Pedología e Hidrología

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PEDOLOGÍA E HIDROLOGÍA.

MAESTRO: MVZ RAFAEL DANIEL CARDIEL

OCTAVO SEMESTRE.
PEDOLOGÍA.
La pedología es el estudio de los suelos en su ambiente natural.
Es una de las dos ramas de la ciencia del suelo siendo la otra la
edafología, esta última más relacionada con la agronomía por
dedicar su estudio al aprovechamiento de los suelos. La
pedología, en cambio, está relacionada y se considera también
como una rama de la geografía que estudia el suelo en lo
concerniente a la pedogénesis (el origen del suelo, su
formación), clasificación, morfología, taxonomía, y también su
relación e interacción con el resto de los factores geográficos.
HIDROLOGÍA.
La hidrología es una rama de las ciencias de la Tierra que estudia el agua, su ocurrencia,
distribución, circulación, y propiedades físicas, químicas y mecánicas en los océanos, atmósfera y
superficie terrestre. Esto incluye las precipitaciones, la escorrentía, la humedad del suelo, la
evapotranspiración y el equilibrio de las masas glaciares. Por otra parte, el estudio de las aguas
subterráneas corresponde a la hidrogeología.
SUELO.

Se denomina suelo o tierra a la parte
superficial de la corteza terrestre,
biológicamente activa, que proviene
de la desintegración o alteración física
o química de las rocas y de los
residuos de las actividades de seres
vivos que se asientan sobre él.
Son muchos los procesos que pueden
contribuir a crear un suelo particular,
algunos de estos son: la deposición
eólica, sedimentación en cursos de agua,
meteorización, y deposición de material
orgánico.
De un modo simplificado puede decirse que las etapas
implicadas en la formación del suelo son las siguientes:

Instalación de los seres vivos


(microorganismos, líquenes, musgos, etc.) sobre ese
sustrato inorgánico. Esta es la fase más significativa, ya
que con sus procesos vitales y metabólicos, continúan la
meteorización de los minerales, iniciada por mecanismos
inorgánicos. Además, los restos vegetales y animales a
través de la fermentación y la putrefacción enriquecen
ese sustrato.
Mezcla de todos estos elementos entre sí, y con agua y aire intersticiales».
Inicialmente, se da la alteración de factores físicos y químicos de las rocas,
realizada, fundamentalmente, por la acción geológica del agua y otros agentes
geológicos externos, y posteriormente por la influencia de los seres vivos, que
es fundamental en este proceso de formación. Se desarrolla así una estructura
en niveles superpuestos, conocida como el perfil de un suelo, y una
composición química y biológica definida. Las características locales de los
sistemas implicados —litología y relieve, clima y biota— y sus interacciones
dan lugar a los diferentes tipos de suelo.
Los procesos de alteración mecánica y meteorización química de las rocas,
determinan de cierta forma la creación de un manto de alteración o eluvión
que cuando, por la acción de los mecanismos de transporte de laderas, es
desplazado de su posición de origen, se denomina coluvión.
Sobre los materiales del coluvión puede
desarrollarse lo que comúnmente se conoce como
suelo; el suelo es el resultado de la dinámica física,
química y biológica de los materiales alterados del
coluvión, originándose en su seno una diferenciación
vertical en niveles horizontales u horizontes. En
estos procesos, los de carácter biológico y
bioquímico llegan a adquirir una gran importancia,
ya sea por la descomposición de los productos
vegetales y su metabolismo, por
los microorganismos y los animales zapadores.
El conjunto de disciplinas que se abocan al estudio del suelo se engloban en
el conjunto denominado Ciencias del suelo, aunque entre ellas predomina
la edafología e incluso se usa el adjetivo edáfico para todo lo relativo al
suelo. El estudio del suelo implica el análisis de su mineralogía, su física,
su química y su biología.
COMPONENTES DEL SUELO.
Los componentes del suelo se pueden dividir en sólidos, líquidos y
gaseosos. La fracción sólida o esqueleto mineral varía según el
lecho rocoso de procedencia, los factores erosivos y la acción de los
seres vivos. La fracción líquida está constituida por agua y las sales
e iones disueltos en ella. También se incluyen algunas sustancias
orgánicas en fase líquida. Por último, la fracción gaseosa está
formada fundamentalmente por los gases atmosféricos oxígeno
(O2) y dióxido de carbono (CO2), en proporciones variables según
la actividad microbiana y cubierta vegetal del suelo. En suelos con
mal drenaje, aparecen otros gases como el metano (CH4) y el óxido
nitroso (N2O).
La capacidad de un suelo para almacenar el agua necesaria
para la vida de las plantas, depende del tamaño de las
partículas y del contenido en materia orgánica. Los suelos
formados por partículas de gran tamaño, suelos arenosos, y
con poca cantidad de materia orgánica no son aptos para el
cultivo, pues no apenas retienen agua. Por otra parte, los
suelos con gran contenido en arcillas, son proclives a
encharcamientos que terminan ahogando a las raíces. Una
adecuada composición de arcillas, arena y materia orgánica
asegura un buen establecimiento de la cubierta vegetal.
EL SUELO COMO RECURSO
NATURAL.
Un recurso natural es considerado como un recurso renovable
si se puede restaurar por procesos naturales a una velocidad
similar o superior a la de consumo por los seres humanos.

El suelo es un recurso finito y no renovable que es explotado


en el proceso de desarrollo económico y social. El empleo
inadecuado o no sostenible del suelo, conduce
indefectiblemente a una degradación ambiental que se
manifiesta en la pérdida de la biodiversidad o de la capacidad
de producción.
El suelo es resultado de la interacción de cinco factores:

1. La roca madre

2. El relieve

3. El tiempo

4. El clima

5. Los seres vivos.

Los tres primeros factores desempeñan un rol pasivo, mientras que el clima y los seres vivos participan
activamente en la formación del suelo.

Está constituido por materiales inorgánicos procedentes principalmente de la meteorización del


sustrato y enriquecida por materia orgánica en vías de descomposición (humus), permitiendo el
asiento de la cubierta vegetal. Constituye un ecosistema necesario para cerrar los ciclos materiales del
resto de los ecosistemasterrestres.
El suelo es la base de una serie de recursos
importantes

• Madera

• Alimentos

• Leña (energía)

Por esta razón es importante su estudio y


conservación y adoptar medidas ante los problemas
que presenta, el principal de ellos, la erosión
favorecida por las actividades humanas.
Horizonte A:
• Contiene la mayor parte del material orgánico del suelo,
vivo o muerto:

– Grandes cantidades de partes de plantas y hojas muertas

– Insectos y otros artrópodos pequeños

– Lombrices de tierra
• La región más superficial y
– Organismos descomponedores de

mayor actividad física


– Nemátodos
química y biológica.
Horizonte B:

Contiene mucho menos material orgánico y está


menos meteorizado que el horizonte superior.

• Hay pocos microorganismos.

• Algunos materiales del horizonte A, llegan al B


por filtración del agua a través del suelo:

– Minerales Contiene mucho menos material orgánico


y está menos meteorizado que el horizonte
– Partículas arcillosas superior.

– Pequeñas cantidades de material orgánico


Horizonte C:

• Compuesto por rocas y minerales


fragmentados y meteorizados de
los cuales se ha formado el suelo
verdadero de los horizontes
superiores.

• Los microorganismos son escasos.


CLASES TEXTURALES DEL SUELO.

Textura arenosa: Los suelos arenosos se denominan suelos sueltos. Se caracterizan por
tener una elevada permeabilidad al agua y por tanto una escasa retención de agua y de
nutrientes.

