Dora Powerpoint TP #7

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Fragmento de análisis de un caso de histeria

(Dora)
Trabajo Práctico Nº 7 Prof. Gastón Piazze
Cursada Virtual 2021
Psicopatología I
Viena, otoño de 1900. Inicio del tratamiento que dará origen al paradigma de la histeria

El 31 de diciembre de 1900 termina el tratamiento de Dora. En el transcurso de las primeras semanas del nuevo
año, la mayor parte del trabajo que hoy conocemos ya estaba listo. El 25 de enero le escribe a su amigo Fliess:

“Ayer terminé “Sueños e Histeria”. Es un fragmento del análisis de un caso de histeria, y la elucidación versa en él en torno a dos sueños. De
modo que en realidad es una continuación del libro sobre los sueños. Contiene además soluciones de síntomas histéricos y consideraciones
acerca del fundamento sexual-orgánico de esa enfermedad en su conjunto. (…) Lo fundamental en ese trabajo sigue siendo lo psicológico: la
apreciación de la importancia de los sueños y la descripción de algunas peculiaridades de las representaciones inconscientes. Sólo contiene
atisbos de lo orgánico – las zonas erógenas y la bisexualidad. (…) Se trata de una histeria con tussis nervosa y afonía, que puede reconducirse a
las características propias de una “chupadora”; en los procesos psíquicos conflictivos, el papel principal lo desempeña la oposición ante una
inclinación hacia el hombre y otra hacia la mujer.”

En esta carta encontramos todos los aspectos esenciales de la comunicación freudiana publicada en 1905 que
abordaremos en nuestro recorrido. Pasemos a situar las coordenadas biográficas de la consulta
Atención de Freud a las “relaciones familiares de los enfermos” ( Freud, 1905, 18)

En el apartado “palabras preliminares”, Freud establece el cuadro de los vínculos de la joven de 18 años que llega a
la consulta a instancias de su padre:
• Se trata de una familia de la alta burguesía vienesa. “La persona dominante era el padre, tanto por su inteligencia
y sus rasgos de carácter como por las circunstancias de su vida, que proporcionaron el armazón en torno del cual
se edificó la historia infantil y patológica de la paciente. (…) La hija estaba apegada a él con particular ternura y la
crítica que tempranamente había despertado en ella se escandalizaba tanto más por muchos de sus actos y
peculiaridades.” (Ibíd., 18)
• “Esta ternura se había acrecentado, además, por las numerosas y graves enfermedades que el padre padeció
desde que ella cumplió su sexto año de vida” (tuberculosis, desprendimiento de retina, ataque de confusión y
parálisis).
• El padre consulta a Freud por recomendación de un amigo (el Sr. K.) y le presenta a Dora dos años antes del
tratamiento de ésta.
• Dora mantenía una relación muy inamistosa con su madre. Tenía un único hermano, un año y medio mayor, que
había sido en la niñez el modelo al cual ambicionaba parecerse. Las disputas familiares lo llevaron a distanciarse
para procurar sustraerse de ellas.
Los síntomas neuróticos de Dora
• Una disnea permanente durante seis meses contraída a los 8 años, luego de una excursión a las montañas.
• A los 12 años le aparecieron hemicranias, del tipo migraña, y ataques de tos nerviosa. La primera desapareció
cuatro años después. Los episodios de tos, que se habían iniciado con un catarro común, perduraron todo el
tiempo, prolongándose cada vez por varias semanas.
• En ocasión de una visita a casa de sus primas paternas presentó unos cuadros febriles.
• Ya a los 17 años “los signos principales de su enfermedad eran ahora una desazón y una alteración del carácter.
(…) enfrentaba hostilmente a su padre y no se entendía con su madre (…) Buscaba evitar el trato social; se
quejaba de cansancio y de dispersión mental. Uno día los padres se horrorizaron al hallar (…) una carta en la que
se despedía de ellos porque ya no podía soportar más la vida.” (Ibíd., 22) Un primer ataque de pérdida de
conocimiento de Dora, con amnesia posterior, tras una discusión ínfima, lo determinó a la consulta, a pesar de la
renuencia de ella.
- disnea, tussis nervosa, afonía, migrañas (síntomas somáticos)

