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Bautiamo Elementos

El documento describe los símbolos utilizados en el sacramento del bautismo, incluyendo el agua, el crisma, el óleo de los catecúmenos, la vela, y la vestidura blanca. Explica brevemente el significado espiritual de cada uno de estos elementos.

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El documento describe los símbolos utilizados en el sacramento del bautismo, incluyendo el agua, el crisma, el óleo de los catecúmenos, la vela, y la vestidura blanca. Explica brevemente el significado espiritual de cada uno de estos elementos.

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Los símbolos del Bautismo

El bautismo, como todos los Sacramentos, implica el uso de


elementos materiales, palabras y canciones, gestos simbólicos y
signos no verbales que todos juntos dan a luz a esta celebración
preciosa e imprescindible en la vida de un cristiano.

En particular:
EL AGUA, tiene la función de purificar
al bautizando, lavar de su cuerpo y su
alma del pecado. Es el elemento
principal si no hay agua no hay
bautismo

El crisma sirven para consagrar y sancionar la


entrada del bautizando en la gran familia de la
Iglesia. Es un aceite perfumado y consagrado.
En el Bautismo se usa para ungir la cabeza del
bautizando, imprimiéndole una especie de
sello que lo consagra a su nuevo papel, como
Sacerdote, para participar del culto, como
Profeta, pues puede proclamar la palabra en
la Asamblea litúrgica y como Rey pues tiene la
capacidad de dar amor a través de las obras
de misericordia.
EL ÓLEO DE LOS CATECÚMENOS tiene una gran
importancia simbólica. De hecho, decreta la
investidura del bautizando como un luchador de la fe,
paladín de la cristiandad. No es coincidencia que en la
antigüedad el óleo solía ser utilizado por los atletas
para ungir a sus extremidades antes del entrenamiento
y por los luchadores para escapar del agarre de los
oponentes. Con el óleo de los catecúmenos, el
sacerdote traza una cruz en el pecho del bautizado.
Simboliza la fortaleza en la lucha contra las
tentaciones, una especie de escudo contra el pecado.

LA VELA que se entrega a los padres o


el padrino del bautizando simboliza a
Cristo, la luz del mundo, con la
esperanza de que Él ilumine al niño y
permita que aquellos que lo aman y
lo apoyan, lo acompañen en la fe. La
vela nueva representa al bautizado
que enciende la llama de la fe de
Cristo simbolizado en el Cirio Pascual

LA VESTIDURA BLANCA se entrega durante el


Bautismo como símbolo de una nueva vida, la
nueva dignidad que cubre el bautizado. La
vestidura blanca expresa la pureza del alma sin
mancha después del Bautismo, el cambio
profundo y la renovación interna, como
cristiano, que el sacramento ha traído a quien
lo recibió.
RITUAL DE LA CELEBRACIÓN DEL BAUTISMO DE NIÑOS

I. RITO DE ACOGIDA DE LOS NIÑOS

El sacerdote o el diácono recibe a los padres y padrinos y entabla


con ellos el siguiente diálogo.

Ministro: Hermanos: Con gozo habéis vivido en vuestra familia el


nacimiento de un niño. Con gozo venís ahora a la Iglesia a dar gracias
a Dios y celebrar el bautismo de vuestro hijo. Todos los aquí presentes
también nos alegramos con vosotros. Dispongámonos a participar
activamente en esta celebración.

Ministro: ¿Qué nombre habéis elegido para vuestro hijo?


Padres : N. (Los padres dicen el nombre del niño en voz alta)
Ministro: ¿Qué pedís a la Iglesia para vuestros hijo/a?
Padres : El bautismo.
Ministro: ¿Sabéis que al pedir el bautismo para vuestro hijo, os
obligáis a educarlo en la fe, para que este niño, guardando los
mandamientos de Dios, ame a Dios y al prójimo como
Cristo nos enseña en el evangelio?
Padres: Sí, lo sabemos.
Ministro: ¿Y vosotros, padrinos, estáis dispuestos a ayudar a los
padres en esta tarea?
Padrinos: Sí, estamos dispuestos.

El sacerdote o el diácono, a continuación, en nombre de la Iglesia,


acoge a los niños en la comunidad, haciendo la señal de la cruz la
frente diciendo:

Ministro: La comunidad cristiana te recibe con gran alegría, yo en


su nombre te signo con la señal de Cristo Salvador.

