Renovando La Imagen de Dios
Renovando La Imagen de Dios
Renovando La Imagen de Dios
Una Imagen
de DIOS
INTRODUCCIÓN
¡Maranata: El Señor viene! Es una lectura devocional (matutina), la cual fue creada a partir de
una compilación de citas de Elena de White. Su objetivo es fortalecer nuestra fe en el
esperanzador tema de la Segunda venida de nuestro Señor Jesucristo. Dentro de los muchos
temas y citas que allí aparecen quisiera invitarles a reflexionar en la siguiente:
Para responder estas preguntas les invito a viajar al principio de la Biblia, justamente
en el momento en el que este carácter fue dañado y veremos cuál es la solución que
el cielo nos da para este real problema.
Primer Principio: “El hombre es
Mayordomo de todo lo creado”.
DESARROLLO Cuando el escritor hebreo usaba las
palabras cielo, tierra se refería al universo y
cuando usaba las palabras cielo, tierra y
Leamos Gén. 1:26 mar hacía referencia al planeta tierra, por
“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a lo tanto, si en Gén. 1:26, el dominio
nuestra imagen, conforme a nuestra entregado al hombre es sobre las aves de
semejanza; los cielos los peces del mar y bestias en
y señoree en los peces del mar, en las aves toda la tierra somos mayordomos no solo
de los cielos, en las bestias, en toda la del tiempo, talento, tesoro y templo sino
tierra, y en de TODO.
todo animal que se arrastra sobre la
tierra”. Cielo + Tierra = Universo
En este versículo encontramos dos Cielo + Tierra + Mar = Planeta Tierra
principios fundamentales
a) Solo a través de la imagen de Dios en
Segundo Principio: “El hombre no puede
el hombre está habilitado para
ser Mayordomo de nada si no es a través
responder a todos los requerimientos
la Imagen de Dios en el hombre”.
divinos. (Administrar la tierra como sus
Mayordomos.).
Es decir esta imagen es la que habilita al
b) El gran desafío de Adán y Eva era
hombre para responder a Dios y a sus
conservar la imagen y semejanza con la
requerimientos.
que Dios los
creó.
1. Dios crea al hombre a su imagen;
c) Si el enemigo quería tomar dominio
2. Le entrega el dominio de todo.
de todo debía comenzar por dañar la
imagen de
De acuerdo a esto se puede concluir lo
Dios en el hombre. (Podríamos llamarle
siguiente:
a esto, el comienzo del conflicto aquí en
la
tierra.).
En función de esto desarrollaremos
la siguiente estructura:
A. Dios creó al hombre a su imagen;
B. Satanás dañó esa imagen;
C. Cristo restauró la imagen;
D. El Espíritu Santo restaura la imagen en el
hombre;
E. La comunión es el medio por el cual el Espíritu
Santo restaura la imagen en el hombre;
F. Para que exista comunión debe haber tiempo y
lugar;
G. Para que exista tiempo y espacio debemos
decidir.
A) Como el primer punto ya fue
mencionado (Dios crea al hombre a
su imagen), siendo el fundamento
sobre el cual se construye todo lo
demás, comenzaremos desde el
momento en el que el enemigo daña
esa imagen.
B) Satanás daña la imagen de Dios en el
de mentira, acusador de Dios y de quienes
hombre.
son leales a él y asesino desde el principio.
“Tan pronto como el Señor, por medio de
Utilizó todo medio disponible con el fin de
Jesucristo, creó nuestro mundo y colocó a
lograr que Adán y Eva cooperaran con él en
Adán y Eva en el Jardín del Edén, Satanás
la apostasía y logró introducir la rebelión en
proclamo su propósito de transformar a su
nuestro mundo” (Cristo triunfante, 4 de
semejanza a los padres de la humanidad y
enero).
enrolarlos en las filas de su rebelión.
Los agentes satánicos estaban incorporados con los hombres. Los cuerpos de los seres humanos, hechos
para ser morada de Dios, habían llegado a ser habitación de demonios. Los sentidos, los nervios, las
pasiones, los órganos de los hombres, eran movidos por agentes sobrenaturales en la complacencia de la
concupiscencia más vil. La misma estampa de los demonios estaba grabada en los rostros de los hombres,
que reflejaban la expresión de las legiones del mal que los poseían. Fue lo que contempló el Redentor del
mundo. ¡Qué espectáculo para la Pureza Infinita!” (DTG, p. 27).
Fue este el contexto en el que Jesús nuestro salvador vino a esta tierra.
Pero, ¿para qué vino?, esta es otra pregunta que necesita una respuesta.
