Contratos Mercantiles Capitulo 1
Contratos Mercantiles Capitulo 1
Contratos Mercantiles Capitulo 1
MERCANTILES
CAPITULO 1.- OBLIGACIONES CIVILES Y MERCANTILES
La Ley
Contrato (especie del convenio)
Convenio: (sentido amplio) Es el acuerdo de dos o mas voluntades para crear, transferir,
modificar o extinguir derechos y obligaciones.
Contrato: Acuerdo de dos o mas voluntades para crear y/o transmitir derechos y
obligaciones
Declaración unilateral de voluntad
Responsabilidad civil es la necesidad de reparar los daños y perjuicios causados a otro por
un hecho ilícito o por la creación de un riesgo.
Ley
Leyes especiales
Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito
Ley General de Sociedades Mercantiles
Ley de Instituciones de Crèdito
Ley sobre el Contrato de Seguro
Criterios de distinción de obligaciones
mercantiles con las civiles
1.- La calidad de los sujetos. (Artículo 3ª CC)
Artículo 4o.- Las personas que accidentalmente, con o sin establecimiento fijo, hagan
alguna operación de comercio, aunque no son en derecho comerciantes, quedan sin
embargo, sujetas por ella a las leyes mercantiles. Por tanto, los labradores y fabricantes, y
en general todos los que tienen planteados almacén o tienda en alguna población para el
expendio de los frutos de su finca, o de los productos ya elaborados de su industria, o
trabajo, sin hacerles alteración al expenderlos, serán considerados comerciantes en cuanto
concierne a sus almacenes o tiendas.
Criterios de distinción de obligaciones
mercantiles con las civiles
2.- Acto de comercio (articulo 75 CC)
I.- Todas las adquisiciones, enajenaciones y alquileres verificados con propósito de especulación
comercial, de mantenimientos, artículos, muebles o mercaderías, sea en estado natural, sea
después de trabajados o labrados;
II.- Las compras y ventas de bienes inmuebles, cuando se hagan con dicho propósito de
especulación comercial;
III.- Las compras y ventas de porciones, acciones y obligaciones de las sociedades mercantiles;
IV.- Los contratos relativos y obligaciones del Estado ú otros títulos de crédito corrientes en el
comercio;
V.- Las empresas de abastecimientos y suministros;
VI.- Las empresas de construcciones, y trabajos públicos y privados;
VII.- Las empresas de fábricas y manufacturas;
Criterios de distinción de obligaciones
mercantiles con las civiles
2.- Acto de comercio (articulo 75 CC)
Artículo 1050.- Cuando conforme a las disposiciones mercantiles, para una de las partes que
intervienen en un acto, éste tenga naturaleza comercial y para la otra tenga naturaleza civil la
controversia que del mismo se derive se regirá conforme a las leyes mercantiles
Suprema Corte de Justicia de la Nación Registro digital: 2008076, Instancia: Primera Sala, Décima Época, Materias(s): Civil, Tesis: 1a./J. 73/2014 (10a.), Fuente:
Gaceta del Semanario Judicial de la Federación. Libro 13, Diciembre de 2014, Tomo I, página 122, Tipo: Jurisprudencia
COMPRAVENTA DE BIENES INMUEBLES. PROCEDE LA VÍA MERCANTIL PARA DIRIMIR CONTROVERSIAS DERIVADAS DE LA
CELEBRACIÓN DE LOS CONTRATOS RELATIVOS CUANDO PARA UNO DE LOS CONTRATANTES EL ACUERDO DE VOLUNTADES SEA DE
NATURALEZA COMERCIAL. En términos de los artículos 371, 1049 y 1050 del Código de Comercio, los conflictos surgidos del cumplimiento de contratos de
compraventa de inmuebles celebrados con el propósito de especulación comercial deben dirimirse en la vía mercantil, no obstante que para uno de los contratantes
dicho acuerdo de voluntades sea de naturaleza civil (actos de naturaleza mixta). Lo anterior es así, en virtud de que la compraventa de bienes inmuebles tiene una
naturaleza mercantil para el contratante que celebró el acuerdo de voluntades con el propósito de especulación comercial; de ahí que si el citado artículo 1050 es
contundente en disponer que cuando, conforme a las disposiciones mercantiles, para una de las partes que intervienen en un acto, éste tenga naturaleza comercial y
para la otra la tenga civil, la controversia que de éste derive se regirá conforme a las leyes mercantiles, el juzgador debe atender a dicha disposición.
