Li-5toSm-Vanguardismo Peruano
Li-5toSm-Vanguardismo Peruano
Li-5toSm-Vanguardismo Peruano
LITERATURA
Tema:
VANGUARDISMO PERUANO: César
Vallejo
Grado: Semana:
5º SM 36
«…Y, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de ser, dolernos doblemente….»
Estos hechos
son parte de la
época de César
Vallejo y
aparecerán en
su obra
literaria.
Xavier Abril
César Moro
«…Bajo la abundosa melena negra, su faz mostraba líneas duras y definidas. La nariz era
enérgica y el mentón, más enérgico todavía, sobresalía en la parte inferior como una
quilla. Sus ojos oscuros —no recuerdo si eran grises o negros— brillaban como si hubiera
lágrimas en ellos. Su traje era uno viejo y luído y, cerrando la abertura del cuello blando,
una pequeña corbata de lazo estaba anudada con descuido. Se puso a fumar y siguió
mirando hacia la puerta, por la cual entraba la clara luz de abril. Pensaba o soñaba quién
sabe qué cosas. De todo su ser fluía una gran tristeza. Nunca he visto un hombre que
pareciera más triste. Su dolor era a la vez una secreta y ostensible condición, que terminó
por contagiárseme. Cierta extraña e inexplicable pena me sobrecogió. Aunque a primera
vista pudiera parecer tranquilo, había algo profundamente desgarrado en aquel hombre
que yo no entendí sino sentí con toda mi despierta y alerta sensibilidad de niño. De
pronto, me encontré pensando en mis lares nativos, en las montañas que había cruzado,
en toda la vida que dejé atrás. Volviendo a examinar los rasgos de mi profesor, le
encontré parecido a Cayetano Oruna, peón de nuestra hacienda a quien llamábamos
Cayo. Éste era más alto y fornido, pero la cara y el aire entre solemne y triste de ambos,
tenían gran semejanza. El hombre Vallejo se me antojó como un mensaje de la tierra y
seguí contemplándolo. Tiró el cigarrillo, se apretó la frente, se alisó otra vez la sombría
melena y volvió a su quietud. Su boca contraíase en un rictus doloroso. Cayo y él. Mas la
personalidad de Vallejo inquietaba tan sólo de ser vista. Yo estaba definitivamente
conturbado y sospeché que, de tanto sufrir y por irradiar así tristeza, Vallejo tenía que ver
tal vez con el misterio de la poesía. Él se volvió súbitamente y me miró y nos miró a todos.
Los chicos estaban leyendo sus libros y abrí también el mío. No veía las letras y quise
llorar…»
AMADA, MORIREMOS LOS DOS JUNTOS, MUY JUNTOS
De emociones intensas, sus parejas
han sido musas inspiradoras de
algunas de sus más grandes obras.
María Rosa Sandoval por Los heraldos Mirtho
El tungsteno
Pac
Fabla salvaje
o Yu n q ue
Los heraldos negros
POEMAS HUMANOS
o ut
-
ck s
Loermano
Trilce Co
l acho
h
n 193
1
usia e
R
nc e do r
POEMAS E El ve eino
de
N PROSA el
Hacia is
ir
r
los Sc
cáliz
n
revolució
e m i e ste El arte y
la
arta d
España, ap Escalas
melografiadas
La piedra
cansada
Disfrutemos
de su
poesía…
ETAPA MODERNISTA
Ahora yo me escondo,
como antes, todas estas oraciones
vespertinas, y espero que tú no des conmigo.
Por la sala, el zaguán, los corredores.
Después, te ocultas tú, y yo no doy contigo.
Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano, en aquel juego.
Miguel, tú te escondiste
Este es un poema de contradicciones
una noche de agosto, al alborear;
existenciales: entre la aceptación y
pero, en vez de ocultarte riendo, estabas triste. el rechazo de la muerte; la lucha
Y tu gemelo corazón de esas tardes entre la áspera realidad y la
extintas se ha aburrido de no encontrarte. Y ya fantástica siesta de la infancia; la
cae sombra en el alma. obstinación en prolongar la
existencia del amigo-hermano en el
Oye, hermano, no tardes amigo imaginario. El intento de
detener el tiempo y hacerlo eterno.
en salir. Bueno? Puede inquietarse mamá.
Espergesia sin dejar eneros.
Pues yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Yo nací un día
que Dios estuvo enfermo.
Todos saben que vivo,
que mastico… Y no saben
Todos saben que vivo,
por qué en mi verso chirrían,
que soy malo; y no saben
oscuro sinsabor de féretro,
del diciembre de ese enero.
luyidos vientos
Pues yo nací un día
desenroscados de la Esfinge
que Dios estuvo enfermo.
preguntona del Desierto.
