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DOCTRINA SOCIAL

DE LA IGLESIA
(DSI)
1. ¿QUÉ ES LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA (DSI)?

La doctrina social es «el conjunto de orientaciones doctrinales y


criterio de acción (que) tienen su fuente en la Sagrada Escritura,
en la enseñanza de los Padres y grandes teólogos de la Iglesia y
en el magisterio, especialmente de los últimos Papas».referentes
a la realidad social, política, económica, cultural, ecológica y de
relaciones internacionales de la humanidad.
El Objetivo primario de Doctrina Social es la dignidad personal del
hombre, imagen de Dios, y la tutela de sus derechos inalienables. La
Iglesia fue explicitando sus enseñanzas en los diversos campos de
la existencia: en lo social, lo económico, lo político, según las
necesidades. Por tanto, la finalidad de esta doctrina de la Iglesia
que ofrece su visión propia del hombre y de la Humanidad es
siempre la promoción y liberación integral de la persona humana,
en su dimensión terrena y transcendente, contribuyendo así, a la
construcción del Reino último y definitivo, sin confundir, con todo,
progreso terrestre y crecimiento del Reino de Cristo».
El cristiano sabe que puede encontrar en la doctrina social de la
Iglesia los principios de reflexión, los criterios de juicio y las directrices
de acción como base para promover un humanismo integral y
solidario. Difundir esta doctrina constituye, por tanto, una verdadera
prioridad pastoral, para que las personas, iluminadas por ella, sean
capaces de interpretar la realidad de hoy y de buscar caminos
apropiados para la acción: « La enseñanza y la difusión de esta doctrina

social forma parte de la misión evangelizadora de la Iglesia ». (cdsi 7)

Este documento pretende presentar, de manera completa y sistemática, aunque sintética,


la enseñanza social, que es fruto de la sabia reflexión magisterial y expresión del constante
compromiso de la Iglesia, fiel a la Gracia de la salvación de Cristo y a la amorosa solicitud
por la suerte de la humanidad. Los aspectos teológicos, filosóficos, morales, culturales y
pastorales más relevantes de esta enseñanza se presentan aquí orgánicamente en relación
a las cuestiones sociales. De este modo se atestigua la fecundidad del encuentro entre el
Evangelio y los problemasque el hombre afronta en su camino histórico. (cdsi 8)
Varias son las razones por las que, según enseña León XIII en la
Rerum Novarum, la Iglesia no sólo tiene el derecho para hablar de la
«cuestión social», sino el deber.
Entre estas razones fundamentales subrayamos las siguientes:

a) Los problemas sociales no se reducen únicamente a aspectos


técnicos, sino que, como problema humano, lo social tiene
dimensión ética. La fe forma la conciencia del ser humano para que
asuma sus tareas históricas, y ello, con plena apertura a lo
transcendente. Por eso la fe apoya el orden social robusteciendo el
sentido moral de la persona.
b) Los problemas sociales tienen su origen y raíz en el pecado de los
hombres, en la descristianización de la sociedad y en el olvido de los
valores espirituales, reflejo de lo cual es el actual sistema económico,
que ignora e incluso contradice las exigencias morales. De ahí que
Juan Pablo II hablara en su homilía en el santuario de Zapopán de
«situación de pecado».

c) Las consecuencias de los problemas sociales deben ser siempre


preocupación de la Iglesia, porque las condiciones inhumanas de vida
impiden la realización de la persona humana, su plena promoción y
su liberación integral, generando una visión y concepción materialista
de la vida.
d) La Iglesia, por el magisterio, tiene la obligación de proponer un
concepto cristiano de la vida, lo cual exige, correlativamente, un
deber de escuchar estas enseñanzas; las notas esenciales de la
evangelización incluyen la interpelación recíproca entre Evangelio y
vida social.
2. JUSTIFICACIÓN DE LA DSI:

2.1. Razón teológica:

-El ser humano es imagen de Dios, es un ser social por


naturaleza. Dios es una comunidad de amor (Padre, Hijo y
Espíritu Santo) y en la creación dice: “hagamos al hombre a
nuestra imagen y semejanza” de manera que Dios crea al
hombre como un ser comunitario, un ser gregario que debe
realizarse plenamente en la comunión con los demás
seres humanos.
-La Iglesia nuevo Pueblo de Dios: cuerpo de Cristo, comunidad de
personas cristianas que “peregrinan” en medio de este mundo y sus
formas de CONVIVIR. (λαός– δῆμος) La caridad cristiana es la forma
de vida del pueblo de Dios: “ama a tu prójimo como a ti mismo” esta es
una una gran idea para poder convivir.

