionados, los miembros del Sanedrín
cargaron contra los alguaciles y los trataron de
ignorantes (Jn. 7:47-49). Su argumentación se
basaba en que ellos mismos no le habían
aceptado. Pero se equivocaban. Al menos uno de
ellos creía. Y Nicodemo no perdió la oportunidad
de defender afallaban
Nuevamente Jesús en su argumentación
(Jn. 7:50-51).
contra Nicodemo (Jn. 7:52). Al menos un profeta
había salido de Galilea: Jonás (2R. 14:25). En
todo caso, sus planes de prender a Jesús
“Pues cuando
él recibió de
Dios Padre
honra y gloria,
le fue enviada
desde la
magnífica
gloria una voz
que decía: Este
es mi Hijo
amado, en el
cual tengo
complacencia”
“También el Padre que me
envió ha dado testimonio
de mí. Nunca habéis oído
su voz, ni habéis visto su
aspecto” (Juan 5:37)
Jesús sabía tres

cosas del Padre
(Jn. 5:36-37)
Le había dado El primer El segundo, El tercero y

poder para testimonio al pequeño último fue
hacer audible del grupo que poco antes
milagros Padre fue en presenció la de la
el bautismo transfiguraci crucifixión,
Le había de Jesús, al ón (Mt. 17:5). ante un
enviado el comienzo de Estas pedido
mundo su ministerio palabras angustioso
(Mr. 1:11). quedaron de Jesús
Había dado profundamen (Jn. 12:27-
testimonio de te grabadas 28).
él en la mente
de ellos (2P.
«“¿A quién iremos?” No podían
apartarse de las enseñanzas de Cristo,
de sus lecciones de amor y
misericordia, a las tinieblas de la
incredulidad, a la perversidad del
mundo. Mientras abandonaban al
Salvador muchos de los que habían
presenciado sus obras admirables,
Pedro expresó la fe de los discípulos:
“Tú eres el Cristo”. Aun el pensar que
pudiesen perder esta ancla de sus
almas, los llenaba de temor y dolor.
Verse privados de un Salvador, era
E. G. W. (El Deseado de todas las gentes, pg. 358)
quedar a la deriva en un mar sombrío

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