Y luego invita a los padres y padrinos a hacer lo mismo.


II. LITURGIA DE LA PALABRA

Todos se sientan para escuchar con atención la Palabra de Dios que


nos hablará de la vida nueva que Dios derramará hoy sobre estos
pequeños. Es muy importante escuchar con atención y respeto. Sigue
la homilía y finalmente, la oración de los fieles en la que la Iglesia
pide por los niños, por sus padres y por todos los cristianos. A cada
petición respondemos: Te rogamos óyenos.

Oración de los fieles


Ministro: Hermanos: Oremos ahora por este niño que va a ser
bautizado, por sus padres y padrinos, y por todo el pueblo santo de
Dios.
Lector:
1. Para que éste niño, al participar en el misterio de la muerte y
resurrección de Cristo, alcance nueva vida, y por el Bautismo se
incorpore a su Santa Iglesia. Roguemos al Señor.
Asamblea:
Te rogamos, óyenos
2. Para que el Bautismo y la Confirmación lo hagan fiel discípulo suyo,
que dé testimonio del
Evangelio en el mundo. Roguemos al Señor. A/
3. Para que a través de una vida santa llegue al Reino de los cielos.
Roguemos al Señor. A/
4. Para que los padres y padrinos sean ejemplo de fe viva para este
niño. Roguemos al Señor. A/
5. Para que Dios guarde siempre en su amor a ésta familia.
Roguemos al Señor. A/
6. Para que renueve en todos nosotros la gracia del Bautismo.
Roguemos al Señor. A/
7. Por la Iglesia universal. Roguemos al Señor. A/
8. Por las necesidades del mundo. Roguemos al Señor. A/
A esta oración se suman también los Santos, a los que
invocamos en las letanías de los santos, pidiendo su
protección sobre los nuevos cristianos.
Lo haremos respondiendo a cada invocación:

Ruega por nosotros

Ministro: Santa María, Madre de Dios,


Asamblea: Ruega por nosotros.
Ministro: San José, esposo de la Virgen, ruega por
nosotros
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
Santos Apóstoles Pedro y Pablo, rogad por nosotros.

Pueden añadirse los nombres de otros Santos, sobre todo


los que sean patronos del niño, de la iglesia o del lugar.
Ministro: San N., ruega por nosotros
Se termina así:
Ministro: Todos los Santos y Santas de Dios, rogad por
nosotros.
La Liturgia de la Palabra acaba con la Oración de
exorcismo y la Unción pre-bautismal con el óleo de los
catecúmenos en el pecho del niño, que expresa la
fortaleza que Dios nos da para combatir el pecado y el
mal de este mundo.

Oración de Exorcismo
Ministro: Dios todopoderoso y eterno, que has
enviado a tu Hijo al mundo, para librarnos del dominio
de Satanás, espíritu del mal, y llevarnos así, arrancados
de las tinieblas, al Reino de tu luz admirable; te pedimos
que este niño, lavado del pecado original, sea templo
tuyo, y que el Espíritu Santo habite en él. Por Cristo
nuestro Señor.
Asamblea: Amén.

Unción pre-bautismal

Ministro: Para que el poder de Cristo Salvador os


fortalezca, os ungimos con este óleo de salvación en el
nombre del mismo Jesucristo Señor nuestro que vive y
reina por los siglos.
Asamblea: Amén.
III. LITURGIA DEL SACRAMENTO
Bendición del Agua:
Seguidamente, se va procesionalmente al Baptisterio, en orden y
en silencio, o bien, si la asamblea es muy numerosa se dirigen al
presbiterio, donde habrá colocada una fuente bautismal.
Comenzamos bendiciendo el agua para que el poder del Espíritu
Santo descienda sobre ella, y los que se bauticen renazcan como
hijos de Dios.

