Hechos de Los Apóstoles Capítulos 1 Al 5

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Hechos de los Apóstoles

capítulos 1 al 5
Hechos de los Apóstoles capítulos 1 al 5

Hechos de los Apóstoles del capitulo 1:1 al 2:47


En el versículo inicial de Hechos, Lucas dice: “Por lo tanto, yo también, excelentísimo Teófilo, habiendo
investigado todo esto con esmero desde su origen, he decidido escribírtelo ordenadamente, para que llegues
a tener plena seguridad de lo que te enseñaron” (Lucas 1:3-4). En el libro de los Hechos, Lucas le describe a
Teófilo lo que Jesús continuó haciendo a través de los apóstoles y por medio de la Iglesia.
El capítulo 1, empieza en Jerusalén. Los primeros 11 versículos reafirman los eventos del último capítulo del
libro de Lucas, que describe las apariciones de Jesús después de la Resurrección y Su ascensión. En esta
sección se encuentra el que tal vez sea el versículo clave de todo el libro: “Pero cuando venga el Espíritu
Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria,
y hasta los confines de la tierra”. (v. 8).
Los versículos 12-26 del primer capítulo describen un evento que ha resultado ser desconcertante y
controversial para los lectores posteriores. Aparentemente, Pedro sintió la necesidad de reemplazar a Judas
para mantener el número de apóstoles en 12. Los criterios para elegir al doceavo apóstol, que Pedro cita en
los versículos 21-22, eran haber sido parte del ministerio terrenal de Jesús desde el principio y que haber
sido testigo de la Resurrección. Dos hombres cumplían esos requisitos: José llamado Barsabás y Matías.
Después de orar, los apóstoles echaron suertes y seleccionaron a Matías.
Hasta ahí vamos bien. La parte desconcertante es que nunca volvemos a saber de Matías. Algunos han
especulado que Pedro se le adelantó al Espíritu Santo en esta elección. Otros más creen que Dios quería que
Pablo fuera el doceavo apóstol. Lo cierto es que Pablo asumió el rol de apóstol y reclamó ese título.
La historia de Hechos empieza en el capítulo 2, con la descripción de los eventos del Día del Pentecostés. El
Pentecostés era una de las festividades judías más importantes, una en la que los peregrinos hebreos de
todo el mundo se reunían en Jerusalén. Se celebra 50 días después de la Pascua y recibe su nombre de la
palabra en griego que significa “50.”
Los seguidores de Jesús, que habían recibido instrucciones de esperar en Jerusalén, eran cerca de 120
(1:15). Estaban “todos juntos en el mismo lugar” (2:1), sin duda adorando en el Templo, cuando ocurrieron
tres cosas espectaculares.
Hechos de los Apóstoles capítulos 1 al 5
Primero, el sonido de un viento violento vino del cielo. Luego unas lenguas como de fuego aparecieron sobre la
cabeza de cada uno de los cristianos. Y después, cuando fueron individual y colectivamente llenos del Espíritu
Santo, empezaron a hablar en “diferentes lenguas” (v. 4). De la historia que leemos en los siguientes versículos
es obvio que no eran “lenguas desconocidas”, sino idiomas de los peregrinos que estaban en Jerusalén ese día.
Dios se estaba asegurando de que todos en la audiencia escucharan el evangelio en su propio idioma.
Es importante que entendamos que dos cosas ocurrieron aquí.
 La primera fue el nacimiento de la Iglesia y el cumplimiento de la promesa del Espíritu Santo. Esto tuvo una
importancia histórica y global. Por lo tanto estuvo marcada por señales y milagros espectaculares.
 Lo segundo que ocurrió fue a nivel personal. Cada uno de los cristianos que se reunieron en Jerusalén ese
día fue bautizado con el Espíritu Santo.
Con el bautismo del Espíritu Santo comenzó la proclamación o testimonio del evangelio. Jesús había dicho que
cuando fueran bautizados con el Espíritu Santo serían testigos (1:8). Y efectivamente eso es lo que ocurrió,
como lo atestigua el resto del libro.
Después de esta acción espectacular del Espíritu Santo, Pedro se paró y dirigió a la multitud que participaba en
el festival, y dio el primer sermón cristiano de la historia. En su sermón Pedro explicó lo que la multitud acababa
de presenciar, citando las promesas del Antiguo Testamento en las que Dios derrama su Espíritu. Luego Pedro
describió la muerte y la resurrección de Cristo, apoyado de nuevo con las referencias del Antiguo Testamento.
Concluyó su sermón con una declaración temeraria: “Por tanto, sépalo bien todo Israel que a este Jesús, a quien
ustedes crucificaron, Dios lo ha hecho Señor y Mesías” (2:36).
La audiencia, que había atestiguado los milagros y que había escuchado un sermón lleno del Espíritu fue
receptiva y preguntó: “¿Qué debemos hacer?” (v. 37). Pedro respondió, “Arrepiéntanse y bautícense” (v. 38). y 3
mil de ellos lo hicieron.
La sección final del segundo capítulo (vv. 42-47) nos da una descripción sorprendente de la vida diaria de la
Iglesia Primitiva que siguió al Día del Pentecostés. El grupo se volvió una familia, comían juntos, estudiaban
juntos, compartían los bienes materiales, oraban y adoraban juntos. Esta comunidad aparentemente causó un
impacto en la ciudad, ya que el grupo disfrutaba “de la estimación general del pueblo. Y cada día el Señor añadía
al grupo los que iban siendo sal- vos” (v. 47).
Hechos de los Apóstoles capítulos 1 al 5

