Herjías y Dogmas Cristológicos
Herjías y Dogmas Cristológicos
Herjías y Dogmas Cristológicos
a) la aparición de herejías;
1) EBIONITAISMO: los
ebionitas afirman que Jesús es
"hijo natural" de María y de
José (sig. I); se habla pues, de
una “concepción natural”,
negándose la intervención
especial de Dios.
2) HELKESAITAISMO: los
helkesaítas afirman el
"nacimiento natural" de
Jesús y afirman también que
Jesús ya había venido antes
en otros cuerpos (sig. I); de
igual manera que en la
anterior, se niega la
intervención especial de Dios.
3) DOCETISMO: niega de diversas maneras la verdad de la
humanidad de Jesús y afirman que Jesús tuvo sólo un "cuerpo
aparente" (dokein - dokein, en griego significa parecer,
apariencia). Esto quiere decir que sin negar la "divinidad de
Jesús", se niega de una u otra manera su humanidad = Jesús
Dios verdadero pero no es hombre verdadero; lo es
aparentemente. Y por tanto, en la cruz sufre aparentemente.
Estos herejes docetistas, al no querer confesar que el "Señor
tuvo un cuerpo", afirman que Jesús quería existir en su
condición humana sólo aparentemente, pues para ellos, era
completamente impensable que un ser divino, espiritual,
pudiera unirse realmente con la "carne", con la materia
impura corruptible y pasible (sig. I).
Esta falsa doctrina del
DOCETISMO, presupuesta ya en
el NT es combatida por el obispo
mártir Ignacio de Antioquía
(hacia el año 110). Esto mismo
se ve en sus cartas: "Porque todo
eso lo sufrió el Señor por
nosotros a fin de que nos
salvemos; y lo sufrió no en
apariencia sino verdaderamente,
así como verdaderamente se
resucitó a sí mismo no según
dicen algunos infieles, que sólo
sufrió en apariencia. Ellos sí que
son la pura apariencia" (Carta a
los Esmirniotas II-III, 1).
4)GNOSTICISMO SOTERIOLÓGICO:
esta herejía afirma -basándose en
filosofías religiosas-, que la "redención"
se lleva a cabo no por la pasión y muerte
de Cristo, sino por el mayor conocimiento
de lo divino (sig. II).
5) DUALISMO GNÓSTICO:
en sentido cristológico,
aparece allí donde Jesucristo
es disuelto en dos seres
distintos, es decir, esta
herejía afirma que en Jesús
hay a la vez dos seres
distintos. Uno sería el hombre
Jesús, que desciende de José
y de María. El otro sería el
Cristo espiritual, que viene
sobre el primero en el
bautismo. Se trata de una
herejía que ataca la unidad
del hombre y del Hijo de
Dios.
Ireneo de Lyón (que muere en el año
202) fue el primer teólogo cristiano
que ofreció una "fundamentación
amplia" de la unidad de Jesucristo
confesada claramente en el NT. Ireneo
siente especial preocupación por la
unidad de la actuación divina en la que
interviene de manera decidida la
Palabra (Logos), el Hijo eterno de Dios,
desde toda la eternidad hasta el final
de los tiempos, hasta el punto de
representar esta unidad en sí mismo:
"El Unigénito, el que está en todo
momento con el género humano, está
unido y mezclado con su criatura; el
Hijo de Dios y el encarnado es «uno» y
«el mismo»" (Adversus Haereses III,
16,6-9).
En esta grandiosa visión de
Cristo que comprende Dios
y hombre, cielo y tierra,
tiempo y eternidad, en esta
"recapitulación" -a pesar de
que faltan los conceptos de
"naturaleza" y "persona"-,
Ireneo, además de la
expresión «uno» y «el
mismo» que regala para la
elaboración dogmática,
contribuye también con la
idea de «intercambio», el
«trueque».
"La Palabra de Dios se hizo hombre [...] para que el hombre,
por la intervención de la Palabra [...] se haga hijo de Dios.
