Capítulo 6 Segundo Periodo Intermedio
Capítulo 6 Segundo Periodo Intermedio
Capítulo 6 Segundo Periodo Intermedio
Intermedio
Idea general del período:
Transcurre desde el 1650 hacia el 1550 a.C.
Comienza a gestarse con la Dinastía XII con la presencia de población asiática en el Delta,
estos eran trabajadores, soldados, granjeros, marineros y comerciantes, se los denominó bajo
el término hyksos o hicsos.
No es preciso hablar de una invasión, sino que fue una migración progresiva, en un punto
durante la Dinastía XII formarían su propio reino bajo la Dinastía XIV. Su origen es
desconocido y está abierto a debate, pero es probable que hayan sido convocados por los
propios egipcios para trabajar en el Delta, muchos provenían de Biblos como encargados de
comercio.
Tienen una identidad propia integrada a los modos egipcios.
Existen diferentes tesis sobre las dinastías y centros de poder:
Tesis 1 (Ryhold): XIV y XV eran hyksos que gobernaban desde Avaris y la XVI y XVII son
tebanas, propiamente egipcios.
Tesis 2 (Línea griega): XIV reinó desde un tal Xois, XV y XVI desde Avaris y la XVII es la
tebana.
El primer rey hykso habría sido un tal Nehesy.
La Dinastía XV es la más confusa, tal vez haya sido una unión de pequeños reinos que tras
unirse consiguieron el poder en Menfis.
Los hyksos provienen del mundo amorreo donde coexisten diferentes poderes, la instalación
en Avaris conviviría con otros reinos subordinados, incluido el tebano.
La ciudad se construyó sobre las ruinas de un poblado del Reino Medio que había sido tomado
por los hicsos. Después de esta captura, los hicsos fortificaron adecuadamente la ciudad y
gobernaron el país utilizando tecnología nunca antes vista por los antiguos egipcios,
concretamente: el arco compuesto, la armadura de escamas, las dagas y espadas curvas de
bronce, la utilización del caballo y los carros de guerra al final de su reinado.
La Dinastía XVII coincide con el gobierno asiático,
hacen alegoría a una unificación utilizando nombre
tebanos ancestrales como Intef o Mentuhetep.
El poder hykso llegaría hasta el Medio Egipto, por
lo que Nubia desarrolla su propio reino, Kush,
quienes mantienen en ocasiones relaciones con
Tebas.
Quedan configurados los poderes de norte a sur:
Avaris, Tebas, Kush.
La tecnología asiática se difundiría por todo Egipto.
Con la difusión del uso de caballos y el carro de guerra, aparece el motivo del rey triunfal
montado en el carro de combate.
Tebas pretende una unificación, su influencia habría llegado hacia Abydos en el norte y
Elefantina al sur.
En Nubia, el repliegue egipcio permitió que el país se extienda hacia las rutas de los oasis y
realizar campañas en el Alto.
Con Intef VII en Tebas el poder parece reforzarse con la imagen del rey derrotando a sus
enemigos.
Ta-Saqenenre habría iniciado las hostilidades contra los hyksos, su momia presenta brutales
heridas, un sentimiento nacional comenzó a surgir en la provinciana ciudad de Tebas. Las
heridas de su momia pueden ser por asesinato, haber muerto en batalla o heridas ceremoniales
tras ser capturado.
Fue sucedido por Kamose, último rey de la Dinastía XVII, y por tanto, del Segundo Período
Intermedio. Kamose dejó dos estelas, una de ella describe alianzas entre los asiáticos y Kush,
por lo que antes de ir al norte tuvo que asegurarse la frontera sur, luego marcharía a Avaris,
saldría victorioso por la gracia de Amón, dios tebano del sol y la guerra. El rey murió al año 3 y
fue sucedido por su hijo.
Ahmose o Amosis fue el primer rey de la Dinastía XVIII, con el surge una nueva función del
rey: el guerrero (similar a Oriente). Tuvo una regencia de su madre, al alcanzar la mayoría de
edad al año 11 reanuda las campañas. Logró reconquistar todo el país, primero se capturó
Menfis, realizando bloqueos para impedir los avances lograron conquistar Avaris
definitivamente.
Avaris no fue destruida tras el triunfo tebano, allí se construyó un palacio y se volvió el centro
de operaciones para expediciones al Levante, con el objetivo de empujar a los hyksos hacia
Asia.
La actividad comercial no se ve interrumpida, parte de la población asiática permanece, se
intercambian dioses y los avances tecnológicos se difunden. Ahmose tuvo que aplastar
revueltas en Nubia.
La imagen responde a la momia de
Ta-Seqenenre. Las flechas indican las heridas
en el cráneo.
Síntesis de Juan Carlos Moreno García:
Al igual que el final del Reino Antiguo, el final del Reino Medio es un período impreciso y
de difícil limitación, en registros arqueológicos o fuentes epigráficas la transición es apenas
visible.
Tras la unificación del país, los nuevos reyes deben legitimarse, explican todo lo sucedido
atribuyéndole la responsabilidad al Otro: los extranjeros que sumieron al país en el caos. Las
dinastías extranjeras aparecen como impíos, incapaces de asegurar la prosperidad del país,
territorios minados por hambrunas y guerras.
La historiografía tiende a caer en la trampa de los egipcios y pensar en circunstancias
extraordinarias, como atribuir la fragmentación a los extranjeros, y explicar que la
fragmentación política sólo puede ser posible en circunstancias extraordinarias que
interrumpen la normalidad del país.
“¿Para qué explicar la organización de la agricultura, el papel de los templos, el peso de las
regiones o la formación de los grupos dirigentes en cada período de la historia de Egipto?
Bastaría con atribuir a las épocas peor conocidas las mismas características presentes en
aquellas mejor documentadas y la imagen del Egipto eterno e inmutable queda
definitivamente fijada…y el uso de argumentaciones circulares también.” (pág. 275)
La división en períodos sugiere fronteras temporalmente claras, pero las tendencias de fondo
desbordan ampliamente la periodización.
El final del Reino Medio:
La XII Dinastía está considerada como el período clásico de la cultura egipcia y una de sus
más brillantes fases históricas, muchas obras de literatura fueron compuestas en esta época, el
arte alcanzó cotas de una gran calidad y testimonios epigráficos y arqueológicos dan fe de la
notable expansión egipcia en el exterior, tanto hacia Nubia como el Levante.
Cabe pensar que en una fachada de aparente esplendor, el Reino Medio fue una época donde
las tensiones estructurales del Primer Período Intermedio sólo fueron parcialmente resueltas,
de tal modo que no llegó a consolidarse la reconstrucción y terminó precipitando el país a una
nueva crisis.
Los faraones del Reino Medio no establecieron en Menfis la capital, ni parecen haber
asegurado un control duradero del Delta, incluso la vieja red de los hwt no fue restablecida y
los templos locales asumieron un papel más relevante.
En el plano social las estelas funerarias indican la existencia de complejas redes de
parentesco con un alcance más allá de los miembros de la familiar nuclear, y en la
Administración los faraones del Reino Medio parecen haber perseguido la disolución de las
bases de poder locales.
Intentaron integrar las bases locales en el Estado y diluir el papel del nomo en unidades
mucho mayores, los tres uaret mencionados.
Sin embargo, nada indica una ruptura traumática durante la XIII Dinastía.
En resumen: los factores que condujeron a la crisis política en Egipto son la débil presencia
de la realeza en las provincias, el auge de los templos como nuevos polos de poder, la
multiplicación de niveles en la jerarquía administrativa, esto provocó una multiplicación de
micro-poderes locales al consiguiente debilitamiento de la cadena de mando y transmisión.
Durante la XIII Dinastía se acepta la teoría de que un grupo de importantes familiares
controló la realeza, imponiendo a los miembros de una u otra en el trono conforme a criterios
políticos; por esto la efimeridad de esta.
Parecido pero no igual a lo que ocurrió con la VI Dinastía, cuando se incorporan numerosas
familias poderosas a altos puestos de poder, incluyendo alianzas matrimoniales entre éstas y
la familia real; pero con la XIII Dinastía las familias prefirieron colaborar en la colocación de
candidatos en el trono.
Estos cambios no siempre vinieron acompañados de crisis sociales o económicas extendidas
o de un deterioro en las condiciones de vida de la población.
En el Papiro Brooklyn 35.1446 se explica el funcionamiento de una nueva institución,
conocida por los títulos de los funcionaros a su cargo, la kheneret, cuya mano de obra era
reclutada periódicamente por el Estado para realizar diversas tareas. El Papiro contiene el
listado de un numeroso grupo de personas empleadas, algunas fueron asignadas de manera
permanente como castigo.
La mayoría de personas mencionadas eran asiáticos de origen difícil de precisar.
Se habla de la condición de “ihuti”.
Los ihuti eran una categoría de población obligada a entregar cuotas de producción. En
algunos casos se trataba de labradores de condición social elevada a juzgar por las enormes
cantidades de cereal que debían entregar.
En otros casos eran personas empleadas forzosamente y que podían ser compradas o
vendidas. Criminales o prisioneros de guerra podían ser convertidos en ihuti.
El Papiro Bulaq 18 ofrece información sobre una nueva institución: el kap. Esto se refería a
los apartamentos privados del rey y su familia, donde eran educados no sólo los príncipes,
sino también los hijos de los principales dignatarios. Contiene información sobre los
preparativos necesarios para atender los gastos corrientes de la corte.
Los Papiros de Ilahun, descubiertos en la inmediación de esta localidad, corresponde a los
archivos del templo funerario de Sesostris II. No se limitan sólo a listados de fiestas y las
cantidades de ofrendas que se presentaban, también aparecen documentos de carácter privado
que ilustran prácticas burocráticas, como transmisión de bienes mediante testamento, venta
de funciones sacerdotales, adquisiciones de siervos, etc.
Sacerdotes y funcionarios asumían la explotación de parte de las tierras del templo a cambio
del pago de una renta en cereales, nada de esto sugiere un declive en el alcance del poder del
faraón, sino al contrario.
La ruptura de la unidad del país: el auge de Tebas y de Avaris/Tell el-Daba:
Si individuos que no eran de la realeza podían imponer a sus hijos en el trono, la propia
institución real podría haber caído en el desprestigio.
El final del Reino Medio tuvo lugar cuando los faraones de la XIII Dinastía abandonaron Itji-
Tawy y establecieron en Tebas la capitalidad de un reino reducido al Alto Egipto, dando lugar
a la XVII Dinastía, cuyos últimos representantes iniciarían la guerra que culmine con la
unificación.
Algunos aceptan que el reino en el sur tebano surgió antes del final de la XIII Dinastía, serían
coetáneos.
El canon de Turín menciona una numerosa lista de reyes que difícilmente pudieron sucederse
unos a otros, por lo que cabe pensar en la aparición de numerosos reyezuelos en diversas
partes de Egipto.
Nehesy es uno de ellos, bien documentado. Se encuentra dentro de la XIV Dinastía, este
término está reservado a reyezuelos del Delta anteriores a los hyksos y de soberanía
indeterminada.
El término XVI Dinastía designa a otras dinastías del Delta o bien a los reyes tebanos
anteriores a los hyksos.
Al igual que el PPI los reyes tebanos aparecen como unos reyezuelos locales más que con el
paso del tiempo afirmarán su poder en el sur para luego enfrentar a reinos que controlan el
Delta.
La crisis del Reino Medio puede pensarse como la implosión de un reino del que fueron
independizándose personajes ambiciosos que crearon bases de poder efímeras.
El reino tebano pudo contar con algunas ventajas, como la presencia del templo de Amón de
Karnak, con su potente papel legitimador.
Pero se sugiere un grado de sometimiento de Tebas hacia los hyksos, la pobre calidad de los
monumentos de algunos reyes tebanos de comienzos de la XVII Dinastía indica que no tenían
muchos recursos, o la posible presencia de una guarnición hyksa en Gebelein.
Retomando al origen de los hyksos, no cabe pensar en una invasión, sino en llegada de
poblaciones debido a circunstancias diversas y en oleadas espaciadas en el tiempo; la zona
donde surgirá Avaris/Tell el-Daba poseía una gran importancia estratégica como base de
partida de caravanas y expediciones hacia el Levante y el Sinaí. En esta encrucijada de rutas
fue fundado un hwt.
El hallazgo de un sello de la XII Dinastía en la zona constituyen el testimonio más antiguo de
Avaris, revela que entonces ya era controlada por un gobernador de nombre egipcio,
Imeniseneb. Esto prueba que el origen de Avaris se debe al interés de controlar Asia.
El origen de Tell el-Daba probablemente se deba a poblaciones asiáticas asentadas desde hace
mucho tiempo como especialistas de la corona.
Se halló en la zona una estatua egipcia en forma y ropas pero su propietario lleva insignias de
poder típicas sirio-palestinas.
El Estado egipcio habría instalado en Avaris especialistas asiáticos en la guerra, navegación y
transporte, que a pesar de estar aculturados, desarrollaron una cultura propia y con el tiempo
una nueva tradición.
La crisis del Estado afectó la capacidad de la corona para financiar expediciones y actos
comerciales con el exterior, por lo que las funciones de Avaris dejaban de tener razón de ser,
se advierte que las antiguas agrupaciones de tumbas por funciones ceden en importancia.
Aparecen formas clánicas de organización de los enterramientos y surgen nuevas marcas de
estatus ligadas sobre todo a la posesión de armas.
Los asiáticos instalados comienzan a definir su propio universo simbólico, terminarían siendo
una entidad política propia.