La civilización egipcia se desarrolló a lo largo de más de 3 mil años a partir del 3100 a.C. a lo largo del río Nilo. Se divide en tres grandes periodos: el Imperio Antiguo, el Imperio Medio e Imperio Nuevo. La sociedad egipcia estaba organizada de forma piramidal con el faraón en la cima como gobernante divino y debajo la nobleza, sacerdotes, funcionarios, ejército y campesinos y esclavos en la base.
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La civilización egipcia se desarrolló a lo largo de más de 3 mil años a partir del 3100 a.C. a lo largo del río Nilo. Se divide en tres grandes periodos: el Imperio Antiguo, el Imperio Medio e Imperio Nuevo. La sociedad egipcia estaba organizada de forma piramidal con el faraón en la cima como gobernante divino y debajo la nobleza, sacerdotes, funcionarios, ejército y campesinos y esclavos en la base.
La civilización egipcia se desarrolló a lo largo de más de 3 mil años a partir del 3100 a.C. a lo largo del río Nilo. Se divide en tres grandes periodos: el Imperio Antiguo, el Imperio Medio e Imperio Nuevo. La sociedad egipcia estaba organizada de forma piramidal con el faraón en la cima como gobernante divino y debajo la nobleza, sacerdotes, funcionarios, ejército y campesinos y esclavos en la base.
La civilización egipcia se desarrolló a lo largo de más de 3 mil años a partir del 3100 a.C. a lo largo del río Nilo. Se divide en tres grandes periodos: el Imperio Antiguo, el Imperio Medio e Imperio Nuevo. La sociedad egipcia estaba organizada de forma piramidal con el faraón en la cima como gobernante divino y debajo la nobleza, sacerdotes, funcionarios, ejército y campesinos y esclavos en la base.
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La Civilización Egipcia
Las fértiles riberas del río Nilo, favorecieron el desarrollo de la
civilización más larga y fascinante de la historia de la humanidad: La Civilización Egipcia. De ella el historiador griego Herodoto escribió “Sobre Egipto hablaré extensamente, por que en ningún otro lugar del mundo hay cosas tan maravillosas ni de grandeza tan indescriptible…” HISTORIA
Tradicionalmente se la ha dividido en tres grandes periodos: el
Imperio Antiguo, el Imperio Medio y el Imperio Nuevo, separados entre sí por los llamados «Periodos Intermedios», épocas de crisis en que la autoridad de los faraones no era efectiva y el poder quedaba atomizado y en manos de reyezuelos que gobernaban nomos (provincias) o regiones más amplias, dando lugar a unas épocas en las que fue frecuente que los faraones y las dinastías se solapasen, al ostentar el título de faraón más de uno de esos monarcas provinciales Los primeros pobladores de Egipto alcanzaron las riberas del río Nilo, por en su huida de la desecación del desierto del Sahara. El Nilo es un río más regular que el Tigris o el Éufrates. Su crecida es progresiva, y no catastrófica. Desplazadas por el avance del desierto, las poblaciones del Sahara, hasta entonces un área fértil de clima mediterráneo, hallaron en las riberas del Nilo una reserva de caza, frutos silvestres y cañas para las viviendas, así como una tierra fértil y fácilmente cultivable gracias a los depósitos de limo que cada inundación dejaba. Éste factor es vital para entender por qué surgió una civilización tan rica, compleja y duradera. El excedente agrícola permitiría una paulatina división del trabajo y de la sociedad hasta alcanzar una estructura estatal capaz de gestionar este excedente alimenticio y canalizar parte de la mano de obra hacia la ejecución de otras tareas, desde presas y canalizaciones a las grandes pirámides. Contra lo que acostumbra a pensarse, éstas no fueron levantadas por esclavos, sino por la población campesina que, durante la época de