Planificación de Cultivos Tema 2 La Luz

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TEMA 2: LA LUZ.

LA RADIACIÓN SOLAR

1.RADIACIÓN SOLAR.

La radiación emitida por el sol está formada por el conjunto de


ondas de naturaleza electromagnética que tiene en común la
velocidad de propagación (aprox. 300.000 Km/s), depende del
medio y se diferencian en su longitud de onda.
Las radiaciones de longitud de onda corta (λ) tienen gran poder
de penetración y suelen ser cancerígenas.

Las radiaciones de longitud de onda media podemos verlas y


las radiaciones de longitud de onda larga transmiten
fundamentalmente calor.

Algunos animales como las abejas y/o abejorros pueden ver


radiaciones de longitud de onda corta, como los rayos
ultravioleta.
COMPOSICIÓN Y EFECTOS DE LA RADIACIÓN SOLAR.

Nota: 1nm = 0,001 µm


-Tipos de radiación solar.

Radiación ultravioleta. (100-390nm).Posee efectos químicos o


cáusticos, es decir, posee la energía suficiente para romper
enlaces químicos. Es la responsable de la degradación del
plástico.

Puede producir cáncer de piel.


Radiación visible o luminosa. (390-760nm).Se divide en los
colores del arco iris: violeta, añil, azul, verde, amarillo, naranja
y rojo, los cuales se diferencian en función de la longitud de
onda en la que se produce ese color. Es la radiación de trabajo
para el desarrollo y crecimiento de las plantas.

Presenta efectos luminosos (es visible). Sobre plantas, los


efectos de cada uno de los colores son diferentes según el tipo
de radiación. La radiación que más afecta a las plantas es la
roja, máximo de intensidad fotosintética.
Radiación infrarroja. (760-2000nm). Posee los efectos
térmicos: influye produciendo vibraciones atómicas o
moleculares al excitar los electrones de un átomo. Es la
radiación responsable del calentamiento del suelo, las plantas,
invernadero, etc.
Para llegar a la superficie terrestre, estas radiaciones han de
atravesar la atmosfera, con las siguientes consecuencias:

Las radiaciones de longitud de onda corta (λ) son absorbidas,


casi enteramente, por el ozono (O3) presente en las capas altas
de la atmósfera. De este modo los rayos gamma y ultravioleta
más cortos de gran poder de penetración, y potencialmente
dañinos, se eliminan.

Puede afirmarse que, prácticamente, no llegan a la superficie


terrestre radiaciones de longitud de onda inferior a 0,29µm.
Las radiaciones luminosas de λ larga (λ mayor o igual a
0,535µm) atraviesan la atmosfera con facilidad, en tanto que lo
hacen con mayor dificultad las de λ más corta.

Las nubes, el polvo y humo interceptan la radiación luminosa.

Moléculas de
humo
Las radiaciones térmicas (infrarrojo) son absorbidas en forma
variable en función del vapor de agua y el CO₂ existente en la
atmósfera.

A mayor contenido de CO₂ y vapor de agua existentes en la


atmósfera, más debilitadas llegan las radiaciones infrarrojas.
La radiación que llega a la tierra va desde 300-310 nm hasta
800 nm, cogiendo algo de UV todo el visible y parte del
infrarrojo.

Del 100% de energía que sale del sol, entre el 2 y el 5% es


aprovechable por las plantas para realizar su función
fotosintética.
FOTOSÍNTESIS
2. RADIACIÓN LUMINOSA.

No se puede hablar de una buena actividad fotosintética sin


una óptima luminosidad. Ésta juega un papel fundamental en
el crecimiento y desarrollo de las plantas. La intensidad y la
duración de la luz son factores a tener en cuenta en dicho
desarrollo y crecimiento.
2.1 Intensidad.

Influye sobre la actividad fotosintética de las plantas, es


decir, hay una diferencia de capacidad de asimilación
(sustancias orgánicas) en función de la intensidad luminosa.