 Inician los hechos (1:1-11)


El escritor de Hechos empieza su libro con “Estimado Teófilo, en mi primer libro…” Hechos es el segundo
volumen que empezó con el libro de Lucas. En el volumen uno, Lucas escribió “todo lo que Jesús comenzó a
hacer y enseñar” (Hechos 1:1). Ahora va a hablar de las cosas que Jesús continuó haciendo, por medio de
Su Iglesia. Lucas empieza su historia con un breve re- sumen del último capítulo del volumen uno, que
describe varias de las apariciones de Jesús tras Su crucifixión y resurrección. Luego describe la ascensión al
cielo. El versículo 8 es importante porque establece el patrón de crecimiento de la Iglesia Cristiana, así como
la organización del libro de Hechos.

 La elección (1:12-26)
La siguiente sección es un tanto confusa. Tras la ascensión de Jesús, Pedro, quien obviamente era el líder
del grupo de cristianos, sintió la necesidad de reemplazar a Judas para mantener el número de apóstoles en
12. Los criterios para elegir al doceavo apóstol, que Pedro cita en los versículos 21-22, eran que fuera
alguien que hubiera sido parte del ministerio terrenal de Jesús desde el principio y que fuera testigo de la
Resurrección. Dos hombres cumplían esos requisitos: José llamado Barsabás y Matías. Después de orar, los
apóstoles echaron suertes y seleccionaron a Matías.
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 Pentecostés y Bautismo del Espíritu Santo (2:1-41)


En este capítulo, Lucas registra los eventos del Día de Pentecostés. El Pentecostés era una de las principales
festividades judías. Ese día, los cristianos “estaban todos juntos en el mismo lugar” (2:1). Que sucedió; el
sonido de un viento violento vino del cielo (v. 2), unas lenguas como de fuego aparecieron sobre la cabeza
de cada uno de los cristianos (v. 3). cuando fueron individual y colectivamente llenos del Espíritu Santo,
empezaron a hablar en “diferentes lenguas” (v. 4).
Es importante destacar que estas “otras lenguas” no eran lenguas incomprensibles sino idiomas conocidos,
los idiomas o lenguas de los peregrinos que estaban en Jerusalén ese día (ver v. 8-11).
Luego Pedro se puso de pie y dio el primer sermón cristiano, con argumentos teológicos e históricos a favor
de la verdad del evangelio.