Contradicción de tesis 170/2014. Entre las sustentadas por el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito y el Primer Tribunal Colegiado del
Décimo Quinto Circuito. 15 de octubre de 2014. La votación se dividió en dos partes: mayoría de tres votos por la competencia. Disidente: José Ramón Cossío
Díaz. Unanimidad de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez
Ortiz Mena, en cuanto al fondo. Ausente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretaria: Mireya Meléndez Almaraz.
El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Segundo Circuito, al resolver el juicio de amparo directo 435/2012, que dio origen a la tesis aislada II.3o.C.5 C
(10a.), de rubro: "COMPRAVENTA. LA VÍA PROCEDENTE PARA VENTILAR LA CONTROVERSIA DERIVA DE DICHO CONTRATO, CUANDO LA
VENDEDORA DECLARA SER UNA PERSONA MORAL CON ACTIVIDAD EMPRESARIAL, ES LA ORDINARIA MERCANTIL, AUNQUE PARA UNA
DE LAS PARTES SEA UN ACTO CIVIL.", publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XX, Tomo 3, mayo de 2013,
página 1758, con número de registro digital: 2003505, y el Primer Tribunal Colegiado del Décimo Quinto Circuito, al resolver el juicio de amparo directo 74/2012,
que dio origen a la tesis aislada XV.1o.1 C (10a.), de rubro: "COMPRAVENTA DE INMUEBLES. SI LA ADQUISICIÓN TIENE COMO FIN SU USO, DEBE
CONSIDERARSE DE NATURALEZA CIVIL, CON INDEPENDENCIA DE QUE EL VENDEDOR SE DEDIQUE AL COMERCIO DE ESE TIPO DE
BIENES.", publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro XV, Tomo 2, diciembre de 2012, página 1293, con número de
registro digital: 2002253.
Tesis de jurisprudencia 73/2014 (10a.). Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en sesión de fecha cinco de noviembre de dos mil catorce.
Esta tesis se publicó el viernes 05 de diciembre de 2014 a las 10:05 horas en el Semanario Judicial de la Federación y, por ende, se considera de aplicación
obligatoria a partir del lunes 08 de diciembre de 2014, para los efectos previstos en el punto séptimo del Acuerdo General Plenario 19/2013.
1.2.- LOS USOS Y LAS COSTUMBRES
MERCANTILES COMO FUENTE DE OBLIGACIONES
Una costumbre mercantil es una practica aceptada en un sector económico, de forma uniforme, reiterada y publica.
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Registro digital: 165365, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Novena Época, Materias(s): Civil,
Tesis: I.4o.C.254 C, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XXXI, Enero de 2010, página 2267, Tipo: Aislada
Amparo directo 89/2009. Xtra textil, S.A. de C.V. 5 de marzo de 2009. Unanimidad de votos. Ponente: Leonel Castillo González. Secretario: Jaime
Murillo Morales.
1.3 Reglas de Interpretación de los contratos
En aquellos casos en que al celebrarse un contrato, discrepa la voluntad real o interna de las partes
con la que aparece externada. Los contratantes dicen que NO se traduce al exterior fielmente la
voluntad de ellos.
Teorías de interpretación
Teoría de la voluntad real o interna. Si la voluntad de las partes es el “alma” del contrato,
habrá sin duda que atender a ella.
Artículo 1851. Si los términos del contrato son claros y no dejan duda sobre la intención de
los contratantes, se estará al sentido literal de sus cláusulas. Si las palabras parecieran
contrarias a la intención evidente de los contratantes, prevalecerá ésta sobre aquellas.
CONTRATOS. PARA DETERMINAR LA VERDADERA INTENCIÓN DE LOS CONTRATANTES ES NECESARIO ANALIZAR CONJUNTAMENTE
EL SENTIDO DE SUS CLÁUSULAS, LA NATURALEZA Y EL OBJETO DEL CONSENSO DE VOLUNTADES AL CELEBRAR EL ACTO
JURÍDICO.
Con base en las reglas de interpretación de los contratos, previstas en los artículos 1851 a 1857 del Código Civil Federal y especialmente en lo establecido en los
dispositivos 1851, segundo párrafo, 1852, 1853 y 1855, de los que se desprende que la intención de los contratantes es la que debe prevalecer en un pacto por
sobre cualquier cosa; se concluye que cuando existen cláusulas que aparentemente establecen una situación determinada, pero en realidad se refieren a otra muy
distinta, resulta necesario, para desentrañar la verdadera intención de los contratantes, considerar, además del sentido que resulte del análisis conjunto de las
cláusulas, la naturaleza y el objeto del consenso de voluntades al celebrar el acto jurídico, pues ello proporcionará mayor claridad sobre la finalidad del acuerdo y
por consecuencia, de la forma en que los interesados se propusieron contratar.
