Cuidados Higienicos en Casa
Cuidados Higienicos en Casa
Cuidados Higienicos en Casa
HIGIENICOS EN CASA
Cuando se habla de higiene del hogar se tiende
a pensar sólo en la limpieza diaria de la casa,
pero en la práctica este concepto es mucho
mas amplio y corresponde a la suma de todas
las medidas que procuran
prevenir infecciones, y en definitiva cuidar la
salud de los integrantes del hogar. Seguro que
con este par de consejos reforzaras tus
costumbres.
Higiene del baño:
Ciertos gérmenes dañinos y parásitos pueden ser
transmitidos a causa de una pobre higiene en le
baño.
A los padres se les recomienda especialmente que se
aseguren que todos los miembros de la familia
cumplan con la regla de aseo de manos después de
utilizar el baño.
La primera línea de defensa contra la transmisión de
enfermedades es el papel higiénico.
Las toallas de baño son personales, cada miembro de
la familia debe tener una y se tiene que preocupar de
secarla o dejarla extendida después de su uso. Todas
las superficies del baño-incluida la grifería hay que
limpiarlas y desinfectarlas.
Higiene de la cocina:
Suciedad es sinónimo de bacterias que se traspasan
a los alimentos y utensilios de cocina.
Rigurosa higiene personal: manos limpias, uñas
cortas, pelo limpio y gorro en lo posible.
Mantener el interior del refrigerador y del horno
muy aseados.
Cambiar frecuentemente el paño de cocina.
Las superficies e instalaciones donde se preparan y
se almacenan los alimentos deben ser sometidas a
higiene permanente.
Las tablas de picar son una fuente de contaminación
cruzada de alto riesgo.
APRENDER
HACIENDOLO
Lavarse las manos
Es una obviedad, pero muchos la olvidan. No hace
falta estar todo el día con las manos bajo el grifo,
pero la sencilla costumbre de lavarse las manos antes
de comer y después de ir al retrete reduce en un 20%
las posibilidades de contraer
infecciones respiratorias y digestivas.
Cerrar la tapa del váter
Esta sencilla costumbre, que muchos se saltan, evita
que los gérmenes se extiendan por todo el baño y
acaben en nuestros pulmones. Si la tapa del inodoro
está abierta cuando tiramos de la cadena, los gérmenes
fecales se desplazan casi dos metros a todas las
direcciones.
Mantener separados los utensilios de limpieza
Las herramientas que usamos para limpiar son un
vector terrible de suciedad. Una esponja o una bayeta
pueden convertirse en un nido de microbios si no se
pasan por lejía regularmente antes de ponerlas a secar.
Los trapos de cocina deben lavarse los más a menudo
posible a sesenta grados, y jamás deben reutilizarse si
están húmedos.
No compartir la toalla
La toalla no se debe compartir con toda la familia: al
pasarnos la toalla nos pasamos al mismo tiempo los
microbios. La toalla, además, debe estar bien seca antes
de usarse. Si todavía está húmeda, es mejor tirarla sin
vacilar al cesto de la ropa sucia, porque una toalla
húmeda es un perfecto medio de cultivo para que se
desarrollen los microbios.
No acumular platos en la pila
La pila de la cocina puede llegar a acumular 500.000
bacterias por metro cuadrado y, si somos de acumular
vajilla, convertiremos el fregadero en el lugar más
sucio de nuestra casa, por encima del váter. Si no
puedes lavar los platos en ese momento, enjuágalos con
agua y unas gotas de lejía para evitar que se forme un
caldo de cultivo.
Limpiar los objetos cotidianos
Es importante no olvidar limpiar los objetos cotidianos
que quizás jamás hemos limpiado: el mando de la tele,
los interruptores de la lamparilla de noche, el teléfono
portátil, las gafas, la parte de debajo del reloj…
Sabiendo que el 92% de los móviles están recubiertos
de microbios, entre ellos un 16% de bacterias fecales,
hay motivos suficiente para limpiarlos y, en todo caso,
para evitar prestarlos e intercambiar los microbios.