Los sacramentos son siete ritos instituidos por Cristo que son signos visibles de la gracia de Dios y mediante los cuales los cristianos pueden experimentar su presencia. Estos incluyen los sacramentos de iniciación cristiana (Bautismo, Eucaristía y Confirmación), los sacramentos de curación (Reconciliación y Unción de los enfermos), y los sacramentos de vocación o servicio a la comunidad (Orden sacerdotal y Matrimonio).
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Los sacramentos son siete ritos instituidos por Cristo que son signos visibles de la gracia de Dios y mediante los cuales los cristianos pueden experimentar su presencia. Estos incluyen los sacramentos de iniciación cristiana (Bautismo, Eucaristía y Confirmación), los sacramentos de curación (Reconciliación y Unción de los enfermos), y los sacramentos de vocación o servicio a la comunidad (Orden sacerdotal y Matrimonio).
Los sacramentos son siete ritos instituidos por Cristo que son signos visibles de la gracia de Dios y mediante los cuales los cristianos pueden experimentar su presencia. Estos incluyen los sacramentos de iniciación cristiana (Bautismo, Eucaristía y Confirmación), los sacramentos de curación (Reconciliación y Unción de los enfermos), y los sacramentos de vocación o servicio a la comunidad (Orden sacerdotal y Matrimonio).
Los sacramentos son siete ritos instituidos por Cristo que son signos visibles de la gracia de Dios y mediante los cuales los cristianos pueden experimentar su presencia. Estos incluyen los sacramentos de iniciación cristiana (Bautismo, Eucaristía y Confirmación), los sacramentos de curación (Reconciliación y Unción de los enfermos), y los sacramentos de vocación o servicio a la comunidad (Orden sacerdotal y Matrimonio).
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LOS SACRAMENTOS
Los sacramentos son 7 y fueron instituidos por
Cristo. Son signos sagrados visibles de realidades invisibles en los que los cristianos podemos experimentar la presencia de Dios que sana, perdona, alimenta, fortalece y capacita para amar, ya que en ellos actúa la gracia de Dios. Sacramentos de iniciación cristiana Bautismo “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia.» (Mt 28, 19). Es el primer sacramento por el cual nos hacemos hijos de Dios, se nos borra todos los pecados, incluso el pecado original y nos hacemos parte de la Iglesia. Eucaristía La Eucaristía es la presencia real y personalmente presente en el pan y en el vino que el sacerdote consagra. A este misterio lo llamamos transubstanciación porque cambia la sustancia del pan y el vino. Jesús la instituyó en la última cena para hacerse presente hasta el fin del mundo. “Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía.» Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: «Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes» (Lc 22, 19-20). La Eucaristía es fuente de toda la vida cristiana. Los demás sacramentos están unidas a la Eucaristía y a ella se ordenan. Pueden consagrar los sacerdotes y obispos. CONFIRMACIÓN «Al enterarse los Apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaría había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo; pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos; únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo» (Hech 8,14-17). La Confirmación une más íntimamente a la Iglesia y enriquece con una fuerza especial del Espíritu Santo y quienes la reciben se comprometen a ser anunciadores de la Buena Nueva de Cristo y testificarla con su vida. Es necesaria para la plenitud de la gracia recibida en el Bautismo. La administra el Obispo. Sacramentos de curación Penitencia o reconciliación “Jesús les volvió a decir: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envío a mí, así los envío yo también.» Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Reciban el Espíritu Santo: a quienes descarguen de sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos.» (Jn 20, 21-23) Los que se acercan a este sacramento obtienen de la misericordia de Dios el perdón de los pecados cometidos contra Él y, al mismo tiempo, se reconcilian con la Iglesia, a la que ofendieron con sus pecados (LG 11). Los pasos para una buena confesión son: Examen de conciencia, Dolor de los pecados, Decir todos los pecados, Cumplir la penitencia.
Es el sacramento que nos permite
reconciliarnos continuamente con Dios cada vez que sentimos que lo hemos ofendido. Unción de los enfermos “Fueron, pues, a predicar, invitando a la conversión. Expulsaban a muchos espíritus malos y sanaban a numerosos enfermos, ungiéndoles con aceite” (Mc 6, 12-13). “¿Hay alguno enfermo? Que llame a los ancianos de la Iglesia, que oren por él y lo ungían con aceite en el nombre del Señor. La oración hecha con fe salvará al que no puede levantarse y el Señor hará que se levante; y si ha cometido pecados, se le perdonarán”. (St 14-15). “Con la sagrada unción de los enfermos , toda la Iglesia entera encomienda a los enfermos al Señor sufriente y glorificado para que los alivie y los salve. Incluso los anima a unirse libremente a la pasión y muerte de Cristo; y contribuir, así, al bien del Pueblo de Dios (LG 11). Se unge la frente y las manos del enfermo con un óleo sagrado, acompañando todo con las oraciones correspondientes, esto para otorgar consuelo, paz, y ánimo al enfermo, y para unirlo de un modo íntimo con Dios El sacerdote administra a los enfermos ungiéndolos en la frente y manos el óleo de los enfermos. Sacramentos de vocación o de servicio a la comunidad o de Misión Orden sacerdotal El Orden es el sacramento por el que algunos de entre los fieles quedan constituidos ministros sagrados, al ser marcados con un carácter indeleble, y así son consagrados y destinados a apacentar el pueblo de Dios según el grado de cada uno, desempeñando en la persona de Cristo las funciones de enseñar, santificar y regir. Mediante este sacramento el sacerdote recibe como don del Espíritu Santo una fuerza particular y una misión a favor de sus hermanos en la fe Matrimonio Jesús respondió: «¿No han leído que el Creador al principio los hizo hombre y mujer y dijo: El hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá con su mujer, y serán los dos una sola carne? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Pues bien, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre.» (Mt 19, 4-6). El matrimonio se define como la alianza por la cual, - el hombre y la mujer - se unen libremente para toda la vida con el fin de ayudarse mutuamente, procrear y educar a los hijos. Esta unión - basada en el amor – que implica un consentimiento interior y exterior, estando bendecida por Dios, al ser sacramental hace que el vínculo conyugal sea para toda la vida. Nadie puede romper este vínculo.