Cap. 2

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Capítulo 2:

Caín: cuando tener no


es suficiente
«Me engrandecí y
acumulé más que
todos los que fueron
antes de mí»
(Ecle. 2: 9, RVA2015).
Dios había formado de la tierra al
hombre (Gén. 2: 7). De Adamah
(tierra) había hecho a Adán. Ahora,
de isha hace un ish, de la varona
crea un varón (Gén. 2: 22, 23; 4:
1). «Porque, así como la mujer
procede del varón, también el
varón nace de la mujer; pero todo
procede de Dios» (1 Cor. 11: 12,
RV95). Eva estaba feliz, y Caín era
la razón. El «dolor» del parto había
sido opacado por el gozo de traer
vida (Gén. 3: 16).
Antes de la creación de Adán se
anticipaba su vocación de
labrador (heb.‘bd) de la tierra
(Gén. 2: 5). Después de ser
creado, Dios explícitamente le
encargó «labrar» la tierra (Gén. 2:
15), compromiso que continuó
después de la caída:

«Y lo sacó Jehová del huerto de


Edén, para que labrara (‘bd) la
tierra de la que fue tomado»
(Gén. 3: 23).
No es de extrañar que Caín decidiera ser «labrador (‘bd)
de la tierra» (Gén. 4: 2). El apelativo de ish (varón) que
antes se aplicaba a Adán (Gén. 2: 22, 23, etc), ahora se
aplicaba a Caín (4: 1). Como primogénito, él asume el
deber y oficio de su padre. Él es ahora el nuevo «Varón»
del planeta.
EL TIEMPO DE LA PRUEBA
Pasaron los años, y llegó el
tiempo de traer una ofrenda a
Dios. No sabemos si se celebraba
el fin de la cosecha o de algún
ciclo natural o religioso, el hecho
es que «Caín trajo del fruto de la
tierra una ofrenda a Jehová»
(Gén. 4: 3, RV95). Colocó su
ofrenda sobre el altar y esperó la
respuesta divina.
Caín esperó… y esperó, y Dios no hizo
nada. ¿Qué había ocurrido? ¿Había algo
errado con su ofrenda? ¿Sería que su
ofrenda no tuvo derramamiento de
sangre? ¿Sería que él no dio de lo mejor
de sus frutos? ¿No la ofreció en el
tiempo correcto? ¿Sería que sus frutos,
al provenir de la tierra que Dios
maldijo, no eran adecuados?
La escasez de datos en el texto
para responder nuestras
preguntas es la prueba de que
estamos formulando las
preguntas equivocadas.
Tendemos a centrarnos en los
detalles que se resaltan menos; y
hacemos de esos detalles
menores el centro de toda la
historia. ¿Por qué no entendemos
la historia en función de lo que
ella dice y no de lo que no dice?
Debemos recordar que Dios no miró
con agrado «a Caín ni a su ofrenda»
EL MISTERIO (Gén. 4: 5). Caín tuvo mucho que
ver con el rechazo de su ofrenda.
DE LA Un adorador que agrada a Dios
ACCIÓN nunca puede ofrecer una ofrenda
que Dios no acepte. No importa
DIVINA cuál sea la ofrenda, esta nunca
será aceptada de las manos de un
falso adorador.
LA REBELIÓN
El punto de la historia es que Caín no
estaba dispuesto a aceptar la soberanía
divina y su rabia interna lo hundió en la
depresión (4: 5, 6). Caín es una bomba
de tiempo. Su alma corre peligro y Dios
muestra su afecto por él al hablarle
como a un hijo: «¿Por qué estás enojado?
¿Por qué se ha decaído tu rostro? Si haces
lo correcto, ¿no serás exaltado? Pero si
no lo haces el pecado está a la puerta
(como un animal) esperando atacar. Pero
tú tienes que dominarlo» (Gén. 4: 6, 7).
Caín no parece hacer caso al consejo de
Dios. Intenta hablar con su hermano,
pero no le salen palabras, y mientras
ambos están en el campo abierto Caín lo
ataca y lo mata (Gén. 4: 8). La fiera del
pecado ha tomado control de Caín y este
no solo está condenado a morir, sino que
también es un portador de la muerte.
Caín quiere imponer su elección
matando al que Dios ya ha elegido.
Dios confronta a Caín: «¿Dónde está Abel, tu
hermano?». Caín niega saber y desafiantemente
cuestiona: «¿Soy yo el guarda de mi hermano?»
(Gén. 4: 9). Dios había encomendado a Adán
cultivar y guardar el jardín (Gén. 2: 15). Tanto
Caín como Adán se hacen labradores, pero
fallan “guardando”, Adán el Edén y Caín a su
hermano.
CAÍN COMO MODELO

El veredicto bíblico sobre Caín es que «sus obras eran


malas», que «era del Maligno» (1 Juan 3: 12). Miremos seis
detalles bíblicos de la historia de Caín en Génesis 4, e
imaginémoslos en cualquier otra persona:
1. Tiene poder y elimina a los que se interponen
con sus planes (vers. 5, 8, 9).
2. La justicia no parece aplicar en su caso (vers.
15).
3. A pesar de eso, él cuenta con la protección
divina (vers. 15).
4. Es el fundador de una ciudad, la primera ciudad
en la historia (vers. 17).
5. Tiene hijos, y su descendencia pasa de la
séptima generación (vers. 17-24).
6. Sus descendientes son pioneros civilizadores,
domesticadores de animales, músicos y expertos
en metalurgia (vers. 20-22).
CAÍN EL EXPLOTADOR