La luz es factor limitante, y así, la tasa de absorción de CO2


es proporcional a la cantidad de luz recibida, además de
depender de la propia concentración de CO2 disponible. El
periodo más importante para el enriquecimiento carbónico es
el mediodía (en un invernadero el mínimo de concentración de
CO2 ocurre en las horas de máxima luz que coinciden con el
mediodía).
Si lo relacionamos con la temperatura, el óptimo de
asimilación de CO2 está entre los 18 y 23ºC, descendiendo por
encima de 23-24ºC.
El CO2 de la atmósfera es la materia prima imprescindible de la
función clorofílica de las plantas. La concentración normal de
CO2 en la atmósfera es del 0,03%.

Este índice debe aumentarse a límites de 0,1-0,2%, cuando los


demás factores de la producción vegetal sean óptimos, si se
desea el aprovechamiento al máximo de la actividad
fotosintética de las plantas. Las concentraciones superiores al
0,3% resultan tóxicas para los cultivos.

El efecto que produce la fertilización con CO2 sobre los


cultivos hortícolas, es un aumento de la precocidad de
aproximadamente un 20%, y aumento de los rendimientos en
un 25-30%, mejora la calidad del cultivo, así como la de su
cosecha.
En ensayos realizados manteniendo constantes la temperatura
y el contenido de CO₂ atmosférico, se observa que si la planta
está sometida a baja intensidad luminosa, cualquier
incremento de iluminación origina que, en principio, aumente
la fotosíntesis y por lo tanto, la formación de sustancias
orgánicas por la planta.

Existe un momento en el que aunque hubiera una mayor


intensidad, no se fija más CO₂ por haber llegado a la saturación
lumínica (saturación de fotosíntesis). Las plantas tienen una
intensidad óptima de fotosíntesis.

La unidad de medida de iluminancia que mide la incidencia de


la luz sobre una superficie se denomina lux.
Según el punto de saturación lumínica las plantas se dividen en
dos grupos:

Plantas heliófilas (plantas de sol): requieren fuertes


insolaciones y son aquellas cuyo punto de saturación
fotosintética se alcanza a intensidades de luz más altas, por
tanto, tienen mayor capacidad fotosintética, es decir, son
capaces de aprovechar intensidades luminosas importantes.
Suelen ser especies de altos rendimientos. A este grupo
pertenecen la mayoría de las plantas cultivadas.
Plantas umbrófilas (plantas de sombra):

Aprovechan peor la intensidad luminosa, ya que se saturan


antes de luz y, por tanto, su actividad fotosintética es más baja.
Suelen ser especies de reducida actividad vegetativa. Estas
plantas viven generalmente a la sombra de otras de mayor
porte.
Podemos establecer las siguientes relaciones:
Las intensidades altas o abundancia de luz:

-Favorecen la aparición de ramas laterales o ahijamientos, así


como la floración y fructificación.

-Intensifican la producción de pigmentos fotosintéticos y


originan un color verde muy intenso.

-Favorecen la lignificación (dureza de la planta).

-Incrementan la actividad fotosintética (formación de


sustancias orgánicas) y el color de los frutos.

-Disminuyen el crecimiento en altura.

-Aumenta la resistencia de las plantas al ataque de insectos y


de enfermedades criptogámicas.
b) Intensidades luminosas bajas:

- Producen pigmentos no fotosintéticos (ej. xantofilas:


pigmento amarillo de los vegetales) que originan un color
verde claro. También provocan una reducida producción de
carotenoides (pigmento que da el color naranja a la zanahoria
o rojo al tomate).
 
- Favorecen el crecimiento en altura y elongación de los tallos
(ahilamiento).
 
- Reducen la formación de sustancias orgánicas (menor
fotosíntesis).
 
- Estimulan la formación de raíces y tubérculos.
 
- Aumentan la sensibilidad a plagas y enfermedades.
La variación de la intensidad de la radiación tiene como
objetivo el aumentar o disminuir la fotosíntesis.

Podemos disminuir la intensidad de la radiación mediante:

a) sombreo ó,

b) mediante el uso de filtros selectivos - dejan pasar


radiaciones de λ> 730nm (plásticos de colores).

También podemos aumentar la intensidad de la radiación


utilizando lámparas o focos.
2.2. Duración de la iluminación.

