RS en La Empresa
RS en La Empresa
RS en La Empresa
social de la
empresa
BUSINESS&MARKETINGSCHOOL
Marzo de zo o
O ES IIEDITO9 IAL
Avda. de Valdenigrales, s/n. 282eg Pozuelo de Alarcón (Madrid)
ISBN- 97+-8/-73s6-/$/-
depó sito Legal. M-i qt3-zoe
Portada: Gerardo Domínguez
2. GrsI)ÓN DE STAKEH0LDE9 2Ç
En u n o de los p r i m e r o s t r a b a j o s so b r e la m a t e r i a , B o we n ( •953) o p i n a b a q u e la
RSE se refería a las obligaciones de los hombres de negocios de acometer polí-
ticas, tomar decisiones o seguir cursos de acción en sintonía con los objetivos y
valo res de la sociedad. Para Frederick ( •9+ ) la RSE i m p l i c a b a :
«En un sentido amplio la RSE supone un interés por los anhe(os socia(es
más allá de tos meramente económicos. Teniendo en cuenta que el sistema
de empresa actual sólo puede sobrevivir bajo un orden de libertad social
real, la RSE tiene que ver con la preocupación acerca del papel que deberia
desempeñar la empresa para mantener ese orden (Eells y Walton, 7§)».
«El significado del término no es el mismo para todos. Para unos implica
res- ponsabilidad legal, para otros tiene que ver con una conducta ética; hay
quien lo entiende como una responsabilidad rausal; algunos lo interpretan
como filantropfa o caridad; muchos de quienes to adoptan lo ven como un
sinónimo de legitimidad; otros lo entienden como un deber (Zeniseck, T979t••
Por eso Davis (•967/ mantenía que la idea de la RSE implica la comprensión de
la empresa en el sistema social en el que actúa, y requiere la consideración de
sus actos dentro del sistema social así como de la necesidad de responsabi-
lizarse de sus consecuencias en cualquier aspecto y lugar del sistema.
Por tanto, la RSE tiene que ver con una forma más abierta de entender las
relaciones entre la empresa y la sociedad, y con una concepción más amplia de
la propia empresa y del papel que debe desempeñar en la sociedad de la que
forma parte.
+ 3 Antecedentes históricos y SOciales
del concepto de RSE
La idea que sustenta la responsabilidad social de la empresa (RSE) se refiere
al compromiso que la organización tiene con la sociedad en la que desarrolla sus
actividades, ya sea como institución social, como organización económica parti-
cular o como el conjunto de individuos que la integran. En virtud de este com-
promiso, la empresa debe asumir los valores de la sociedad en cada momento y
utilizarlos como tos criterios que han de regir sus operaciones. En la actualidad,
estos valores implican que la finalidad de la empresa debe orientarse hacia el
bienestar social y que su desempeño debe ser juzgado no sólo en términos de
beneficio económico, sino en función del impacto qoe sus actividades tienen en
los ámbitos económico, social y medioambiental.
La historia de la responsabilidad social de la empresa (RSE) se ha desarrolla-
do en paralelo con la del sistema económico capitalista, en el que la empresa ha
desempeñado un papel fundamental y cuyo resultado es la sociedad industrial.
Las convulsiones experimentadas por el sistema económico durante los siglos
XIX y XX pusieron a prueba la capacidad de adaptación de la sociedad.
La
corriente de pensamiento que reclamaba un comportamiento más humano de
las empresas fue fruto de estos grandes cambios.
La evolución de la 9SE, desde sus orígenes, hasta que se consolidó en la
década de los 8o, transcurre paralela a los s andes movimientos de contestación
social del siglo XX'. En las primeras décadas del siglo, tuvo Iugar un proceso de
concentración económica del que surgieron grandes conglomerados industriales
y que Ilevó a las empresas a alcanzar un poder político y social mayor que nunca.