 La vida diaria de la Iglesia (2:42-47)


Este corto pasaje nos permite asomarnos a la vida diaria de los cristianos durante las primeras semanas de
la Iglesia. Varias actividades se volvieron parte de sus vidas:
 Estudiaban las enseñanzas de los apóstoles juntos.
 Tenían comunión.
 Comían juntos.
 Vendían sus posesiones y tenías todos los bienes materiales en común.
 Se reunían regularmente para adorar.
 Oraban juntos.
La Iglesia Primitiva entendía la importancia de estar cerca unos de otros.
Hechos de los Apóstoles capítulos 1 al 5
Preguntas y respuestas Hechos 1
¿Por medio de quién dio instrucciones Jesús a los apóstoles que había escogido?
R: por medio del Espíritu Santo (Hechos 1:2).
¿Quién lo dijo, a quiénes, y mientras hacía qué? “No se alejen de Jerusalén, sino esperen la promesa del
Padre, de la cual les he hablado.”
R: Jesús, a los apóstoles que había escogido, mientras comía con ellos (Hechos 1:4).
¿Con qué bautizó Juan, y con qué serían bautizados los apóstoles que Jesús había escogido?
R: con agua, y con el Espíritu Santo (Hechos 1:5).
¿Quién vendrá otra vez, de la misma manera que lo han visto irse?
R: Jesús (Hechos 1:11).
¿Qué monte está situado aproximadamente a un kilómetro de la ciudad de Jerusalén?
R. El monte de los Olivos (Hechos 1:12).
De acuerdo con Hechos 1:15, ¿como de cuántas personas era el grupo de creyentes por aquellos días?
R: Como de ciento veinte personas.
¿Por boca de quién había predicho el Espíritu Santo acerca de Judas, el que sirvió de guía a los que
arrestaron a Jesús?
R: De David (Hechos 1:16).
Mencione en esencia el versículo que contiene la palabra “Acéldama”.
R: “… aquel terreno fue llamado Acéldama, que en su propio idioma quiere decir “Campo de
Sangre” (Hechos 1:19).
De acuerdo con Hechos 1:20, ¿qué está escrito en el libro de los Salmos?
R: “Que su lugar quede desierto, y que nadie lo habite”, y “Que otro ocupe su cargo”.
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Preguntas y respuestas Hechos 2
Mencione en esencia el versículo que contiene la palabra “ráfaga”.
R: “… vino del cielo un ruido como el de una violenta ráfaga de viento y llenó toda la casa donde
estaban reunidos” (Hechos 2:2).
De acuerdo con Hechos 2:4, ¿quiénes fueron llenos del Espíritu Santo?
R: Todos.
De acuerdo con Hechos 2:6, ¿por qué quedaron todos pasmados al oír aquél bullicio?
R: Porque cada uno los escuchaba hablar en su propio idioma.
De acuerdo con Hechos 2:7, ¿quiénes eran galileos?
R: Todos los que están hablando.
¿Quiénes oyeron proclamar en su propia lengua las maravillas de Dios?
R: Todos (Hechos 2:11).
De acuerdo con Hechos 2:13, ¿qué decían los que se burlaban?
R: “Lo que pasa es que están borrachos”.
Donde aparece el siguiente versículo “Sucederá que en los últimos días, dice Dios derramaré mi Espíritu
sobre todo el género humano. Profetizarán sus hijos y sus hijas, los jóvenes tendrán visiones y los ancianos
tendrán sueños”
R:Hechos 2:17.
¿Dónde haría Dios prodigios, y dónde señales?
R: Prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra (Hechos 2:19).
¿Quién será salvo?
R: Todo el que invoque el nombre del Señor (Hechos 2:21).
¿Quién fue un hombre acreditado por Dios con milagros, señales y prodigios?
R: Jesús de Nazaret (Hechos 2:22).
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Hechos de los Apóstoles del capitulo 3:1 al 4:31