La duración de la iluminación varía según las estaciones del


año y la latitud (distancia al ecuador), las plantas son
sensibles a esta variación.

Se conoce con el nombre de fotoperiodismo a la respuesta


que ofrecen las plantas a la alternancia de periodos de
iluminación (hemeroperiodo) y de oscuridad (nictoperiodo),
durante el día (24h).

Las respuestas pueden observarse en algunas fases


vegetativas (germinación de ciertas semillas, formación de
tubérculos, etc.), pero su manifestación más importante se
produce en la fase de floración, es decir, florecen en días
largos o en días cortos.
2.2.1. Clasificación de las plantas cultivadas en función de su
respuesta al fotoperiodo.

a) Plantas de día corto (o plantas que florecen con día


corto):proceden de las zonas ecuatorial, tropical y
subtropical donde la duración del día (periodo de luz) oscila
entre 10-13h a lo largo del año, pero existen temperaturas
suficientes para la floración. Florecen en primavera y en
otoño.

Estas especies florecen con iluminación diaria inferior


generalmente a 14h. Ejemplos: el tabaco, el arroz, maíz,
algodón, crisantemo, etc.
b) Plantas de día largo: proceden de latitudes extratropicales
(clima templado) ya que en estas zonas, a causa de la
insuficiencia de temperaturas, la vegetación se inicia
tardíamente y la floración se hace en los días largos de la
primavera y del verano.

Florecen con duración de iluminación superior, generalmente a


14h.

Ejemplo: trigo, cebada, garbanzo, remolacha, lechuga (se


cultiva durante periodos de día corto con el fin de aprovechar
sus hojas. Cuando los días son largos, alargan los entrenudos e
inician la floración), etc.
c) Plantas indiferentes: insensibles a la duración de la
iluminación. Florecen tanto en día largo como en día corto. Ej.:
frutales de floración precoz (almendros, cerezo, níspero),
tomate, pepino, sandia, melón, etc.
En realidad, la causa del fenómeno no es la duración del día,
sino la duración de la noche o periodo de oscuridad. Una
planta de día corto sometida a la acción continuada de la luz
crece vegetativamente, pero no florece; basta la acción de una
noche o un periodo de oscuridad mínimo para que la planta
inicie la floración.

Cuando la noche se interrumpe con un simple destello de luz,


la floración se interrumpe. Por el contrario, el periodo de luz se
puede interrumpir una o varias veces sin que la floración se
vea afectada, a condición de que se cubra el número total de
horas de luz.
El fotoperiodismo es consecuencia de la absorción de luz por
un pigmento, el fitocromo, que absorbe fundamentalmente luz
roja y roja lejana. 

Vamos a definir el siguiente concepto:

Inducción fotoperiódica: el mecanismo de inducción


fotoperiódica es debido al fitocromo que es un pigmento de
naturaleza proteica y de color azulado presente en las hojas de
todas las plantas. Es el agente fotosensible (cambia su
conformación molecular cuando recibe radiación luminosa
visible) capaz de desencadenar el proceso fotoperiódico.
El fitocromo puede aparecer en dos formas reversibles (660 y
730nm) que presentan la capacidad para la máxima absorción
de radiación luminosa, es decir, son las formas activas del
fitocromo.

Por otra parte, decir que podemos modificar el hemeroperiodo


o el nictoperiodo para favorecer la germinación, el crecimiento
o la floración:
Cuando cultivamos especies de día largo en zonas de día corto,
podemos aumentar el hemeroperiodo:

1.- utilizando lámparas o focos que activarán el fitocromo=> un


aumento de la fotosíntesis, ó,

2.-rompiendo la continuidad del nictoperiodo (se consigue


mediante la técnica de flash: cada cierto tiempo un fogonazo
de la lámpara).

DIA ------------------------------- NOCHE


 
ACTIVO --ROMPER-----INACTIVO===== AUMENTO ACTIVO
PASO
Hay que decir que el proceso de floración en los vegetales es
muy complejo y en él intervienen numerosos factores.