De paso, convir tid a la clase empresarial dirigente en el grupo de liderazgo social
más acreditado, al tiempo que declinaba el poder de los grupos de liderazgo tra-
dicionales (Drucker, +975)
Pero también se hicieron evidentes los fallos del proceso y, junto con el desa-
rrollo económico, aparecieron las protestas por la concentración de poder de los
monopolios, las condiciones de trabajo, la desigual distribución de la riqueza y la
responsabilidad de las clases dirigentes y el Estado. El propio sistema económico
capi(aIista fue objeto de la critica de movimientos socialistas y radicales,
Desde principios del siglo XX y a to largo de su primera mitad, la discusión
sobre la RSE se concretaba en el problema ético del individuo como hombre de
negocios. La pregunta clave era si existía una ética para la vida privada y otra
para los negocios. En este sentido, tas prácticas habituales de RSE se encauza-
ban a través de la filantropia empresarial, y las primeras manifestaciones de RSE
tuvieron un caracter caritativo y de generosidad de la gran empresa para con los
desfavorecidos•,
Durante los años 6o y / o Aparecieron las grandes multinacionales; fueron
años de consolidación de los procesos de estandarización de la economía y se
evidenciaron los efectos de las economías de escala: los aumentos espectacula-
res de productividad y e\ consumo de masas. En el transcurso de estas décadas,
amplias capas de población de los países desarrollados alcanzaron significatiVOS
niveles de renta, y la expansión del estado de bienestar hacia posible disfrutar
de un vo(umen de servicios y un grado de cobertura social sin precedentes.
No obstante, este constante aumento del nivel de vida experimentado en
estos años, tuvo su lado negativo. El daño causado al medio ambiente debido
fundamentalmente a la actividad económica, la progresiva distancia que separa-
ba a las clases más favorecidas de las marginadas, así como la cada vez mayor
brecha entre el mundo desarrollado y el tercer mundo, pusieron de manifiesto
que sí bien ef modelo económico asignaba con eficacia los recursos y se mostra-
ba eficaz en la satisfacción de necesidades de bienes y servicios, presentaba
graves carencias en lo que se rererfan a la distributíón de la riqueza y la protec-
ción del medio ambiente.
En los años a los que nos referimos se produjo una disminución del papel del
Estado en (a economía, verificándose una desregulación económica en sectores
clave como el energético o el transporte y la privatización de empresas públicas.
La liberalización de los movimientos de capitales hizo más fácil et que los gran-
des inversores institucionales tomasen el control de la gestión y, en consecuen-
cia, reorientaran la estrategia de las organizaciones+.
En virtud de esta nueva racionalidad, las empresas se ven más presionadas
aún que antes para alcanzar, no ya el máximo beneficio, sino el máximo benefi- cio
a corto plazo. De este modo, los objetivos económicos y financieros prevale-
" Por su parte, De la Dehesa ( z • o 3 ) subraya (a evidencia empírica que demuestra que tas
grandes empresas suelen pagar salarios más altos, proporcionar me¡ores condiciones de tra-
bajo e invertir en formación de sus trabajadores más que las empresas nacionales de los pai-
ses en desarrollo donde ubican, lo que es un síntoma que demuestra su responsabilidad
social.
zación por sf misma, sino a ta orientación que la dirigía. Una parte de la sociedad
aspiraba a que el proceso se llevara a cabo baio unas premisas éticas
diferentes. El objetivo era una globalización respetuosa con la variedad
cultural, equitativa
e integradora socialmente, defensora del medio ambiente, menos inclinada ante
los mercados financieros y la hegemonía política, y plegada a los tradicionales
planteamientos de la economia Iiberat+. Como apunta Cohen t•999J. ‹fla globali-
zación y la tecnologia actuales forman una revolución inacabada. Le falta una
regulación social específica. Mientras qüe no se encuentre un nuevo conjunto de
reglas sociales que se adapten a la nueva realidad, continuará el malestar
actual».
