Caso Ana Estrada - Derecho Constitucional
Caso Ana Estrada - Derecho Constitucional
Caso Ana Estrada - Derecho Constitucional
0-1801-JR-DC-11
IMPROCEDENCIA DE LA DEMANDA DE AMPARO
INTERPUESTA POR LA DEFENSORÍA DEL PUEBLO A LA LUZ
DE LA CONSTITUCIÓN Y NORMATIVA PERUANA
Sobre la improcedencia de la demanda de amparo a la luz del Código Procesal Constitucional (2004), cabe
indicar que de acuerdo al artículo 1 referido a la finalidad de los procesos constitucionales, estos buscan
proteger los derechos constitucionales reponiendo las cosas al estado anterior a la violación o amenaza de un
derecho constitucional, lo cual resultaría imposible en el presente proceso, ya que el derecho invocado y
supuestamente vulnerado, no ha existido como tal en nuestro ordenamiento jurídico antes de la dación del
actual Código Penal, el cual desde su promulgación en el año 1991, ha mantenido la figura delictiva del
homicidio piadoso (art.112) y la de ayuda al suicidio (art.113), ambos dentro del Título de los delitos
especiales; esto en consonancia con la protección integral de la vida humana consagrado en el artículo 2.1 de
nuestra Constitución política
CASO ANA ESTRADA
También, el artículo 37 del referido Código Procesal establece los derechos protegidos por la acción de
amparo, alcanzando a aquellos enumerados en el artículo 2 y todos los demás reconocidos por la Constitución
política; entre los cuales no se encuentra el derecho a que se practique la eutanasia por un tercero, derecho
que carece de sustento constitucional directo o que no está referido a los aspectos constitucionalmente
protegidos del mismo” (art. 38), que es justamente el caso del llamado derecho a la muerte, carente de
sustento en cuanto que no cuenta con un contenido propio, objetivo y válido, además de presentarse
como un acto de liberalidad radical que va en contra de la propia vida,
CASO ANA ESTRADA
La Ley de regulación de la eutanasia española
La determinación de este derecho debe darse a despenaliza y regula tanto la eutanasia como el suicidio
nivel parlamentario, la gravedad de la médicamente asistido en personas con sufrimiento
determinación o creación de un supuesto intolerable, no necesariamente terminales. Los
derecho a morir salta a la vista, por las requisitos son bastante parecidos a los de las leyes de
consecuencias jurídicas, sociales y políticas que Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Canadá.
conlleva, mismas que pueden vislumbrarse en
otros países a nivel mundial que así lo han
dispuesto. Uno de los países que recientemente
ha acogido el “derecho a morir” ha sido En otros países como Australia, Colombia, Nueva
España: Zelanda y en algunos estados de EE. UU. únicamente
está regulado en enfermos terminales. En Suiza y
Alemania existe la despenalización del suicidio
asistido en determinados supuestos definidos por su
intención, sin que exista una ley reguladora. En todos
los países se ha observado un aumento progresivo del
número de casos desde la legalización
CASO ANA ESTRADA
Sobre la estructura y los alcances del derecho no enumerado «construido» como lo sostiene el
Defensor, pasaría por especificar quién es el titular del derecho, el sujeto obligado a efectivizarlo y el
mandato concreto al que obliga el derecho. De un análisis concreto de la especificidad normativa del
denominado derecho a la muerte digna, se debe indicar que se trataría de un derecho basado en la
autonomía radical de la voluntad de la persona que crearía obligaciones al Estado y a terceros, aun en
contra de las consideraciones propias de una sociedad con valores humanos y culturales que han superado
la visión de la persona como un objeto y que la ven como un fin en sí misma, más allá de las
circunstancias que la rodean, tanto más cuando estas circunstancias son producto del desarrollo natural de
la historia de toda persona, como es la enfermedad.
El criterio de adecuación constitucional
.
constitucional Aquí, a diferencia de lo planteado por la Defensoría del Pueblo, consideramos que
la vida siempre será un bien para la persona más allá de las circunstancias concretas, pasajeras o
permanentes, lo cual hace nacer en el propio Estado la obligación de protegerla, por lo que no podría
crear ni reconocer un derecho a dar muerte en lugar de proteger la vida, sin causar en el
ordenamiento jurídico un quiebre en el sostenimiento y protección de los demás derechos. Si bien ni
la Constitución Política del Perú, ni los tratados internacionales sobre derechos humanos contemplan
una regulación expresa y positiva sobre el derecho a la muerte como derecho fundamental, el
Defensor estaría aludiendo la existencia del mismo como arte de un derecho innominado, sustentado
en la enumeración abierta de derechos recogidos en el artículo 3 de nuestra Carta Magna.
CONCLUSIÓN
producto de la sentencia del Poder Judicial sobre el caso de Ana Estrada, es necesario tener en cuenta tres elementos:
proteger la vida, aceptar la muerte de forma natural y respetar la dignidad humana. La muerte al final de la
vida es constitutiva de la naturaleza humana y debe acontecer de forma natural, no a través de su conculcación y
desnaturalización por medio de la práctica de la eutanasia, el encarnizamiento terapéutico o el suicidio asistido. La
eutanasia y la sedación paliativa, son conceptos distintos. En la eutanasia con la aplicación del fármaco, implica
acabar con la vida del enfermo, en cambio en la sedación paliativa la intención con la que se administra busca que la
muerte del paciente se dé sin sufrimiento, de forma natural. La privación de los cuidados básicos podría convertirse
en una eutanasia disfrazada, el enfermo tiene que morir por su enfermedad, nunca por falta de cuidados y atención.
Es por ello, que ante las consecuencias tan delicadas que implicaría el reconocimiento de un supuesto «derecho a
morir», en este caso, a través de la eutanasia practicada por el personal sanitario a aquellas personas que lo
justifiquen, el Defensor del Pueblo ha ido en contra de su labor de defensa de los derechos fundamentales de la
persona y la comunidad, buscando que se le asigne al Estado un aparente deber que no le corresponde, así como la
indebida configuración de una prestación con carácter de servicio público para practicar la eutanasia a la ciudadana
Ana Estrada, cuando esta lo solicite.