Textura arcillosa: Los suelos arcillosos se denominan suelos pesados o fuertes. Presentan
baja permeabilidad al agua y elevada retención de agua y de nutrientes.

Textura franca: Se considera la textura ideal, porque tiene una mezcla equilibrada de
arena, limo y arcilla. Esto supone un equilibrio entre permeabilidad al agua y retención de
agua y de nutrientes
Influencia de la textura en la fertilidad
del suelo.

-Porosidad

- Capacidad de retención de agua

- Abundancia de elementos nutritivos

- Color del suelo

- Capacidad de expansión contracción


EL HUMUS
Conjuntos de sustancias complejas que ha resistido parcialmente
la biodegradación microbiana. Retiene agua y nutrientes para las
plantas.

Es de color oscuro, tierra negra. Algo pegajoso que actúa como


adhesivo entre las partículas minerales, formando gránulos ó
terrones, son los agregados. La disposición de los agregados da a
cada suelo una configuración particular conocida como
estructura del suelo.

Formas redondeadas o esferoides, dejan espacios libres entre sí,


generando una trama porosa Por la cual penetran las raíces y
circulan el aire para Respiración de raíces , bacterias aerobias y
demás seres.

El agua contiene sustancias nutritivas para las plantas


Existen dos clases de humus, el humus viejo o antiguo y el humus joven.

Humus viejo. Debido a un periodo largo de tiempo transcurrido, está muy descompuesto, tiene un tono entre
morado y rojizo; algunas sustancias húmicas características de este tipo de humus son las huminas y los ácidos
húmicos. Las huminas son moléculas de un peso molecular considerable y se forman por entrelazamiento de los
ácidos húmicos, al ser aisladas tienen la apariencia de plastilina. Los ácidos húmicos son compuestos de un peso
molecular menor y al igual que las huminas poseen una alta capacidad de intercambio catiónico (CIC),
característica importante en la nutrición vegetal. El humus viejo solo influye físicamente en los suelos. Retiene el
agua e impide la erosión, sirviendo también como lugar de almacenamiento de sustancias nutritivas.

Humus joven. Es el que tiene las características del recién formado, posee un menor grado de polimerización y está
compuesto por ácidos húmicos y fúlvicos. Los ácidos húmicos se forman por polimerización de los ácidos fúlvicos,
estos últimos se forman a partir de la descomposición de la lignina. Una de las principales fuentes de humus se
encuentra en minas de leonarditas y bernarditas. No obstante, existen fuentes totalmente orgánicas como lo son el
humus de lombriz, el humus de termitas, el humus de cucarrón, entre otros, que además de aportar sustancias
húmicas es mucho más rico en microorganismos benéficos y elementos nutricionales y son más aceptados en la
agricultura orgánica y ecológica.
El laboreo del suelo desnudo de forma repetida causa la pérdida de humus. Los suelos oscuros se vuelven
ocres, pierden su capacidad para retener e infiltrar el agua y se vuelven más susceptibles a la erosión.

El laboreo y los fertilizantes químicos no son las únicas causas de la destrucción del humus, que fija los
suelos; la deforestación y el sobrepastoreo en suelos frágiles son también otras causas. El suelo, sin
protección vegetal y sin adición de materia orgánica, está expuesto a la erosión y el agotamiento inevitable.

El humus puede formarse por la oxidación simple de la necromasa en ausencia de organismos vivos, pero
este proceso se acelera en gran medida cuando organismos vivos ingieren la materia orgánica o secretan
enzimas que la transforman.

La materia orgánica que es la base de humus es principalmente de origen vegetal, a continuación,


microbiana y animal durante el proceso de transformación, mientras que los componentes del suelo
profundo son en gran parte de origen mineral.
La materia prima del humus es la hojarasca y los desechos vegetales, combinados
con componentes de origen animal, depositados en el horizonte A ( nombre dado a
la superficie del suelo por pedólogos) o formados por animales que mueven el
suelo, incluyendo las lombrices. Este material evoluciona más o menos
rápidamente (dependiendo de las condiciones de temperatura, humedad, acidez o
la presencia de inhibidores, tales como metales pesados o tóxicos), lo que conduce
a su transformación en compuestos orgánicos complejos electronegativos, y
relativamente estables. Dependiendo del tamaño de las moléculas producidas, se
trata de compuestos insolubles (humina) o coloides (ácidos húmicos y ácidos
fúlvicos), susceptibles de migrar a los suelos.
La presencia de grandes cantidades de cationes metálicos en el suelo, tales como
hierro o calcio o incluso de arcilla, insolubiliza los ácidos húmicos y fúlvicos e
impide su migración, formando lo que se llama suelos pardos. En presencia de
pequeñas cantidades de cationes metálicos, la migración de pequeñas moléculas
húmicas (ácido fúlvico) hace que existan pequeñas cantidades de metales en los
horizontes superficiales, formando los llamados podsoles. La actividad de los
animales excavadores (lombrices, hormigas, termitas) contribuye a un rápido
contacto de los compuestos húmicos con la materia mineral, evitando así su
lixiviación y por lo tanto su pérdida para los ecosistemas o agroecosistemas.
La materia orgánica que se descompone y produce humus está formada por:

-fragmentos vegetales (hojas, tallos, raíces, madera, cortezas, semillas, polen) en descomposición;

-exudados de raíces y exudados de plantas (propóleos) y de animales (mielada) por encima del suelo;

-excrementos y excretas (mucosa, mucílagos) de las lombrices y otros animales microbianos del suelo,
de animales muertos y muchos otros microorganismos, como hongos y bacterias.

Todos estos elementos están constantemente siendo digeridos, desplazados (bioturbación) y


movilizados por una comunidad de organismos llamados carroñeros, saprófagos o saprófitas:
bacterias, hongos e invertebrados. En la zona fría o continental, la formación de humus se acelera en
primavera cuando sube la temperatura y la humedad es alta.
PROPIEDADES FÍSICAS

Las características fisicas son en gran parte responsables del buen desarrollo de las
plantas. pero muy pocas veces se les tiene en cuenta. pues generalmente sólo se
consideran las características químicas.

En realidad. para que exista un medio óptimo para el crecimiento de las plantas debe
darse una interacción dinámica entre las características fislcas. químicas y biológicas del
suelo. Las propiedades fisicas pueden ser:

Fundamentales. aquellas que no se derivan de otras y se encuentran dentro de este


grupo el color. la textura. la estructura. la densidad. la consistencia. la temperatura. etc.
DENSIDAD APARENTE

Es la relación existente entre la masa y el volumen


de suelo. en este volumen está considerado todo el
espacio poroso existente.

Es una característica que nos da a conocer las


condiciones en las cuales se encuentra el suelo con
respecto a la compactación, la porosidad. la
disponibilidad de agua y de oxígeno, etc. Los suelos
de los Llanos presentan una densidad aparente que
oscila de 1.2 a 1.95 g/ cc.
TEXTURA

Es la distribución de las partículas del suelo.


expresada en porcentaje.

Estas partículas son: la arena (2 - 0.02 mm).


el limo (0.02 - 0.002 mm) y la arcilla ( 0.002).