Puede decirse que los movimientos sociales de los años 8o y 9 son los here-
deros de los acaecidos en los años 6O 7 . y tienen su continuación en los que se
Ilevan a cabo en nuestros días. No obstante, el discurso actual es más amplio
que el de los años 6o, en que los planteamientos eran más políticos; los actua-
ies parten de una perspectiva integradora que reconoce la ligazón entre lo polí-
tico y lo económico. y su repercusión en los asuntos sociales. Nos encontramos
en una sociedad mt s compleja e informada que demanda nuevos referentes éti-
cos en tos procesos donde se toman decisiones que la alec(an. Ante el progresi-
vo retraimiento del papel del Estado, la sociedad se vuelve hacia la empresa que
se erige en un actor económico y social de primer orden, y Se interroga sobre sus
funciones y los valores que deben guiar su comportamiento. En palabras de
Reich: «Se ha dicho mucho sobre el papel del Estado en la nueva era de la eco-
nomia global, pero no se ha llevado a cabo un debate serio sobre el papel que
corresponde a las empresas. A no ser que aceptemos que debe ser simplemen-
te guiarse por la ley del máximo beneficio a corto plazo» (Reich, +993J
El mateçtar social causado por la incapacidad manifiesta de superar los fenó-
menos de pobreza y marginación social en extensas áreas del planeta, el rumbo
que tomaba la globalización y el deterioro del medio ambiente, movió a las ins-
tituciones públicas supranacionales a convocar foros de debate en los que se
propusieron programas y se enunciaron principios para enfrentar los problemas.
EfT 987 el informe Brundtland*, auspiciado por las Naciones Unidas y titula- do
muestro /u/uro común, brindaba el concepto de desarrollo sostenible, que trata
de armonizar el desarrollo económico y el respeto aT medio ambiente sin
comprometer los recursos naturales para las generaciones venideras. Este con-
cepto, que lleva implfcita la solidaridad intergeneracional, ha cosechado un
amplio consenso y es la base de muchos documentos y programas que apare-
cieron con posterioridad y, en este sentido, puede decirse que en los movimien-
tos «antiglobalización» de hoy cristalizan dos vie¡as reivindicaciones: ta incorpo-
ración de la ética a la economía y un modelo de desarrollo que rio comprometa
los recursos naturales.
Ambas expectativas se plasman en la responsabilidad social de la empresa
(RSEJ y el desarrollo sostenible. Estas son las dos ideas clave que sostienen el
modelo de globalización deseado. No en vano se trata de un periodo en que los
gobiernos disminuyen su participación en la vida económica y se cuestiona la
' Véase a este respeto la crítica de Giddens y Hutton (eoo ) respecto de las ideas neoli-
berales como marco conceptuat de referencia de la mundialización.
" Naciones Unidas, Comisión M un di al r o b r e M e d i o Am biente y Desarrollo (!98 z ) .
En este sentido, las demandas sociales plantean un papel más activo de las
empresas en el compromiso con los valores y objetivos de la comunidad y no tan
ceñido a su función económica tradicional. Pero en !o anterior subyace un proceso
de gran calado, en que lo que está en juego es la reivindicación de la sociedad civil
de incorporarse a los centros de regulación social. Como señala Gendron:
• Los ejecutivos sólo han de guiarse por los deseos de los accionistas.
• Su objetivo ha de consistir en maximizar el rendimiento de la inversión de
tos accionistas, respetando las reglas del Iuego: las leyes .
• El criterio para evaluar el trabajo de los ejecutivos dependerá, única y
exclusivamente, del cumplimiento de esta misión.
• La decisión de los ejecutivos de una empresa de asignar recursos econó-
micos para asuntos sociales debe rechazarse por los siguientes motivos:
a) Supone un incumplimiento de Tas órdenes de los propietarios de la
empresa.
b) Genera un aumento de los costes que alguien tendrá que soportar: los
clientes en el precio del producto, los traba¡adores en su nómina, los
accionistas en sus di\ridendos o el erario público en la disminucidn del
impuesto sobre beneficios.
Este aumento de costes produce el mismo efecto qüe la imposición de una
tasa social, que los ejecutivos imponen, a su discreción, a la sociedad.
Lo anterior implica que los ejecutivos están usurpando las funciones
que corresponden a tos titulares de otras instituciones sociales, no dis-
poniendo ni de la legitimidad ni de la preparación precisa y trastocando
con ello el ordenamiento social'°.