-El cristiano como sal de la tierra y luz del mundo: todo cristiano
asume una triple función al configurarse en la dignidad de CRISTO:
Constitución Lumen Gentium (31).

La función sacerdotal: puente entre lo humano y lo divino.


La función profética: anuncia la buena nueva y denuncia la
njusticia. La función real: liderazgo de servicio.
2.2. Razón práctica :

La iglesia es una institución social e histórica de poder fáctico.


Como decía el Papa Pablo VI: “La Iglesia es experta en
humanidad” no es una institución angelical, celestial,
deshumanizada, ajena a la humanidad y sus problemas; por
el contrario, la Iglesia nace del corazón de Cristo pero se
configura en un grupo de amigos de Jesús, los doce
apóstoles y de modo especial en el apóstol Pedro, a quien
Jesús le dice: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré MI
iglesia” La Iglesia es obra de Dios, pero una obra edificada
sobre la humanidad y con la humanidad.
A lo largo de su historia humana, la Iglesia se ha configurado
por etapas de dolor y persecución; pero también ha podido
asentarse como una institución sólida, capaz de dialogar con los
poderes del mundo, tanto políticos como económicos y de otra
índole (pensemos por ejemplo en el famoso Edicto de Milán que el
emperador Constantino promulgó en Roma, el año 313 y que
significó el inicio de una época de esplendor político para la Iglesia)
De esta forma la Iglesia se encarna en el mundo como la levadura
interactúa con la masa de harina para poder fermentarla; la Iglesia
es una institución social que debe afrontar la problemática social
desde su misión salvífica divina.
La conformación de grupos de intervención efectivos: Lo expuesto
anteriormente nos debe llevar a concluir que los cristianos estamos
en el mundo y debemos actuar en él. La DSI es una oportunidad para
generar nuevos cristianos, capaces de entender los problemas del
hombre y la sociedad en un contexto de salvación, de caridad y de
esperanza liberadora en Jesús. La DSI tiene su razón de ser pues se
convierte en una guía para la vida política de todo buen cristiano y
establece una sólida reflexión que permite que la Iglesia fomente un
equilibrio de poder frente a las diversas amenazas de los “nuevos
dioses” presentes en la sociedad (el poder, el dinero, el placer); la
voz de la Iglesia se hace sentir a favor del ser humano en contraste
con los intereses puramente materiales y de poder que
existen. La Iglesia recuerda que no se pueden servir a dos amos, a
Dios y al dinero.
3. ¿QUÉ NO ES LA DSI?

Remarcamos la idea que la DSI es una forma de entender la


realidad social a partir del Evangelio (la buena noticia salvadora
que Jesús nos trae) para tratar de mejorarla. Para esto la Iglesia,
reflexiona y propone principios directivos para que los cristianos
tengamos un comportamiento práctico en la sociedad.
Sin embargo debemos resaltar el hecho que la DSI NO ES UNA
PROPUESTA POLÍTICA, no es, como algunos teólogos y políticos han
pretendido afirmar, una “tercera vía” entre el capitalismo y el comunismo.
Recordemos que la DSI nace en un contexto histórico en el cual se están
conformando los grandes capitales e intereses económicos del mundo,
de
manera que la DSI enfrenta la desigualdad social de los obreros frente a
los grandes capitalistas. Después la historia de la humanidad nos golpeó
con las terribles guerras mundiales, que para mediados del siglo XX
habían
dividido el mundo en dos bloques identificados con formas político-
económicas en disputa: la democracia capitalista de occidente y el
comunismo socialista de oriente; la DSI no es una tercera opción
político-
económica en medio de estos dos bloques mundiales.
La Iglesia reflexiona sobre todo lo social y denuncia las formas político-
económicas que atentan contra el ser humano y propone los
fundamentos humanos para que los hombres de buena voluntad
trabajen política y económicamente por el bien de la humanidad
es decir, realicen lo que en el catecismo de la Iglesia se denomina: la
participación en la vida social (Cf. CIC 1897 – 1927) Como señala el
compendio de la doctrina social de la Iglesia, la DSI es para que las
personas, iluminadas por ella, sean capaces de interpretar la realidad
de hoy y de buscar caminos apropiados para la acción (Cf. CDSI 7)
3. CONTEXTO HISTÓRICO DE LA DSI:

https://www.youtube.com/watch?v=7yGy1Tzzv8I

Como hemos señalado en la sesión anterior, la Iglesia se


encarna en la historia de la humanidad que sigue un decurso
temporal de hechos y sucesos que configuran lo que los
humanos somos. Estos sucesos siempre son novedosos y
ofrecen oportunidades para la salvación humana o para la
destrucción del sentido del hombre. La DSI nace en una
circunstancia histórica particular y a continuación trataremos de
esbozar una mirada a su origen histórico a partir de los cambios
que plantearon, ya desde el siglo XVIII, los cambios industriales y
que alcanzaron su punto más álgido en el siglo XIX.
La industrialización

La industrialización es, en sí misma considerada, un fenómeno


técnico, pero con fuertes connotaciones económicas y sociales. La
revolución industrial hubiera sido impensable sin el desarrollo del
capitalismo, el cual a su vez se desarrolló, en su primera etapa, bajo
la inspiración y el impulso de la ideología liberal. La convergencia de
todos estos factores explica las profundas transformaciones que se
van consolidando en Europa desde mediados del siglo XVIII. El
rápido crecimiento económico va unido a amplios movimientos de
población desde el campo hacia los grandes centros urbanos
industriales, donde se va formando una nueva clase obrera que
acude en busca de mejores condiciones de vida.
Esta afluencia masiva de mano de obra, en cantidad muy superior a lo que puede
absorber la industria naciente, se une a la fiebre de ganancia económica típica del
capitalismo liberal: todo ello da lugar a una explotación alarmante de esta nueva
clase obrera industrial, que se hunde progresivamente en una situación de
miseria extrema y de malestar creciente. Ahí queda descrito en sus rasgos más
relevantes lo que se conocerá como la cuestión social. Esta situación nueva
suscita una fuerte inquietud en toda la sociedad, especialmente en los sectores
más acomodados. La Iglesia, por su parte, tampoco permanece indiferente ante
un cambio tan sustancial de las condiciones sociales. Es ahí donde nace la
Doctrina Social de la Iglesia, como un esfuerzo para dar respuesta a los nuevos
problemas de esta sociedad emergente. El primer gran documento de la Doctrina
Social (la encíclica Rerum novarum de León XIII, publicado en 1891) es una
excelente muestra de esta preocupación que invade a la Iglesia en Europa y en los
restantes países industrializados.
4. LA BASE DE LA DSI:

La DSI es una propuesta de la Iglesia, pero no nace de la nada o del


capricho de intereses particulares de uno o de otro Papa u obispo o
sacerdote o de algún interés particular de los grupos religiosos de la
Iglesia Católica.
La DSI surge del mensaje evangélico y sus exigencias éticas en
contacto con la problemática de la convivencia humana; nace del
encuentro entre la Revelación de Dios y el hombre que acoge el
mensaje divino y trata de vivirlo y plasmarlo en su historia personal y
obviamente social. Por lo tanto las fuentes de donde nace la DSI son:
Las Sagradas Escrituras, la tradición de la Iglesia (los documentos
eclesiásticos) y la reflexión teológica sobre la realidad y los
conocimientos humanos.
La DSI está constituida por principios