Los discípulos continuaron reuniéndose en el Templo para orar, como cualquier otro judío lo haría.
Entendieron que su fe en Jesús era un cumplimiento de su judaísmo del Antiguo Testamento, no un
reemplazo del mismo. Mantuvieron todas las prácticas tradicionales y la herencia de la religión judía. De
modo que a las tres de la tarde encontramos a Pedro y a Juan caminando por la puerta del Templo llamada
“Hermosa”. Como era de costumbre, los limosneros solían esperar a la entrada del templo para pedir dinero
a cualquier persona que pasara. Había un hombre que había estado lisiado desde su nacimiento (3:2) y que
ahora tendría unos 40 y tantos años (4:22), le pidió a Pedro y a Juan dinero cuando pasaron. Estos
apóstoles, quienes habían renunciado a sus trabajos como pescadores y eran a su vez receptores de la
generosidad de otras personas, no tenían dinero que darle a pobre hombre. Pero aún así tuvieron
compasión de él. Ellos querían darle al hombre algo que le levantara por encima de su miseria y su pobreza.
Así que en el nombre de Jesucristo tocaron la necesidad del hombre. Y en el nombre de Jesús se restauró la
esperanza así como sus piernas lisiadas. Inmediatamente, el hombre empezó a caminar. En su exuberancia,
no sólo caminó sino que saltó, gritó y alabó a Dios. No es de sorprender que se reuniera una multitud.
Pedro, que desde el Pentecostés era un orador atrevido, vio esta como una oportunidad de oro para
evangelizar.
El primer punto en el sermón de Pedro era asegurarse de que la multitud entendiera que era el poder de
Dios mediante Jesucristo, y no el poder del apóstol, lo que había causado la sanidad del hombre (3:12-16).
Luego Pedro continúa, de manera similar a su sermón registrado en 2:14-41, dibujando el contexto histórico
de Jesucristo y llamando a la audiencia a arrepentirse.
Aunque su sermón fue interrumpido a la mitad (4:1), aparentemente tuvo éxito. Como resultado, el número
de los cristianos en Jerusalén creció a más o menos 5 mil hombres (sin contar a las mujeres y a los niños).
Sabemos que el Día del Pentecostés, 3 mil personas se convirtieron. Sin duda, muchos se habían unido a la
congregación entre ese día y este incidente, pero podemos asumir que un gran porcentaje de los 2 mil
conversos adicionales se añadieron como resultado de este sermón.
Hechos de los Apóstoles capítulos 1 al 5
Este tipo de actividad ruidosa molestaba a los guardias del Templo y a los líderes judíos, especialmente ya
que todo se hacía en nombre de Aquel que habían crucificado sólo unas semanas antes. Aunque Pedro y
Juan no habían quebrantado ninguna ley, las autoridades los arrestaron y los metieron en la cárcel. Como la
ley judía prohibía los juicios después de la puesta del sol, los apóstoles pasaron la noche bajo custodia.
La siguiente mañana los llevaron ante el Consejo (o Sanedrín), la suprema corte judía. Ahí no se les pidió
que respondieran a los cargos, ya que no había cargos contra ellos. Más bien, los líderes judíos intentaron
atraparlos preguntándoles: “¿Con qué poder, o en nombre de quién, hicieron ustedes esto?” (4:7). Sin duda,
los líderes estaban esperando que el ego de los apóstoles los llevara a darse el crédito del milagro, lo que
los pondría en la posibilidad de ser culpados de blasfemia o brujería. Pero “Pedro, lleno del Espíritu Santo”
(4:8), de nuevo le dio el crédito a Cristo.
Los líderes judíos se enfrentaron a un dilema. No podían negar el milagro (4:16), pero de todas maneras
querían silenciar a los apóstoles. Así que soltaron a Pedro y a Juan con la advertencia de que
“terminantemente dejaran de hablar y enseñar acerca del nombre de Jesús” (4:18).
Los apóstoles reconocieron que la autoridad de Dios sobrepasaba la autoridad de los líderes judíos, y
contestaron, “¿Es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes en vez de obedecerlo a él? ¡Júzguenlo
ustedes mismos! Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (4:19-20).
Los dos apóstoles entonces regresaron con sus amigos cristianos, quienes se unieron a ellos en oración
pidiendo mayor valor para proclamar la palabra (4:29). El resto del libro de los Hechos registra la respuesta
de Dios a esta oración.
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 Hay algo mejor que el oro y la plata (3:1-10)
Los discapacitados en el antiguo Israel que no provenían de familias ricas sólo tenían una opción: pedir
limosna para sobrevivir. Este pasaje cuenta la historia de una persona así, un hombre de 40 años
aproximadamente (ver 4:22), que había estado lisiado desde que nació. Un día Pedro y Juan iban al Templo
a orar, ya que guardaban las tradiciones de la religión judía. A la puerta del Templo, los apóstoles
encontraron a este discapacitado con su costumbre diaria de pedir limosna para satisfacer sus necesidades
básicas. Y realizaron el milagro en nombre de Jesús.