Ministro: Oremos, hermanos, al Señor Dios todopoderoso, para


que conceda a este niño la vida nueva por el agua y el Espíritu
Santo.
Ministro: Te bendecimos, Padre misericordioso, porque de la
fuente del Bautismo hiciste brotar en nosotros la nueva vida de
hijos de Dios.
Asamblea: Bendito seas por siempre, Señor.
Ministro: Te bendecimos, Padre misericordioso, porque reúnes
en un solo pueblo, por el agua y el Espíritu
Santo, a todos los bautizados en tu Hijo Jesucristo.
Asamblea: Bendito seas por siempre, Señor.
Ministro: Te bendecimos, Padre misericordioso, porque nos
haces libres para gozar de tu vida con el
Espíritu Santo que infundes en nuestros corazones.
Asamblea: Bendito seas por siempre, Señor.
Ministro: Te bendecimos, Padre misericordioso, porque envías a
los bautizados para que anuncien con gozo a todos los pueblos el
Evangelio de Cristo.
Asamblea: Bendito seas por siempre, Señor.
El ministro toca el agua con la mano derecha y prosigue:
Ministro: Bendice, ahora, Señor, este agua, en la que van a ser
bautizados (N.) a quienes has llamado al baño de la regeneración
en la fe de tu Iglesia, para que tengan la visa eterna. Por Jesucristo
Nuestro Señor.
Asamblea: Amén.
RENUNCIAS Y PROFESIÓN DE FE
Ser cristiano significa querer vivir como Cristo: renunciar a todo lo que nos
aparta de Dios y profesar nuestra fe en Él, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Como vuestro hijo aún es pequeño, vosotros lo hacéis en su nombre y os
comprometéis a educarlo para que un día sea él quien tenga esta Fe.

Ministro: ¿Renunciáis al pecado para vivir en la libertad de los


hijos de Dios?
Padres y padrinos: Sí, renuncio.

Ministro: ¿Renunciáis a todas las seducciones del mal, para que


no os domine el pecado?
Padres y padrinos: Sí, renuncio.

Ministro: ¿Renunciáis a Satanás, padre y origen del pecado?


Padres y padrinos: Sí, renuncio.

Ministro: ¿Creéis en Dios Padre Todopoderoso Creador del cielo


y de la Tierra?
Padres y padrinos: Sí, creo.

Ministro: ¿Creéis en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que


nació de Santa María la Virgen, murió, fue sepultado, resucitó entre los
muertos y está sentado a la derecha del Padre?
Padres y padrinos: Sí, creo.

Ministro: ¿Creéis en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica,


en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida
eterna?
Padres y padrinos: Sí, creo.

Al escuchar la profesión de fe de los padres y padrinos, toda la asamblea,


que reconoce en lo que éstos han respondido la fe de toda la Iglesia,
responde:

Asamblea: Esta es nuestra fe, esta es la fe de la iglesia, que nos


gloriamos de profesar en Cristo Jesús, Señor nuestro. Amén.
BAUTISMO:
Llega el momento de bautizar al niño. El celebrante
pregunta a los padres y padrinos:

Ministro: ¿Queréis, por tanto, que


vuestro hijo (N.), sea bautizado en la fe de la Iglesia que
todos juntos acabamos de profesar?
Padres y padrinos: Sí, queremos.

Ahora los padres y padrinos se acercan a la fuente


bautismal y el celebrante derrama agua tres veces
sobre la cabeza del niño en diciendo:

Ministro: (Nombre del niño),

YO TE BAUTIZO
EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO,
Y DEL ESPÍRITU SANTO

En el agua, signo de vida, el sacerdote nos sumerge o


derrama agua tres veces, para expresar que el
Bautismo nos sumerge en la Vida Divina. Por el
Bautismo nos incorporamos a la muerte y resurrección
de Jesús, y con Él, morimos al pecado y renacemos a la
vida de Hijos de Dios.
UNCIÓN CON EL SANTO CRISMA:
Significa el don del Espíritu Santo. El que ha sido bañado y ha renacido,
ahora es consagrado, ungido para siempre a Cristo
Sacerdote, Profeta y Rey, que por la fuerza del Espíritu Santo,
impregnará toda su vida con el buen olor de Cristo.

Ministro: Dios todopoderoso, Padre de nuestro Señor Jesucristo,


que te ha liberado del pecado y dado nueva vida por el agua y el Espíritu
Santo, te consagre con el crisma de la salvación para que entres a formar
parte de su pueblo y seas para siempre miembro de Cristo, sacerdote,
profeta y rey.
Asamblea: Amén.

