Resiliencia
Resiliencia
Resiliencia
Una historia para ilustrar qué es la resiliencia la podemos encontrar en la vida de Tim Guénard.
Cuando tenía tres años, la madre de Tim lo ató a un palo de la electricidad y lo abandonó en
medio del bosque. Dormía desnudo en la casita de su perro cuando tenía cuatro años. A los
cinco, precisamente el día de su aniversario, su padre le propinó una paliza brutal que lo
desfiguró (le rompió las piernas y la nariz). No sabe casi ni hablar. A los siete años, ingresa en
un orfanato y padece maltrato por parte de la institución
A los nueve años, también el día de su aniversario, fracasa en su intento reiterado de suicidarse. A los once entra
en el correccional después de ser acusado injustamente de incendiar el granero de una granja donde estaba
acogido. A los doce, se fuga. A los trece años es violado por un señor elegante de los barrios altos parisinos; y a
los catorce es prostituido en Montparnasse.
Si ante una infancia tan dura, pidiésemos a la gente que hiciese un ejercicio de hipótesis biográfica y avanzase
su final, la mayor parte coincidiría en vaticinar una situación poco esperanzadora para Tim: drogadicto,
maltratador, violador, muerto y enterrado.
Nada más alejado de la realidad: Phillipe Guénard (1958), además de ser autor del libro Más fuerte que
el odio, es un padre de familia con cuatro hijos. Se dedica a cuidar niñas y niños abandonados y
maltratados. Ha creado la asociación Altruisme. También es apicultor y colaborador del Tour de Francia
de ciclismo. Tim aprendió a crecer con tres grandes sueños: convertirse en el jefe de una banda,
conseguir ser expulsado de un correccional y vengarse matando a su padre. Hizo realidad las dos
primeras. Ahora quiere a su padre. Como él mismo explica a menudo, él es la prueba palpable de que no
hay heridas que no puedan cicatrizar lentamente con amor. Tim Guénard es una persona resiliente. Una
buena manera de comprender qué entendemos por resiliencia es reproducir las palabras del mismo Tim
Guénard, vocablos que poseen verdadera belleza intelectual: “El hombre es libre de alterar plenamente
su destino, para lo y o peor. Yo, Tim Guénard, hijo de alcohólico, niño abandonado, e hecho errar el
golpe a la fatalidad. He hecho mentir a la genética. Este es mi orgullo”
Como él mismo apunta, «la resiliencia es un canto a la libertad, un no rotundo a todo tipo de
determinismo ». La mayoría de determinismos humanos no son definitivos: no estamos en manos
del destino o la fatalidad. El destino previsto no tiene porqué llevarse a cabo y ninguna infancia, por
muy desgraciada que haya sido, puede determinar la vida futura.
EL HOMBRE EN
BUSCA DE
SENTIDO