El documento describe los objetivos y etapas clave de un Estudio de Viabilidad. Un Estudio de Viabilidad evalúa si un proyecto propuesto es viable física, legal, social, económica y financieramente y determina posibles soluciones. Las etapas clave incluyen definir el alcance del proyecto, estudiar el mercado, determinar el tamaño y ubicación, definir aspectos técnicos, estimar costos de inversión y operación, y evaluar la viabilidad general del proyecto. El documento se enfoca especí
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El documento describe los objetivos y etapas clave de un Estudio de Viabilidad. Un Estudio de Viabilidad evalúa si un proyecto propuesto es viable física, legal, social, económica y financieramente y determina posibles soluciones. Las etapas clave incluyen definir el alcance del proyecto, estudiar el mercado, determinar el tamaño y ubicación, definir aspectos técnicos, estimar costos de inversión y operación, y evaluar la viabilidad general del proyecto. El documento se enfoca especí
El documento describe los objetivos y etapas clave de un Estudio de Viabilidad. Un Estudio de Viabilidad evalúa si un proyecto propuesto es viable física, legal, social, económica y financieramente y determina posibles soluciones. Las etapas clave incluyen definir el alcance del proyecto, estudiar el mercado, determinar el tamaño y ubicación, definir aspectos técnicos, estimar costos de inversión y operación, y evaluar la viabilidad general del proyecto. El documento se enfoca especí
El documento describe los objetivos y etapas clave de un Estudio de Viabilidad. Un Estudio de Viabilidad evalúa si un proyecto propuesto es viable física, legal, social, económica y financieramente y determina posibles soluciones. Las etapas clave incluyen definir el alcance del proyecto, estudiar el mercado, determinar el tamaño y ubicación, definir aspectos técnicos, estimar costos de inversión y operación, y evaluar la viabilidad general del proyecto. El documento se enfoca especí
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Estudios de Viabilidad
DEFINICIÓN DE ESTUDIO DE VIABILIDAD
El Estudio de Viabilidad, también llamado
Estudio Previo o Estudio Preliminar, tiene por objeto comprobar si en un proyecto existen soluciones que cumplan los objetivos definidos en el planteamiento inicial y determinar que son viables física, legal, social, económica y financieramente. En esta fase del proyecto se persigue obtener una visión de conjunto del proyecto, siendo, por tanto, sus objetivos fundamentales los siguientes: Conocer el proyecto en su conjunto. Obtener posibles soluciones. Estudiar la viabilidad de estas soluciones. La Figura 1 representa gráficamente los objetivos de esta fase del proyecto en la que a partir de una idea se plantean las posibles soluciones al mismo habiendo descartado aquellas soluciones que no son válidas. En el Estudio de Viabilidad se manejan valores estimativos sobre el proyecto aprovechando la experiencia profesional de la ingeniería y la información de carácter general y específico que se posee. En esta etapa del proyecto, partiendo del conocimiento genérico que da el planteamiento del proyecto, se analizan las partes principales que lo componen con el objetivo de definir un conjunto de soluciones que cumplan las premisas iniciales del problema para posteriormente ser valoradas desde diferentes puntos de vista. El coste del Estudio de Viabilidad es de poca consideración si se compara con los honorarios del proyecto, y menor aún si la comparación se hace respecto al volumen de la inversión que deberá realizar el promotor. Un Estudio de Viabilidad significará un gasto que oscilará entre un 1 y un 3 por mil de la inversión, equivalente más o menos al 5% de los honorarios del proyecto. Este pequeño gasto viene a resolver una gran incógnita: si el proyecto tiene solución y bajo qué condiciones. Un Estudio de Viabilidad puede ofrecer tres respuestas distintas:
De acuerdo con el planteamiento y con los