Esta característica Influye sobre la velocidad


de infiltración del agua. La facilidad de
preparación o laboreo del suelo. el drenaje.
etc.
COLOR
Es una de las características que guarda relación
directa con la temperatura, la dinámica de los
elementos y la movilidad del agua en el suelo. El
contenido de materia orgánica, la cantidad de
organismos, la evolución de los suelos etc. A simple
vista se pueden deducir diferentes procesos y
fenómenos que han ocurrido en el suelo a través del
tiempo y en épocas actuales.
PROPIEDADES QUIMICAS DEL
SUELO
Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC)
La Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC) es una medida de cantidad de cargas negativas
presentes en las superficies de los minerales y componentes orgánicos del suelo (arcilla, materia
orgánica o sustancias húmicas) y representa la cantidad de cationes que las superficies pueden
retener (Ca, Mg, Na, K, NH4 etc.). Estos serán intercambiados por otros cationes o iones de
hidrogeno presentes en la solución del suelo y liberados por las raíces. El nivel de CIC indica la
habilidad de suelos a retener cationes, disponibilidad y cantidad de nutrientes a la planta, su pH
potencial entre otras. Un suelo con bajo CIC indica baja habilidad de retener nutrientes, arenoso o 
pobre en materia orgánica. La unidad de medición de CIC es en centimoles de carga por kg de suelo
cmolc/kg o meq/ 100g de suelo.
El pH del Suelo
El pH (potencial de hidrógeno) determina el grado de adsorción de iones (H+)
por las partículas del suelo e indica si un suelo está acido o alcalino. Es el
indicador principal en la disponibilidad de nutrientes para las plantas,
influyendo en la solubilidad, movilidad, disponibilidad y de otros constituyentes
y contaminantes inorgánicos presentes en el suelo.  El valor del pH en el
suelo oscila entre 3,5 (muy ácido) a 9,5 (muy alcalino).Los suelos muy ácidos
(<5,5) tienden presentar cantidades elevadas y tóxicas de aluminio y manganeso.
Los suelos muy alcalinos (>8,5) tienden a dispersarse.La actividad de los
organismos del suelo es inhibida en suelos muy ácidos y para los cultivos
Nutrientes para las Plantas

La cantidad de nutrientes presente en el suelo determina su potencial para


alimentar organismos vivos. Los 16 nutrientes esenciales para el desarrollo y
crecimiento de las plantas se suelen clasificar entre macro y micro nutrientes
dependiendo de su requerimiento para el desarrollo de las plantas. Los
macronutrienes se requieren en grandes cantidades e incluyen Carbono(C),
Hidrógeno (H), Nitrógeno(N), Fósforo (P), Potasio (K), Calcio (Ca), Magnesio (Mg),
Azufre(S). Los micronutrientes por otro lado se requieren en pequeñas, su
insuficiencia puede dar lugar a carencia y su exceso a toxicidad, se refieren a Hierro
(Fe), Zinc (Zn), Manganeso (Mn), Boro (B), Cobre (Cu), Molibdeno (Mo), Cloro
Carbono Orgánico del Suelo

La vegetación fija el carbono de la atmosfera por fotosíntesis transportándolo a materia viva y muerta
de las plantas. Los organismos del suelo descomponen esta materia transformándola a Materia
Orgánica del Suelo (MOS). El carbono se libera de la biomasa para la MOS, en organismos vivos por
un cierto tiempo o se vuelve a emitir para la atmosfera por respiración de los organismos (organismos
del suelo y raíces) en forma de dióxido carbono, CO2, o metano CH4, en condiciones de
encharcamiento en el suelo. La  MOS se encuentra en diferentes grados de descomposición y se
distingue en distintas fracciones como lábiles (compuestas de hidratos de carbono, ligninas, proteínas,
taninos, ácidos grasos)  o fracciones húmicas (ácidos fúlvicos, ácidos húmicos y huminas).Las
fracciones lábiles resultan más rápidas en digerir para los microorganismos resultando en respiración
de carbono y plazo de permanencia más corto en el suelo. Las fracciones húmicas se encapsulan en los
agregados del suelo y son más difíciles para acceder.
Además, su composición es más estable con químicos más complejos de descomponer y
permanecen por periodos muy largos en el suelo. El Carbono Orgánico del Suelo (COS)
mejora las propiedades físicas del suelo, aumenta la Capacidad de Intercambio Cationico, la
retención de humedad y contribuye con estabilidad de suelos arcillosos al ayudar a aglutinar
las partículas para formar agregados. La MOS está compuesta en mayoría de carbono, tiene
una capacidad de retener una gran proporción de nutrientes, cationes y oligoelementos
esenciales para el crecimiento de las plantas. Gracias a la MOS la lixiviación de nutrientes se
inhibe y es integral a los ácidos orgánicos que disponibilizan los minerales para las plantas y
regulador del pH del suelo. Se reconoce globalmente que el tenor de carbono orgánico en el
suelo sea un factor fundamental para la salud del suelo, forma parte fundamental del Ciclo de
Carbono y tiene gran importancia en la mitigación a los efectos del cambio climático.
El nitrógeno del
suelo
El nitrógeno del suelo es uno de los elementos de mayor importancia para la nutrición de las
plantas y más ampliamente distribuido en la naturaleza. Se asimila por las plantas en forma
cationica de amonio NH4+ o anionica de nitrato NO3-. A pesar de su amplia distribución en
la naturaleza se encuentra en forma inorgánica por lo que no se pueden asimilar
directamente.

Además existen las formas gaseosas del N pero son muy pequeñas y difíciles de detectar
como óxido nitroso (N2O),oxido nítrico (NO), dióxido de nitrógeno (NO2) , amoníaco (NH3)
y nitrógeno molecular presente en la atmósfera del suelo (N2).
La salinización del suelo
Se refiere a la acumulación de sales solubles en agua en el suelo. Las sales que se
pueden encontrar en un nivel freático salino se transportan con el agua a la superficies
del suelo mediante ascenso capilar y una vez que el agua se evapore se acumulan en la
superficie del suelo. La salinización suele ocurrir con manejo de riego inapropiado sin
tomar en consideración el drenaje e lixiviación de los sales por fuera de los suelos. Las
sales también se pueden acumular naturalmente o por la intrusión de agua marina. La
salinización elevada en el suelo lleva a la degradación de los suelos y la vegetación. Las
sales más comunes se encuentran en combinaciones de los cationes de sodio, calcio, de
magnesio y de potasio con los aniones de cloro, sulfato y carbonatos.
La alcalinización del suelo

La alcalinización, o solicidad del suelo, se define como el exceso de sodio


intercambiable en el suelo. A medida que su concentración incrementa en el
suelo empieza a reemplazar otros cationes. Los suelos sódicos se frecuentan
en regiones áridas y semiáridas y se encuentran muchas veces inestables
con propiedades físicas y químicas muy pobres. Debido a ello el suelo se
encuentra impermeable disminuyendo la infiltración, percolación,
infiltración del agua por el suelo y por último el crecimiento de las plantas.
Contenido de carbonato de calcio en el suelo

El carbonato de calcio, CaCO3, es una sal poco soluble que se encuentra naturalmente en
varias formas y en varios grados de concentración en el suelo. Su presencia juega un papel
fundamental en la estructura del suelo si se encuentra en concentraciones moderadas. Se
utiliza como enmienda para neutralizar el pH de suelos ácidos y para suministrar el nivel
de Calcio (Ca) para la nutrición de las plantas. Sin embargo, puede resultar problemático
si su concentración llega a exceder la capacidad de adsorción en el suelo formando
complejos insolubles con otros elementos. Estos componentes son difíciles de asimilar por
las plantas llevando a su acumulación. Cantidades excesivas de calcio puede por ello
restringir la disponibilidad de fósforo, boro y hierro para las plantas.
Contenido de Sulfato de calcio (Yeso) en el suelo

En los suelos puede ocurrir la presencia de la acumulación secundária de yeso


(CaSO4.2H2O) extendiéndose principalmente en regiones muy áridas o donde el
lavabo del suelo esté restringido a causa de baja permeabilidad. Los suelos
afectados por concentraciones elevadas de yeso se han desarrollado en gran
mayoría en depósitos no consolidados aluviales, coluviales y eólicos de material
meteorizado con alto contenido de bases. Existe una vaga vegetación natural que
cubre los suelos con alto contenido de yeso, de hecho se encuentran apenas
arbustos y árboles xerófilos y/o hierbas efímeras.
AGUA EN SUELO.
El agua procede de la atmósfera en
forma de lluvia, nieve, granizo ó
humedad atmosférica. Otras fuentes
son infiltraciones laterales, ascenso
desde capas freáticas, etc. Las
soluciones del suelo proceden de la
alteración de los minerales y de la
materia orgánica.
El agua puede existir en todas sus fases
dentro del suelo. El agua líquida puede
aparecer como agua higroscópica, capilar o
gravitacional.