Se trata entonces de una “Petite Hystérie”


-casos más habituales y frecuentes-
“conformación última de la enfermedad” - desazón, insociabilidad histérica y taedium vitae (síntomas psíquicos)
Pero Freud NO aborda directamente los síntomas somáticos y psíquicos que la medicina
ha despejado para la histeria, se interesa en primer lugar en las vicisitudes del discurso

Hecho clínico: la incapacidad de los enfermos para dar una exposición ordenada de su biografía en lo atinente a su historial
clínico: lagunas y enigmas, desgarradura de los nexos más ostensibles e incertidumbre sobre la secuencia de los diversos
hechos.

Para Freud no es sólo característica de la neurosis…


“Tal estado de los recuerdos relativos al historial de la enfermedad es el correlato que exige la teoría, el correlato necesario de los
síntomas patológicos.” (Freud, 1905, 17) ¿Cuáles son sus fundamentos?

consciente - por timidez, vergüenza o discreción se guarda una parte de lo que le es bien conocido y debería contar

Un insinceridad - olvidos (lagunas mnésicas) y espejismos del recuerdo (paramnesias) secundarios

inconsciente - supresión de nexos (ej., alterar la secuencia temporal de los hechos)

- dudas sobre los hechos recordados


Perspectiva rupturista en Freud: la pesquisa del “anudamiento vital” de la conformación última
de la enfermedad
Freud establece progresivamente, desde sus tempranos Estudios sobre la histeria, las condiciones psíquicas de esta
neurosis: el trauma psíquico, el conflicto de los afectos y la conmoción de la esfera sexual.

• Es a la perspicacia del padre de la muchacha a quien Freud debe el “anudamiento vital” (p. 24)
(Escena del lago en la ciudad balnearia de B. a los 16 años de Dora) “Yo no dudo -dijo el padre- de que ese suceso
tiene la culpa de la desazón de Dora, de su irritabilidad y sus ideas suicidas. Me pide que rompa relaciones con el
Sr. K., y en particular con la Sra. K. a quien antes directamente veneraba. Pero yo no puedo hacerlo, pues, en
primer lugar, considero que el relato de Dora sobre el inmoral atrevimiento del hombre es una fantasía que a ella
se le ha puesto; y en segundo lugar, me liga a la Sra. K una sincera amistad y no quiero causarle ese pesar. La
pobre señora es muy desdichada con su marido, de quien, por lo demás, no tengo muy buena opinión; ella misma
ha sufrido mucho de los nervios y tiene en mí su único apoyo. Dado mi estado de salud, no me hace falta
asegurarle que tras esta relación no se esconde nada ilícito. Somos dos pobres seres que nos consolamos el uno al
otro, como podemos, en una amistosa simpatía. Bien sabe Ud. que no encuentro eso en mi propia mujer…”

Freud decide suspender su juicio acerca de las circunstancias reales hasta escuchar a la otra parte y
se lanza a la búsqueda de los determinantes específicos, retrocediendo hasta la infancia para localizar las influencias
con “efectos análogos a los de un trauma.” (Ibíd., 26)
El beso en la tienda y su desenlace: asco, evitación compulsiva de los varones enamorados y una
alucinación sensorial recurrente.
Ante la propuesta de remontarse al pasado, Dora comunica una vivencia anterior con el Sr. K: la escena del beso a los 14
años de edad, en la tienda junto a la escalera.

En lugar de una nítida sensación de excitación sexual ante el beso y el abrazo estrecho, Dora sintió un violento asco. Se
escapa, rehúsa acompañar al matrimonio a una excursión sin aducir razones y nunca dirá nada…hasta la sesión con
Freud.
Freud es taxativo: considera “histérica” a toda persona en la que una ocasión de excitación sexual provoca predominante
o exclusivamente sentimientos de displacer (transformación de la excitación sexual en asco, en el caso de la paciente).