(fruto de la revelación y el magisterio)

fundamentales en torno a la naturaleza

del ser humano, su dignidad, su

vocación social y su vocación hacia la

trascendencia. También está constituida por juicios críticos (de parte de


la

reflexión teológica del magisterio) en base a la misión de la Iglesia en


medio del mundo y sus afanes. Por último, la DSI está compuesta de
directrices para la acción de los cristianos que viven día a día en contacto
con la realidad social y los conocimientos científicos que de ella tenemos.
4.1. Las Sagradas Escrituras:

a) El hombre creación de Dios: como vimos en las razones de la DSI,


el hombre es imagen y semejanza de Dios, eso le dota de una especial

condición: igual que toda la naturaleza, el hombre es creatura de Dios,

pero tiene algo que lo hace diferente. El ser humano es como Dios, es

hijo de Dios. La religión cristiana es la única religión del mundo en la

cual el hombre puede compartir la dignidad de su creador. Para la DSI


la dignidad del ser humano es un principio bíblico fundamental.
b) La conformación del pueblo de Israel: las Sagradas
Escrituras contienen relatos y narraciones que privilegian la
conformación histórico-política del pueblo elegido; desde Abraham
hasta la conformación monárquica de Israel, la Biblia nos enseña como
Dios ha acompañado al hombre en su camino histórico de salvación.
Las

guerras, la liberación, la conformación política son presentadas en la

Biblia como hechos y sucesos en los cuales Dios interviene y da luz

para afrontarlos en obediencia a la justicia (Antiguo Testamento) y la

caridad (Nuevo Testamento).


c) La encarnación de Dios: La Revelación de Dios al hombre no solo
se produce porque Dios habla con el hombre sino que, llagada la
plenitud de los tiempos, la Revelación alcanza un nivel sorprendente
para la historia de la humanidad: Dios se hace hombre. Esta creencia
es fundamenta en la Iglesia católica pues determina el valor supremo de
la humanidad: Dios se hace hombre y el camino que debe seguir la

humanidad: ser como Jesús. El auténtico cristiano es aquel que sigue


se encuentra personalmente con Jesús y configura su vida con la de él
y de esa manera puede alcanzar su divinización. En la encarnación
Dios asume la naturaleza humana y la santifica por ello que la DSI,
bíblicamente se sustenta en la encarnación como condición y exigencia
de un auténtico cristianismo encarnado en la humanidad y sus
necesidades sociales.
d) La nueva Jerusalén: bíblicamente, el cristianismo se funda en una
aspiración que trasciende las realidades humanas y se proyecta hacia
la eternidad, lo que comúnmente llamamos “el cielo”. La revelación de
Dios es un mensaje para superar la muerte y vivir eternamente, ¿vivir
dónde? La vida eterna no podrá ser en esta tierra y su realidad social;
sino que será en “La Nueva Jerusalén”, hacia dónde camina el Pueblo
de Dios, peregrino en esta tierra. Muchos pensadores han acusado a la
Iglesia de alienar a las personas con la idea falsa de un “paraíso” para
que de esa manera se desentiendan de los problemas reales de este
mundo; pero esa acusación es falsa; pues la Revelación divina exige
que los seres humanos construyamos el Reino de Dios, “el Cielo” a
partir de nuestra convivencia en este mundo, en esta sociedad; por eso
Jesús dijo “El Reino de Dios ha llegado…” y el pasaje bíblico del rico y
el pobre Lázaro queda claro como la vida eterna se canjea con una
vida temporal bien vivida.
Fundamento específico:

e) Las bienaventuranzas:
Muchos teólogos están de acuerdo que si

se perdieran las Sagradas Escrituras, quedarnos con el


sermón de la montaña (el texto bíblico donde se
encuentran las bienaventuranzas) bastaría para que
podamos entender cuál es la Revelación de Dios. Las
bienaventuranzas son un programa de vida que
enmarca tres elementos fundamentales:

• La vida eterna: la bienaventuranza propiamente dicha.


• La circunstancia humana: pobreza, llanto, corazón limpio, etc.
• El imperativo de hacer algo: ser cristianos activos y no padecer en
este mundo.
f) Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios. (Mt.
22, 16 -21) Este pasaje bíblico es el fundamento del compromiso
político del cristiano. Dios no está en contra de la autoridad; por eso el
mismo Jesús se sometió a las autoridades judías y a las romanas. El
cristiano asume que toda autoridad viene de Dios y debe ser respetada;
pero al mismo tiempo queda claro que las cosas de Dios son de Dios y
no deben ser usurpadas por la autoridad humana; pues si la autoridad
humana viene de Dios entonces la autoridad divina está sobre la
autoridad humana y ésta no puede contravenirla.
g) La casa de mi padre no puede ser cueva de
ladrones: En esta narración bíblica, Jesús
muestra una de sus facetas más duras: se
enoja y azota a las personas. Dios se indigna
ante el latrocinio y el abuso a los pobres y la
confabulación de estos ladrones con las
autoridades.
h) El prójimo: (Lc. 10, 29 -37)