IMPOSICIÓN DE LA VESTIDURA BLANCA:


Ser bautizados es como ser revestidos de Cristo. Por eso, como signo
visible de la vida de resucitados que han recibido, se les pone a cada
niño un vestido blanco.

Ministro: N. eres ya nueva creatura y has sido revestido de Cristo.


Esta vestidura blanca sea signo de tu dignidad de cristiano. Ayudado por la
palabra y el ejemplo de los tuyos, consérvala sin mancha hasta la vida
eterna.
Asamblea: Amén.

ENTREGA DEL CIRIO:


Junto a la fuente bautismal está el cirio Pascual que representa a Cristo
Resucitado. El padre enciende una vela del mismo, signo de la luz de Cristo
que debe iluminar a este niño durante toda su vida.

Ministro: Recibid la luz de Cristo.

Entonces, el padre o el padrino enciende la vela del niño en el cirio


pascual. Seguidamente el sacerdote dice:

Ministro: A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar


esta luz. Que vuestro hijo, iluminado por Cristo, camine siempre como hijo
de la luz. Y perseverando en la fe, pueda salir con todos los Santos al
encuentro del Señor.
EFFETÁ:

Si al sacerdote le parece oportuno, puede añadir este rito que expresa


como por el Bautismo, el Espíritu Santo nos abre el entendimiento para oír
y acoger la Palabra de Dios y nos hace capaces de ser sus testigos. Tocando
con el dedo pulgar los oídos y la boca del niño, dice:

Ministro: El Señor Jesús, que hizo oír a los sordos y hablar a los
mudos, te conceda, a su tiempo, escuchar su Palabra y proclamar la fe, para
alabanza y gloria de Dios Padre.
Asamblea: Amén.

Conclusión del rito:


Después, a no ser que el Bautismo haya tenido lugar en el mismo presbiterio,
se va procesionalmente al altar llevando encendido el cirio del bautizado. Es
de desear que mientras se cante un cántico bautismal, por ejemplo.
Los que en Cristo habéis sido bautizados, de Cristo os habéis revestido.
Aleluya, aleluya.

Padre nuestro:
Volvemos junto al altar para rezar en nombre de los bautizados la oración de
los hijos de Dios. A medida que vayan creciendo, deberán aprender a rezarla
y a vivirla, de sus padres y padrinos y, así, ellos también podrán llamar a Dios
Padre nuestro, cuando un día participen de la Eucaristía.

Ministro: Hermanos, esto niños, que han renacido por medio del
Bautismo, se llaman y son hijos de Dios. Un día, recibirán la plenitud del
Espíritu Santo por medio de la confirmación. Aprenderán a llamar a Dios,
Padre, Invocándolo en la comunidad de los fieles, y se acercarán al altar del
Señor. Ahora en su nombre, sintiéndonos todos hijos de Dios, oremos como
el Señor nos enseñó:

Asamblea: Padre nuestro que estás en el cielo…


BENDICIÓN Y DESPEDIDA:

Finalmente el sacerdote bendice al Padre, a la madre, a los padrinos y a


todos los presentes

Ministro: El Señor todopoderoso, por su Hijo, nacido de María la Virgen,


bendiga a esta madre y alegre su corazón con la esperanza de la vida eterna,
alumbrada hoy en su hijo, para que del mismo modo que le agradece el fruto
de sus entrañas, persevere con él en constante acción de gracias. Por
Jesucristo nuestro Señor.
Asamblea: Amén.

Ministro: El Señor todopoderoso, dispensador de la vida temporal y la


eterna, bendiga a este padre, para que junto con su esposa sean los primeros
que de palabra y de obra, den testimonio de la fe ante su hijo, en Jesucristo
nuestro Señor.
Asamblea: Amén.

Ministro: El Señor todopoderoso, que nos ha hecho renacer a la vida eterna


por el agua y el Espíritu Santo, bendiga a estos fieles, para que siempre y en
todo lugar sean miembros vivos de su pueblo; y conceda la abundancia de su
paz a todos los aquí presentes, en Jesucristo nuestro Señor.
Asamblea: Amén.

Ministro: Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo,


descienda sobre vosotros y os acompañe siempre.
Asamblea: Amén.