crecidas, quedaba desocupada y podía ponerse al servicio de las necesidades estatales. Imperio Antiguo (2686-2181 a.C.) Abarcaría el periodo comprendido entre la III y la VI dinastía y el poder político tendría su centro en la ciudad de Menfis. Correspondió al Faraón Zóser y a su arquitecto Imhotep el honor de levantar la primera pirámide, si bien las más elevadas y célebres se erigieron durante la IV dinastía, con Keops, Kefrén y Micerinos. No deja de resultar curioso que, pese a que con posterioridad al Imperio Antiguo no se volviesen a edificar estas impresionantes arquitecturas funerarias, en nuestro imaginario colectivo Egipto y las pirámides se antojan indisociables Imperio Medio (2055-1780 a.C.) Finalmente los guerreros de la ciudad de Tebas se impusieron a los de Heracleópolis y reunificaron Egipto por las armas. El Imperio Medio comprendería las dinastías XI y XII. Esta etapa de prosperidad y extraordinario desarrollo cultural y literario se quebró con la irrupción de los hicsos, un enigmático pueblo semita que se adueñó del Delta del Nilo durante casi un siglo y desde allí avasalló a los reinos del sur, forzados a rendirle tributos. La reacción partió de Tebas acaudillada por Amosis , quien en el siglo XVI a.C. consumó la expulsión de los hicsos. Imperio Nuevo (1550-332 a.C) Bajo los reinados de Ahmés, Amenofis y Tutmés Egipto experimentó una creciente prosperidad y una posición cada vez más firme en Siria, si bien este escenario le granjeó nuevos enemigos, como los hititas. La llegada al poder de Amenofis IV (1377 -1358 a.C.) revolucionó la existencia religiosa del Imperio: adoptó el nombre de Akenatón, que significa "agrada a Atón", Dios-Sol en torno al cual intentó promover una reforma religiosa de carácter monoteísta. Erigió en su honor la ciudad Aket-Atón (después El-Amarna), trasladó a ella la corte y la dotó de templos con grandes patios, ya que el culto solar debía hacerse al aire libre. El enfrentamiento de Akenatón con las clases sacerdotales degeneró en una sangrienta guerra civil. Tras el breve reinado de su yerno Sakare, subió al poder otro de sus yernos, quien abandona el culto a Atón y se reconcilia con los sacerdotes de Amón y el politeísmo, pasando a la posteridad como Tutankamón. Murió con apenas 20 años de edad y aunque difícilmente podría incluirse entre los faraones más prestigiosos, el espectacular hallazgo de su tumba por Howard Carter lo convirtió en un nombre familiar aun para los profanos en la egiptología En este periodo histórico es conocido, no tanto por sus reinado como por los templos que construyo y que hoy podemos contemplar, el faraón Ramses II.
Egipto Helenístico (322-31 a.C) Tras la prematura muerte del monarca
macedonio Alejandro Magno, sus generales, pugnaron por su legado, correspondiéndole a Ptolomeo la corona de Egipto. La dinastía de los lágidas, pese a su origen macedónico, se egipcianizó rápidamente y gobernó entre los años 306 y 31 a.C. Con Cleopatra VII célebre amante de Julio César y Marco Antonio, concluyó un ciclo y la historia de Egipto quedó unida a la del Imperio Romano. LA SOCIEDAD EGIPCIA La sociedad en el Antiguo Egipto estaba organizada de forma piramidal; en la cumbre y ejerciendo el poder absoluto se encontraba el Faraón, considerado como el rey de Egipto y como Dios viviente. El segundo escalón de la pirámide estaba formado por los nobles y la clase sacerdotal. Los nobles eran los miembros de la familia del faraón y de otras familias a las que el faraón había favorecido. Vivían en grandes villas y gobernaban las provincias en las que se dividía Egipto. A los sacerdotes se les llamaba “sirvientes de los dioses”. Su trabajo no consistía en predicar al pueblo, sino en complacer y contentar a los dioses. Lo