La revelación de Dios al hombre, si bien es


cierto establece una relación

muy personal con cada una de las personas,


no es una revelación que

se reduce a la intimidad y las puras decisiones


personales; no podemos

pasar de largo ante ente los problemas de los


demás porque “se nos

hace tarde para ir a la Misa”. La salvación de


cada cristiano depende de su relación con el
prójimo, es decir con aquel a quien te
h) El prójimo: (Lc. 10, 29 -37)
La revelación de Dios al hombre, si bien es
cierto establece una relación
muy personal con cada una de las personas,
no es una revelación que
se reduce a la intimidad y las puras decisiones
personales; no podemos
pasar de largo ante ente los problemas de los
demás porque “se nos
hace tarde para ir a la Misa”. La salvación de
cada cristiano depende de su relación con el
prójimo, es decir con aquel a quien te
aproximas, con tu próximo. Y Este próximo no
es el que está físicamente cerca de ti, sino
aquel que es como tú. El prójimo es cualquier
otro ser humano porque es como tú. Ser
cristiano auténtico es ser el buen samaritano
en medio de la sociedad, esto es básico para
la DSI.
5. EL MAGISTERIO COMO BASE DE LA DSI
https://www.youtube.com/watch?v=_NspzHmcOJI

León XIII: como precursor de la DSI, nos propone las siguientes ideas
de suma importancia:
- El trabajo del hombre es muy importante para su subsistencia pero
sobre todo porque le hace digno de ser humano; de allí que es
inhumano reducir el trabajo a una mera producción de parte de los
ricos.
- Hay una brecha inmoral que se forja entre los pocos ricos que cada
vez se hacen más ricos y los pobres que cada vez aumentan en
número y en condiciones deshumanas.
- Deben instaurarse obligaciones en torno al capital y la riqueza en
atención a la justicia y la caridad.
- Los obreros tienen derecho a la asociación.
PIO XI: Este santo padre, especialmente en su encíclica Quadragesimo anno,
insiste en la restauración del orden social a partir de acortar la brecha entre
ricos capitalistas y pobres proletarios.
- Insistencia en el derecho de los trabajadores a asociarse y
encontrar formas cooperativas para llevar a la práctica un principio esencial
para la vida social: la solidaridad.

PIO XII: el Papa que le tocó afrontar la debacle que significó la segunda guerra
mundial; nos propone desde su magisterio reflexiones y directrices muy claras en
la DSI:
- Debe existir un estado de derecho en los países, que garanticen los

derechos universales de los seres humanos y el acceso a los bienes de la

tierra que son también universales.

- Debe darse la colaboración internacional para garantizar la justicia y la paz.


- A nivel económico deben establecerse deberes claros para la
empresa con una clara funcionalidad del estado; por ejemplo
establecer y velar por un salario familiar mínimo.

JUAN XXIII: Este pontífice, a pesar de los pocos años de pontificado,


fue claro en denunciar los problemas globales que aquejaban al
mundo y como éstos ponían en riesgo la paz.
- Denuncia el crecimiento desmedido de las desigualdades sociales
entre las personas y entre las naciones. Habla claramente del
problema del subdesarrollo.

- Denuncia la falacia del problema de la superpoblación como pretexto


para decisiones inmorales.
- La tierra es hogar común y no podemos arriesgarnos a vivir en guerra
entre nosotros. Debemos fomentar las condiciones para la paz. Bajo
esta premisa existe una espada que pesa sobre las naciones: el
colonialismo económico.

- El desarrollo debe ser un principalmente DESARROLLO HUMANO y


no material y puramente económico.

- La economía debe centrarse en la persona y en las condiciones


sociales del bien de todos.