Después de la bendición, oportunamente todos cantan un cántico apropiado


que exprese la alegría pascual y la acción de gracias, o el canto de la Virgen, el
Magníficat u otro apropiado.
RITO DE INICIACIÓN CRISTIANA DE ADULTOS RITO DE ADMISIÓN

Mientras los fieles, según la oportunidad, entonan un canto apropiado, el


sacerdote, revestido con los sagrados ornamentos, sale de la iglesia y se
dirige al atrio o bien en algún otro sitio adecuado de la iglesia, donde
espera el candidato con su padrino (o madrina).
El celebrante saluda con amabilidad al candidato, y le habla a él, a su
padrino y a todos los asistentes, mostrando el gozo y satisfacción de la
Iglesia.
Entonces el celebrante, vuelto hacia el candidato, le interroga:
CELEBRANTE: ¿qué pides a la Iglesia de Dios?
CANDIDATO: La fe.
CELEBRANTE: ¿Qué te otorga la fe?
CANDIDATO: La vida eterna.
CELEBRANTE: ¿Qué pides? ¿Qué quieres? ¿Para qué?
CANDIDATO: La gracia de Cristo, la entrada en la Iglesia, la vida eterna.
CELEBRANTE: Esta es la vida eterna, que conozcas al Dios verdadero y a su
enviado, Jesucristo. Él, resucitado de entre los muertos, ha sido constituido
por Dios dueño de la vida y Señor de todo el universo, visible e invisible.
Pero no nos pedirías hoy esta vida juntamente con el Bautismo, si no
conocieras ya a Cristo y quisieras hacerte su discípulo. ¿Has oído antes sus
palabras? ¿Quieres guardar sus mandamientos? ¿Estás unido
fraternalmente a la comunidad y has tomado parte en sus oraciones?
Finalmente, ¿has cumplido todo esto, para hacerte cristiano?
CANDIDATO:– Sí, lo he cumplido.
CELEBRANTE: Tú, que vienes como padrino (madrina) de este candidato,
¿juzgas, en presencia de Dios, que es digno de que se le admita hoy a los
sacramentos de la iniciación cristiana?
Padrino: Sí, le juzgo digno.
CELEBRANTE: ¿Estás dispuesto a continuar ayudando con tu palabra y con tu
ejemplo a tu ahijado(a) del que has dado testimonio, a fin de que prosiga en
el ser- vicio de Cristo?
Padrino: Estoy dispuesto.
CELEBRANTE: oremos.
Te damos gracias, Padre misericordioso, por estos jóvenes a quienes
ayudaste de muchas maneras para que te buscaran, y hoy, ante la Iglesia,
responden a tu llamada. Concédele, pues, benignamente, que logren llegar
con alegría a la plena realización de tu designio de amor.
Por Jesucristo nuestro Señor. Todos: Amén.
Entrada a la Iglesia

CELEBRANTE: Entra a la iglesia para que tengas parte con nosotros en la


mesa de la Palabra de Dios.
GUÍA - Y el candidato con su padrino (madrina) entran a la Iglesia.
CANTO

LITURGIA DE LA PALABRA

GUÍA: Después del rito de admisión del catecúmeno procedemos a la liturgia


de la Palabra que entra procesionalmente.
(Los catequistas llevan Procesionalmente la Palabra de Dios).

Lecturas y Homilía
Primera lectura
GUÍA: “Sal de tu tierra y ven a la tierra que te mostraré”.

Escuchamos la primera
Lectura del Libro del Génesis Génesis 12,
1-4a
En aquellos días, el Señor dijo a Abrahám:
-«Sal de tu tierra y de la casa de tu padre, hacia la tierra que te mostraré.
Haré de ti un gran pueblo, te bendeciré, haré famoso tu nombre, y será una
bendición. Bendeciré a los que te bendigan, maldeciré a los que te maldigan.
Con tu nombre se bendecirán todas las familias del mundo.»
Abraham marchó, como le había dicho el Señor. Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 32, 4-5. 18-19. 20 y
22 (R.: 22)

R. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo


esperamos de ti.
La palabra del Señor es sincera, y todas sus acciones son leales; él ama la
justicia y el derecho, y su misericordia llena la tierra. R.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles, en los que esperan en su
misericordia, para librar sus vidas de la muerte y reanimarlos en tiempo de
hambre. R.
Nosotros aguardamos al Señor: él es nuestro auxilio y escu- do. Que tu
misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. R.
Segunda lectura
GUÍA: Dios nos llama y nos ilumina. Escuchemos la segunda lectura.
 