objetivos marcados, la solución o las posibles soluciones del proyecto no son viables, es decir, que o bien falla por causas técnicas o económicas, o bien porque las condiciones sociales, legales o financieras no se pueden cumplir. Si la respuesta es ésta, el proyectista aconsejará al promotor rechazar la inversión o modificar el planteamiento y los objetivos iniciales de manera que el proyecto sea factible con esas nuevas condiciones. Existe una única solución válida al proyecto o, habiendo varias, una de ellas sea claramente superior a las demás. En este caso se puede continuar con las otras fases del proyecto. El estudio preliminar añade, además, otras posibilidades como, por ejemplo, la de apuntar que ligeros cambios en los objetivos mejoran considerablemente los resultados. Existen varias soluciones alternativas al proyecto, todas ellas viables. Esta situación se resuelve con el análisis y la selección de la mejor alternativa, cosa que sucede en la fase de anteproyecto. El estudio de las posibles alternativas y su viabilidad es la parte fundamental de esta etapa del proyecto. Este estudio no debe hacerse analizando y desmenuzando el proyecto exhaustivamente ya que dicha tarea está reservada para las fases siguientes. En esta etapa el proyectista se aproximará al proyecto con una visión de carácter general. La exactitud que se exige en el Estudio de Viabilidad depende de los medios puestos en juego, por lo que suelen admitirse errores entre el 25% y el 30% de la inversión. ETAPAS DE UN ESTUDIO DE VIABILIDAD
En el Estudio de Viabilidad se realiza un
primer recorrido por el proyecto que sirve para marcar las premisas de la fase siguiente. Esta etapa se inicia con la búsqueda de la información técnica, legal y económica que afecte al proyecto en estudio. Posteriormente, se realizan procesos de análisis y síntesis con el fin de determinar soluciones al proyecto. Cada etapa es un paso adelante en la resolución del estudio. A partir de los resultados de las etapas precedentes y de información de tipo genérico y específico se procesa todo ello con el objetivo de obtener el resultado perseguido en la etapa. Como es lógico, este resultado se evalúa para decidir si se continúa con la etapa siguiente o se retrocede para corregir ésta u otras etapas precedentes. Esta retroalimentación del proceso permite ir ganando conocimientos más amplios de cada actividad y, por tanto, el proyectista se encuentra en mejores condiciones de emitir una respuesta válida. El concepto está basado en la premisa esencial por la cual el proyectista raramente llega a una solución aceptable en un primer tratamiento de cada etapa. El uso de estas iteraciones depende únicamente del ingeniero. Suya es la capacidad de juzgar si los resultados obtenidos se corresponden con los objetivos o si es conveniente profundizar más en la etapa que se estudia. La macro-estructura de Estudio de Viabilidad presentada en la Figura 2 da una visión general de cómo resolver esta fase. Sin embargo, al existir importantes diferencias entre unos tipos y otros, no es posible aplicar este esquema directamente a todos los proyectos de ingeniería. Es necesario considerar las características propias de cada grupo y, a partir de él, construir un esquema metodológico específico que recoja esas características y lo haga plenamente útil. ESTUDIO DE VIABILIDAD EN PROYECTOS DE PLANTAS INDUSTRIALES
En relación con plantas industriales, el
proyectista se enfrenta a temas, en general, muy similares pero, con problemáticas diferentes, debido a circunstancias que corresponden más al entorno que al propio proyecto. Entre otras cuestiones, cabe destacar las siguientes: El proyecto corresponde a una industria de nueva planta, a petición de un grupo inversor que no tiene experiencia previa en este campo. El proyecto corresponde al traslado de una industria ya existente, traslado que viene exigido por cambios en las condiciones del mercado, por condicionamientos legales, por necesidades de ampliación, por cambios en el proceso técnico, por conveniencia económica o porque la industria haya quedado obsoleta. El proyecto únicamente tiene por objeto variar parte de las instalaciones existentes: modificar y/o sustituir parte del proceso de producción, corregir aspectos organizativos, optimizar parte del proceso o automatizar la planta. El proyecto está muy condicionado por un pliego de condiciones inicial establecido por el promotor. Antes de encargar el proyecto se han llevado a cabo importantes