Caín representa a los que han


derramado «toda la sangre justa sobre la
tierra» (Mat. 23: 35), incluyendo la
sangre de Cristo (Hech. 3: 14, 15; Heb.
12: 24). Caín representa a todo «el que
no ama a su hermano» (1 Juan 3: 8, 12,
14). Caín representa al que se enriquece
sin escrúpulos y sin moral, al que explota
y abusa de otros que dependen de él.
TODO ES VANIDAD
Antiguos rabinos notaron que Caín vivió
muchos años y tuvo una gran descendencia.
El libro de Eclesiastés habla «de un hombre a
quien Dios ha dado riquezas, posesiones y
honra, y nada le falta de todo lo que desea»,
un hombre que «engendra cien hijos y vive
muchos años, de modo que los días de sus
años son numerosos» (Ecle. 6: 2, 3, RVA2015).
Los rabinos especularon que este hombre de
Eclesiastés «se refiere a Caín».
Debemos recordar que el nombre
«Caín» suena en hebreo como el
verbo «adquirir» (qanah). Esa es
la razón por la que la mujer dice
que ha «adquirido» un varón,
refiriéndose a Caín (Gén. 4: 1). El
libro de Eclesiastés se hace eco de
la historia de Caín para mostrar la
futilidad de una vida dedicada a
la «adquisición» de bienes
materiales.
El personaje del libro se empeñó en
buscar ganancias, comprar bienes y
coleccionar propiedades. «Me hice
huertos y jardines […]. Me hice estanques
de aguas […]. Adquirí siervos y los tuve
nacidos en casa. También tuve mucho
ganado, vacas y ovejas […].
Acumulé también plata y oro para mí, y
tesoros preciados de reyes y de
provincias. Me proveí de cantantes, tanto
hombres como mujeres; de los placeres
de los hijos del hombre, y de mujer tras
mujer. Me engrandecí y acumulé más que
todos los que fueron antes de mí» (Ecle.
2: 5-9, RVA2015).
Como en la historia de Caín, Eclesiastés
menciona el esfuerzo y el duro trabajo.
Pero enfatiza la desesperación (2: 20),
el fastidio (4: 3, 8), la fatiga (1: 8), el
dolor (1: 18), la angustia (1: 17) y la
frustración (1: 18) que este trae.
«Entonces aborrecí la vida, porque la
obra que se hace debajo del sol me era
fastidiosa. Asimismo, aborrecí todo el
duro trabajo con que me había
afanado» (Ecle. 2: 17, 18, RVA2015).
¿Y QUÉ
DE ABEL?
Habrás notado que no hemos hablado
mucho de Abel. Cuando nace Caín, Eva
le pone nombre y exclama con gozo
(Gén. 4: 1), pero no dice nada cuando
nace Abel. Después de su nacimiento, y
de su ofrenda, nunca más se menciona
su nombre. Caín es el personaje de la
historia y Abel es simplemente «su
hermano» (Gén. 4: 2, 8, 9, 10, 11). En la
historia Dios solo habla con Caín y nunca
habla con Abel (4: 6, 9, 15).
Contrario a Caín, Abel vive una vida
aparentemente insignificante. Pero Caín,
aunque vivió una vida para «adquirir»
cosas perdió lo más importante. «¿De
qué le sirve a uno ganar el mundo entero
si se pierde la vida?» (Mat. 16: 26, NVI).
Caín creyó salvar su vida, pero la perdió.
Abel perdió su vida, y ganó la eternidad
(Mat. 16: 25).
Caín es siempre quien habla, las
palabras de Abel no se registran.
Pero el testimonio de Abel no se ha
callado desde entonces, «y muerto,
aún habla» (Heb. 11: 4). Su muerte
inocente prefiguró la muerte de
Cristo (Hech. 3: 14, 15; 7: 52; cf.
Sant. 5: 6). Su sangre fue el primer
clamor de justicia que llegó a los
oídos de Dios (Gén. 4: 10), solo
superado por la sangre de Cristo
«que habla mejor que la de Abel»
(Heb. 12: 24).
Caín logra fama, reputación, riquezas y
relevancia. Abel sufre una muerte
prematura. Caín es lo máximo que un
hombre sin Dios puede lograr. Abel es
lo mínimo que un hijo de Dios puede
aspirar. Y con todo, desde la
perspectiva de la eternidad, Abel ganó
más.
REFLEXIONA
• La prueba que definió la vida de Caín
ocurrió en el contexto de la ofrenda que
debía presentar a Dios. ¿Qué dicen
nuestras ofrendas en cuanto al concepto
que tenemos de Dios?
• ¿Qué diferencias puedes identificar entre
el modelo de vida que representa Caín y
el que representa Abel?
• ¿Qué aprendiste respecto a cómo evitar
que el afán de adquirir te impida ganar la
eternidad?
G R A C I A S

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