Este trastorno del afecto es un hecho clínico pero, ¿cómo explicarlo?

El abrazo y el beso del Sr. K excitó dos zonas erógenas en Dora (labios y clítoris) y, mediante el trastorno del afecto y el
desplazamiento de la parte inferior a la superior del cuerpo, Freud explica los tres síntomas: la repugnancia a ciertos
alimentos, sensación alucinatoria de opresión en el tórax -que le ocurrió nuevamente al relatársela a Freud- y evitación
a pasar junto a ningún hombre que viera en tierno o animado coloquio con una dama, una fobia).
Freud introduce una inferencia: una percepción repelente (la del miembro erecto contra su vientre) fue eliminada en el
recuerdo y sustituida por la inocente sensación de la presión en el tórax. Luego Dora le confirma a Freud que sabe cuál es
el signo corporal de la excitación en el hombre. No lo sabía entonces, pero lo sabe al momento de la entrevista. Lo que
no puede responder es de dónde lo sabe.
El discurso de Dora: lagunas mnésicas por un lado… y percepciones
implacablemente agudas -y compulsivas- por otro.
“El estrato más superficial de todas sus ocurrencias en las sesiones, todo lo que se le hacía consciente con facilidad (…) se
refería siempre al padre. Para ella no había ninguna duda de que su padre había entablado con esa mujer joven y bella una
vulgar relación amorosa. Nada que pudiera contribuir a cohonestar ese aserto escapaba a su percepción.” (Freud, 1905, 30)

Reproches de Dora a su padre: Itinerario hipervalente de pensamientos ¿Por qué no es una idea delirante psicótica? (p. 31,
48-49 y 54) NO HAY CERTEZA en Dora, se presenta la división subjetiva propia de la neurosis: “cuando estaba de mal talante
se le imponía la idea de que había sido entregada al Sr. K como precio por la tolerancia que éste mostraba hacia las
relaciones entre su padre y la señora K. (…) En otros momentos sabía bien que con tales dichos incurría en exageraciones.

Freud localiza una discontinuidad en el relato que le permite inferir un uso inconsciente de dichos “pensamientos
correctamente fundados e inobjetables”…pero compulsivos (hipervalentes): “sólo desde la aventura en el lago databan su
claridad sobre [la infidelidad de su progenitor y la entrega al Sr. K] y sus rigurosos reclamos al padre.” (Ibíd., 33)

Redargüir un reproche (no aclarar la conducta del Sr. K hacia su hija, crear enfermedades como pretextos y usarlas como
recursos), ocuparse de los niños (del padre de Dora, del Sr. K) constituyen la cobertura destinada a ocultar ante sí misma
(gobernanta, Dora) alguna cosa.
Uso de las “enfermedades”: padre, prima mayor, señora K. …y Dora. Alternancias de salud y enfermedad
Interpretación e intervención de Freud: de lo singular a lo paradigmático
• Interpretación freudiana de los períodos de tos y afonía: según el Edipo simétrico, dejaba de hablar por la
añoranza del amado ausente, el Sr. K.
• Intervención de Freud: “tuve que llamar la atención de la paciente sobre el hecho de que su actual enfermedad
respondía a motivos y era tendenciosa tanto como la de la Sra. K.” (Freud, 1905,38) Freud supone causar espanto,
despertar la compasión y vengarse de su padre.
Freud pasa del uso singular de la enfermedad en Dora a “los motivos de la enfermedad en el caso de la histeria”
(Ibíd. 39)

Ganancia primaria: el enfermarse ahorra una operación psíquica. Es la solución económicamente


más cómoda en caso de conflicto psíquico (refugio en la enfermedad)

