Psicologia Criminal
Psicologia Criminal
Psicologia Criminal
N D U
C O A L
IM I N
C R
Psicología viene del griego psique, psicológico y
logos, tratado, es el estudio o tratado de lo
psicológ ico. Para los antiguos griegos, lo psíquico o
lo anímico era, sin más, lo propio del ser corpóreo
con alma, es decir, con principio de vida de
cualquier clase.
Se define como la disciplina académica, profesión y
ciencia, que trata del estudio de los procesos
mentales y de la conducta del hombre y de los
animales, estudiando el comportamiento humano.
La psicopatología es el estudio de la conducta
anormal o del desorden mental, de ig ual
manera, alude al estudio de las causas y
procesos sig nificativos en el desarrollo de los
trastornos mentales.
No existen registros sobre las ideas concernientes a los trastornos psicológicos en la era prehistórica, pero existe
evidencias arqueológica misteriosa que data del 8000 a. C, durante la edad de piedra, cráneos con agujeros
taladrados. Además existe evidencia de que el hueso cicatrizaba cerca de los agujeros, lo que parece indicar que
el procedimiento era quirúrgico y que la gente sobrevivía a él.
Esta cirugía recibía el nombre de trepanación, era realizada como una forma de tratamiento de los
trastornos psicológicos. Teorizan que los individuos de la prehistoria pensaban que los espíritus diabólicos
que estaban atrapados dentro de la cabeza causaban la conducta anormal, y que la liberación de estos
espíritus haría que la persona regresara a la normalidad.
Otra interpretación es que la cirugía se utilizaba como tratamiento médico.
Esta práctica de la trepanación no término en la edad de piedra. También se practicó desde la antigüedad hasta
el siglo XVIII, con diversos propósitos que iban de lo mágico a lo médico.
Otra práctica que se usaba en la antigüedad era el alejamiento de los espíritus demoniacos por medio del
ritual del exorcismo; aunque era considerado como una cura a partir del conjuro de espíritus, los
procedimientos implicados en el exorcismo se asemejan más a una tortura para nuestros ojos
contemporáneos. A la persona poseída se le podía dejar hambrienta, azotarla, golpearla, y se le trataba de
otras formas extremas con la intención de alejar a los espíritus diabólicos. A algunos se les obligaba a
beber cosas desagradables e inclusive algunos eran ejecutados, ya que se les consideraba una carga y una
amenaza para sus vecinos.
Si una persona con un trastorno
mental diag nosticado como se
realiza en la actualidad hubiera
vivido en una época o en una cultura
donde se aplicara el exorcismo,
quizá sus síntomas habrían sido
interpretados como sig nos de
posesión demoniaca.
Grecia y Roma antiguas. El surgimiento del modelo científico.
A pesar de que sus teorías pueden parecer extrañas ahora, los primeros filósofos de Grecia establecieron los
fundamentos de un método sistemático para comprender los trastornos psicológicos, Hipócrates, a quien
muchos consideran el fundador de la medicina moderna, no solo se interesó en las enfermedades físicas sino
también en los problemas psicológicos. Consideraba que existían cuatro fluidos corporales importantes que
influían en la salud física y mental, la bilis negra, la bilis amarilla, la flema y la sangre.
El exceso de alguno de estos fluidos podría causar cambios en la conducta y provocaría que una persona se
sintiese deprimida, y un exceso de bilis amarilla provocaría que una persona se mostrase ansiosa e irritable,
demasiada flema resultaría en una tendencia a la calma, que quizá rayaría en indiferencia, la abundancia de
sangre causaría que una persona experimentara un estado de ánimo inestable.
Algunos de estos métodos podrían ser eficaces en el corto plazo, pero el problema general del crimen
persistiría.
Las soluciones que atacan lo que creemos que son las causas primordiales del crimen —como reducir la
desigualdad económica, mejorar las oportunidades de acceso a la educación u ofrecer tratamiento para
combatir el abuso de sustancias tóxicas— tienen mérito innegable, pero requieren de compromiso, energía y
recursos financieros públicos
El comportamiento criminal se considera un fenómeno muy complejo, y en ocasiones difícil de entender. Nuestro
enfoque es la perspectiva psicológica, aunque también describiremos otros puntos de vista. Sin embargo, es
importante destacar que no existe una explicación psicológica universal del crimen, al igual que sucede con las
explicaciones que brindan la sociología, la antropología, la psiquiatría, la economía o la historia. De hecho, es
poco probable que la sociología, la psicología o cualquier otra disciplina puedan formular “verdades” básicas
sobre el crimen sin la ayuda de otros campos de conocimiento y de diversas investigaciones bien diseñadas. La
criminología
— e l estudio científico del crimen— necesita toda la ayuda interdisciplinaria que pueda obtener para
explicar y controlar el comportamiento criminal.
Teorías del crimen.
Quienes creen en un mundo justo quizá piensen que un ladrón merecía una pena severa y que las víctimas no
protegieron su propiedad adecuadamente. Puesto que desde su punto de vista el mundo es un lugar justo, tal
vez piensen que una esposa golpeada provocó el maltrato. El hombre que envió un depósito de $500 para
luego reclamar una ganancia de un millón de dólares debería saberlo por experiencia: si algo parece
demasiado bueno para ser verdad, entonces seguramente no lo es.