Porque ¿cómo podríamos nosotros participar de la
incorruptibilidad e inmortalidad si el eterno e inmortal no se
hubiera convertido en lo que somos nosotros?" (Adversus
Haereses III, 19,1). “La Gloria de Dios es el Hombre
viviente”
6) ADOPCIONISMO: es la herejía que afirma que el
hombre Jesús es "adoptado" como Hijo de Dios en el
bautismo o en la resurrección, rechazando al mismo tiempo
la concepción virginal de Jesús (como lo hicieron los
ebionitas). Esta postura se sirve de la fórmula de adopción:
"Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado“. En este contexto
puede decirse que la interpretación fundamentalista de las
Escrituras hace perder la primitiva fe de los apóstoles.
El adopcionismo pretende definir
el "ser" de Jesús como el de
aquel que, por naturaleza, es
puro hombre. En efecto, Jesús
siendo puro hombre fue
"adoptado" como Hijo de Dios
porque se habría hecho
merecedor de esta dignidad.
Frente a esta concepción, la
tradición cristiana sostiene que
Jesús es Hijo de Dios en forma
real y ontológica pero no por
adopción.
7) ARRIANISMO o SUBORDINACIONISMO: esta
herejía, que recibe su nombre del sacerdote alejandrino
Arrio (muerto en el 336), dividió la cristiandad de comienzos
del siglo IV, en partidos que se combatieron recíprocamente
con violencia. De hecho, el Arrianismo es un
subordinacionismo. Afirma que el Logos está sometido
esencialmente a Dios. Así, era totalmente imposible que
Cristo, el Logos encarnado, fuera realmente Hijo de Dios
con igualdad de ser. Sin negar la humanidad de Jesús, esta
herejía niega de una u otra manera su divinidad: Jesús
hombre verdadero pero no es Dios verdadero. A lo mucho
es un "cuasi-Dios" -el Logos como ser intermedio entre Dios
y la criatura-, pero no Dios.
El mérito de haber reconocido y
alejado el peligro arriano corresponde
al gran Atanasio, obispo de Alejandría
(295-373). Empalmando con el
principio del "intercambio" o "trueque"
introducido por Ireneo, no se cansó de
afirmar la divinidad de Jesús: "Dios se
hizo hombre para divinizarnos [...] se
reveló a sí mismo mediante un cuerpo
a fin de que pudiéramos reconocer al
Padre invisible; cargó con la
desvergüenza de los hombres para
que nosotros pudiéramos heredar la
inmortalidad" (De incarnatione 54).
En general, esta primera serie de herejías han encontrado
un intento de respuesta en el PRIMER CONCILIO
ECUMÉNICO:
NICEA - año 325 (principalmente contra los arrianos).
Como secretario del Concilio de Nicea, Atanasio contribuyó
decisivamente para que en dicho Concilio se proclamase
claramente la "consustancialidad" (omoou/sioj -
homoousios) del Padre y del Hijo: "Creemos [...] en un sólo
Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido unigénito del Padre,
es decir, de la sustancia del Padre, Dios de Dios, luz de luz,
Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho,
consustancial (omoou/sioj - homoousios) al Padre, por
quien todas las cosas fueron hechas, las que hay en el cielo
y en la tierra, que por nosotros los hombres y por nuestra
salvación descendió y se encarnó, se hizo hombre, padeció,
y resucitó al tercer día [...]" (DS 125/54).
Atanasio luchó por el reconocimiento del
Concilio de Nicea. Lo que a él le interesaba
era la salvación del hombre. Sólo si el Hijo
era realmente Dios, un ser con el Padre -por
consiguiente, eterno e inmortal-, podía
rescatar al hombre de la corrupción.
Ciertamente era necesario confesar la
consustancialidad del Hijo y del Padre, pero
con tal confesión, no se habían solucionado
todos los problemas cristológicos. Aquí
quedó sin aclarar cómo debía entenderse la
unión entre Dios y hombre en Jesucristo.