La higroscópica y la capilar, están sostenidas


por fuerzas moleculares en delgadas
películas alrededor de las partículas del
suelo. Cuanto más seco es el suelo y menores
los intersticios entre las partículas, más
fuertes son las fuerzas que sostienen ésta
El agua higroscópica (o molecular) es la fracción del agua absorbida directamente de la humedad
del aire. Esta se dispone sobre las partículas del terreno en una capa de 15 a 20 moléculas de
espesor y se adhiere a la partícula por adhesión superficial. El poder de succión de las raíces no
tiene la fuerza suficiente para extraer esta película de agua del terreno. En otras palabras esta
porción del agua en el suelo no es utilizable por las plantas) no está prácticamente disponible, y es
sostenida por presiones (manométricas) negativas de 31 a 10 kbars.

El agua capilar (fracción del agua que ocupa los microporos en el suelo. Se mantiene en el suelo
gracias a las fuerzas derivadas de la tensión superficial del agua. Esta fracción del agua es
utilizable por las plantas, es la reserva hídrica del suelo) aparece cuando hay más agua disponible
para llenar los espacios entre las partículas de suelo, pero de una manera discontinua. Esta agua es
sostenida por presiones que van desde 0.33 a 31 bars, y puede estar conectada directamente con
aguas subterráneas o en paquetes aislados.
El agua capilar forma la zona capilar continua antes
mencionada y puede ser usada por las plantas. Si las
presiones negativas tienen magnitudes mayores que
alrededor de 15 bars, las raíces de las plantas no
pueden extraer el agua. Este nivel de sequedad se
denomina punto de marchitamiento (wilting point),
y la vegetación no puede sobrevivir a menores
contenidos de humedad. A medida que la humedad
crece, se alcanza el punto que la gravedad es
suficientemente fuerte como para contrarrestar estas
presiones negativas (entre 0 y 0.33 bars).
La máxima cantidad de agua que el suelo puede sostener contra la gravedad se
denomina capacidad de campo. El agua en exceso de la capacidad de campo,
percola hacia abajo de la columna de suelo, y alcanza finalmente la zona de
saturación limitada por un lecho de rocas, o algún otro material impermeable.

Es razonable esperar que la humedad del suelo a cierta profundidad en la capa


intermedia no varíe mucho con el tiempo. La profundidad exacta dependerá
naturalmente de la historia del sitio, pero es del orden de algunos metros en la
mayoría de las regiones. En áreas húmedas o bien irrigadas, la capacidad de
campo es una buena estimación de la humedad para esta capa.
El agua gravitacional es la fracción del agua que ocupa
los macroporos del suelo, saturándolos o no. Esta fracción
del agua en el suelo se mueve impulsada por la fuerza de
la gravedad, la que tiende a desplazarla hacia abajo. Esta
fracción del agua del suelo puede temporalmente ser
utilizada por las plantas mientras se encuentre en el
estrato reticular de las plantas.

El agua ejerce importantes acciones, tanto para la


formación del suelo (interviene decisivamente en la
meteorización física y química, y translocación de
sustancias) como desde el punto de la fertilidad.
La fase líquida circula a través del espacio poroso, queda
retenida en los huecos del suelo, y está en constante
competencia con la fase gaseosa. Los cambios climáticos
estacionales, y concretamente las precipitaciones
atmosféricas, hacen variar los porcentajes de cada fase en
cada momento. La fase líquida del suelo está constituida
por el agua y las soluciones del suelo.

El suelo es un material complejo compuesto por materia


presente en sus tres fases. La fase sólida está compuesta
por minerales y materia orgánica; la fase líquida por agua
y la fase gaseosa está formada esencialmente por aire y
DISTRIBUCIÓN DEL AGUA EN EL
SUELO
La distribución vertical idealizada de las zonas de humedad en el suelo,
asumiendo una porción de terreno permeable, homogénea (de
granulometría uniforme) e isótropa (sin estratificación, con
permeabilidad uniforme en todas las direcciones) sobre un manto
horizontal impermeable (por ejemplo, roca) y considerando una única
fuente de entrada de agua proveniente de la infiltración en superficie (no
se considera flujo de agua subterráneo), es la siguiente:
Zona de evapotranspiración (ETP): Es la zona superior,
comenzando desde la superficie del terreno; se extiende
hacia abajo, acompañando la capa de las raíces de las
plantas. Está sometida a alteración del suelo y en ella se
realiza la evapotranspiración. Normalmente, esta zona se
encuentra en estado no saturado (parte de los poros de la
tierra están llenos de aire, además de agua). Durante
período de lluvia (o irrigación), esta zona puede volverse
saturada. El espesor de esta zona es función del suelo, el
clima y la cobertura vegetal, en zonas templadas alcanza
1.00 m a 2.00 m de profundidad y excepcionalmente 3.00
m.
Zona de retención: El volumen de agua es igual al
coeficiente de retención específico y el peso del
agua es igual a la capacidad de campo. El agua de
esta zona no presenta ningún vínculo hidráulico
con las capas inferiores. Es una zona de conexión
con la región usualmente saturada del sistema
tierra-roca. Esta zona intermedia está
normalmente no saturada, excepto en períodos de
extrema precipitación. Su espesor medio puede
variar entre 0.60 m y 2.00 m, alcanzar los 15.00 m
o, por el contrario, faltar completamente.
Franja capilar: La zona capilar yace por encima de
las capas bajas saturadas. Su nombre proviene de la
existencia de agua que asciende debido a las fuerzas
capilares. La capilaridad es una función del tipo de
sistema tierra-roca. La columna de agua ascendente
puede ser una fracción de un 1.00 m para arenas,
hasta decenas de metros para arcillas finas. La
posición de la franja capilar se ve afectada por las
fluctuaciones de la capa acuífera, pero no su
potencia. La potencia varía de manera inversamente
proporcional a la granulometría, con valores entre
30 y 60 cm en las arenas y de hasta 3.00 m en los
Zona saturada: Llamada capa o manto
acuífero. En el ejemplo considerado, se
denomina también acuífero libre o freático (en
la superficie superior o nivel freático, la
presión del agua es igual a la presión
atmosférica). Todos los espacios vacíos están
ocupados enteramente por agua. El coeficiente
de saturación alcanza el 100 %. De esta zona
puede extraerse agua mediante el uso de
métodos convencionales (bombas).
Agua higroscópica: Es el agua
adsorbida directamente de la
humedad atmosférica, forma una
fina película que recubre a las
partículas del suelo. No está sometida
a movimiento, no es asimilable por
las plantas (no absorbible). Está
fuertemente retenida a fuerzas
superiores a 31 atmósferas (pF = 4.5).
EL AGUA SUBTERRÁNEA

Los reservorios de agua subterránea


explotables se denominan acuíferos.
Una formación saturada de este tipo
es explotable si puede entregar una
considerable cantidad de agua con
relativa facilidad a costos
razonables.
Esta es una propiedad que depende del tipo de suelo y de los orígenes de la
formación. Los acuíferos se clasifican en confinados y no confinados (o nivel
freático).

