AntropologiÌ A TeoloÌ Gica II JSO - La Familia y La Vida (Mandamientos 4-5)

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13.

La familia y la vida
(Mandamientos 4-5)
Entender y valorar la tutela de la Familia que se
encuentra en el 4º y 5º mandamientos
Honrarás a tu padre y a tu madre

 Se refiere a tutelar la familia.

 Encabeza la segunda tabla.

 Indica el orden de la caridad.

 Es fundamental para el sano desarrollo psicológico de la persona, en


ella se construye su identidad, se protege su autonomía y es la base
desde donde se proyecta en el ámbito social.

 Dios quiso que, después de Él, honrásemos a nuestros padres, a los


que debemos la vida y que nos han transmitido el conocimiento de
Dios.
La familia en el plan creador de Dios

 Dios creó al hombre varón y mujer, que se unen para formar una nueva
familia.

 La creación es el plan de Dios para todos los humanos, con


independencia de que conozcan o no la revelación bíblica.

 El matrimonio natural es el mismo que asume el cristianismo, y por eso


lo propone para todos.

 Sus miembros son personas iguales en dignidad.


La familia en el plan creador de Dios

 Cristo da su vida para el perdón de los pecados y para componer el


desorden original.

 La redención facilita conocer la verdad sobre el matrimonio y la


familia, y luego seguirla.

 Eleva el matrimonio a Sacramento (Alianza con Dios).

 Nos eleva a ser familia de Dios, de modo que la familia natural-


cristiana refleja a la Trinidad de Dios.
Y el Verbo se hizo carne...

 El misterio de la Encarnación ocurrió precisamente en una familia, la


familia de Nazaret.

 La familia es tan importante para todo ser humano que el Hijo de Dios
quiso tener también una, Dios quiso nacer en una familia.
... y habitó entre nosotros...

 Su actividad procreadora y educativa es reflejo de la obra creadora de


Dios.

 Es llamada a participar en la oración y el sacrificio de Cristo.


 La oración cotidiana y la lectura de la Palabra de Dios fortalecen en
ella la caridad.
 La familia cristiana es evangelizadora y misionera.
Imagen de la familia de Nazaret

 Es la célula original de la vida social: es la sociedad natural en que el


hombre y la mujer son llamados al don de sí en el amor y en el don de
la vida.
 La autoridad, la estabilidad y la vida de relación en el seno de la
familia constituyen los fundamentos de la libertad, de la seguridad, de
la fraternidad en el seno de la sociedad.
 La familia es la comunidad en la que, desde la infancia, se pueden
aprender los valores morales, se comienza a honrar a Dios y a usar
bien de la libertad.
 La vida de familia es iniciación a la vida en sociedad.
Santificación familiar

 El Padre envía al Espíritu Santo, cuya función es ayudarnos a vivir


según el proyecto sobrenatural, en el amor de caridad que enseña
Jesús.

 El proyecto sobrenatural de matrimonio y la familia se apoyan en el


proyecto natural de la creación.
El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no
presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se
irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia,
sino que goza con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta

– 1 Cor 13, 4-7


Paciencia

Papa Francisco; Amoris Laetitia, n. 92


 Tener paciencia no es dejar que nos maltraten continuamente, o
tolerar agresiones físicas, o permitir que nos traten como objetos.
 El problema es cuando exigimos que las relaciones sean celestiales o
que las personas sean perfectas, o cuando nos colocamos en el centro
y esperamos que sólo se cumpla la propia voluntad.
 Entonces todo nos impacienta, todo nos lleva a reaccionar con
agresividad.
 Si no cultivamos la paciencia, siempre tendremos excusas para
responder con ira, y finalmente nos convertiremos en personas que no
saben convivir, antisociales, incapaces de postergar los impulsos, y la
familia se volverá un campo de batalla (…)
Paciencia

 Esta paciencia se afianza cuando reconozco que el otro también tiene


derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es.

 No importa si es un estorbo para mí, si altera mis planes, si me


molesta con su modo de ser o con sus ideas, si no es todo lo que yo
esperaba.

 El amor tiene siempre un sentido de profunda compasión que lleva a


aceptar al otro como parte de este mundo, también cuando actúa de un
modo diferente a lo que yo desearía.
Amabilidad en el matrimonio

Papa Francisco; Amoris Laetitia, n. 99


 Amar es volverse también amable (...) el amor no obra con rudeza, no
actúa de modo descortés, no es duro en el trato.
 Sus modos, sus palabras, sus gestos, son agradables y no ásperos ni
rígidos. Detesta hacer sufrir a los demás.
 La cortesía «es una escuela de sensibilidad y desinterés, que exige a la
persona cultivar su mente y sus sentidos, aprender a sentir, hablar y,
en ciertos momentos, a callar.
 Ser amable no es un estilo que un cristiano puede elegir o rechazar.
 Como parte de las exigencias irrenunciables del amor, «todo ser
humano está obligado a ser afable con los que lo rodean».
Los deberes familiares

 La familia debe vivir el amor de caridad.

 Y de este amor sus miembros aprenden el cuidado y la responsabilidad


respecto de los pequeños y mayores, de los enfermos o disminuidos, y
de los pobres; desde la concepción hasta la muerte natural (5º.
Mandamiento).
 Hijos hacia los padres: respeto, obediencia, responsabilidad de
ellos en su vejez, gratitud.
 Hermanos: respeto, cordialidad, fraternidad.
 Padres para con los hijos: respeto, sustento, educación y formación:
en las virtudes y la responsabilidad.
Perdonar

Papa Francisco; Amoris Laetitia, nn. 106-108


 Cuando hemos sido ofendidos o desilusionados, el perdón es posible y deseable,
pero nadie dice que sea fácil.
 La verdad es que «la comunión familiar puede ser conservada y perfeccionada sólo
con un gran espíritu de sacrificio. Exige, en efecto, una pronta y generosa
disponibilidad de todos y cada uno a la comprensión, a la tolerancia, al perdón, a la
reconciliación.
 Ninguna familia ignora que el egoísmo, el desacuerdo, las tensiones, los conflictos
atacan con violencia y a veces hieren mortalmente la propia comunión: de aquí las
múltiples y variadas formas de división en la vida familiar».
 (...) para poder perdonar necesitamos pasar por la experiencia liberadora de
comprendernos y perdonarnos a nosotros mismos. Tantas veces nuestros errores, o
la mirada crítica de las personas que amamos, nos han llevado a perder el cariño
hacia nosotros mismos. Eso hace que terminemos guardándonos de los otros,
escapando del afecto, llenándonos de temores en las relaciones interpersonales.
Perdonar
 Entonces, poder culpar a otros se convierte en un falso alivio.
 Hace falta orar con la propia historia, aceptarse a sí mismo, saber convivir con las
propias limitaciones, e incluso perdonarse, para poder tener esa misma actitud con
los demás.
 Pero esto supone la experiencia de ser perdonados por Dios, justificados
gratuitamente y no por nuestros méritos.
 Fuimos alcanzados por un amor previo a toda obra nuestra, que siempre da una
nueva oportunidad, promueve y estimula.
 Si aceptamos que el amor de Dios es incondicional, que el cariño del Padre no se
debe comprar ni pagar, entonces podremos amar más allá de todo, perdonar a los
demás aun cuando hayan sido injustos con nosotros.
 De otro modo, nuestra vida en familia dejará de ser un lugar de comprensión,
acompañamiento y estímulo, y será un espacio de permanente tensión o de mutuo
castigo.

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