PABLO VI: el Papa defensor de la familia, el hombre y la humanidad,


en todas sus encíclicas desarrolla la idea central que nació del
magisterio de la Iglesia Católica en el Concilio ecuménico Vaticano II y
que ya mencionamos al referirnos a Juan XXIII: el hombre es el centro
del desarrollo humano.
-El desarrollo de una nación se mide cuando el ser humano
pasa de condiciones menos humanas (materiales, culturales,
espirituales, etc) a condiciones más humanas.

-No atender el desarrollo humano es seguir construyendo un


conflicto mundial de desigualdad social.

JUAN PABLO II: muchas y muy importantes son las reflexiones


que el Papa ha aportado a la DSI:

-El trabajo es importante para generar riquezas; pero la distribución


de las mismas es desigual y genera injusticia en las naciones. La
economía y el manejo mundial de los precios ahonda estas
desigualdades sin respeto de la objetiva dignidad del trabajador.
- La justicia social debe nacer del ser del hombre y no del tener; el tener
es consecuencia del respeto a la dignidad del hombre. Al no entender
esto, todo desarrollo es fallido, como efectivamente se verifica en los
países del tercer mundo.
- El ser humano es el centro de todos los problemas, de ahí la
importancia
de abordar todo lo que ataque a la familia y el medio ambiente.
- Es de subrayar el apelo frecuente de este Papa a la idea de propiedad
privada en resistencia a los ideales comunistas que reducen el problema
social a lo puramente material de modo que el hombre se diluye en la
masa
común. La propiedad privada es natural a la natural individualidad del ser
humano y hay que garantizarla.
- La DSI no es una doctrina puramente coherente, sino que su validez
reside
en llevarla a la práctica. Las obras de los cristianos deben incidir en la
comunidad a la luz de la justicia y la caridad centradas en la dignidad de
la persona.
BENEDICTO XVI: Con una de las encíclicas más lúcidas de la Iglesia:
Caritas in veritate, el Papa repropone la caridad como
fundamento de todo, fundamento de la justicia, de la vida humana y
de la vida del cristiano.
-El amor es la fuerza motriz para la justicia y el compromiso social
por la paz. De ahí que la DSI nace de la caridad de Jesús por la
humanidad y su real condición.

-Para entender y comprender esa realidad humana, la caridad


necesita de la verdad; pues sin ella es un puro sentimentalismo. La
verdad ilumina el amor cristiano.

-El primer paso de la caridad iluminada por la verdad debe ser la


justicia; pues en ella se establece con claridad la condición digna
de todo ser humano. Luego la caridad nos guía por caminos
trascendentes de entrega, gratuidad y perdón.
-“La Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende
‘de ninguna manera mezclarse en la política de los Estados’ (PP
13). No obstante tiene una misión de verdad que cumplir en todo
tiempo y circunstancia a favor de una sociedad a medida del
hombre, de su dignidad y de su vocación” (CIV 9).

-Insiste en la denuncia que la economía crece de manera absoluta


sin referirse al verdadero centro de la misma: el ser humano. El
hombre y su trabajo digno es el verdadero capital para el
desarrollo. La globalización económica ha dejado de lado al
hombre individual y sus necesidades individuales y su riqueza
cultural.
6. PRINCIPIOS DE LA DSI

1. La dignidad de la persona: “el ser humano no sirve para…” PORQUE


ES INVALUABLE.
2. La persona como sujeto de derechos y deberes. Este principio es
práctico, pues conlleva al empoderamiento y la responsabilidad de
cada uno de los ciudadanos.
3. Formación de comunidad de forma NECESARIA Y NATURAL. El
ser humano no puede vivir aislado.
4. El bien común: en la sociedad, gracias al principio de la dignidad de
la persona se debe buscar EL BENEFICIO PARA TODOS.
5. La propiedad privada: exigencia natural del trabajo humano.
6. PRINCIPIOS DE LA DSI

6. Justicia: dar a cada uno lo que le corresponde. NO es igualdad.


7. Solidaridad: empatía y la responsabilidad natural con el prójimo.
NO es sentimental.
8. La caridad: es la exigencia cristiana de dar la vida por el otro sin
exigir intercambio.
9. Subsidiariedad: el estado es una entidad de ayuda que
garantiza el desarrollo PERO NO LO EJECUTA. NO ES
PATERNALISMO.

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