hacían ejecutando ritos en el interior sagrado de los santuarios o templos, donde sólo podían entrar los sumos sacerdotes y el faraón. La eficiente administración egipcia estaba dirigida por una clase media instruida, formada por escribas y funcionarios. Los funcionarios constituían el cuerpo administrativo del imperio, formado por privilegiados nobles muy influyentes en la política. El estado era altamente burocrático. En todas las ciudades había funcionarios, que cobraban impuestos, y organizaban los préstamos y los contratos matrimoniales. Los altos funcionarios eran los llamados “amigos del faraón” y ostentaban títulos como “Portador del abanico de la derecha del rey”. Los escribas, eran los encargados de redactar leyes, transcribir textos sagrados y todo tipo de escritos comerciales y administrativos. En el siguiente escalón se encontraba el ejército, formado en su mayoría por soldados profesionales. Formando la clase más humilde se encontraban los campesinos, comerciantes, artesanos (orfebres, joyeros, carpinteros, fabricantes de papiro y lino…) agricultores, canteros y mineros que constituían el grueso de la sociedad egipcia. En el último sector de la pirámide se encontraban la clase más desfavorecida: los esclavos. Existía un tipo de esclavitud, más bien servidumbre, que nunca fue muy numerosa, en la cual los individuos tenían derechos y salarios, y podían, incluso, comprar su libertad. El tipo de esclavitud clásico no apareció hasta las guerras con Siria y Nubia, ya que se trataba de prisioneros de guerra que eran condenados a realizar trabajos forzosos. No tenían derechos y la mayoría eran propiedad del faraón, y algunos pertenecían a sacerdotes y nobles. Datos extraídos de estudios sobre la arqueología egipcia, nos confirman que durante el periodo predinástico, los esclavos, sufrían el terrorífico destino de sus faraones fallecidos al ser enterrados en las pirámides, aún vivos. Por su escasez, un esclavo era más valioso que un campesino y esta práctica iría desapareciendo gradualmente sustituyendo los cuerpos vivos por estatuas que les servirían igualmente en el otro mundo. La venta pública de esclavos privados, como si de ganado se tratara, es sólo una más de las leyendas que nos han dejado griegos y romanos. EL FARAÓN La palabra faraón deriva de una manera respetuosa de referirse al rey describiéndole como la “casa grande”, lo cual significaba el palacio donde vivía. En primer lugar, el faraón era ante todo la encarnación terrestre del dios halcón Horus, el gran dios del cielo, sirviendo de enlace espiritual entre los dioses y los hombres. Al morir, generalmente, el poder era transferido por herencia a su hijo primogénito. También se creía que, cuando moría, alcanzaba la vida eterna, no solamente para él, sino también para su pueblo. El poder del faraón, era representado con la esfinge de cuerpo de león y la cabeza del rey. El faraón vivía rodeado de riquezas, en grandes palacios con cientos de sirvientes y esclavos y podía tener varias esposas, que generalmente eran sus propias hermanas, pero solamente la primera era la que reinaba junto a él. Recibía el nombre de “Gran Esposa Real”, y era considerada como diosa y reina de Egipto. El faraón regentaba todos los poderes: el legislativo, el ejecutivo, el judicial y el religioso. Como jefe del ejército, los faraones eran entrenados como guerreros, aprendiendo a manejar las armas desde niños y dirigían el ejército egipcio. Como jefe religioso, tenía el deber de construir templos para hacer en ellos ofrendas a los dioses. Estuvieron repartidos en treinta dinastías o familias reinantes, sucediéndose desde el inicio de su historia hacia el año 3100 a.C., hasta la llegada de los griegos en el año 332 a.C.