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo

1, 8b-10
 
Querido hermano
Toma parte en los duros trabajos del Evangelio,
según la fuerza de Dios.
Él nos salvó y nos llamó a una vida santa, no
por nuestros méritos, sino porque, desde tiempo
inmemorial, Dios dispuso darnos su gracia, por
medio de Jesucristo; y ahora, esa gra- cia se ha
manifestado al aparecer nuestro Salvador
Jesucris- to, que destruyó la muerte y sacó a la
luz la vida inmortal, por medio del Evangelio.
Palabra de Dios.
 
Aleluya cantado
 
Evangelio
 
Lectura del santo
evangelio según san
Mateo

  17, 1-9
 
En aquel tiempo, Jesús
tomó consigo a
Pedro, a Santiago y a su
hermano Juan y se
los llevó aparte a una
montaña alta.
Se transfiguró delante de
ellos, y su rostro
resplandecía
como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como
la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando
con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús:
-«Señor, ¡qué bien se está aquí! Si quieres, haré tres
Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de
espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo:
-«Levantaos, no temáis.»
Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó:
«No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del hombre
resucite de entre los muertos.»
Palabra del Señor.
Homilía.

SÚPLICAS Y RITO PENITENCIAL La realizan personas que ya han


sido bautizadas.

CELEBRANTE: oremos por estos queridos candidatos, que


piden los sacramentos de Cristo, y también por nosotros
pecadores, para que, acercándonos a Cristo con corazón
creyente y penitente, caminemos sin desmayo en la
renovación de la vida.
Guía: A cada súplica respondemos: Te lo pedimos Señor
Lector 1: Para que en todos nosotros se digne renovar y
encender el sentido de la verdadera penitencia, roguemos
al Señor.
Lector 2: Para que los que hemos muerto al pecado por el
Bautismo, salvados por
Cristo, podamos mostrar su gracia, roguemos al Señor.
Lector 1: Para que este siervo, que confía en la misericordia
de Dios con corazón arrepentido, se disponga a salir al
encuentro de Cristo Salvador, roguemos al Señor.
Lector 2: Para que siguiendo a Cristo, que quita el
pecado del mundo, sane del contagio de este
pecado y rompa todas sus ataduras, roguemos al
Señor.
Lector 1: Para que sea purificado por el Espíritu
Santo y bajo su guía sea dirigido a
la santidad plena, roguemos al Señor.
Lector 2: Para que consepultado con Cristo por el
sacramento del Bautismo, muera al pecado y
siempre viva para Dios, roguemos al Señor.
Lector 1: Para que acercándose al Padre, produzca
frutos de santidad y caridad, roguemos al Señor.
Lector 2: Para que el mundo entero, en favor del
cual el Padre entregó a su amado
Hijo, crea en su amor y a él se convierta, roguemos
al Señor.

GUÍA: Los catecúmenos se ponen de rodillas y


todos los acompañamos diciendo: Todos: Yo
confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes,
hermanos, que he pecado mucho de pensamiento,
palabra, obra y omisión. Por mi culpa, por mi culpa,
por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María,
siempre Virgen, a los ánge- les, a los Santos, y a
ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante
Dios, nuestro Señor.
ORACIÓN DEL EXORCISMO Y UNCIÓN DEL
CATECÚMENO

CELEBRANTE: Señor Dios todopoderoso, que


enviaste a tu Hijo único para que el hombre, esclavo
del pecado, alcance la libertad de tus hijos,
humildemente te rogamos por este siervo tuyo, que
ha experimentado los halagos de este mundo
y las tentaciones del diablo y ahora reconoce en tu
presencia sus pecados; por la pasión y resurrección
de tu Hijo arráncalo del poder de las tinieblas y,
fortalecido con la gracia de Cristo, guárdalo a lo largo
del camino, de la vida.
Por Jesucristo nuestro Señor. / T: Amén.

GUÍA: En estos momentos el celebrante se dispone a


ungir a los candidatos con el Óleo de los
catecúmenos en ambas manos, imponiendo las
manos en silencio sobre cada candidato, después de
cada unción.