 Pedro da su segundo sermón (3:11-26)


Ver a este hombre, que había estado pidiendo limosna a la puerta del Templo desde hacía años, correr y
saltar hizo que la gente se amontonara. Y Pedro, como muchos predicadores, sacó ventaja de la situación.
Esta era una oportunidad de oro para dar otro sermón.

 Pedro es encarcelado (4:1-22)


Justo cuando Pedro estaba por terminar su sermón y hacer una invitación fue interrumpido, por los guardias
del Templo y los oficiales judíos. No estaban muy contentos por todo el alboroto, especialmente cuando se
dieron cuenta de que Pedro estaba predicando otra vez sobre Jesús. Así que lo metieron en la cárcel por
una noche. Al día siguiente Pedro fue llevado ante el Consejo (Sanedrín), la suprema corte judía, pero no
pudieron acusarlos. Pedro declaro que es mejor obedecer a Dios, que a los hombres. Sabemos que el
sermón del Día del Pentecostés resultó en la conversión de 3 mil personas , acá fueron 5 mil.

 La respuesta de la congregación ante la amenaza (4:23-31)


Después de que Pedro y Juan fueron liberados regresaron a su comunidad cristiana, donde tuvieron una
reunión de oración. Esta oración nos revela cómo los primeros cristianos respondieron a la persecución ese
día y cómo pensaban responder en el futuro.
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Preguntas y respuestas Hechos 3
¿Quiénes subían, un día, al templo a las tres de la tarde?
R: Pedro y Juan (Hechos 3:1).
¿Dónde había un hombre lisiado de nacimiento?
R: Junto a la puerta llamada Hermosa (Hechos 3:2).
¿Quién lo dijo, a quién, y qué sucedió al instante? “No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy. En el nombre
de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!”
R: Pedro, un hombre lisiado de nacimiento, y al instante los pies y los tobillos del hombre cobraron
fuerza (Hechos 3:6-7).
¿Qué hizo todo el pueblo cuando vio caminar y alabar a Dios al hombre lisiado de nacimiento?
R: Lo reconocieron como el mismo hombre que acostumbraba pedir limosna sentado junto a la puerta
llamada Hermosa, y se llenaron de admiración y asombro (Hechos 3:9).
Mencione en esencia el versículo que contiene la palabra “pórtico”.
R: “Corrió hacia ellos (el hombre lisiado de nacimiento) al lugar conocido como Pórtico de Salomón”
(Hechos 3:11).
¿A quién ha glorificado Dios?
R: A su Hijo Jesús (Hechos 3:13).
De acuerdo con Hechos 3:14, ¿qué pidieron?
R: Que se indultara a un asesino (Hechos 3:14).
¿De qué es autor Jesús?
R: De la vida (Hechos 3:15).
De acuerdo con Hechos 3:18, ¿quién había de padecer?
R: El Mesías de Dios (Hechos 3:18).
¿Hasta cuándo es necesario que permanezca en el cielo Jesús?
R: Hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas (Hechos 3:21).
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Preguntas y respuestas Hechos 4
¿Quiénes estaban disgustados de que los apóstoles enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la
resurrección de los muertos?
R: Los sacerdotes con el capitán de la guardia del templo, y los saduceos (Hechos 4:1-2).
¿Dónde metieron a Pedro y a Juan hasta el siguiente día?
R: En la cárcel (Hechos 4:3).
¿Qué número era como cinco mil?
R: El de los que oyeron el mensaje creyeron (Hechos 4:4).
¿Dónde se reunieron los gobernantes, los ancianos y los maestros de la ley al día siguiente?
R: En Jerusalén (Hechos 4:5).
¿quién era el sumo sacerdote?
R: Anás (Hechos 4:6).
De acuerdo con Hechos 4:8, ¿quién estaba lleno del Espíritu Santo?
R: Pedro (Hechos 4:8).
¿Qué ordenaron terminantemente a Pedro y a Juan?
R: Que dejaran de hablar y enseñar acerca del nombre de Jesús (Hechos 4:18).
¿Quién lo dijo y a quién: “ Nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído”?
R: Pedro y Juan lo dijeron al concilio (Hechos 4:19-20,15).
¿Qué edad tenía el hombre que había sido milagrosamente sanado?
R: Más de 40 años (Hechos 4:22).
De acuerdo con Hechos 4:23, ¿cuándo vinieron a los suyos Pedro y Juan?
R: Al quedar libres (Hechos 4:23).
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Hechos de los Apóstoles del capitulo 4:32 al 5:42