LA MUJER EN TIEMPOS DE LOS FARAONES Ninguna sociedad,
pretérita o actual, ha valorado tanto a la mujer como lo hacían los antiguos egipcios. Los aspectos y atributos más importantes de Dios estaban personificados en las mujeres. Ellas mantienen el equilibrio, el orden y la armonía del universo. Desde el momento de su nacimiento, la figura del niño y de la niña egipcios estaban en asombrosa armonía compartiendo juegos y demás actividades. Una vez se convertían en adultas, la mayoría de las mujeres egipcias se ocupaban de las labores del hogar y el cuidado de los hijos (a quienes se dedicaban en cuerpo y alma). En el Antiguo Egipto, este papel era el de “La Dorada Señora de la Casa” (Nebt-Het), título de gran prestigio social y símbolo de grandeza y nobleza. Además, en su tiempo libre, tenía derecho a participar y organizar fiestas y diversas actividades de ocio. La mujer egipcia tuvo la posibilidad de alcanzar las más altas cimas del poder. Las hubo sacerdotisas de Hathor (Diosa de la familia, fertilidad, nacimiento y crianza), funcionarias, empresarias, médicos, comerciantes o escribas, entre otras profesiones. Podían poseer, administrar y heredar propiedades, comprar y vender bienes, hacer negocios e intervenir en pleitos legales de diversa índole o dejar testamento. Las mujeres de clases más pobres se empleaban en el campo, como recolectoras o molineras; en la fabricación de telas y vestidos; o como doncellas. Algunas fueron reinas influyentes bajo la sombra de sus esposos, tales como Nefertiti (esposa de Akhenatón) o Ahmose-Nefertari (esposa de Ramses II), y otras, muy pocas, llegaron a faraón como la reina Hatshepsut (esposa de Tutmosis II), y como no, Cleopatra, que ha pasado a la historia como un icono de la seducción. La mujer más importante del Antiguo Egipto era la “gran esposa real”, después la reina madre del rey y a continuación el resto de las esposas. Por desgracia, a finales del siglo III antes de nuestra era, durante el gobierno de Ptolomeo Filopator (221-205 a.C.), la mujer egipcia comenzó a perder de manera imparable e irreversible la independencia y el estatus del que había gozado en los últimos tres mil años. Organización político social: los primeros pobladores fueron de origen semita y camita; constituyeron 42 nomos o familias, las cuales admiraban las cualidades de algún animal, llamándolos tótem; existiendo así los clanes totémicos, estos clanes estuvieron relacionados con el matriarcado, característica de las familias egipcias y de su sociedad (López Reyes; 1983: 42)- La sociedad estuvo ligada con la religión y se demostró en su forma de gobierno, el cual fue teocrático. Matrimonio: el matrimonio entre los nobles egipcios fue obligatorio entre hermanos, además de ser un acto religioso (Ibarra, 2004:31); se admitía la poligamia, con la excepción de los sacerdotes los cuales poseían únicamente a una sola mujer (González Díaz, 2004:43). En el último milenio antes de Cristo, el matrimonio es monogámico, además de que la esposa puede conservar su patrimonio y goza del derecho a una tercera parte de los bienes gananciales (Margadant, 2005:48). Propiedad: la tierra era propiedad del faraón, los sacerdotes y los guerreros, los labradores eran sólo arrendatarios (Ibarra, 2004:32).
Régimen sucesorio: En el caso de la corona de Egipto,
el faraón era considerado de origen divino, el decidía quien sería su sucesor. En el caso de la población el padre decidía a quien heredar sus bienes y la mujer también podía participar en las sucesiones sobre una base igual a la del hombre (Margadant, 2005:48). Contratos: los contratos se celebraban por escrito, en presencia de muchos testigos y se registraban públicamente. Los registros públicos tenían datos sobre la propiedad inmueble (Margadant, 2005:48), las transacciones comerciales se hacían por permuta (López Reyes, 1983:47). Derecho penal: no existía un código escrito, pero los gobernadores de los distritos y consejeros locales juzgaban según la costumbre y había tribunales de apelación, se estudió el conflicto entre los derechos del grupo y del individuo (López Reyes, 1983:47); la justicia era severa, de las deudas se recurría a los bienes y no a la persona y los intereses atrasados no podían exceder del monto del capital. Procedimientos judiciales: durante la 5ª Dinastía hubo jueces de carrera, una corte suprema, un procedimiento escrito y archivos judiciales; paralelamente existía una justicia fiscal especializada. Hubo tribunales locales, dos cortes superiores y la suprema corte del faraón, con un ordenado sistema de apelaciones. Se dio la tortura, aplicada inclusive a los testigos inocentes para ayudarlos a apegarse a la verdad, y la evidente existencia de una llamativa corrupción judicial, sugieren un procedimiento con muchos defectos (Margadant, 2005:48).