Los acuicludos corresponden a una unidad geológica incapaz de transmitir


cantidades significativas de agua bajo la acción de gradientes de carga hidráulica
ordinarios. Una formación intermedia lo constituyen los acuitardos que son lo
suficientemente permeables como para transmitir cantidades de agua significativas
para el estudio de flujos de aguas subterráneas regionales, pero no suficientes como
para permitir la implementación de pozos de producción.
Luego de perforar un pozo que penetra un
acuífero no confinado (nivel freático), el agua
aparecerá en el nivel que define la superficie
piezométrica donde la presión de flujo sea igual
a la atmosférica. Estos acuíferos tienen una
superficie libre, que puede estar conectada
directamente a una corriente superficial o a
otras aguas. El agua en los acuíferos freáticos
proviene de recargas de precipitación pluvial
sobre el acuífero, de conexiones con aguas
superficiales, y/o de otros acuíferos.
Los acuíferos confinados no tienen una superficie libre. Los lechos confinantes pueden
ser completamente impermeables (acuífugos) o `llovedizos' (acuicludos). Luego de
perforar un pozo que penetra un acuífero confinado, el agua se elevará hasta un cierto
nivel, denominado altura piezométrica, que es igual a la elevación del techo del
acuífero por encima de un nivel de referencia más la presión en el acuífero. Si esta
altura se eleva por encima del nivel del suelo, entonces se tendrá un pozo artesiano del
que fluye agua espontáneamente. Estos acuíferos se recargan a través de
afloramientos (áreas donde el sistema del suelo se expone a la superficie) o a través de
acuicludos. Este tipo de recarga puede ser limitado. Muchos acuíferos confinados
poseen 'aguas fósiles' depositadas en tiempos geológicos pasados.
Otras formaciones rocosas de estructura
volcánica o cristalina tienen poca permeabilidad
inherente, pero podrían potencialmente contener
y transmitir agua a través de sus fisuras y
fracturas. Otro camino de transmisión pueden ser
los contornos entre estratos de diferente origen
geológico. Plegamientos, fallas y otras fuentes de
esfuerzos geológicos pueden conspirar a reducir o
incrementar las fracturas en una dada formación
rocosa.
Los sedimentos no consolidados son
generalmente los mejores acuíferos. Estos
depósitos son usualmente de origen fluvial o
glaciar. Los sedimentos fluviales se depositan
dentro y alrededor de cursos de agua existentes o
ya no existentes. Ya que la capacidad de
transportar agua depende del tamaño de las
partículas, los elementos fluviales están
normalmente bien clasificados y estratificados.
Esto mejora la porosidad y la conductividad
hidráulica, haciendo de estas formaciones muy
ECOLOGÍA DEL SUELO

La ecología del suelo es el estudio de las


interacciones entre la biología del suelo y
entre los aspectos bióticos y abióticos del
entorno del suelo. Se ocupa
particularmente del ciclo de nutrientes, la
formación y estabilización de
la estructura de los poros, la propagación
y vitalidad de patógenos y
la biodiversidad de esta rica comunidad
biológica .
Visión general
El suelo está hecho de una multitud de entidades físicos, químicas, y biológicas, con
muchas interacciones ocurriendo entre ellos. El suelo es una mezcla variable de
minerales rotos y degradados y materia orgánica en descomposición. Junto con las
cantidades apropiadas de aire y agua, suministra, en parte, sustento para plantas
así como soporte mecánico.

La diversidad y la abundancia de vida del suelo supera que de cualquier


otro ecosistema. El establecimiento de plantas, competitividad, y el crecimiento
está gobernado en gran parte por la ecología bajo tierra, así que entendiendo este
sistema es un componente esencial de ciencias de planta y ecología terrestre.
Características del ecosistema
La humedad es un factor limitante importante en la tierra. Los
organismos terrestres se enfrentan constantemente al problema
de la deshidratación . La transpiración o evaporación del agua
de las superficies de las plantas es un proceso de disipación de
energía exclusivo del entorno terrestre.

Las variaciones de temperatura y los extremos son más


pronunciados en el aire que en el medio acuático.

Por otro lado, la rápida circulación de aire en todo el mundo


da como resultado una mezcla fácil y un contenido notablemente
constante de oxígeno y dióxido de carbono.
Aunque el suelo ofrece un soporte sólido, el aire no. Han
evolucionado esqueletos fuertes tanto en plantas terrestres como
en animales y también se han desarrollado medios especiales de
locomoción en estos últimos.

La tierra, a diferencia del océano, no es continua; existen


importantes barreras geográficas a la libre circulación.

La naturaleza del sustrato, aunque importante en el agua, es


especialmente vital en el medio terrestre. El suelo, no el aire, es la
fuente de nutrientes muy variables; es un subsistema ecológico
altamente desarrollado.
Red alimentaria del suelo
Una increíble diversidad de organismos conforma
la red alimentaria del suelo. Varían en tamaño desde
los unicelulares más
pequeños bacterias, algas, hongos, y protozoos, a los
más complejos nematodos y micro artrópodos, a lo
visible lombrices de tierra, insectos,
pequeños vertebrados y plantas . A medida que estos
organismos comen, crecen y se mueven por el suelo,
hacen posible tener agua limpia, aire limpio, plantas
saludables y un flujo de agua moderado.
Hay muchas formas en que la red alimentaria del suelo es una parte integral de
los procesos del paisaje. Los organismos del suelo descomponen los compuestos
orgánicos, incluido el estiércol, los residuos de plantas y los pesticidas, evitando
que entren en el agua y se conviertan en contaminantes. Secuestran nitrógeno y
otros nutrientes que de otro modo podrían ingresar al agua subterránea y fijan
el nitrógeno de la atmósfera, poniéndolo a disposición de las plantas. Muchos
organismos mejoran la agregación y la porosidad del suelo, aumentando así
la infiltración y reduciendo la escorrentía superficial. Los organismos del suelo
se alimentan de las plagas de los cultivos y son alimento para los animales de la
superficie.
Investigación
Los intereses de la investigación abarcan muchos
aspectos de la ecología y microbiología del suelo.
Fundamentalmente, los investigadores están
interesados en comprender la interacción entre
los microorganismos, la fauna y las
plantas, los procesos biogeoquímicos que llevan a
cabo y el entorno físico en el que tienen lugar sus
actividades, y aplicar este conocimiento para abordar
los problemas ambientales.
Ejemplos de proyectos de investigación son
examinar la biogeoquímica y la ecología
microbiana de los suelos de los campos de
drenaje séptico utilizados para tratar las aguas
residuales domésticas, el papel de las lombrices
de tierra anécicas en el control del movimiento
del agua y el ciclo del nitrógeno en los suelos
agrícolas y la evaluación de la calidad del suelo
en la producción de césped.​
De particular interés a a 2006 es comprender los
roles y funciones de
los hongos micorrízicos arbusculares en los
ecosistemas naturales. El efecto de las condiciones
antrópicas del suelo sobre los hongos micorrízicos
arbusculares y la producción de glomalina por los
hongos micorrízicos arbusculares son de
particular interés debido a su papel en el
secuestro de dióxido de carbono atmosférico.
Organismos descomponedores.
Se denomina organismos descomponedores a
todos aquellos seres vivos heterótrofos, cuya
principal fuente de sustento es la materia
orgánica en estado de descomposición, que
ayudan a reducir a sus mínimos componentes
aprovechables (descomposición). Los
descomponedores ocupan el peldaño inferior de
la cadena trófica, porque garantizan nutrientes
y fertilizantes a los productores primarios.
La descomposición es un proceso habitual e importante en el ciclo de la vida, y es lo
que sigue a la muerte, ya sea total (un individuo completo) o parcial (partes, restos o
miembros de un individuo). Este proceso es llevado a cabo por una diversa
comunidad de microorganismos descomponedores, compuesta por numerosas
especies de hongos y bacterias.