El objetivo primordial de las teorías del crimen es identificar las causas o los precursores del comportamiento
criminal. Algunas teorías son amplias y generales, mientras que otras son estrechas y específicas. Básicamente,
las teorías del comportamiento criminal son enunciados que resumen un conjunto de hallazgos de
investigación. Y quizás (más importante) brindan orientación para futuras investigaciones. Sin embargo, si un
componente de una teoría es falseado o carece de fundamento, la teoría no necesariamente se rechaza de
forma rotunda, sino que puede modificarse o volverse a someter a prueba. Además, cada teoría del crimen
tiene implicaciones para las políticas públicas o para las decisiones que se toman en una sociedad con la
finalidad de prevenir el crimen.
Criminolog ía sociológ ica.
La criminología sociológica posee una rica tradición para examinar la relación entre la criminalidad y las
variables demográficas y grupales. Variables como edad, raza, género, estatus socioeconómico e identidad
étnico-cultural han demostrado tener relaciones significativas con ciertas categorías y patrones delictivos. Por
ejemplo, la criminología sociológica nos ha permitido concluir que los jóvenes, como grupo, están
sobrerrepresentados en los delitos no violentos contra la propiedad. Los varones jóvenes afroamericanos que
crecieron en entornos en desventaja están sobrerrepresentados como autores, pero también como víctimas de
homicidios.
Psicolog ia criminológ ica.
La psicología es la ciencia del comportamiento y de los procesos mentales. Por lo tanto, la psicología
criminológica es la ciencia del comportamiento y de los procesos mentales de quienes cometen
delitos.
Mientras que la criminología sociológica se enfoca primordialmente en los grupos y en la sociedad como un
todo, y en cómo influyen en la actividad delictiva, la psicología criminológica se enfoca en el
comportamiento criminal de los individuos; es decir, cómo se genera ese comportamiento, cómo se
provoca, se mantiene y se modifica
En la psicología del crimen, se consideran tanto las influencias sociales y de la personalidad sobre el
comportamiento criminal, como los procesos mentales que median ese comportamiento. La personalidad se
refiere a todas las influencias biológicas, los rasgos psicológicos y las características cognitivas del ser
humano que los psicólogos han identificado como importantes en la medicación y el control del
comportamiento.
Enfoque cog nitivo:
Las cogniciones se refieren a las actitudes, las creencias, los valores y los pensamientos que tienen las
personas con respecto al entorno social, las interrelaciones, la naturaleza humana y sobre sí mismas. En el
caso de los asesinos seriales, esas cogniciones a menudo están distorsionadas. Las creencias de que a los
niños se les debe disciplinar físicamente y con severidad, o que las víctimas en realidad no resultan dañadas
por un fraude o un delito contra la propiedad, son buenos ejemplos de cogniciones que pueden conducir a
actividad delictiva. Los prejuicios también son una cognición que implica distorsiones de la realidad social.
Éstos incluyen generalizaciones erróneas y simplificaciones exageradas
Enfoque biológ ico o neurológ ico.
El enfoque biológico a menudo se centra en la agresión y el comportamiento violento. Por ejemplo, los
neurólogos interesados en la criminología estudian hasta qué grado los daños, las deficiencias o las
anormalidades del cerebro podrían relacionarse con la conducta antisocial, en particular con el
comportamiento violento. Es probable que un traumatismo craneoencefálico (TCE), como el que alguien
podría sufrir en un accidente automovilístico, genere cambios en la personalidad, incluyendo un aumento
en la conducta agresiva
Enfoque de desarrollo:
Descubrir cómo se inicia y progresa el comportamiento criminal es sumamente importante. El enfoque de
desarrollo examina los cambios y las influencias a lo largo de la vida de una persona que podrían contribuir
a desencadenar el comportamiento antisocial o criminal; esos cambios e influencias comúnmente se
denominan “factores de riesgo”. Algunos ejemplos son nutrición deficiente, pérdida de alguno de los
padres, fracaso escolar muy temprano en la vida o habitar en una vivienda poco digna. Sin embargo, el
enfoque de desarrollo también busca “factores de protección”, o influencias que brindan a los individuos
una defensa frente a los factores de riesgo. Un adulto comprensivo que funja como mentor o el hecho de
contar con buenas habilidades sociales son ejemplos de factores de protección
Enfoque de los rasg os:
En el pasado, los psicólogos suponían que podían comprender mejor el comportamiento humano
buscando las disposiciones o los rasgos estables y consistentes de la personalidad que ejercen efectos
profundos y generalizados sobre la conducta. Un rasgo o una disposición es una tendencia
relativamente estable y duradera a comportarse de un modo particular, y que distingue a una persona
de otra. Por ejemplo, un individuo puede ser extrovertido y mostrar una tendencia consistente a
socializar y a conocer a otros individuos, mientras que otra persona quizá sea tímida e introvertida y
demuestre una tendencia a socializar sólo con amigos muy cercanos
Las teorías de los rasgos sostienen que la gente muestra un comportamiento consistente a lo largo del
tiempo y en distintos lugares, y que ese comportamiento caracteriza a la personalidad. Por consiguiente,
muchos psicólogos dedicados al estudio de la criminalidad suponían que deberían buscar los rasgos o las
variables de la personalidad subyacentes en el comportamiento criminal. Prestaban menos atención al
entorno o a la situación de la persona bajo estudio. Se pensaba que, una vez que se identificaran las
variables de la personalidad, sería posible determinar y predecir cuáles individuos tenían mayor
probabilidad de involucrarse en el comportamiento criminal.