Lectio Divina Vid y Sarmientos
Lectio Divina Vid y Sarmientos
Lectio Divina Vid y Sarmientos
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el
viñador. Si alguna de mis ramas no da fruto, él la arranca; y poda las que dan fruto, para que
den más fruto. Ustedes ya están limpios por las palabras que les he hablado; permanezcan en
mí, y yo permaneceré en ustedes. Como la rama no puede producir frutos por sí misma, si no
permanece en la vid, así tampoco pueden ustedes producir fruto si no permanecen en mí. Yo
soy la vid, ustedes las ramas; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante;
porque sin mí no pueden hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como ramas
secas; luego las recogen y las echan al fuego, y arden. Si permanecen en mí, y mis palabras
permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les dará. Con esto recibe gloria mi Padre, en
que ustedes den fruto abundante; así serán discípulos míos». Palabra del Señor.
R. Gloria a ti, Señor Jesús
MEDITACIÓN
El evangelio siempre será muy gráfica y práctica; pues así veo la vida y en este texto particularmente
siento que Jesús me habla directamente a mí; yo que necesito ejemplos o cosas tangibles para
entender. Aunque el texto se podría leer sin ninguna alteración pero siendo detallados podemos ver
que Jesús es tajante en decir que si el sarmiento no da fruto se corta.
Por eso son dos sencillos mensajes que me da el Señor, el primero es que incesantemente nuestro
Padre cortará siempre aquello que en nuestra vida no da fruto, y nuevamente nos dará la oportunidad
de darlo.
Y el segundo es que de manera especial el Señor viene a recordarme que lejos de Él la vida se vuelve
vacía, que sin Él poco fruto podemos dar, que sin Él somos personas sin felicidad y que la llevar las
cosas de la vida resultan cada vez más difícil. Nuestro único camino es que tenemos optar por Él,
unirnos a Él para dar fruto abundante.
ORACIÓN
Siempre el evangelio nos debe mover hacia algo, y hoy particularmente nos debe
mover el corazón a buscar su cercanía a estar con Él, aunque nuestra vida se mueva
hacia otro lado nuestra mirada, nuestra mano, nuestro corazón debe estar fijas en Él.
Por eso te invito a hacer una visita a alguien que en los últimos meses crees que era
una persona que daba mucho fruto pero su vida se ha apagado, que ya dejo el grupo,
o que dejo la misa dominical; y le compartirás este texto para hacerle ver que Dios
siempre te seguirá podando para que des nuevo fruto.