Los beneficios que la RSE produce pueden contemplarse desde dos enfo-
ques: el enfoque contractual y el utilitarista.
s Más tarde Ffiedma • (+97 ) incluyó también a las costumbres y los principios éticos entre
las reglas del juego que debían ser respetadas.
'° Stone (\gy$), también incidió en la falta de preparación de los empresarios y los ejecu-
tivos para ocuparse de asuntos sociales.
El enfoque contractual deriva de la teoría del”contrato social, en virtud del
cual las relaciones entre la sociedad y la empresa están reguladas no sólo por las
leyes y normas escritas sino también por normas implícitas que tienen que ver
con el respeto, la defensa y el cumplimiento de principios y valores sociales pro-
pios de la comunidad en que la empresa lleva a cabo sus actividades. De esta
manera. para ta empresa no debe ser suficiente con obtener únicamente el res-
paldo de sus actionistas gracias a su desempeño económico y al cumplimiento
de las leyes, sino que debe perseguir una legitimidad socia[ como resultado del
cumplimiento de las normas implícitas del contrato social.
Por su parte, el enfoque utilitarista busca el beneficio propio de la empresa
más allá de las ventajas que otros agentes sociales puedan conseguir.
E nfoque contractual
• AI alinear todos sus procesos con los valores y principios sociales vigentes,
la empresa se asegura la legitimidad social.
• La empresa se hace responsable de las consecuencias de sus actos y
minimiza los riesgos de sus actividades.
• La empresa se convierte en un generador de cohesión social y vanguardia
de valores sociales, lo que le fatilita la previsión de cambios y alteraciones
sociales y robusrece su capacidad de adaptación.
• Al no limitar sus objetivos a los puramente económicos, la kSE produce
una mejora d el entorno competitivo. Esta mejora de l ent orno favorece a
todos los agentes y, por tanto, a la capacidad de expansión y crecimiento
de la propia firma.
Enfoque utilitarista
El CSE es, para Carroll, un proceso en e\ que deben ser articuladas las dimen-
siones o fases anteriores: Responsabilidad/Alcance/ ftespuesta, que el autor
relaciona cota tres conceptos teó ricos: la RSE, los Asuntos Sociales y la
Responsividad. La Figura i ilustra la forma en que se articulan estas tres Jimen-
siones o fases.
Fin UftA 1
ARTICULACIÓ N DEL CSE SEGÚ N CARROLL
Se evalúa la RSE
FiCURA 2
CATEGORÍAS DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL
Respocsabllidcd Discrecional
Jtesponroái/idod l ep of
9espocscbilidcd Económica
g+ Iáse• Respotisividad
Fisue • 3
MODELO TRIDIMENSIONAL DE CSE
P £5 PO fl 5 y V IDAD
ASUNTOS
Empresa Reactiva: es aquella que en principio se muestra reacia a reconocer
los cambios que tienen lugar en el entorno, bien por considerarlos insignifican-
tes, bien por suponerse inmune a e((os. Es la última en acometer cambios en
su
organización para adecuarse a la evolución social. Es típica de organizaciones
fuertemente jerarquizadas que exhiben un grado de delegación mínimo en res-
ponsabilidad y funciones y una alta concentración de poder.
Empresa Defensiva: este tipo de empresa estudia los cambios y los interpre-
ta desde el punto de vista de la amenaza o riesgo que suponen para su desem-
peño. Suele esperar a copiar la estrategia adaptativa de otros y minimizar el
coste del proceso.
Empresa Adaptativa: esta vive en un proceso de permanente adaptación al
cambio, beneficiándose de su agilidad para obtener beneficios y nuevas oportu-
nidades de las crisis. Su valor más grande se basa en la innovación tanto organi-
zativa como de procesos y productos.
Empresa Proactiva: representan el escalón más alto del conjunto. Estas orga-
nizaciones, no sólo se aprovechan del cambio sino que lo provocan, y exhiben
una oferta permanente de nuevos productos y servicios que terminan por crear
nuevas necesidades y hábitos en los consumidores.
z . Gestión de Stakeholders
2.1. Antecedentes del concept o
La teoria de los stakeholders debe entenderse, en buena medida, como una
consecuencia de la creciente complejidad que afecta a la estructura de las
empresas y de la sociedad en que se encuentran inmersas. Para llevar a cabo su
actividad con eficacia, las empresas se ven obligadas a relacionarse con un
número cada vez mayor de interlocutores que poseen sus particulares intereses.
