Tema 7

Lectura bíblica:
“Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y glorificaré tu nombre
para siempre” Salmos 86:12 LBLA
SALMO 86:1-13
1Inclina, oh SEÑOR, tu oído y respóndeme,
porque estoy afligido y necesitado.
2 Guarda mi alma[a], pues soy piadoso;
tú eres mi Dios; salva a tu siervo que en ti confía.

3 Ten piedad de mí, oh Señor,
porque a ti clamo todo el día.

4 Alegra el alma de tu siervo,
porque a ti, oh Señor, elevo mi alma.

5 Pues tú, Señor, eres bueno y perdonador,
abundante en misericordia para con todos los que te invocan.

6 Escucha, oh SEÑOR, mi oración,
y atiende a la voz de mis súplicas.

SALMO 86:1-13
7En el día de la angustia te invocaré,
porque tú me responderás.
8 No hay nadie como tú entre los dioses, oh Señor,
ni hay obras como las tuyas.

9 Todas las naciones que tú has hecho vendrán y adorarán delante de ti,
Señor,
y glorificarán tu nombre.
10 Porque tú eres grande y haces maravillas[b];
solo tú eres Dios.

11 Enséñame, oh SEÑOR, tu camino;
andaré en tu verdad;
unifica mi corazón para que tema tu nombre.
12 Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón,
y glorificaré tu nombre para siempre.

13 Porque grande es tu misericordia para conmigo,
y has librado mi alma de las profundidades del Seol[c].

David presenta una serie de sufrimientos y aflicciones
• Inclínate, porque estoy afligido

• Respóndeme, porque estoy menesteroso
• Guárdame, porque soy un devoto tuyo
• Sálvame, porque en ti confío
• Ten misericordia, porque a ti clamo
• Alégrame, porque a ti levanto mi alma
• Escucha mi oración, atiende mi ruego, porque a ti te invoco
• Atiéndeme, porque tu me respondes
SOLICITUD DE DAVID
Inclina oh Señor tu oído. Denota la solicitud de que Dios tenga
disposición a inclinarse para escuchar el ruego. Sin embargo,
nosotros sabemos que Dios tiene una disposición especial a
atendernos, e intervenir en nuestro favor. “Y sucederá que antes
que ellos clamen, yo responderé; aún estarán hablando, y yo habré
oído.” (Isa. 65:24)
Óyeme. Seguro de la existencia del Señor y de que él oye las
oraciones de los hombres, le ruega que le escuche las razones
por las que lo está sufriendo.
Estoy afligido. El contexto pareciera indicar que David
atravesaba por un estado de depresión emocional, provocada
por circunstancias adversas que le pueden ocurrir a
cualquiera en momentos determinados.
Guarda mi vida, Porque soy piadoso. La preservación de

la vida y la seguridad a nuestra integridad física escapa a
nuestras capacidades humanas, en tales circunstancias, el
primer y único recurso ante quien podemos recurrir es el
mismo en quien se refugió David.
Salva Dios mío a tu siervo que en ti confía. Dios mío, le
dice. Lo reconoce como alguien de su propiedad, que le
pertenece, pero al mismo tiempo lo declara su Dueño y
Señor al presentarse como un siervo sometido y obediente..
Ahora, el valiente guerrero que derrotó al gigante es presa
de pánico y busca refugio ante el único que puede
defenderlo y librarlo.
Ten misericordia de mí oh, Jehová; Porque a ti clamo todo el día. Ahora,
el grito de auxilio es suplicando compasión. David apela a la naturaleza
misericordiosa de Dios, y eso le da la seguridad de que tendrá respuesta
favorable. Nosotros podemos tener la misma confianza de acercarnos a Dios
rogando su misericordia y compasión. Pablo dice “Nuestro Sumo Sacerdote
comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las
pruebas que enfrentamos nosotros…” (He. 4:15) “Pues por cuanto El mismo
fue tentado en el sufrimiento, es poderoso para socorrer a los que son
tentados” (Heb. 2:18)
“Alegra el alma de tu siervo, Porque a ti oh, Señor, levanto mi
alma.” La NVI traduce así: “Señor, alegra el ánimo de este siervo
tuyo, pues a ti dirijo mi oración.” Otra versión la expresa así:
“Dame la felicidad, Señor, pues mi vida depende de ti” NBV.
Afortunadamente David, tenía una conexión viva con Dios, tenía
una comunicación real en la que le contaba sobre sus emociones
por las que estaba atravesando. Su fe había madurado, al punto
que había aprendido a llevar sus cargas al único que en verdad le
importamos.
“Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia
para con todos los que te invocan.” La palabra hebrea “sallâch” implica
la disposición de Dios para perdonar. Enfatizando la perfección de Dios
como ser divino. También expresa lo rápido que Dios está para perdonar a
aquellos que buscan su perdón.
“Escucha, oh Jehová, mi oración, Y está atento a la voz de
mis ruegos” David no duda que Dios escucha. La oración ha
sido una práctica de su vida cotidiana, y sabe que es el primer
recurso para buscar su auxilio. A la primera persona a quien
acudimos en busca de ayuda, esa se ha convertido en nuestra
prioridad en la vida.
“En el día de mi angustia te llamaré, Porque tú me
respondes” Salmo 86:7 En ese día de ataque, es cuando más,
debemos clamar al Señor y pedir fuerzas. Y tener la convicción
de que el Señor nos responderá.
Esa seguridad de que Dios nos responderá y la confianza en el Señor, se
desarrolla a través de un crecimiento espiritual diario. Nace con el
estudio diario y la oración. Satanás buscará la forma de hacer que esa
relación íntima sea perturbada provocando situaciones en las cuales
nosotros no distraigamos y no pasemos tiempo íntimo en oración, ayuno
y leyendo las escrituras. Desafortunadamente no nos damos cuenta de
esto, hasta que nos desviamos y nos encontramos en una posición, lugar,
o circunstancias, donde nos damos cuenta de donde hemos caído.
“Porque tú eres grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú
eres Dios.” Verso 10
Cuando se usa en referencia a Dios indica que es inigualable
en grandeza”. No existe ser, o cosa creada que pueda igualarse
a la grandeza y majestad de Dios.
“Hacedor de maravillas” Aquí es donde Dios sobrepasa a
cualquier ser en el universo, ya que todo lo que existe fue creado
por su mano. Y si Dios puede crear de la nada, y hace obras
inigualables que nadie más puede hacer, entonces él puede
sacarnos del problema, puede cambiar cualquier situación, puede
proveer lo que nos falta, puede darnos lo que le pedimos, puede
volver a crear lo destruido, Dios puede ayudarnos cuando
sufrimos.
Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón, y
glorificaré tu nombre para siempre. Ver 12
Habiendo expuesto su lista de peticiones a causa de sus
sufrimientos, dolores, tragedias, fracasos, problemas, David
queda en la espera silenciosa de la intervención de Dios. David
se resguarda seguro bajo el refugio invisible de su Señor.
Ahora, procede a agradecer desde lo más profundo de su corazón. Lo
interesante es que agradece de manera anticipada, antes de que Dios le
responda. Eso es lo que hace la confianza, nos mueve a expresar
gratitud desde lo profundo del corazón antes de que notemos que se nos
ha respondido y antes de que cambien las cosas por las que estamos
pidiendo.
Te daré gracias, Señor mi Dios. Esta es una exclamación de seguridad
anticipada. Porque cuando Dios todavía no cambia las situaciones por
las que hemos orado, es porque ha empezado a cambiarnos a nosotros
mismos.
CONCLUSIÓN
• Quiero invitarte a poner en las manos de Dios tu situación, tu
necesidad, tu problema, o tu enfermedad.
• Quiero invitarte agradecer a Dios de manera anticipada por la forma
en la que él va a intervenir.
• Quiero invitarte que no expongas peticiones, ya lo ha hecho muchas
veces, ahora expresa tu gratitud y espera en el Señor. Eso es confiar en
el Señor.

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tú eres mi Dios; salva a tu siervo que en ti confía.

porque a ti clamo todo el día.

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y atiende a la voz de mis súplicas.

ni hay obras como las tuyas.

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y glorificaré tu nombre para siempre.

y has librado mi alma de las profundidades del Seol[c].

• Inclínate, porque estoy afligido

Guarda mi vida, Porque soy piadoso. La preservación de

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