Ganancia de la enfermedad
(1923)
Ganancia secundaria: ligados a metas, propósitos externos –dirigidos a terceros- (manía de venganza) e
internos –contra sí mismo - (el autocastigo y la expiación expresado en el catarro, llamada 30, p. 72, el
abandono prematuro de la cura, en la p. 96 y en la neuralgia facial, p. 106)
Freud continúa su exploración del síntoma, capa por capa…

Advertimos su sensibilidad al detalle de la envoltura formal del padecimiento de la joven: detecta el sinsentido, la
opacidad, las huellas del inconciente:
- frente a la irritación extrema de Dora ante la predisposición del padre a pensar que la escena junto al lago era una
fantasía, Freud reflexiona: “Un reproche que no acierta tampoco agravia duraderamente” (p. 42)
- Ante el carácter enigmático tanto de la bofetada como de la partida de la joven,
- En la contigüidad sistemática de dos elementos clínicos: “Como las acusaciones contra el padre se repetían con
fatigante monotonía, y al hacerlas ella tosía continuamente….”
Interpretación del síntoma de la tos: la inferencia de Freud articula un fragmento de la
sexualidad infantil de Dora

“Un síntoma tiene más de un significado y sirve para la figuración de varias ilaciones inconscientes de pensamiento.”
Por lo menos uno de los significados de un síntoma corresponde a la figuración (realización) de una fantasía sexual

Hecho clínico, lapsus de la paciente: “La Sra. K sólo ama a mi padre porque es un hombre sin/de recursos” (p. 43)

Intervención de Freud señalando la inconsistencia en el discurso de Dora: ¿cómo puede tratarse entonces de un vulgar asunto amoroso si su
padre es impotente?

Dora bien sabía que hay más de una manera de satisfacción sexual…pero NO sabía la fuente de este conocimiento

Intervención de Freud: “sin duda pensaba justamente en aquellas partes del cuerpo que en ella se encontraban en estado de irritación (garganta,
cavidad bucal)”

“Con sus tos espasmódica que, como es común, respondía al estímulo de un cosquilleo en la garganta, ella se representaba una satisfacción sexual
per os entre las dos personas cuyo vínculo amoroso la ocupaba tan de continuo.”

La sexualidad infantil hace su entrada en escena…


La sexualidad perversa en el género humano …y en particular en las neurosis
Recuerden que el texto de Dora es inmediatamente
o Transgresiones de la función sexual tanto en el ámbito del cuerpo cuanto en el del objeto sexual anterior a Tres ensayos, de 1905, y posterior a la
Tramdeutung
- imprecisión de los límites de lo que ha de llamarse vida sexual normal en razas y épocas diversas
- cada uno de nosotros, ora en esto, ora en esto otro, transgrede un poquito los estrechos límites
de lo que se considera normal.

o Desarrollos de gérmenes, contenidos todos ellos en la disposición sexual indiferenciada del niño, cuya sofocación o cuya vuelta hacia metas más elevadas,
asexuales –su sublimación- están destinadas a proporcionar la fuerza motriz de un buen número de nuestros logros culturales (p. 45)
Quien ha devenido perverso de manera manifiesta, ejemplifica un estadio de una inhibición del
desarrollo.

o Sexualidad perversa
TODOS los psiconeuróticos presentan inclinaciones PERVERSAS muy marcadas, pero reprimidas y devenidas
inconcientes en el curso del desarrollo. Las psiconeurosis son, por así decir, el negativo de las perversiones.
La vida sexual de TODOS ellos está perturbada por la cooperación de una constitución sexual con influencias
accidentales.
El papel de la sexualidad en la génesis de los síntomas histéricos
o Los síntomas histéricos encuentran las fuerzas impulsoras para su formación tanto en la sexualidad normal reprimida
como en las mociones perversas inconcientes.
o PRECONDICIÓN SOMÁTICA para la creación autónoma de una fantasía perversa (fellatio…¿o cunnilingus?). Freud especifica con este concepto de qué
manera entiende la constitución sexual del neurótico que mencionamos anteriormente.