En ocasiones, estos intereses entran en conñicto unos con otros; otras veces,
pueden cooperar.
En la actualidad el público ha comprendido que la evolución e influencia
alcanzadas por las empresas no es algo que solamente interese a los fundado-
res, accionistas o clientes y proveedores. Es algo que afecta de manera muy
directa al conjunto de la sociedad.
Por otro Iado, el entorno social ofrece una creciente variedad de rasgos cul-
turales con una multitud de intereses, expectativas y demandas. El éxito de Tas
organizaciones dependerá de la capacidad de respuesta que manifiesten ante
estas demandas. Esta situación ha sido asumida por el mundo de los negocios y,
en ese sentido, la teoría de los stakeholders ofrece a las empresas una formu la-
ción teórica para encarar esta situación.
Durante las últimas décadas del siglo XX y en lo que llegamos del XXI, las
empresas se han visto en la necesidad de reorientar sus esfuerzos hacia la satis-
facción de nuevas demandas de la sociedad en virtud de la aparición de
nuevos
estilos de vida. Y no se trata exclusivamente de demandas de orden económico o
material, sino de diferente naturaleza como la flexibilidad laboral, el recono-
cimiento de diferencias culturales, \a conciliación de la vida laboral y familiar, el
respeto al medio ambiente o la integración de colectivos desfavorecidos.
Puede decirse que estamos asistiendo a un cambio en lo que afecta al con-
trato social entre empresa y sociedad, al cual nos referimos en ta nota técnica
sobre Antecedentes históricos de la Responsabilidad Social. Lo cierto es que, en
nuestros días, la visión puramente economicista de la empresa como uua insti-
tución que obtiene beneficios a través de la fabricación de bienes o prestación
de servicios, va dando paso a una institución con múltiples obÍetivos sociales de
la que cada vez dependen más personas y comunidades para su mantenimiento,
prosperidad y realización.
Estos grupos crecen de continuo, asi como sus reclamaciones e influencia, y
las organizaciones se encuentran con que deben dar atender a personas o colec-
tivos que nunca soñaron con hacerse oír, n i con ver atendidas sus aspiraciones.
Colectivos que han pasado de ser casi invisibles a tener voz propia y a disponer
de influencia en las instituciones sociales. A estos nos referimos con el nombre
de stakeholders.
En +996 Tony Blair, líder del partido laborista inglés, propugnó una economia
organizada en torno al capitalismo de stakeholders en oposición al tradicional
capitalismo de accionistas. Desde entonces se stguen discutiendo las dos opcio-
nes. Por un lado la clásica postura (defendida mayoritariamente desde el Iado
inglés y norteamericano) que preconiza un empresa cuyo referente es la maxi-
mización del beneficio para sus accionistas y, por otro, la postura (que encuen-
tra más adeptos entre europeos y japoneses) que propone una apertura y expan-
sión de los objetivos de ta empresa con vistas a alcanzar un equilibrio entre los
intereses de los propietdrios y los de otros implicados (stakeholders), como los
empleados, los clientes o tos proveedores.
a) Enfoque de producción.
b) Enfoque de gestión,
c] Enfoque de stakeholder.
Fisuu t
ENFOQUE DE
PRODUCCIÓN
Proveedores Clientes
"
FeEEMAr, R. (›9842 : Strotegic management.- A Stakeholder Approoch. Pitman, Boston.
El en[oque de gestión responde a una fase más evolucionada en que la ges-
tión de la firma, separada ya de ta propiedad, asume ta necesidad de ampliar las
relaciones de la empresa a grupos más amplios. La Figura z ilustra este enfoque.
