Odontogenesis

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ODONTOGENESIS

MAESTRO: ROBERTO GUTIÉRREZ VALDEZ


ALUMNO: SEBASTIÁN MERCADO LÓPEZ
FECHA: MARTES 11 DE OCTUBRE DEL 2022
DIENTES
• La forma de la cara depende no solo de la expansión de los senos
paranasales, sino también del crecimiento de la mandíbula y el
maxilar para alojar las piezas dentales. Los dientes mismos se
originan de una interacción epitelio mesénquima entre el epitelio oral
suprayacente y el mesénquima subyacente derivado de las células de
la cresta neural. Alrededor de la sexta semana del desarrollo, la capa
basal de la cubierta epitelial de la cavidad oral forma una estructura
con forma de letra C, la lámina dental, a todo lo largo del maxilar y de
la mandíbula.
• Esta lámina, de manera subsecuente, da origen a varias yemas
dentales, 10 en el maxilar y 10 en la mandíbula, que forman los
esbozos de los componentes ectodérmicos de las piezas dentales.
Poco después la cara profunda de las yemas se invagina, lo que da
paso a la etapa de casquete del desarrollo de los dientes. Este
casquete está constituido por una capa externa, el epitelio dental
externo; una capa interna, el epitelio dental interno, y un núcleo
central de tejido laxo, el retículo estrellado. El mesénquima dentro de
la indentación de la yema, que se origina en la cresta neural, forma la
papila dental.
• Al tiempo que el casquete dental crece y su indentación se
profundiza, el diente adquiere un aspecto de campana (etapa de
campana). Las células del mesénquima de la papila adyacentes a la
capa dental interna se diferencian en odontoblastos, que producen
más tarde dentina. Con el engrosamiento de la capa de dentina, los
odontoblastos se retraen hacia el interior de la papila dental, dejando
en la dentina un proceso citoplásmico delgado. La capa de
odontoblastos persiste durante toda la vida del diente y aporta
predentina en forma continua. El resto de las células de la papila
dental constituyen la pulpa del diente.
• Entretanto, las células epiteliales del epitelio dental interno se
diferencian en ameloblastos (células formadoras de esmalte). Estas
células producen prismas elongados de esmalte que se depositan sobre
la dentina. Por otra parte, un grupo de estas células en el epitelio dental
interno integra el nudo de esmalte, que regula el desarrollo temprano de
los dientes.
• El esmalte se deposita en primer lugar en el ápice del diente y a partir
de ahí se extiende hacia la región del cuello. Cuando el esmalte se
engrosa, los ameloblastos se retraen hacia el retículo estrellado. Ahí
involucionan, lo que de manera temporal deja una membrana delgada
(cutícula dental) en la superficie del esmalte. Tras la erupción de la
pieza dental, esta membrana se desprende de manera gradual.
• La formación de la raíz del diente comienza cuando las capas del
epitelio dental penetran al mesénquima subyacente y forman la vaina
radicular epitelial 489. Las células de la papila dental depositan una
capa de dentina que se continúa con la de la corona.
• Al tiempo que se deposita más dentina, la cámara de la pulpa se
estrecha y por último constituye un conducto que contiene los vasos
sanguíneos y los nervios del diente. Las células mesenquimatosas en
el exterior del diente que se encuentran en contacto con la dentina de
la raíz se diferencian en cementoblastos. Estas células producen una
capa delgada de hueso especializado, el cemento. Fuera de la capa
de cemento el mesénquima da origen al ligamento periodontal, que
sostiene con firmeza al diente en posición y actúa como amortiguador.
• Ante la elongación adicional de la raíz, la corona es impulsada de
manera gradual a través de las capas tisulares suprayacentes, hasta
emerger a la cavidad oral. La erupción de los dientes deciduales o de
leche ocurre entre 6 y 24 meses tras el nacimiento. Las yemas de los
dientes permanentes, que se ubican en la cara lingual de los dientes
deciduales, se forman durante el tercer mes del desarrollo. Estas
yemas permanecen inactivas durante cerca de 6 años en la vida
posnatal. Entonces comienzan a crecer y ejercen presión contra la
región inferior de la pieza decidual, lo que facilita su desprendimiento.
Al tiempo que el diente permanente crece, los osteoclastos se
encargan de la resorción de la raíz del diente decidual suprayacente.
REGULACIÓN MOLECULAR DEL
DESARROLLO DE LOS DIENTES

• Los dientes solo existen en los vertebrados y su aparición evolutiva


ocurre en 490 paralelo con la cresta neural. El desarrollo de las
piezas dentales representa un ejemplo clásico de interacción epitelio-
mesénquima, en este caso, entre el epitelio suprayacente y el
mesénquima subyacente derivado de la cresta neural. La regulación
de la definición de patrones desde los incisivos hasta los molares
depende de la expresión combinada de genes HOX que se expresan
en el mesénquima.
• Respecto del desarrollo de cada uno de los dientes, el epitelio
gobierna la diferenciación a la fase de yema, momento en el cual esta
función reguladora se transfiere al mesénquima. Las señales para el
desarrollo implican factores de crecimiento, entre ellos WNT, BMP y
FGF, el factor secretado SHH, y factores de transcripción como MSX1
y MSX2, que interactúan con una vía compleja para producir la
diferenciación celular y definir patrones para cada pieza dental. Los
dientes también parecen tener un centro de señalización que
representa al “organizador” para el desarrollo dental, en gran medida
como la actividad del nodo durante la gastrulación.
• Esta región organizadora se denomina nudo de esmalte, y aparece
en un área circunscrita del epitelio dental en la punta de las yemas
dentales. Crece entonces durante la fase de casquete para constituir
un grupo de células en aposición estrecha, pero sufre apoptosis
(muerte celular programada) y desaparece al final de esta fase.
Mientras persiste expresa FGF4, SHH, y BMP2 y 4. El FGF4 pudiera
regular el crecimiento de las cúspides en la medida en que participa
en la evaginación de las extremidades a partir de la cresta
ectodérmica apical, en tanto la BMP4 pudiera regular el momento en
que ocurre la apoptosis de las células del nudo de esmalte.

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