Está demostrado que no son solamente las condiciones


fotoperiódicas las que van a regular el proceso, sino que la
acción de las temperaturas, oscilaciones térmicas, frío
estimulador y los reguladores del crecimiento juegan un papel
decisivo en la floración.
2.2.2. Consecuencias agrícolas.
El fotoperiodismo influye poderosamente sobre la precocidad
y el rendimiento de las cosechas: una planta cultivada en
condiciones de fotoperiodo adecuado pasa rápidamente por
las etapas vegetativas y florece pronto.

Si no existen otras dificultades fructificará y madurará pronto,


ofreciendo buena precocidad. Esta propiedad debe
aprovecharse para aquellas especies cultivadas por sus flores,
frutos o semillas y en la que interesa acudir pronto a un
mercado que paga los productos de principios de estación.

Aquellas especies que se cultivan para aprovechar órganos


vegetativos -hortícolas de raíz, tallo y/u hojas (ejemplo:
lechuga), especies forrajeras, etc., son más interesantes
cultivarlas en condiciones de fotoperiodo inadecuado para
prolongar el tiempo de formación de estos órganos.
3. ILUMINACIÓN ARTIFICIAL EN INVERNADEROS.

En ciertas ocasiones es preciso aplicar iluminación artificial o simplemente


regular la iluminación natural en el interior del invernadero.

Esto puede hacerse con el fin de:

- Aumentar la asimilación neta (fotosíntesis), forzando una mayor tasa de


fotosíntesis, durante los meses invernales. La iluminación otoño-invierno
supletoria ayuda a incrementar los rendimientos productivos en la mayor
parte de las especies hortícolas y en numerosas ornamentales (claveles,
anthurium, gerbera, orquídeas, etc.).
-Aumentar la duración del día, en plantas de día largo que no florecerían
de otra manera, durante el otoño-invierno. Destaca su empleo en plantas
ornamentales como dahlia, calceolaria, Gegonia tuberosa, anthirrinum, etc.

- Romper la continuidad del periodo oscuro en plantas ornamentales de


día corto (crisantemo, poinsenttia, kalanchoe, etc.) con la finalidad de
favorecer el crecimiento vegetativo en una época en que se vería favorecida
la floración sin que las plantas tuvieran el adecuado tamaño, o bien
provocar la floración en plantas de día largo en épocas de poca iluminación.
3. ILUMINACIÓN ARTIFICIAL EN INVERNADEROS.

- Disminuir la duración del periodo iluminado, con el fin de


que plantas de día corto puedan florecer en épocas en que la
duración del día es demasiado elevada.

Para conseguir estos fines es común el empleo de diferentes


tipos de lámparas, cuyas características vamos a ver a
continuación.
3.1. Tipos de lámparas.

Para catalogarlas nos fijaremos en:

Su eficacia lumínica ( -E-: es el % de radiación de longitud de


onda visible que la lámpara emite con relación a la radiación
total.)

En la cantidad de luz que proporciona en relación al calor


que provocan .

Su vida útil, entre otras características.


Incandescentes: son las bombillas tradicionales. Consumen
gran cantidad de electricidad por lo que su rendimiento
luminoso es muy bajo. Pueden quemar las plantas si se sitúan
demasiado cerca.

Eficacia lumínica = 10-15%

Radiación luminosa/radiación calorífica (lm/w) es muy baja


=>producen mucho calor en relación a la luz que emiten

Vida útil: 1.000 h

Luz producida: rojo e infrarrojo

Aplicación: floración
 
 
Vapor de mercurio: se utilizan durante el periodo de
crecimiento de las plantas por su alta emisión en la zona azul
del espectro, pero son pobres en la zona roja, por lo que no se
favorecerá la floración. Son muy eficientes en el consumo de la
electricidad.

Eficacia lumínica = 10-16%

Calor/luz = es baja =>calientan poco en relación a lo que


iluminan.

Vida útil: 8.000-10.000 h

Aplicación: crecimiento de las plantas

Luz producida: visible (blanca, azul y verde) y ultravioleta


 
 
3.- Fluorescentes o de gases: producen luz (principalmente
azul y roja, aunque depende mucho del tipo). Se recomiendan
especialmente durante las primeras etapas de las plantas.