trabajos sobre él, como por ejemplo, estudios de mercado, estudios de localización o estudios de financiación. Estas circunstancias pueden modificar algunas de las etapas de un Estudio de Viabilidad. A pesar de ello, se puede definir la siguiente micro-estructura aplicable a esta tipología de proyectos: 1. Concepción. Esta fase tiene por objeto la correcta y precisa definición de los objetivos del proyecto a partir de la idea del mismo. Para ello es necesario recopilar y analizar toda la información generada para el proyecto desde que se decide su estudio: descripción de necesidades detectadas, datos conocidos de productos, datos económicos y financieros, datos técnicos del proyecto, etc. 2. Estudio de mercado. Este capítulo se destina al estudio de la demanda de producto. En esencia se trata de determinar cuánto se puede vender y a qué precio, especificando las características del producto y abordando los problemas de comercialización derivados de “llevar” el producto al consumidor. 3. Tamaño. Este capítulo trata sobre la determinación de la capacidad de producción que ha de instalarse. 4. Localización. Esta etapa tiene como objetivo la determinación de la localización de la nueva unidad productora. 5. Definición técnica. Este trabajo abordará las investigaciones técnicas preliminares, los problemas de ingeniería que plantea el diseño mismo del producto y de los procesos de producción del mismo, especificaciones de materias primas, realización de prototipos y ensayo de los mismos. 6. Presupuesto de inversión. En esta etapa se procede a la estimación de las necesidades de capital que la realización del proyecto exige, tanto de capital fijo como de capital circulante. 7. Programación. La definición técnica del proyecto en cuanto al modo y medios con que realizarlo, se plasma en un programa con indicación de los objetivos parciales a conseguir a lo largo del tiempo, para poder acceder al objetivo final perseguido. 8. Financiación. Se han de especificar las fuentes monetarias a donde se recurrirá y la forma en que se proyecta canalizar los recursos financieros para que la iniciativa del proyecto sea viable. 9. Presupuesto de explotación. En este capítulo se determinan los costes de funcionamiento e ingresos derivados de las ventas, a lo largo del período de servicio del proyecto. 10. Evaluación: El objetivo final del Estudio de Viabilidad es dar un juicio de valor sobre si interesa realizarlo o no, de acuerdo a los criterios de evaluación de aceptación general. El proceso de definición de estos trabajos describe una secuencia lógica, tal y como se muestra en la Figura 3, en donde también se presentan las relaciones de precedencia de unos trabajos respecto a otros. Así, por ejemplo, es preciso saber lo que hay que fabricar (volumen de demanda a satisfacer, gamas de productos, calidades, etc.) antes de definir técnicamente el proceso de producción del producto; y de la misma manera se necesita definir técnicamente el proyecto para poder conocer el coste de la inversión que la realización del mismo supondrá. El resultado de un Estudio de Viabilidad para proyectos de plantas industriales es la definición de: Un proyecto con capacidad de producción definida, En un emplazamiento seleccionado, Utilizando una o varias tecnologías determinadas, En relación con materiales e insumos específicos, Con costes de inversión y producción identificados, E ingresos por concepto de ventas que produzcan un rendimiento determinado respecto de la inversión. ESTUDIO DE MERCADO
El estudio de mercado tiene por objeto estimar la cuantía de
los bienes o servicios procedentes de una nueva unidad de producción, que la comunidad está dispuesta a adquirir a determinados precios. El conocimiento del mercado supondrá estar en condiciones de responder a las siguientes cuestiones: ¿Qué vender? Requisitos de producto de acuerdo con las preferencias de los consumidores. ¿Cuánto se podrá vender? De acuerdo a las posibilidades del mercado, precios y competencia. ¿Cómo vender? De qué manera se comercializará el producto con objeto de acercarlo al consumidor. La sistemática para abordar este trabajo será: 1. Recopilar los antecedentes y establecer las bases empíricas de la situación actual del mercado Los trabajos