CELEBRANTE: Para que el poder de Cristo Salvador


te fortalezca, te ungimos con este óleo de salvación
en el nombre del mismo Jesucristo, Señor nuestro,
que vive y reina por los siglos de los siglos. /
Candidato: Amén.

Canto
CELEBRACIÓN DEL BAUTISMO

GUÍA: El candidato con su padrino (madrina) se acerca entonces a la


fuente bautismal.

CELEBRANTE: Queridos hermanos, pidamos con insistencia la


misericordia de Dios Padre omnipotente en favor de estos siervos de
Dios NNN ( los nombres), que piden el santo Bautismo. Y a quienes
llamó y ha conducido hasta este momento, le conceda con abundancia
luz y vigor para
abrazarse a Cristo con fortaleza de corazón y para profesar la fe de la
Iglesia. Y que le conceda también la renovación del Espíritu Santo, que
con insistencia vamos a invocar sobre esta agua.

BENDICIÓN DEL AGUA


CELEBRANTE:
oh Dios, que realizas en tus sacramentos obras admirables con tu
poder invisible, y de diversos modos te has servido de tu criatura el
agua para significar la gracia del Bautismo.

oh Dios, cuyo Espíritu, en los orígenes del mundo, se cernía sobre


las aguas, para que ya desde entonces concibieran el poder de
santificar.

oh Dios, que incluso en las aguas torrenciales del diluvio


prefiguraste el nacimiento de la nueva humanidad, de modo que
una misma agua pusiera fin al pecado y diera origen a la santidad.

oh Dios, que hiciste pasar a pie enjuto por el Mar Rojo a los hijos
de Abrahán, para que el pueblo liberado de la esclavitud del Faraón
fuera imagen de la familia de los bautizados.
oh Dios, cuyo Hijo, al ser bautizado por Juan en el agua del
Jordán, fue ungido por el Espíritu Santo; colgado en la cruz,
vertió de su costado agua, junto con la sangre;
y después de su resurrección mandó a sus apóstoles: «Id y
haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo».
-Mira ahora a tu Iglesia en oración y abre para ella la fuente
del Bautismo. Que esta agua reciba, por el Espíritu Santo, la
gracia de tu Unigénito, para que el hombre, creado a tu
imagen y limpio en el Bautismo, muera al hombre viejo y
renazca, como niño, a nueva vida por el agua y el Espíritu
Santo.
- El celebrante toca el agua con la mano derecha y
prosigue:
Te pedimos, Señor, que el poder del Espíritu Santo, por tu
Hijo, descienda sobre el agua de esta fuente, para que los
sepultados con Cristo en su muerte por el Bautismo, resuci-
ten con él a la vida. Por Jesucristo nuestro Señor. /
T: Amén

RENUNCIAS
CELEBRANTE: ¿Renuncias al pecado, para vivir en la libertad de los
hijos de Dios?
CANDIDATO: Sí, renuncio.
CELEBRANTE: ¿Renunciáis a las seducciones del mal, para que no
domine en ti el pecado?
CANDIDATO: Sí, renuncio.
CELEBRANTE: ¿Renunciáis a Satanás, padre y príncipe del pecado?
CANDIDATO: Sí, renuncio.
PROFESIÓN DE FE

CELEBRANTE: ¿Crees en Dios, Padre todopoderoso, creador


del cielo y de la
tierra?
CANDIDATO: Sí, creo.
CELEBRANTE: ¿Crees en Jesucristo, su único Hijo, nuestro
Señor, que nació de santa María Virgen, murió, fue
sepultado, resucitó de entre los muertos y está sentado a la
derecha del Padre?
CANDIDATO: Sí, creo.
CELEBRANTE: ¿Crees en el Espíritu Santo, en la Santa
Iglesia católica, en la comunión de los Santos, en el perdón
de los pecados, en la resurrección de la carne y en la vida
eterna?
CANDIDATO: Sí, creo.
GUÍA: En estos momentos se procede al Rito del Bautismo.

CELEBRANTE: NN, yo te bautizo en el nombre del Padre


Le sumerge o derrama el agua por primera vez
y del Hijo

Le sumerge o derrama el agua por segunda vez


y del Espíritu Santo.
Le sumerge o derrama el agua por tercera vez

El padrino o la madrina, o ambos, tocan al que se bautiza.