Las confrontaciones cristológicas decisivas
todavía no habían tenido lugar en la Iglesia,
aunque no tardarían en llegar.
8) MARCIONISMO: cuyo representante es Marción, afirma,
por una parte, que hay dos principios mutuamente
"independientes", uno es bueno y el otro es malo; por otra,
afirma también que el Dios del AT es distinto y ajeno al Dios
del NT, en cuanto que uno es el demiurgo malo y el otro es el
Dios bueno manifestado en Jesús; aunque no se niega la
"divinidad" de Jesús, se considera su "humanidad sólo
aparente" (= al docetismo).
9) ALOGOISMO: los álogos no admiten en Dios un Verbo
(Logos), rechazan el Apocalipsis y el Evangelio de San
Juan, en cuanto que en ellos se afirma que el Verbo (el
Logos) se hizo carne.
10) SABELIANISMO: esta herejía dice que en Dios hay "una
sola persona", el Padre. El Hijo no es sino otro nombre de la
misma persona. El nombre de "Hijo" se atribuye al Padre
después de haber tomado carne en las entrañas de la Virgen
(= modalismo). De verdad el Padre padeció, murió y resucitó
= Patripasionismo.
11) APOLINARISMO: la casi olvidada herejía de Apolinar,
amigo y compañero de lucha de Atanasio, tiene significación
en cuanto que pone en un primer plano el problema del "Dios
hombre" (la expresión fue creada por Orígenes). Apolinar
(muerto hacia el año 390) estaba de tal manera penetrado de
la divinidad de Cristo que afirmó que el Logos habría ocupado
en Jesús el lugar del alma humana o "nous". Se trata, en otras
palabras, de la herejía que niega en Cristo la existencia del
alma humana racional = Jesús no es hombre verdadero. Si el
Verbo hubiese tomado el alma humana, ésta hubiera podido
pecar porque su naturaleza es pecable. Las "consecuencias" de
esta herejía son: que en Cristo hay una sola naturaleza y una
sola voluntad, a saber, la divina; que Cristo redimió sólo la
carne humana, pero no el alma. Se niega, por tanto, el alma
humana racional en Cristo, la dualidad de naturaleza y la
eficacia de la redención.
12) MACEDONIANISMO: si
el Hijo no es Dios, tampoco el
Espíritu de Cristo es Dios. Se
niega la divinidad del Espíritu
Santo. También comparten los
mismos fundamentos con los
semi-arrianos.
13) SEMIARRIANISMO: es la herejía que, sin negar la
divinidad del Hijo ni su eterna generación del Padre, afirman
que él es simplemente semejante al Padre pero no
consustancial, es decir, no es de la misma sustancia ni
esencia
Esta segunda serie de herejías encuentra varias pistas de
solución en el SEGUNDO CONCILIO ECUMÉNICO
CONSTANTINOPLA - año 381 (principalmente contra
apolinar y los macedonianos). En este Concilio se condenó el
Apolinarismo. El argumento principal fue una consideración
soteriológica, es decir, que el Logos debe salvar a todo el
hombre, con cuerpo y alma. Para ello, era indispensable que
la Palabra eterna hubiera asumido un hombre completo
Gregorio Nazianceno, quien tuvo un papel
muy importante en el mismo Concilio: : "lo
que no es asumido, no es sanado; pero lo que
está unido con Dios, eso será también
salvado" (Carta 101). En realidad, estas frases
no pasaban de ser una nueva formulación del
conocido principio del "intercambio" o
"trueque", pero la claridad de su formulación
las hacía totalmente adecuadas para servir de
norma a la ortodoxia. Es de hacer notar que el
símbolo "Niceno-Constantinopolitano" cambia
en relación con el anterior, en lo que se
refiere al Espíritu Santo: "[...] Creemos en el
Espíritu Santo, Señor y vivificante, que
procede del Padre, y que juntamente con el
Padre y el Hijo es adorado y glorificado , que
habló por los profetas [...]" (DS 150/86).