corroborada por “una imagen de sus años de infancia”: estaba sentada en el suelo, en un rincón, chupándose
el pulgar de la mano izquierda, mientras con la derecha daba tironcitos al lóbulo de la oreja de su hermano,
que estaba ahí quieto, sentado (manera completa de autosatisfacción por el chupeteo) (p. 46)

Intensa activación de una zona erógena a temprana edad condición para la posterior SOLICITACIÓN SOMÁTICA
que facilita la CONVERSIÓN (transferencia de la
excitación puramente psíquica a lo corporal).

“Si [luego de la pubertad] se presentan circunstancias orgánicas [accidentales, fisiológicas o patológicas: anginas o una partícula de arena]
que hacen acrecer de nuevo la excitación de la zona de la boca, que ha conservado su carácter erógeno, …la satisfacción [alucinatoria de
deseo] se obtiene por la ligazón o soldadura [siempre problemática] a representaciones sustitutivas (pezón, dedo…y miembro viril)”. (p. 47)

Un síntoma corresponde entonces a varios significados, no sólo simultáneamente sino también sucesivamente.
Chupetea…Dora: de la masturbación al síntoma: predisposición y vivencias accidentales

1 Empresa autoerótica pura 2 soldadura con la fantasía 3 renuncia a la masturbación 4 formación del síntoma
(perversa) consciente represión de la fantasía patológico: TOS
satisfacción anárquica de fusión con una representación heredero de dos
las pulsiones parciales -deseo tomada del círculo del satisfacciones:
amor de objeto. I del autoerotismo
Precondición somática escena con el hermano Solicitación somática
Autosatisfacción por el chupeteo Intento de fusionar elementos enmarcada, domesticada
HETEROGÉNEOS por…

Condición de la posterior vínculo amoroso inconsciente II … por una escena


solicitación somática entre padre e hija (p. 50) fantaseada, uno de los
diversos sentidos del
circunstancias internas germen de sentimiento infantil síntoma, inconsciente.
¿cuál esde
Reanimación la ocasión?
CONDICIÓN constitución que destina a la neurosis
las mociones
perversas ICC
ECONÓMICA (p. 50 Historial de Dora)
Factor decisivo -fijador-: disposición acrecentada por (causas accidentales) : (p.51) ella (la Sra. K/ Dora) lo ama
Aparición temprana de - las muchas enfermedades que el padre contrajo “porque es un hombre sin / de recursos”
genuinas sensaciones genitales, - en esas situaciones sólo de ella admitía los pequeños acaudalado / impotente (p. 42)
sean espontáneas o provocadas servicios que requería su cuidado
(llamada 45, p. 51)
El itinerario de pensamientos hiperintenso y sus determinantes inconcientes I
Se trata de una idea paranoide, neurótica. Veamos una vez más cómo aparece la división subjetiva en el discurso de
Dora:
“No puedo pensar en otra cosa –se quejaba muchas veces-. Mi hermano me dice que los hijos no tenemos derecho
a criticar estos actos del papá (…) Yo también veo esto, y querría pensar como mi hermano, pero no puedo. No
puedo perdonárselo.”(p. 49)

El carácter indestructible (inaccesible a los esfuerzos conceptuales conscientes y deliberados) obtiene su fuerza de su
contraparte, un pensamiento opuesto, contrarrecíproco inconsciente. Freud infiere dos mociones inconscientes que concurren a
volver inconmovible la cadena de pensamientos hipervalentes concientes, la ira celosa contra su padre:

o El amor de Dora por su padre se había reforzado en el último tiempo, para sofocar una moción que le resultaba
más penosa, estaba enamorada del Sr. K.
- asociación sobre los dichos edípicos de la prima materna (p. 51)
- encuentro con el Sr. K en la calle, “palidez mortal” de Dora (p.52)
Ocurrencias de Dora ante la comunicación - enigma sobre sus dudas respecto de llamar o no a su tío en el día de su cumpleáños (p. 52)
de Freud de su interpretación - enigma sobre su escasa alegría al recibir sus regalos el día de su propio cumpleaños (p. 52)
El itinerario de pensamientos hiperintenso y sus determinantes inconcientes II
• En un estrato más profundo, se escondía una moción de celos cuyo objeto era la Sra. K. (p. 53) “corriente de
sentimientos varoniles (…) ginecófilos, han de considerarse típicos de la vida amorosa inconsciente de las
muchachas histéricas.” (p. 56)

Freud no puede echar luz sobre este punto importante porque el análisis se interrumpió prematuramente (p. 54)

- Dora era la confidente y consejera de la mujer en todas las dificultades de su vida matrimonial (al igual que con su gobernanta y con su padre)
- Cuando Dora se hospedaba en casa de los K., compartía el dormitorio con la Sra. K, el esposo quedaba desterrado
- Cuando hablaba de su amiga, más triste que enfadada, alababa su “cuerpo deliciosamente blanco”
- Leían juntas la Fisiología dell´amore, de Mantegazza

La acusación del Sr. K.: “una muchacha que lee semejantes libros…” la confronta a Dora con la traición indudable de
su amiga.

Entonces, el carácter compulsivo de la ira celosa contra su padre ocultaba su opuesto directo: “no dejaría al papá
poseer el amor de esa mujer, que no le perdonaba a la mujer amada el desengaño que le causó su traición.” (Ibíd., 56)
Los abandonos sucesivos de Dora, sus renuncias enigmáticas I

Así como Dora huye del Sr. K en la escena del lago, interrumpe prematuramente la cura con Freud, luego de tres
meses de tratamiento, el 31 de diciembre de 1900. Freud se apoya para explicar este final abrupto sobre la
hipótesis de la manía de venganza inconsciente desplegada en el terreno de la transferencia, y sobre la tesis de una
tendencia a dañarse a sí misma también inconsciente (p. 41, 72 y 96) y a continuación…

… eleva el caso a rango de paradigma en términos ÉTICOS,

“La incapacidad para cumplir la demanda real de amor es uno de los rasgos de carácter más esenciales de la
neurosis; los enfermos están dominados por la oposición entre la realidad y la fantasía. Lo que anhelan con máxima
intensidad en sus fantasías es justamente aquello de lo que huyen cuando la realidad se los presenta; y se
abandonan a sus fantasías con tanto mayor gusto cuando ya no es de temer que se realicen.” (p. 97)
Los abandonos sucesivos de Dora, sus renuncias enigmáticas II

En el “Epílogo” del historial Freud reflexiona sobre sus errores técnicos que pudieron haber contribuido al designio
de la paciente de interrumpir el tratamiento. Señala dos que luego serán releídos por Lacan en su texto
“Intervención sobre la transferencia” (1951)

o “No logré dominar a tiempo la transferencia; a causa de la facilidad con que Dora ponía a mi disposición en la cura
una parte del material patógeno, olvidé tomar la precaución de estar atento a los primeros signos de la
transferencia que se preparaba con otra parte de ese mismo material, que yo todavía ignoraba.” (primero Freud
sustituía a su padre; luego, a la altura del primer sueño, subrogaba al Sr. K. Intervención no realizada: “Ahora Ud.
ha hecho una transferencia del Sr. Hacia mí. ¿Ha notado usted algo que le haga inferir malos propósitos, parecidos
a los del Sr. K.?” (Freud, 1905, 103)

o En la llamada 7 de la página 104 Freud explicita su “error técnico”: “No atiné a colegir en el momento oportuno, y
comunicárselo a la enferma, que la moción de amor homosexual (ginecófila) hacia la señora K. era la más fuerte
de las corrientes inconscientes de su vida anímica.”
Ida Bauer (Dora), de 8 años y su hermano Otto, de 9.

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