en esta etapa del desarrollo del Estudio de Viabilidad se centran en la búsqueda de información relativa al producto o servicio. Se recopilarán, utilizando fuentes indirectas (anuarios, censos, registros industriales, guías de fabricantes) o fuentes directas (entrevistas, encuestas a distribuidores y/o consumidores), datos sobre: Precios y costes actuales: usuario, mayorista, productos. Usos del producto: cómo se usa y con qué fines. Especificaciones. Comercialización. Productos de uso alternativo. Series estadísticas: Producción, consumo, índice de precios, etc. 2. Analizar la demanda Se entiende por demanda actual la cantidad de bienes o servicios que el mercado requiere o solicita para buscar la satisfacción de una necesidad específica a un precio determinado en un momento dado. A veces resulta difícil obtener cifras de demanda directamente del mercado. En estos casos se recurre a calcular la demanda aparente que viene dada por datos de producción: La demanda es función de los siguientes factores: Nivel de precios. Nivel de ingresos de los consumidores. Cambios en la distribución geográfica de los consumidores. Alteración de las preferencias de los consumidores. Innovaciones técnicas que producen bienes sustitutivos. Para analizar la demanda real es necesario estudiar cómo estos factores influyen sobre la cantidad de bienes demandados, es decir, analizar lo que se conoce como elasticidad de la demanda. Así, por ejemplo, un aumento del precio puede suponer una disminución de la demanda de ciertos productos mientras que el descenso de precios puede suponer una mayor demanda del producto, como se muestra en la Figura 4. Por otra parte, un aumento de los ingresos puede suponer un aumento de la demanda de ciertos y viceversa para otros. El principal propósito que se persigue con el análisis de la demanda es determinar y medir cuales son las fuerzas que afectan a los requerimientos del mercado respecto a un bien o servicio, así como determinar la posibilidad de participación del producto del proyecto en la satisfacción de dicha demanda. Cuando existe información estadística resulta “fácil” conocer cuál es el valor de la demanda y su comportamiento histórico, y en estos casos la investigación en campo servirá para formar un criterio con relación a los factores cualitativos de la demanda, esto es, conocer un poco más a fondo cuales son las preferencias y los gustos del consumidor. Cuando no existen estadísticas, lo cual es frecuente en muchos productos, la investigación de campo queda como el único recurso para la obtención de datos y cuantificación de la demanda. El estudio de la información hasta ahora disponible (obtenido mediante fuentes directas o fuentes indirectas), permite estimar la cuantía real de la demanda en un momento dado, de forma que se detecta la existencia o no de demanda actual insatisfecha y se estima su magnitud. Puede ocurrir, en casos de demanda insatisfecha, que la nueva producción se sume a la actual no desplazándose a nadie del mercado. Pero por regla general se producen desplazamientos del mercado de competidores existentes ya que al mejorarse técnicamente el producto o el proceso de fabricación, se mejora la calidad o se reducen los costes de producción. En cualquier caso, es necesario no sólo estimar la demanda actual sino también la demanda global futura con objeto de analizar la posible producción de la planta industrial a lo largo de su vida útil. Algunos métodos para estimar la demanda futura de un producto son: Proyección de la tendencia. Consiste en establecer una línea media entre las cantidades consumidas durante cierto número de años y estimar la demanda futura de acuerdo a la tendencia de dicha línea. Empleo de coeficientes técnicos. Este método es adecuado para pronosticar la demanda futura de bienes intermedios que permiten producir bienes de consumo final. Por ejemplo, la demanda de cemento depende del número de viviendas nuevas que se van a construir. Comparaciones internacionales. Permite determinar tendencias mediante comparación con terceros países de su evolución en la demanda Modelos econométricos. Partiendo de datos estadísticos, se consigue expresar mediante funciones matemáticas la posible evolución de la demanda como es el