FIsuRA 2
ENFOQUE DE GESTIÓN
•' EMPRESA
”
Para ayudar a las organizaciones en esta labor, algunos autores han elabora-
do clasiñcaciones de stakeholders. La de Wheeler y Sillanpa a (*9971 se expone
en el Cuadro ‹.
CUADRO 1
CLASIFICACIÓN DE
STAKEHOLDERS
STAKEHOLDERS
Secundarios
• Gobierno
• Empleados y directivos • Instituciones civiles
• Clientes • G FU o5 de presión social
Soc ates • Ofl3Mnf dad local • Medios de comunicación
• ProveedDres • Entidades académicas
• Empresas asociadas • Competencia
• Entorno natural
• Generaciones futuras • Grupos de presión ambiental
No sD€iates
• Especies no humanas • Grupos de defensa de los animales
'• Véase Proceedings o[ the Second toronto Con[erence on Stakeholder Theory +994
Max. B. E. ClarkSon (ed.).
' • Hemos optado por esta traducción de los términos ingleses rose, strctegic y ert v'/ron-
menfof.
Ficus A g
STAKEHOLDERS CENTRALES. ESTRATÉ GICOS Y AMBIENTALES
Ambientales
F‹sue* 7
STAKEHOLDERS Y SU RELACIÓ N £ON LA EMPRESA
Clientes
Recu‹s os n atu rale
s fid eli dad
£uente. A\\en t . l i n e (zoo6)! «The stakeholder Fiduciary‹ CSI, Governance and the future on
Boards.
Business for Soctal Responsibility.
La influencia que un stakeholder puede ejercer sobre una empresa depende
de tres atributos: legitimidod, poder y urgencia.
Mitchell, Agle y Wood (•997J desarrollaron una tipología de los stakeholders a
partir de estos tres atributos que se definen a continuación:
L III.£ X ‹ I \
FiGu8A g
INTERÉS DE LOS DISTINTOS GRUPOS DE STAKEHOLDE9
Aut orldad
£g mun. r ».
es
Agen c ia s Rat ing
MA D istr ibuidor es
Medios
Emplea
dos
S. Directos
NGO 1& MA
Autoridad es den \
C. I ntcrno
Client es
Pro\/eedores
Comuraad
C. Ambief›tal
Medo amb eNe
2. 5 Interpretaciones de la teoría de stakeholders
Para avanzar en la teoria de los stakeholders debemos detenernos en la dis-
cusió n de las diferentes interpretaciones que la literatura nos ofrece.
Proponemos para la discusió n las interpretaciones de Goodpaster (•99+\
Donaldson y Preston (•995)
liiferptefitcfdr de Gaodposter
'° Por responsividad se entiende la capacidad de la empresa de poner en práctica políti- cas,
estrategias y procedimientos mediante los cuales implementar su responsabilidad social.
Debe tenerse en cuenta que ambos lados del pane( tratarán de preservar su
reputación, y que, al discutir cara a cara ambos, empresa y stakeholders, apren-
derán unos de otros al tiempo que se reforzar§n sus relaciones y la mutua com
prensión. Por tanto, los paneles suponen una novedosa forma de diálogo
entre ambas partes que puede reducir la tradicional brecha existente entre el
gobier- no de las corporaciones y los intereses de sus stakeholders al reunir en
la misma mesa a expertos externos y directivos del más alto nivel.
No obstante, la credibilidad del panel exige obtener resultados acordes a las
expectativas de los partícipes, por ello, el contenido de los informes y memorias
fruto del panel deben resultar útiles y satisfacer significativamente las deman-
das de los partítipes.
Aunque se trata de una técnica recomendable y útil, el uso del panel ofrece
riesgos y oportunidades que no deben ser descuidados. En el cuadro 2 ofrece-
mos un resumen‹
CUAD k O 2
PANEL DE STAI¢EHOLDERS: OPORTUNIDADES Y RIESGOS
Bibliografía
BOWEN, H. (*953)‹ Social responsibilities o[ the businessman. Harper &Row. New York.
DAViS, K. (+96o): «Can Business Afford To Ignore Social Responsibility?». €ali[or- nia
Management Review, 'vol. z . *—3.PPE7 -/6.