CANTO O MÚSICA
IMPOSICIÓN DE LA VESTIDURA BLANCA

CELEBRANTE: Eres ya nueva criatura y has sido revestido de


Cristo; recibe, pues, la blanca vestidura, que has de llevar
limpia de mancha ante el tribunal de nuestro Señor
Jesucristo, para alcanzar la vida eterna.

BAUTIZADO: Amén.
GUÍA: El padrino (madrina) impone al neófito la vestidura
blanca.
CANTO O MÚSICA DE FONDO

ENTREGA DEL CIRIO ENCENDIDO

CELEBRANTE: Acércate, padrino (madrina), para que


entregue la luz al neófito.
GUÍA: Se acerca el padrino (madrina) y enciende un cirio
en el cirio pascual, y se lo entrega al neófito.

CELEBRANTE: Has sido transformado en luz de Cristo.


Camina siempre como hijo de la luz, a fin de que,
perseverando en la fe, puedas salir con todos los santos
al encuentro del Señor. Bautizado: Amén. Canto
CELEBRACIÓN DE LA CONFIRMACIÓN (Esto
lo hace el presbítero autorizado)
CELEBRANTE: Regenerado ya en Cristo y transforma- do
en miembro suyo y de su pueblo sacerdotal, ahora sólo te
falta recibir el Espíritu Santo, que ha sido derramado sobre
nosotros, el mismo Espíritu que envió el Señor sobre los
Apóstoles el día de Pentecostés, y que ellos y sus sucesores
confieren a los bautizados. Tú, pues, recibirás igualmente la
fuerza prometida del Espíritu Santo, con la que, configurado
más perfectamente a Cristo, des testimonio de la pasión y
resurrección del Señor, y te hagas miembro activo de la
Iglesia, para edificar el Cuerpo de Cristo en la fe y en la
caridad.

CELEBRANTE: oremos, queridos hermanos, a Dios Padre


omnipotente, para que derrame bondadosamente sobre
este neófito el Espíritu Santo, que le confirme con la
abundancia de sus dones, y con su unción le haga conforme
a Jesucristo, Hijo de Dios.
Y todos oran en silencio durante algunos momentos.

CELEBRANTE: Dios todopoderoso, Padre de nuestro Se- ñor


Jesucristo, que regeneraste, por el agua y el Espíritu Santo, a
este siervo tuyo y lo libraste del pecado, escucha nuestra
oración y envía sobre él el Espíritu Santo Paráclito; llénalo
de espíritu de sabiduría y de inteligencia, de espíritu de
consejo y de fortaleza, de espíritu de ciencia y de piedad, y
cólmalo del espíritu de tu santo temor. Por Jesucristo
nuestro Señor. R/. Amén.
GUÍA: En estos momentos el que se va a confirmar se acerca
al celebrante. El padrino, por su parte, (o la madrina) pone la
mano derecha sobre el hombro del que se va a confirmar, y
dice el nombre de éste al celebrante.

CELEBRANTE: Recibe por esta señal el Don del Espíritu


Santo.

CONFIRMADO: Amén.

CELEBRANTE: La paz sea contigo.

CONFIRMADO: Y con tu espíritu.

CANTO APROPIADO
CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA

Oración Universal La realizan los neófitos

1. Por la Santa Iglesia de Dios para que el Señor la siga


llenando de su Espíritu de santidad y así la extensión
del Reino se propague por todo el orge. Roguemos al
Señor. R/. Te lo pedimos Señor

2. Por el Santo Padre Benedicto XVI y los obispos para que


continúen derraman- do por el mundo entero el amor
de Dios manifestado en una caridad solícita. Roguemos
al Señor. R/. Te lo pedimos Señor

3. Por nuestra Patria para que los gobernantes busquen el


bien del pueblo y hallándolo encuentren ellos la paz
que viene de lo Alto. Roguemos al Señor. R/. Te lo
pedimos Señor

4. Por nuestras familias, para que renovadas por esta


celebración sepamos hacer realidad, lo que hoy, Jesús
de Nazaret nos ha revelado. R/. Te lo pedimos Señor

5. 5. Por nosotros, que ya, oficialmente somos


miembros de la Iglesia para que nuestra vida sea según
las enseñanzas de Jesucristo. . R/. Te lo pedimos Señor

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