El Gigante Egoísta construyó un muro alrededor de su jardín para evitar que los niños jugaran allí. En primavera, solo su jardín seguía siendo invierno mientras los demás florecían. Un día, oyó música y vio a los niños felices en los árboles, excepto uno que lloraba. Esto conmovió al Gigante, quien derribó el muro y dejó que los niños jugaran en el jardín.
El Gigante Egoísta construyó un muro alrededor de su jardín para evitar que los niños jugaran allí. En primavera, solo su jardín seguía siendo invierno mientras los demás florecían. Un día, oyó música y vio a los niños felices en los árboles, excepto uno que lloraba. Esto conmovió al Gigante, quien derribó el muro y dejó que los niños jugaran en el jardín.
El Gigante Egoísta construyó un muro alrededor de su jardín para evitar que los niños jugaran allí. En primavera, solo su jardín seguía siendo invierno mientras los demás florecían. Un día, oyó música y vio a los niños felices en los árboles, excepto uno que lloraba. Esto conmovió al Gigante, quien derribó el muro y dejó que los niños jugaran en el jardín.
El Gigante Egoísta construyó un muro alrededor de su jardín para evitar que los niños jugaran allí. En primavera, solo su jardín seguía siendo invierno mientras los demás florecían. Un día, oyó música y vio a los niños felices en los árboles, excepto uno que lloraba. Esto conmovió al Gigante, quien derribó el muro y dejó que los niños jugaran en el jardín.
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Todas las tardes, según salían de la
escuela, los niños y niñas iban a jugar al
jardín…. Un día regreso el gigante… Vio a los niños y niñas que jugaban en el jardín… ¿Qué hacéis ahí? – gritó con tono malhumurado, y los niños y niñas echaron a correr. Mi jardín es mi jardín… y no voy a dejar que nadie juegue en él, sólo yo. PROHIBIDO EL PASO
Levantó un muro alto todo alrededor y puso
un aviso. Era un gigante muy egoista. Los pobres niños y niñas no tenían ya donde jugar, lo hacían en la carretera, pero no les gustaba… Llegó la primavera y tan sólo en el jardín del Gigante Egoísta seguía siendo invierno… La primavera se había olvidado de este jardín. Un día el Gigante estaba despierto en la cama cuando oyó una música muy hermosa…
Creo que por fin ha llegado la primavera.
Salió de la casa y vio una escena maravillosa… los niños y niñas estaban subidos a las ramas de los árboles y estos estaban contentos y se habían cubiertos de flores. Sólo en un rincón seguía siendo invierno. En él había un niño que no llegaba a las ramas del árbol y lloraba amargamente…
El corazón del Gigante se conmovió al
ver aquella escena. ¡QUÉ EGOISTA HE SIDO! ¡Ahora el jardín es vuestro! Y cogió un hacha enorme y derribó el muro. Y cuando a las doce la gente acudió al mercado, encontró al Gigante jugando con los niños y niñas en el jardín más hermoso que nunca habían visto. Pasaron los años y el Gigante envejeció y se quedó muy débil, ya no podía jugar, pero se sentaba a contemplar a los niños y niñas jugar.