caso de la elasticidad de la demanda Uso de los resultados de la encuesta de gasto familiar. Este método consiste en la elaboración de encuestas y posterior análisis de resultados para definir la tendencia de la demanda Prognosis sin datos estadísticos. Cuando no se dispone de datos estadísticos se puede predecir la futura demanda a partir de consideraciones tales como objetivos de desarrollo, factores políticos, tamaño de mercado, etc. 3. Analizar la oferta Por oferta se entiende la cantidad de bienes y servicios que un cierto número de productores están dispuestos a poner a disposición del mercado a un precio determinado. La oferta al igual que la demanda es función de una serie de factores: Precios en el mercado del producto. Apoyos gubernamentales a la producción. Tipo de mercado. El propósito que se persigue mediante al análisis de la oferta es determinar o medir las cantidades y las condiciones en que una economía puede y quiere poner a disposición del mercado un bien o servicio. Para analizar la oferta será necesario recopilar datos tanto de fuentes primarias como secundarias acerca de: Número de productores. Localización. Capacidad instalada y utilizada. Calidad y precio de los productos. Planes de expansión. Inversión fija y número de trabajadores. De igual modo que se hace con la demanda, también es necesario realizar una proyección de la oferta con objeto de identificar posibles cambios de la misma a lo largo de la vida útil de la instalación. 4. Analizar la comercialización de los productos La comercialización es la actividad que permite al productor hacer llegar un bien o servicio al consumidor con los beneficios de tiempo y lugar. Por tanto, no se trata de una simple transferencia de productos hasta las manos del consumidor sino que se trata de colocar el producto en el sitio y momento adecuados, para dar al consumidor la satisfacción que él espera de su compra. Generalmente, ninguna empresa está capacitada para vender sus productos directamente al consumidor final. Así se hace necesario recurrir a intermediarios que pueden ser de dos tipos: comerciantes, que adquieren el título de propiedad de la mercancía, y agentes, que sólo sirven de contacto entre productor y vendedor. Es importante, en esta etapa determinar los canales de comercialización de los productos a fabricar, utilizando los existentes para la comercialización de productos similares o proponiendo otros nuevos. Para determinar el canal de distribución más adecuado es necesario considerar estos tres factores: Cobertura de mercado. Los canales más simples (productores-minoristas- consumidores) son los que menos mercado cubren, sin embargo, los canales más complejos (productores-agentes- mayoristas-minoristas-consumidores) son los que más encarecen el precio del producto pero a su vez son con los que más mercado se abarca. Así, si se trata de colocar en el mercado un producto selecto y limitado se optará por un canal simple, en cambio, si es un producto popular y de mercado amplio se optará por un canal más complejo. Control sobre el producto. A mayor número de intermediarios se perderá más el control sobre el producto. Si se recurre a canales muy complejos el producto puede llegar muy deteriorado al consumidor. Costes. En principio los canales más simples parecen ser los que menor coste tienen para el productor. Esto es sólo aparentemente porque es menos costoso atender a 10 mayoristas que a 50 minoristas. 5. Seleccionar el objetivo de producción a cubrir por el proyecto Una vez que los estudios cuantitativos y cualitativos de la demanda han hecho posible calcular el tamaño actual del mercado y su probable tendencia, según determinadas hipótesis, falta examinar la demanda a la luz de “sucesos” que puedan alterarla, a fin de fijar una meta de producción razonable para la empresa que se proyecta. Sólo tiene buen éxito este trabajo fundamental si se toman en cuenta los siguientes factores: Estructura de la oferta. Calidad del producto y de los competidores. Políticas de distribución y marketing. Llegados a este punto del desarrollo del Estudio de Viabilidad se está en condiciones de determinar: Capacidad máxima de la planta. Rango de precios del producto. Especificaciones comerciales del producto.