Algunos consumidores, denominados consumidores de detritos o detritívoros, suelen


ser considerados como descomponedores. Se alimentan de detritos, que es materia
orgánica muerta que incluye cadáveres, hojarasca y heces. Los consumidores de
detritos y los descomponedores microbianos destruyen organismos muertos y
productos de desecho.
Tipos de organismos descomponedores

Dependiendo del tipo de materia orgánica en


descomposición de la que se alimenten, podemos hablar de
tres tipos fundamentales de organismos
descomponedores:

-Detritívoros o detritófagos. Son los organismos


consumidores que se alimentan de detritus, o sea, de restos
corporales de otros organismos, como residuos vegetales
(hojas secas, frutos en descomposición, flores marchitas,
etc.). Todo este material orgánico cae al suelo de los
diferentes ecosistemas y genera, al descomponerse, una
-Coprófagos. Son los organismos consumidores que se alimentan de las heces de
otros organismos más complejos, es decir, de sus excrementos. Allí encuentran
materia orgánica aprovechable que los otros animales no pueden digerir total o
parcialmente, sacando provecho a lo que ya ha sido aprovechado en primera
instancia.

-Necrófagos. Son los consumidores que se alimentan de cadáveres, o sea, del


cuerpo de los organismos muertos. Una vez que la vida ha cesado, diferentes
microorganismos comienzan una digestión de la materia orgánica, ayudados
antes por insectos, animales carroñeros y otros organismos que devoran el
cuerpo o que acaban con los restos de la cacería de otros animales más grandes.
-Saprótrofos. Son los descomponedores propiamente dichos. Son heterótrofos
microbianos que se abastecen de energía al descomponer las moléculas
orgánicas en los restos (cadáveres y desechos corporales) de todos los
miembros de la cadena alimentaria. Liberan moléculas orgánicas simples,
como dióxido de carbono y sales minerales, que pueden ser reutilizadas por
los productores. La mayoría de las bacterias y hongos son descomponedores
importantes.
Importancia ecológica de los organismos
descomponedores
Los descomponedores son organismos vitales para el circuito de la transmisión de la
energía y de la materia en todos los ecosistemas. Son los garantes del total
aprovechamiento de los recursos biológicos: descomponen la materia orgánica en
sustancias más básicas y elementales, cada vez más próximas a las necesarias para el
florecimiento de los organismos productores o primarios (como las plantas).

Sin ellos, la descomposición de la materia sería un proceso mucho más prolongado y


trabajoso, especialmente en el caso de aquellos depredadores finales que no suelen ser
presa de nadie.
Algunos ejemplos de organismos descomponedores son:

Las bacterias. Una verdadera fauna de microorganismos heterótrofos hace vida en el


intestino de los animales y libremente en la naturaleza. Cuando la vida ha cesado, son
el primer frente activado de descomposición de la materia, ya que fermentan, oxidan y
consumen los tejidos.

La mayoría de los hongos. Los hongos de vida saprófita (no parasitaria) suelen nacer
en lugares ricos en humedad y materia orgánica en descomposición, como puede ser el
suelo de un bosque caducifolio o la pintura de un baño con mala ventilación. Allí
descomponen químicamente la materia para obtener energía y nutrientes con los que
crecer y reproducirse.
-Las lombrices de tierra. Las diversas especies de lombrices de tierra llevan una existencia ciega
bajo tierra, abriendo túneles a medida que avanzan, alimentándose de la materia orgánica en
sus últimos estados de descomposición.

-Las larvas de insectos. Diversos insectos, especialmente las moscas, depositan sus huevos en
cadáveres u otros residuos orgánicos en descomposición, para aprovechar la materia orgánica
como fuente de alimento para sus larvas. Estos son los gusanos que aparecen sobre animales
muertos y que los devoran desde adentro, preparándose para la metamorfosis que los conducirá
a la adultez.

-Los insectos coprófagos. Otros insectos, como los distintos escarabajos “peloteros” (Scarabaeus
viettei y Scarabaeus laticollis, generalmente) aprovechan las defecaciones de diversos
mamíferos, haciendo pequeñas bolas que entierran para formar un nido cálido y propicio para
sus huevos.
Importancia de los organismos en el suelo

El suelo es el sustrato más utilizado para la


producción agrícola y, además, presenta unas
características que le hace especial, por las
cuáles es considerado el sustrato vivo y
dinámico con mayor biodiversidad, donde se
desarrollan muchas formas de vida, como por
ejemplo las plantas, modificando el ambiente
para sostener el sistema productivo.
Son millones los microorganismos que
podemos encontrar en una pequeña muestra
de suelo, aunque los microorganismos más
abundantes son las bacterias, hongos y
virus, asociados generalmente a
enfermedades de los cultivos. Sin embargo,
existe una unión entre plantas, suelo y
organismos en conjunto con factores bióticos
y abióticos que modulan el sistema
productivo y en donde con certeza son más
las bacterias, hongos y virus benéficos que
Principales microorganismos presentes en el
suelo
Como bien hemos mencionado, las
bacterias, hongos y virus son los
organismos más abundantes, pero
también existen otros de relativa
importancia como los protozoarios
o las microalgas que se describen
brevemente a continuación:
Bacterias: se consideran el grupo más diverso de
microorganismos en el suelo y pueden ser beneficiosos
o fitopatógenos. La familia de los actinomicetos se
encuentra dentro de este grupo.

Hongos: Pueden ser de vida libre o estar unidos con las


raíces de las plantas como es el caso de las micorrizas.
Pertenecen a este grupo las levaduras y puede haber
hongos beneficiosos, así como fitopatógenos. La
importancia de este grupo radica en que muchos de
ellos desempeñan un rol importante en los procesos de
descomposición de la materia orgánica.
Protozoarios: son aquellos organismos que requieren
de oxígeno para vivir por lo que están presentes cerca
de la superficie del suelo. Su alimentación consiste en
algas y bacterias del propio suelo.

Microalgas: al igual que los anteriores, se encuentran


presentes cerca de la superficie del suelo y constituyen
una fuente de alimento para protozoarios, hongos,
lombrices de tierra y nemátodos.
Funciones de los microorganismos en el suelo

Son muchas las funciones que desempeñan los organismos presentes en el suelo
ya que, además, se relacionan de manera dinámica con las raíces de los cultivos
en la rizosfera.

Se debe destacar el importante papel que juegan en el mantenimiento de la


calidad, la salud y fertilidad de nuestros cultivos ya que están directamente
relacionados con la disponibilidad y movilidad de nutrientes en el sustrato
suelo, proporcionan estructura, aportan en el control de organismos patógenos,
contribuyen a degradar contaminantes orgánicos y favorecen la huella de
carbono en el suelo.
En cuanto a su importancia en la agricultura, desempeñan un papel esencial en numerosos
procesos edáficos como por ejemplo la descomposición y mineralización de la materia
orgánica y la disponibilidad de nutrientes para los cultivos que condicionan las características
de un suelo y su productividad. También contribuyen al mantenimiento de la fertilidad
química, física y biológica del suelo, transformando determinados nutrientes inorgánicos que
no pueden ser absorbidos por la planta, etc. Asimismo, en condiciones de bajos niveles de
nutrientes o materia orgánica o en presencia de altas concentraciones de iones metálicos o
contaminantes orgánicos (agroquímicos o hidrocarburos), los microorganismos del suelo,
aunque de manera lenta, son capaces de adaptarse mediante diferentes mecanismos y
participar así en algunos procesos que se mencionan a continuación:


-Recuperación y rehabilitación de suelos

-Reducción de residuos peligrosos

-Control de plagas y enfermedades

-Efectos de aireación, porosidad, capacidad de


retención de humedad y reducción del lixiviado
de nutrientes.

