Vocacion Misionera

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JESUS AMIGO MIO,

AYUDAME
ENCONTRAR
A
MI
QUE LA
CAMINO PAZ SEA
CONTIGO
PROPOSITO
QUE LA ESTUDIANTE REFLEXIONE Y MEDITE
SOBRE LA IMPORTANCIA DE LA VOCACION
MISIONERA RELIGIOSA.

CRITERIOS DE EVALUACION:

Reflexionan sobre los pasajes bíblicos a través de


diferentes preguntas formuladas por la docente
Las ideas son puestas en un orden lógico y la forma en
que son presentadas mantiene el interés del lector.
La Vocación Misionera de la Iglesia"
COMIENZOS DE LA VOCACIÓN MISIONERA DE LA IGLESIA
Todos hablaban de él, de cómo era, de lo que hacía, de la doctrina nueva que predicaba. Cada cual
comentaba a su manera, manifestaba distintas opiniones, tomaba diversas posturas. Su nombre: Jesús de
Nazareth, Jesucristo. Fue un ciudadano de Israel, colonia del Imperio Romano. Nació hace poco más de 2.000
años en Belén, hijo de una joven Virgen llamada María.
Vivió su infancia y juventud en Nazareth como uno más del pueblo, un
carpintero. Cuando tenía unos treinta años se lanzó por los caminos a
predicar el Reino de Dios y la salvación del hombre, a decirnos cómo
podíamos hacernos más plenamente personas y así vivir mejor.
Reunió a doce amigos: Pedro, Santiago, Juan, Lucas, Andrés, Felipe,
Bartolomé, Tomás, Tadeo, Santiago hijo de Zebedeo, Simón y Judas,
gente como él que no tenían riquezas ni mucha cultura.
Durante dos años convivió con ellos y les compartió la Buena
Noticia que Dios Padre le había enviado a predicar. El pueblo lo
siguió y lo quiso porque nadie jamás había hablado como El, ni los
políticos, ni los doctores, ni los sacerdotes.
Iba siempre rodeado de gente pobre y pasaba haciendo el bien a todos. Remediaba necesidades,
enseñaba una nueva forma de vivir. Se declaró Hijo de Dios porque lo era, y por eso lo mataron, aunque
pusieron otras excusas: que era un blasfemo, un revolucionario. Selló con su muerte sus palabras. Murió
en una cruz porque fue fiel hasta el fin al amor. Murió para salvarnos.

Pero al tercer día resucitó y antes de irse definitivamente confirmó la universalidad de su mensaje y de su
salvación. Jesucristo se apareció a sus discípulos y les ordenó: "Vayan por todo el mundo, prediquen el
Evangelio a todas las gentes".

VOCACIÓN MISIONERA DE LA IGLESIA ACTUAL


La actividad misionera de la Iglesia tiene en la actualidad
una serie de desafíos que de alguna manera deben ser
afrontadas por la comunidad cristiana para implicarse con
radicalidad en el compromiso salvador de Dios a favor de la
humanidad.
En la actualidad, el mundo requiere de una nueva
evangelización, pues la mente, las condiciones de vida y
la problemática del hombre son diferentes.
La Iglesia vive una profunda crisis de la que poco a poco se está rehaciendo con grandes esfuerzos y
que ha dejado una triste secuela de pérdida de fe, de falta de vocaciones sacerdotales, religiosas y
pastores de incertidumbre y desorientación en muchos fieles.

Hay más gente a la que se debe orientar y atender y el número de servidores de Dios es insuficiente
para ello. La acción del laico se vuelve indispensable para que la misión de la Iglesia llegue a
cumplirse en todos los hombres.