C) Cristo vino para Restaurar la imagen de Dios en el Hombre.
“Satanás se estaba regocijando de que había logrado degradar la imagen de Dios en la
humanidad.
Entonces vino Jesús a restaurar en el hombre la imagen de su Hacedor. Nadie,
excepto Cristo, puede amoldar de nuevo el carácter que ha sido arruinado por el pecado. El
vino para expulsar a los demonios que habían dominado la voluntad. Vino para levantarnos
del polvo, para rehacer según el modelo divino el carácter que había sido mancillado, para
hermosearlo con su propia gloria” (DTG, p. 28).
“El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio.
El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo” (1 Juan 3:8,
NVI).
“Cristo siempre tenía presente el resultado de su misión. Su vida terrenal, tan recargada de
penas y sacrificios, era alegrada por el pensamiento de que su trabajo no sería inútil. Dando
su vida por la vida de los hombres, iba a restaurar en la humanidad la imagen de Dios. Iba
a levantarnos del polvo, a reformar nuestro carácter conforme al suyo y embellecerlo con su
gloria” (CE, p. 221).
Cristo venció en el terreno donde Adán había perdido. Solo podemos exclamar ¡Bendito
Jesús!
D) El Espíritu Santo restaura la imagen en el hombre.
Es importante destacar que aunque Cristo recuperó lo que el hombre había perdido, esto no
es efectivo en el hombre automáticamente, en este contexto resalta como fundamental la
persona y obra del Espíritu Santo.
“En el plan de restaurar la imagen divina en el hombre, se estableció que el Espíritu Santo,
como agente modelador actuara en las mentes humanas como si fuera Cristo mismo” (EGW,
Recibiréis poder, p. 49).
El apóstol Pablo entendía muy bien este conflicto lo escribió en su carta a los Corintios. “Por
tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor,
somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”
(2 Corintios 3:18).
Sin embargo a esta altura surge otra pregunta trascendental.
El tiempo no llegará por que solo lo sepamos, este vendrá cuando tomemos una actitud
decidida frente a esto. El tiempo no vendrá por que aparezcan días de 25 horas. Si no tenemos
tiempo en las 24 horas que siempre tendremos es porque probablemente hemos entregado
nuestro tiempo a muchas otras cosas y no hemos priorizado el tiempo que debemos darle a
Dios. Seamos valientes, si no nos hemos podido levantar lo temprano que quisiéramos,
probablemente es porque hemos ido tarde a la cama y ¿por qué hemos ido tarde a la cama?
Quizás porque elegimos ver TV hasta tarde, entonces si queremos tener comunión, tendremos
que hacer cambios. Si no decidimos nada pasará, pero si lo hacemos tendremos tiempo y si
tenemos tiempo podremos tener comunión, si tenemos comunión el Espíritu Santo podrá
restaurar la imagen de Dios en nosotros y si eso pasa, nuestros pies estarán rumbo a Jerusalén.
En función de esto hemos
desarrollado lo siguiente:
A. Dios creó al hombre a su imagen;
B. Satanás dañó esa imagen;
C. Cristo restauró la imagen;
D. El Espíritu Santo restaura la imagen en el
hombre;
E. La comunión es el medio por el cual el Espíritu
Santo restaura la imagen en el hombre;
F. Para que exista comunión debe haber tiempo y
lugar;
G. Para que exista tiempo y espacio debemos
decidir.
Es decir el carácter de Cristo será reproducido en nosotros. Eso es lo que mencionamos al
comenzar este tema.
“Cristo está aguardando con deseo anhelante la manifestación de sí mismo en su iglesia.
Cuando el carácter de Cristo se reproduzca perfectamente en su pueblo, entonces vendrá a
buscar a los suyos” (Maranata, 14 de abril, p. 116).
Mayordomía es RESTAURAR LA IMAGEN DE Dios en el Hombre, es preparar un pueblo para
la segunda venida.
“La verdad se ha abierto camino a su corazón, y está implantada allí por el Espíritu Santo,
quién es la verdad. Cuando la verdad toma posesión del corazón, el hombre da una evidencia
segura de su existencia convirtiéndose en un Mayordomo de la Gracia de Cristo” (Testimonios
para los ministros, p. 122).
Efesios 4:24
“Y vístanse del nuevo hombre que ha sido creado a semejanza de Dios en justicia y santidad
de verdad” (RVA 2015).
Salmos 17:15
“En cuanto a mí, en justicia veré tu rostro; quedaré satisfecho cuando despierte a tu semejanza”
(RVA 2015). AMEN