-Formación y protección de raíces


Ganaderia ecologica.
La ganadería ecológica, orgánica o
biológica es un sistema de producción
multifuncional, con unas bases técnicas y
una normativa propia que la diferencian
de los procesos intensivos y extensivos,
cuyo objetivo principal es la obtención de
alimentos de origen animal de máxima
calidad sanitaria y bromatológica, con
amplias garantías dietéticas y de seguridad
Se trata de un modelo de desarrollo sostenible en el medio rural,
socialmente justo, basado en técnicas que respetan el medio ambiente, el
bienestar animal y la salud de personas, animales y plantas; reducen al
máximo las posibles pérdidas o emisiones atmosféricas; conservan la
fertilidad de la tierra, mediante la utilización óptima de los recursos
naturales (pastos); disminuyen los costes de producción, permitiendo
obtener una renta suficiente a los ganaderos; y evitan el uso de sustancias
químicas de síntesis y de organismos modificados genéticamente
(transgénicos).
La ganadería ecológica, como forma de ganadería extensiva que es,
debe estar ligada al suelo, o lo que es lo mismo, disponer de tierras de
pasto o cultivo para obtener en la propia unidad de producción la
mayor parte de los alimentos para los animales, contribuyendo así al
equilibrio de los sistemas agrícolas y utilizando recursos naturales
renovables.

Entre los productos derivados de este tipo de ganadería cabe


destacar la carne ecológica (pollo, ternera, cerdo, cordero...), la leche
ecológica y los huevos ecológicos.
La ganadería ecológica se fundamenta en tres pilares básicos:

Conservación del medio ambiente y de nuestro entorno natural.


Garantiza la preservación del medio natural, asegura la biodiversidad y
mantiene los ecosistemas. Utiliza animales de razas autóctonas que
realizan un mejor aprovechamiento de los recursos naturales, buscando
siempre el equilibrio de la carga ganadera con la oferta de recursos
alimenticios existentes en la explotación. El alimento que recibe el animal
procede de agricultura ecológica, que evita el uso de fertilizantes
químicos, herbicidas y pesticidas reduciendo al mínimo la contaminación
del suelo y el agua.
Respeto al bienestar y protección de los animales. Promueve unas
condiciones adecuadas para el desarrollo natural de los animales, en libertad
y con espacios suficientes, y evita cualquier tipo de daño, maltrato o
molestias innecesarias a lo largo de su vida.

Protección de la calidad y seguridad alimentaria. Elimina el uso de


sustancias químicas en la gestión de la explotación (fertilizantes para el
terreno) y en el manejo de los animales (medicamentos), para evitar que
aparezcan como residuos en los alimentos.​ El animal es alimentado solo con
productos orgánicos, lo que influye luego en las propiedades organolépticas
de su carne.
Agricultura ecológica

La agricultura ecológica, orgánica o biológica es un


sistema de cultivo de una explotación agrícola autónoma
basada en la utilización óptima de los recursos naturales,
sin emplear productos químicos sintéticos, u organismos
genéticamente modificados (OGMs) —ni como abono ni
para combatir las plagas—, logrando de esta forma
obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la
fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Todo
ello de manera sostenible, equilibrada y mantenible.
Los principales objetivos de la agricultura orgánica son la
obtención de alimentos saludables, de mayor calidad nutritiva, sin
la presencia de sustancias de síntesis química y obtenidos
mediante procedimientos sostenibles. Este tipo de agricultura es
un sistema global de gestión de la producción, que incrementa y
realza la salud de los agrosistemas, inclusive la diversidad
biológica, los ciclos biológicos y la actividad biológica del suelo.
Esto se consigue aplicando, siempre que sea posible, métodos
agronómicos, biológicos y mecánicos, en contraposición a la
utilización de materiales sintéticos para desempeñar cualquier
función específica del sistema. Esta forma de producción, además
de contemplar el aspecto ecológico, incluye en su filosofía el
mejoramiento de las condiciones de vida de sus practicantes, de tal
forma que su objetivo se apega a lograr la sostenibilidad integral
del sistema de producción agrícola; o sea, constituirse como un
agrosistema social, ecológico y económicamente sostenible.
La agricultura natural, la agricultura indígena, la agricultura familiar, la
agricultura campesina, son tipos de agricultura natural que buscan el equilibrio
con el ecosistema, son sistemas agrícolas sostenibles, que se han mantenido a lo
largo del tiempo en distintas regiones del mundo buscando satisfacer la demanda
de alimento natural y nutritivo a las personas y los animales, de manera que el
agroecosistema mantenga el equilibrio.La agricultura biodinámica, y la
permacultura, comparten algunos de sus principios y métodos, pero son más
recientes.

En esta práctica se puede tomar en cuenta los policultivos que a diferencia de los
monocultivos provocan la erosión del suelo y evitan que se aprovechen los
Tipos de cultivos

Uno de los cultivos más utilizados por su practicidad es el bancal. Este


es un sistema básico de la agricultura biodinámica, establecida por
Rudolf Steiner en 1924. Al emplear este método se hacen divisiones en
el terreno de aproximadamente 1 m (metro) de ancho y el largo que se
desee. Al no dejar más de 1 m de ancho tiene la ventaja de que se
puede trabajar el bancal sin tener que pisarlo, y así no se apelmaza la
tierra de cultivo. Es conveniente por tanto dejar entre bancal y bancal
un paso adecuado.
Han de estar en función de la adaptación al medio, su
resistencia/tolerancia a las plagas y enfermedades y de su
rentabilidad económica. En la medida de lo posible se debe de
mantener una diversidad biológica, que se consigue alternando
variedades distintas. La biodiversidad viene dada por la integración
de componentes a distintos niveles: edáfico (lombrices, bacterias
beneficiosas, hongos, nódulos de Rhizobium); especies silvestres (un
30 % de plantas adventicias) y con la implementación de la rotación
de cultivos. Esta biodiversidad dentro del ecosistema agrario
proporciona estabilidad, resistencia y sostenibilidad frente a
El cultivo ecológico debe estar basado en métodos
preventivos, potenciando el buen desarrollo de las
plantas y por tanto su resistencia natural a plagas
y enfermedades. Debe potenciarse al máximo la
prevención mediante unas adecuadas prácticas de
cultivo que aseguren el buen desarrollo de las
plantas y, por tanto, que estas sean más
resistentes. Las especies autóctonas y un abonado
adecuado hacen las plantas más resistentes.
Fertilidad del suelo

La fertilidad del suelo se refiere a


la capacidad del suelo para
sostener el crecimiento de las
plantas agrícolas, es decir, para
proporcionar hábitat a las plantas
y producir rendimientos sostenidos
y consistentes de muy alta calidad.
Un suelo fértil, tiene las siguientes propiedades:

-La capacidad de suministrar nutrientes y agua esenciales para las plantas en


cantidades y proporciones adecuadas para el crecimiento y reproducción de las
plantas.

-La ausencia de sustancias tóxicas que pueden inhibir el crecimiento de las


plantas.