Han surgido, dentro del seno de la Iglesia, diversos grupos y organizaciones que corrompen la
pureza de la fe y la recta interpretación de la doctrina, fomentando lo que ellos mismos llaman un
“magisterio paralelo”, opuesto a las enseñanzas del verdadero Magisterio de la Iglesia.
UN MANDATO, UNA MISIÓN
Las palabras del Señor: “Vayan, pues, y enseñen a todas las gentes,
bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a observar cuanto Yo les he mandado. Yo estaré con
ustedes siempre, hasta la consumación del mundo” (Mt 28, 16-20)
contienen el así llamado mandato misionero. Son deberes que Cristo confía
a sus apóstoles y definen al mismo tiempo la naturaleza misionera de la
Iglesia.
El Concilio Vaticano II expresa esta verdad de esta manera: “La Iglesia
peregrinante es, por naturaleza, misionera, puesto que toma su origen de
la misión del Hijo y de la misión del Espíritu Santo, según el propósito de
Dios Padre”. Por tanto, La Iglesia se encuentra siempre en “estado de
misión” y está siempre en camino.
NECESIDAD DE UNA RENOVACIÓN
Y este carácter misionero de la Iglesia se ha renovado sucesivamente en hombres concretos, de generación en
generación. Es muy importante caminar sobre las huellas de estos hombres, a quienes, en las distintas épocas,
se les ha confiado el Evangelio como obra de salvación del mundo. Es necesario verlos tal como los fue
plasmando el Espíritu Santo para contemplar de cerca la realidad que esconde en sí la vocación misionera. Sin
embargo, frente a los continuos cambios que ofrece la cultura, la Iglesia debe renovar su conciencia misionera,
que en la práctica apostólica y pastoral de nuestros tiempos, exige ciertamente muchas aplicaciones nuevas;
entre ellas, una renovada actividad misionera de la Iglesia, que debe hallar nuevos ardores, nuevos métodos y
nuevas expresiones.

La calidad y el número de estas vocaciones son el


VOCACIONES MISIONERAS signo de la presencia del Espíritu Santo, porque es
Este esfuerzo de renovación nos debe ayudar a tomar el Espíritu quien distribuye los carismas según
conciencia también de que en la Iglesia todos quiere para utilidad común. En efecto, para este
desarrollamos una labor evangelizadora. Más aún, Cristo bien supremo Él “inspira la vocación misionera en
continúa eligiendo a los hombres que quiere “para que le el corazón de cada uno”. Así, pues, el Espíritu
acompañen y para enviarlos a predicar a las gentes”. De inspira y mueve a los hombres elegidos, para que
este modo la narración del envío de los apóstoles se hace la Iglesia pueda encargarse de su responsabilidad
historia de la Iglesia desde la primera a la última hora. evangelizadora.
EN CONCLUSIÓN:
Dios constituyó la Iglesia de Jesucristo para que proclame el evangelio en el
mundo; para que edifique a los creyentes en Cristo; para que adore a Dios y
defienda las verdades infalibles de la Biblia.
La iglesia tiene que seguir esforzándose en la defensa de la fe, y tenemos que
hacerlo, porque los traficantes arremeten cada día con más fuerza; están
arrastrando a muchos buenos cristianos y están confundiendo a otros. Lo más
preocupante es, que hasta ministros de Cristo, están siendo arrastrados por las
corrientes de apostasía vigentes.
La Iglesia verdadera de Cristo no puede quedarse pasiva y en silencio,
sino que asidos de las verdades del evangelio tenemos que “pelear la No olvidemos que, todos
buena batalla de la fe”. estamos llamados a ser
También debemos recordar que a través de la historia, predicar el genuino misioneros. Todos, dentro de
evangelio de Cristo siempre ha tenido un costo. Actualmente los cristianos están nuestras posibilidades,
siendo perseguidos en países de influencia atea o musulmana, como en Corea podemos sumarnos a esta
del Norte Albania, en los países árabes, entre otros. En Costa de Marfil (África) tarea grandiosa de anunciar a
los cristianos son perseguidos, torturados y quemados; pero esas situaciones Jesucristo hasta los confines
jamás ha amedrentado a la iglesia fiel de Cristo. No han podido, silenciarla ni de la tierra
detenerla en el cumplimiento de su misión.
La iglesia, en la autoridad soberana de Cristo, bajo el poder del Espíritu
Santo, tiene que seguir cumpliendo la Gran Comisión. Es nuestra
responsabilidad y privilegio como iglesia de Jesucristo.
.

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