Hay un vacío
Todos saben… Y no saben
en mi aire metafísico
que la Luz es tísica,
que nadie ha de palpar:
y la Sombra gorda…
el claustro de un silencio
Y no saben que el Misterio sintetiza…
que habló a flor de fuego.
que él es la joroba
musical y triste que a distancia denuncia
Yo nací un día
el paso meridiano de las lindes a las Lindes.
que Dios estuvo enfermo.
Se destaca de este
Yo nací un día poema una «enigmática
Hermano, escucha, escucha…
que Dios estuvo enfermo, dualidad existencial»
Bueno. Y que no me vaya
grave. entre el ser y el parecer,
sin llevar diciembres,
así como entre el
hombre y Dios.
Aquí el poema presenta el
Los pasos lejanos paso del tiempo en el núcleo
familiar, que conlleva al
Mi padre duerme. Su semblante augusto decaimiento de los padres y la
figura un apacible corazón; lejanía de los hijos adultos. A
pesar de la edad, los padres
está ahora tan dulce…
del «yo lírico» siguen
si hay algo en él de amargo, seré yo. prodigando amor y emanan
nobleza que reconforta.
Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.
Mi padre se despierta, ausculta
la huida a Egipto, el restañante adiós.
Está ahora tan cerca;
si hay algo en él de lejos, seré yo.
Quién como los hielos. Pero no. Treinta y tres trillones trescientos treinta
Quién como lo que va ni más ni menos. y tres calorías.
Quién como el justo medio.
1,000 calorías.
Azulea y ríe su gran cachaza
el firmamento gringo. Baja
el sol empavado y le alborota los cascos
al más frío.
Una caloría es la energía necesaria
para que hierva un gramo de agua.
Remeda al cuco; Roooooooeeeis... El poema termina exagerando, hace
tierno autocarril, móvil de sed, del ambiente algo más caliente que
un horno, más cercano al calor de
que corre hasta la playa. una estrella. «Brumbbb!...
Traprachazzzaf» es la onomatopeya
de ruidos intestinales.
Hemos a peso bruto caminado, y, de un solo
LXVIII desafío,
blanqueó nuestra pureza de animales.
Y preguntamos por el eterno amor,
Estamos a catorce de Julio. por el encuentro absoluto,
Son las cinco de la tarde. Llueve en toda por cuanto pasa de aquí para allá.
una tercera esquina de papel secante.
Y respondimos desde dónde los míos no son los tuyos
Y llueve más de abajo ay para arriba.
desde qué hora el bordón, al ser portado,
Dos lagunas las manos avanzan sustenta y no es sustentado. (Neto.)
de diez en fondo,
desde un martes cenagoso que ha seis días Y era negro, colgado en un rincón,
está en los lagrimales helado. sin proferir ni jota, mi paletó,
a
Se ha degollado una semana t
con las más agudas caídas; hase hecho
o
todo lo que puede hacer miserable genial
en gran taberna sin rieles. Ahora estamos d
bien, con esta lluvia que nos lava a
y nos alegra y nos hace gracia suave. s
t
A
también con una soga; son testigos Probablemente esta fotografía forma
los días jueves y los huesos húmeros, parte de la realidad asumida y
la soledad, la lluvia, los caminos… elaborada verbalmente de este
poema (Vallejo sobre una piedra). El
sujeto lírico asegura que morirá en
París, un jueves otoñal del que tiene
ya el recuerdo: el problema aquí es
es la temporalidad
HOY ME GUSTA LA VIDA MUCHO MENOS...
Hoy me gusta la vida mucho menos, Dije chaleco, dije
pero siempre me gusta vivir: ya lo decía. todo, parte, ansia, dije casi, por no llorar.
Casi toqué la parte de mi todo y me contuve Que es verdad que sufrí en aquel hospital que queda al lado
con un tiro en la lengua detrás de mi palabra. y está bien y está mal haber mirado
de abajo para arriba mi organismo.
Hoy me palpo el mentón en retirada
y en estos momentáneos pantalones yo me digo: Me gustará vivir siempre, así fuese de barriga,
¡Tánta vida y jamás! porque, como iba diciendo y lo repito,
¡Tántos años y siempre mis semanas!... ¡tánta vida y jamás! ¡Y tántos años,
Mis padres enterrados con su piedra y siempre, mucho siempre, siempre, siempre!
y su triste estirón que no ha acabado;
de cuerpo entero hermanos, mis hermanos,
y, en fin, mi ser parado y en chaleco.