Las siguientes propiedades contribuyen a la fertilidad del suelo en la mayoría de


las situaciones:

-Profundidad suficiente del suelo para el crecimiento adecuado de las raíces y la


retención de agua;
-Buen drenaje interno, que permite una aireación suficiente para un crecimiento óptimo
de las raíces (aunque algunas plantas, como el arroz, toleran el anegamiento);

-Capa superior del suelo con suficiente materia orgánica para una estructura saludable y
retención de humedad;

-PH del suelo en el rango de 5.5 a 7.0 (adecuado para la mayoría de las plantas, pero
algunas prefieren o toleran más condiciones ácidas o alcalinas);

-Concentraciones adecuadas de nutrientes esenciales para las plantas en formas


disponibles para la planta;

-Presencia de una variedad de microorganismos que apoyan el crecimiento de las plantas.


Fertilizante o abono
Un fertilizante o abono es cualquier tipo de sustancia
orgánica o inorgánica que contiene nutrientes en formas
asimilables por las plantas, para mantener o incrementar el
contenido de estos elementos en el suelo, mejorar la calidad
del sustrato a nivel nutricional, estimular el crecimiento
vegetativo de las plantas, etc. Ejemplos naturales o
ecológicos de abono se encuentran tanto en el clásico
estiércol, mezclado con los desechos de la agricultura como
el forraje, o en el guano formado por los excrementos de las
aves (por ejemplo de corral, como el de la gallina).
Las plantas no necesitan compuestos complejos del tipo de las vitaminas o los
aminoácidos, esenciales en la nutrición humana, pues sintetizan todo lo que
precisan; solo requieren diecisiete elementos químicos que deben presentarse
en una forma que la planta pueda absorber. Dentro de esta limitación, el
nitrógeno, por ejemplo, puede administrarse con igual eficiencia en forma de
urea, nitratos, compuestos de amonio o amoníaco puro.

La definición de abono según el reglamento de abonos de la Unión Europea


es "material cuya función principal es proporcionar elementos nutrientes a
las plantas".
La acción consistente en aportar un abono se
llama fertilización. Los abonos, junto a las
enmiendas, forman parte de los productos
fertilizantes.

Los abonos han sido utilizados desde la


antigüedad, cuando se añadían al suelo, de
manera empírica, los fosfatos de los huesos
(calcinados o no), el nitrógeno de las
deyecciones animales y humanas o el potasio
de las cenizas.
Uso del estiércol como fertilizante
El estiércol es el fertilizante orgánico por excelencia
debido a su alto contenido en nitrógeno y en materia
orgánica. Se ha utilizado desde la antigüedad para
aprovechar los residuos del ganado y también,
restaurar los niveles de nutrientes de los suelos
agrícolas. Como es lógico, sus características
nutricionales dependerán fundamentalmente del
tipo de ganado en cuestión.
Antes de usar el estiércol como fertilizante, hay que tener en cuenta una
serie de cosas.

La principal de ellas es que no se puede añadir directamente a los cultivos


si no que se debe aplicar un cierto tiempo antes de la plantación, el
suficiente para que se produzca una degradación de la materia orgánica
del estiércol. Dependiendo del cultivo, puede ser entre un mes o 15 días
antes de la siembra.

Otra cosa importante a tener en cuenta es la dosis.


Pues legislativamente el máximo está establecido en 170 kg de N
por hectárea. Esto viene definido por la legislación sobre
contaminación de aguas por nitratos de origen agrícola. Así, se
evita llegar al máximo de 50 mg L de nitrato en las aguas
superficiales o subterráneas, ya que valores mayores producen
graves problemas de salud pública.
Para saber qué dosis podemos aplicar, lo mejor
es saber la dosis agronómica. Es el balance entre
el nitrógeno que extrae el cultivo durante su
ciclo y el nitrógeno que hay en el suelo en forma
inorgánica o en el humus y el que se aplica en el
agua de riego. Para igualar el balance,
añadiremos el nitrógeno con el fertilizante que
en nuestro caso es estiércol.
NUTRICIÓN MINERAL EN LAS
PLANTAS.
Las plantas son organismos autótrofos
que utilizan la energía solar
(fotoautótrofos) para sintetizar sus
componentes a partir de dióxido de
carbono, agua y elementos minerales. El
90-95% del peso seco de las plantas está
constituido por C, H y O, que obtienen
del CO2 y del agua. El 5-10% restante es
muy diverso y constituye la fracción
Los elementos esenciales son: carbono,
hidrógeno y oxígeno que provienen del aire y
del agua del suelo. Además de: nitrógeno,
fósforo, potasio, calcio, azufre, magnesio,
fierro, cobre, zinc, manganeso, molibdeno y
boro que son suministrados a la planta a
partir de las reservas del suelo o mediante la
aplicación de abonos y fertilizantes.
Nitrógeno (N).
Las plantas contienen de 1-3% de nitrógeno en su
estructura. Las plantas absorben el nitrógeno en
forma de nitratos (NO3) - y amonio (NH4) +
proveniente de los abonos nitrogenados como la urea,
nitrato, que aplicamos al suelo. Las proteínas son
indispensables a la vida de las plantas y de los
animales. El nitrógeno también es parte de
compuestos del metabolismo, como la clorofila y los
alcaloides, así como de muchas hormonas, enzimas y
Fósforo (P).
Las plantas contienen de 0.3 - 3% de fósforo en su
estructura. Es un elemento fundamental debido a que
forma parte de la estructura básica de la energía
química ATP (adenosin trifosfato), el cual es utilizado
en la fase oscura para la asimilación de CO2 y la
formación de azucares como la glucosa. También
contribuye para el desarrollo del sistema radicular y
para la salud general de la planta. El fosforo actúa en
la cosecha como factor de calidad y cantidad, es decir,
contribuye para una mayor producción de los
Potasio (K).
Las plantas contienen de 0.05 - 1.0 % de potasio
en su estructura. Es un activador de procesos
metabólicos los cuales implican la conservación
del agua en la planta y la presión de la
turgencia de las células, mediante la apertura y
cierre estomático, esto significa que al no tener
las plantas cantidad adecuadas potasio se
deshidratarían por efecto de las altas
Los nutrientes secundarios son: calcio (Ca),
magnesio (Mg) y azufre (S).
Calcio (Ca).
Las plantas contienen de 0.5-3.5% de calcio
en su estructura “pegamento” que mantiene
las células juntas y mantiene las paredes de
las células vegetales rígidas y firmes. El
Calcio reduce el ablandamiento de frutos y su
deterioro, un nivel adecuado de calcio en los
tejidos inhibe la acción de enzimas
poligalacturonasas que causan el
rompimiento de la membrana y senescencia
Magnesio (Mg).
Las plantas contienen de 0.1-0.5% de magnesio en
su estructura. Al igual que el Ca, el Mg puede
encontrarse en las plantas como elemento
estructural (forma parte de la molécula de clorofila)
o como cofactor enzimático.El magnesio ayuda al
almacenamiento de los azucares en la planta,
indispensables en la formación de los carbohidratos,
aceites y grasas como cofactor enzimático.
Azufre (S).
Las plantas contienen de 0.03-0.08% de azufre
en su estructura. La función más importante
del S está relacionada con su participación en
la síntesis de las proteínas, también de
compuestos como la coenzima A, vitamina B1 y
algunos glucósidos, los cuales dan el olor y
sabor característicos a algunas plantas, como
las crucíferas y liliáceas.
Micronutrientes
Se denominan así porque las plantas
necesitan absorber pequeñas cantidades
para que funcionen bien. Se denominan
también elementos traza dado que aparecen
en trazas o pequeñas cantidades cuando se
realiza un análisis químico. Los nutrientes
son: hierro (Fe), cobre (Cu), zinc (Zn), cloro
(Cl), manganeso (Mn), molibdeno (Mo) y
boro (B).

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