Eficiencia lumínica ≥25%

Calor/ luz = baja

Vida útil: 7.000-9.000 h

Luz producida: blanca (preponderancia de azul y rojo)

Aplicación: crecimiento de plantas


 
 
 
 
 
Vapor de sodio a alta presión: producen luz (amarilla brillante
y anaranjada). Emiten más luz y menos calor, proporcionan
todo el espectro de luz necesario para el crecimiento y la
floración de las plantas de interior. Son muy eficientes en el
consumo de electricidad.

Eficiencia lumínica ≈40%

Calor/luz = baja

Vida útil:8.000-12.000h

Luz producida: casi todo el espectro visible

Aplicación: floración y crecimiento de plantas


 
 
 
 
Diodo emisor de luz o LED (light-emitting diode)

A diferencia de otros sistemas de luz, hace posible la emisión


de longitudes de onda muy precisas. Partiendo de esta base,
se puede optimizar cada luminaria para emitir con mayor
intensidad en aquellas franjas del espectro más necesarias
para el proceso de fotosíntesis.

De esta manera toda la luz emitida es aprovechada por las


plantas, sin apenas desperdicio, consiguiendo así un elevado
rendimiento con un importante ahorro energético sin
emisiones de calor.

Existen LEDS de diferentes colores: rojo, verde, azul,


amarillo, etc.
Diodo emisor de luz o LED (light-emitting diode)

No contienen materiales nocivos y cumplen todas las normas


medioambientales.

Eficiencia luminosa = hasta un 95%

Calor/luz = muy baja

Vida útil :hasta 50.000h (algunas llegan a las 100.000h)

Luz producida: todo el espectro visible

Aplicación: floración y crecimiento de plantas


 
 
 
 
Diodo emisor de luz o LED (light-emitting diode)

No contienen materiales nocivos y cumplen todas las normas


medioambientales.

Eficiencia luminosa = hasta un 95%

Calor/luz = muy baja

Vida útil :hasta 50.000h (algunas llegan a las 100.000h)

Luz producida: todo el espectro visible

Aplicación: floración y crecimiento de plantas


 
 
Hay otros tipos de lámparas como:

mixtas (incandescentes y vapor de mercurio -con


características intermedias-) presentan un coste elevado.

Lámparas de halogenuros metálicos (producen luz blanca,


ligeramente azulada, apropiada para la germinación, el
enraizamiento de esquejes y el crecimiento vegetativo; en otro
ámbito: en instalaciones deportivas, estudios de cine, etc.).
 
 
Hasta ahora el uso de la iluminación artificial (en nuestra zona)
sólo ha demostrado su rentabilidad para cultivos ornamentales
de alto valor añadido en condiciones donde la luz natural no es
suficiente, ya que con el actual coste energético el consumo
eléctrico no compensa el acortamiento de los ciclos de cultivo
observados. No es previsible que se extienda en nuestra zona a
los cultivos hortícolas.

 
En cualquier caso, un posible sistema de iluminación artificial
se consigue combinando distintos tipos de lámparas según la
etapa de crecimiento de las plantas cultivadas: por ejemplo,
fluorescentes o lámparas de halogenuros metálicos durante las
primeras fases y lámparas de vapor de sodio a alta presión
para la floración. 
 
También hay que tener en cuenta la disposición de las
lámparas:

Deben situarse justo encima de las plantas, a una distancia en


la que se pueda aprovechar al máximo la luz sin dañarlas. Esta
distancia varía según la época, la planta, el tipo de lámpara y su
intensidad. En general, en las plantas cultivadas por sus flores
deben estar a unos 20-30 cm, pero en la mayoría de las
plantas de follaje deben colocarse a una distancia aproximada
de 30-40 cm.

Por supuesto, es fundamental instalar sistemas de apagado y


encendido automático de las lámparas, y reponerlas a medida
que vayan perdiendo su intensidad lumínica.
 
 
Por último, recordar que cada planta tiene unas necesidades
de luz distintas, por lo que variará la duración del periodo de
iluminación artificial (generalmente entre 12 y 14 horas al día
para las plantas de follaje, y entre 16 y 18 horas para las
plantas que requieren más luz).

 
 

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