(•967) «Understanding the Social Responsibility Puzzle». Business I-lorizon,
Winter, pp. 4s-s
— (+973): «The Case for and Against Business Assumption of Social
Responsi-
bilitíes». Academy o[ Management1ournal, vol. 6, 8° 2, pa 3 t 2 - 3 2 2.
Dr m DEHESA, G, (zooo): Comprender la globalizocidn. Al”lanza Editorial,
Madrid.
— (2OOj): 6lobolizoción, desigualdad y pobreza. Alianza Editorial, Madrid.
DONALDSON, T. y PRESTON, L. (•995). «The stakeholder theory of the corporation:
Concepts, evidence and implication». Academy o[ Manpement Review,
vol.
EELLs, R. y WALTON, C. t*974) «Conceptual Foundations of Business». Citado en
ÉAR8OLL, A, (+999\: «Corporate Social Responsibility». Business Ond Society,
bols 3 8 , n e3. c p . 2 6 8 - 2 9 6 .
FREDE8lcK, * t+9* ) : «The Growing Concern Over Business Responsibility». Co
/i-
/ornio Management Review, vo\. z , n°- $, pp. gq-6 .
F—
REEMAN,R. t*9•4 ) : Strategic management: A StakeholderAppraach. Pitman, Boston. FRIEDMAN,
(*97 ): «The Social Responsibility of Business Is to Increase Its Profits», en
M. (zg62):
Buucu»u Capitalismo y libertad.
, T. y Bowie, N. (ed.):Ria\p, Madrid.
Ethicol theory and Business, Prentice Hall,
Englewood
GENORON,
Cliff
• t*9
C. (zooz): m laz-9•-
«Envisager
88), p
responsabilité sociale ddns le cadre des régu-
lations portées par les Nouveaux mouvements sociaux économiques». Les
cohiers de la Chaire - collection recherche. La ma ir e Économie et Humanisme.
Université du Québec.
GIDDENS, A. g HUTTON, W. (200 ): En el f›mi te. La vida en el capitalismo global.
Tusquets, Barcelona.
GOODPASTE8, K- (*99*): «Business Ethics and Stakeholder Analysis». Business Ethics
Q«orter/y, vol. 1, n"- . p a5-9•
IZQUIERDO, A - t*999) : f\Antropismo social, refilexividad estadística y liberalismo
avanzado: Más allá de la globalización económica», En Ramón Ramos Torre y
Fernando García Selgas (eds.), ilobalizacián, riesgo, re[lexividad. Centro de
Investigaciones Sociológicas, pp. ç 2I -556, Madrid.
JONES, T. t*98o) : «Corporate Social Responsibility Revisited, Redefined». Coli[or-
nio Monagemenr /?ev/env, vol. 22, pP. 59-+7
MABTIN, R. (zooz)‹ «The Virtue Matrix: Calculating the Return on Corporate Res-
ponsibility». Harvard Business Review, N\arch, pp. 69- 75.
MINTZBE8G, H. (*9*3). «The Case for Corporate Social Responsibility». The 1ournoI
o/ Bu6iriess Strategy, vol. §, n- z, pp, 3-16.
MIT6HELL, R,; AGLE, B, y WOOD, D, f•997)• «Toward a Theory of Stakeholder Identifi-
cation and Salience: Defining the Principle of Who and What Really Counts».
Academy o[ Mangement eeview, vol. zz, n° §, pp. 8$3-886.
NACIONES UNIDAS ( t 9 7) : Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
In[orine Brundtland.• Nuestro [uturo común. Alianza Editorial, Madrid.
PERDIGUERO, T. (2003d: £n responsabilidad social de los empresas en un mundo
global. Anagrama. Madrid.
REICH, R. t+993) +l tr0bajo de las naciones. Hacio el capitolismo del si‘glo XXI.
Javier Vergara. Madrid.
STONE, C. f*975) \il/here the Law Ends. Harper Books. New York.
WHEELER, D. y SiLLANPéé, M. (+997) The Stokeholder Corporation. A Blueprint [or
IYloximizing Stat:eholder Value. Pitman Publishing. London,