14) NESTORIANISMO: Nestorio (hacia
los años 385-451), monje de origen
Persa, había estudiado teología en
Antioquía. Sus grandes dotes oratorias
movieron al emperador Teodosio II a
nombrarlo patriarca de Constantinopla
en el año 428. Se decía que Nestorio y
sus seguidores habían negado la "unidad
del hombre-Dios" y habían hablado de
"dos hijos", que se encontrarían unidos
en Cristo de una forma sólo moral. Se
remitió al Concilio de Efeso 431 que
había condenado a Nestorio como
"maestro impío" y lo separó de su sede
patriarcal de Constantinopla. En realidad,
parece que todo sucedió de manera
distinta.
Ya antes de que Nestorio llegara a
Constantinopla se había suscitado en la
comunidad la discusión en torno al uso
del título mariano de qeoto/coj -
theotokos (Madre de Dios). Muchos
monjes -formados en la teología
alejandrina y que simpatizaban con el
patriarca Cirilo de Alejandría (muerto
en el año 444)-, estaban a favor del
título qeoto/coj; otros, educados en su
mayoría en la teología antioquena,
estaban decididamente en contra
puesto que María sólo pudo engendrar
a un hombre - antropoto/coj. Nestorio
intentó adoptar una solución
intermedia y propuso que se llamara a
María "Madre de Cristo".
Esta propuesta bien intencionada echó a rodar la piedra.
Nestorio fue denunciado ante Cirilo de Alejandría y también
en Roma. Lo que vino a continuación forma parte de los
capítulos más enredados de la historia de los dogmas. La
tragedia de Nestorio consistió en que le alcanzaron
personalmente las cuestiones oscuras de una cristología
que para entonces no habían encontrado una solución
convincente ni de parte de la escuela alejandrina ni de
parte de la escuela antioquena.
A pesar de todas las circunstancias
desagradables que rodearon la
confrontación sostenida por Cirilo y
Nestorio, su enfrentamiento tuvo
repercusiones beneficiosas en el
desarrollo del dogma cristológico y en
la manifestación de los símbolos de fe.
15) DONATISMO: es considerada una
herejía en el ámbito cristológico en cuanto
que, al seguir criterios humanos
inconciliables con la praxis cristiana,
relativiza la validez del ejercicio ministerial
que Cristo entrega a su Iglesia. En
síntesis, podemos decir que los pecadores
no son miembros de la Iglesia, no
pertenecen a la Iglesia, y por tanto, todos
los bautizados, por ser pecadores -según
ellos-, deben ser "re-bautizados". Son
pecadores no sólo los que han cometido
un delito, sino también los que se
comunican con los delincuentes.
16) PRISCILIANISMO: Prisciliano defendió una cristología
con tinte gnóstico, dualísta y maniqueo, convirtiendo hechos
de Jesús en simples mitos. También fue acusado de
"practicar la magia"
17) HELVIDIONISMO: afirma que María, después de
haber concebido a Jesús "por obra del Espíritu Santo", tuvo
relaciones con San José y, por tanto, otros hijos. Jesús, en
su vida terrena, tuvo otros hermanos de sangre. San
Jerónimo se encargó de refutar estas aseveraciones por el
año 383: "Creemos que Dios nació de una Virgen porque lo
leemos; que María se casase después del parto no lo
creemos porque no lo leemos" (De perp. Virg. B.Mariae adv.
Helvid. 19)
18) TEOFOROISMO: es la herejía que
sostiene que Cristo es un hombre que
simplemente lleva en sí la divinidad
(teóforo = portador de Dios) y no es Dios
verdadero, es decir, afirma que nació
primeramente un hombre vulgar de María
y luego descendió sobre él el Verbo.
Un TERCER CONCILIO ECUMÉNICO que dio respuesta
a esta serie de herejías fue: