La descolonización,
lineamientos y
perspectivas: el
patriarcado y el racismo
Arancibia Cleider
Rodriguez Maria
Loras Jonathan
Hurtado Remi
Saravia Arturo
Dorado Miguel
El racismo
El racismo se construye por el mito de que hay seres humanos que no son
realmente humanos y que por esa razón deben ser explotados, dominados,
alienados y asesinados por los seres “realmente humanos”. Por eso, la
descolonización del racismo consiste en tomar consciencia de que todos los
seres humanos somos realmente humanos, tenemos diferentes culturas,
diferentes cuerpos y que debemos echar por tierra todas las relaciones de
poder en las que el ser humano sea explotado, dominado, alienado y
exterminado
Patriarcado
Hablemos ahora de las relaciones de poder estructurales, en concreto de un
tipo de relación, donde la mujer es dominada, explotada, alienada, oprimida
e incluso asesinada, por el hecho de ser mujer. El patriarcado es un sistema
de opresión, explotación, discriminación y violencias que vive la humanidad,
mujeres, hombres y naturaleza que históricamente se construye sobre el
cuerpo de las mujeres (concepto acuñado por feminismo comunitario Abya
Yala) El patriarcado no surge en la colonia, es anterior y tiene quizás 2.500
años de antigüedad, existe en casi todas las culturas del mundo. De modo
amplio podemos definirlo como una forma de organización cuya autoridad se
reserva solo para el hombre o el sexo masculino. El patriarcado es parte de un
patrón de poder y en ocasiones es el patrón de poder mismo.
Antes de la conquista, las mujeres americanas tenían sus propias
organizaciones, sus esferas de actividad reconocidas socialmente, si bien no
eran iguales a los hombres, se las consideraba complementarias a ellos en
cuanto a su contribución a la familia y sociedad. Además de ser agricultoras,
amas de casa, tejedoras y productoras de las coloridas prendas que eran
utilizadas tanto en la vida cotidiana como durante las ceremonias, también
eran alfareras, herboristas, curanderas y sacerdotisas al servicio de los dioses
locales. […] Todo cambió con la llegada de los españoles, éstos trajeron
consigo su bagaje de creencias misóginas y reestructuraron la economía y el
poder político en favor de los hombres. Las mujeres sufrieron también por
obra de los jefes tradicionales que, a fin de mantener su poder, comenzaron a
asumir la propiedad de las tierras comunales y a expropiar a las integrantes
femeninas del uso de la tierra y de sus derechos sobre el agua.
Hacia la despatriarcalización
Cuando el imperio español logró conquistar el Tawantisuyu y el “Cēm
Añāhuac” introdujo y reforzó las relaciones patriarcales que perviven hasta el
día de hoy. Las mujeres fueron reducidas a ser amas de casa, reproductoras,
compañeras sexuales, se les atribuyó papeles como: el ser menos inteligentes
que los hombres, menos fuertes, privadas de educación, de ser autoridad, o
tener propiedad. Esa situación ha mejorado o desaparecido en las últimas
décadas gracias a luchas que las mismas mujeres llevaron a cabo, no
comenzaron con el movimiento feminista, sino, comenzaron con las luchas de
resistencia anticoloniales de mujeres indígenas sobre su corporalidad y su
dignidad como seres humanos
La descolonización como horizonte
social
Como hemos visto hasta el momento, las relaciones coloniales de dominación
no desaparecieron con la expulsión del aparato administrativo, jurídico,
político y económico colonial. Quedó la colonialidad como una cultura sutil
que justifica y fundamenta estructuras institucionales patriarcales y racistas.
¿Qué son los movimientos sociales?
El movimiento social comienza cuando acontece una acción colectiva7
voluntaria para promover un cambio en la sociedad civil a través de
movilizaciones. Por ejemplo, la lucha constante por demoler el sistema de
opresión y subordinación, tal como ocurrió con la resistencia de los pueblos
indígenas frente al colonialismo o con las rebeliones de los esclavos.
Modos de expresión
Los movimientos sociales buscan expresar y comunicar los agravios colectivos,
las problemáticas o necesidades que requieren acciones para ser satisfechas o
cumplidas. Las expresiones más tradicionales pasan por manifestaciones,
boicoteos, huelgas o protestas para llamar la atención de la población.