Amparo directo 796/2006. Pemex Exploración y Producción. 25 de enero de 2007. Unanimidad de votos. Ponente: Julio César Vázquez-Mellado García.
Secretaria: Alicia Ramírez Ricárdez.
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Registro digital: 180917, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Novena Época, Materias(s): Civil, Tesis: I.4o.C. J/18, Fuente:
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XX, Agosto de 2004, página 1430, Tipo: Jurisprudencia
CONTRATOS. INTERPRETACIÓN. LA CONDUCTA QUE OBSERVAN LAS PARTES FRENTE A LAS OBLIGACIONES CONTRAÍDAS ES ELEMENTO
FUNDAMENTAL.
La conducta observada por las partes antes, durante y en la fase de ejecución del contrato, posee un valor relevante como medio de su interpretación, en razón del principio de
coherencia y continuidad del contrato. Para acudir a dicho medio, es necesario que los actos de las partes tengan relevancia en relación con la voluntad contractual que de ellas ha de
deducirse y con el sentido del contrato. Es menester, además, que esos actos sean comunes, o que, si se ejecutan por una sola parte, exista la aceptación expresa o tácita de la otra. Este
"comportamiento interpretativo" arroja luz sobre la verdadera intención de los contratantes respecto a los alcances que quisieron dar al compromiso a cuyo cumplimiento quedaron
sujetos. Acorde con ello, el artículo 1851 del Código Civil del Distrito Federal, contenido dentro del apartado de interpretación de los contratos, establece en su segundo párrafo, que:
"Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de los contratantes, prevalecerá ésta sobre aquéllas.". Este precepto confirma la superioridad del elemento intencional, que
ha de prevalecer sobre las palabras y sobre lo cual la conducta de las partes durante la vigencia del contrato es una valiosa fuente de interpretación.
Amparo directo 5224/2001. Banco del Atlántico, S.A., Institución de Banca Múltiple. 24 de mayo de 2002. Unanimidad de votos. Ponente: Marco Antonio Rodríguez Barajas.
Secretaria: Leticia Araceli López Espíndola.
Amparo directo 10244/2002. Miguel González Larriba. 20 de enero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Gilda Rincón Orta. Secretario: Ramiro Ignacio López Muñoz.
Amparo directo 4044/2003. Banco Nacional de México, S.A. 30 de abril de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Walter Arellano Hobelsberger. Secretario: Enrique Cantoya Herrejón.
Amparo directo 15584/2003. Sergio Linares Van Hasselt. 19 de enero de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Walter Arellano Hobelsberger. Secretario: Enrique Cantoya Herrejón.
Amparo directo 16284/2003. Linda Yasmín Rich Rodríguez. 2 de febrero de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Gilda Rincón Orta. Secretaria: Carmina S. Cortés Pineda.
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Registro digital: 197153, Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito, Novena Época,
Materias(s): Civil, Tesis: IV.4o.2 C, Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo VII, Enero de 1998, página
1075, Tipo: Aislada
Al establecer el artículo 1851 del Código Civil para el Distrito Federal, idéntico al 1748 del Código Civil de Nuevo León, que si
los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre la intención de los contratantes, se estará al sentido literal de sus
cláusulas, y si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente, prevalecerá ésta sobre aquéllas, ha reconocido el principio
de que la interpretación de los contratos debe limitarse a los casos en que se hace necesaria, porque si los términos del contrato son
claros, la interpretación no tiene razón de ser, pues se entiende que en aquellos términos está precisamente la voluntad de los
contratantes; de ahí que siendo clara la letra de un contrato, no cabe, con pretexto de su interpretación, alterar o cambiar su sentido
literal.
Amparo directo 200/97. Grupo Nacional Provincial, S.A. 28 de octubre de 1997. Unanimidad de votos. Ponente: Abraham S.
Marcos Valdés. Secretaria: María Isabel González Rodríguez.
Véase: Semanario Judicial de la Federación, Quinta Época, Tomo CXXII, página 145, tesis de rubro: "CONTRATOS,
INTERPRETACIÓN DE (LEGISLACIÓN DE COAHUILA).".