Acá la Iglesia Primitiva experimentar la victoria y el juicio desde dos frentes: el interno y el externo.
En 4:32-37 vemos actos de compañerismo que nos dejan sorprendidos. “Todos los creyentes eran de un
solo sentir y pensar”, nos dice Lucas (v. 32). Tan plena era esta unidad que hasta los bienes materiales se
compartían. Dentro del grupo, los que eran ricos daban libremente sus recursos para que los apóstoles los
distribuyera a los menos afortunados. La riqueza se distribuía de modo que todos tuvieran lo mismo. Estos
cristianos compartían sus recursos libremente, por amor y unidad. Nadie era obligado a compartir.
Sin embargo, dos personas en este grupo, aparentemente no tenían este sentir de unidad y amor. Ananías y
Safira vieron lo que ocurría a su alrededor. Sin duda habían escuchado el aprecio y los elogios que personas
como José habían recibido (4:36-37). También querían ser elogiados y apreciados pero no estaban
dispuestos a compartir sin reservas. Así que vendieron una propiedad y conspiraron para quedarse con parte
de las ganancias y decir que lo estaban dando todo para la comunidad. El resultado, como sabemos, fue que
ambos murieron.
La pena por su ofensa parece demasiado dura. Después de todo, sí dieron generosamente a la Iglesia. Y
como el dinero era suyo pudieron habérselo quedado, hasta Pedro reconoció eso (5:4). ¿Entonces por qué
fueron castigados tan severamente?. Es crucial que entendamos que su ofensa no fue quedarse con parte
del dinero. Su ofensa fue mentir. Como Pedro le dijo a Ananías. “¡No has mentido a los hombres sino a
Dios!” (5:4). Estaban afirmando tener un nivel de obediencia y compromiso que de hecho no tenían.
Este pasaje revela el primer desafío importante a la autoridad de los apóstoles, la unidad de la Iglesia y el
liderazgo del Espíritu Santo desde dentro de la Iglesia misma. Visto de ese modo, la pena parecía
justificable.
Al seguir leyendo descubrimos que el ministerio de la Iglesia, a través de los apóstoles, se estaban volviendo
conocido en Jerusalén y áreas vecinas. Típicamente, las multitudes se enfocaban en el aspecto más
espectacular de este ministerio: la sanidad.
Hechos de los Apóstoles capítulos 1 al 5
Cuando Pedro y Juan fueron arrestados por primera vez, se les ordenó “que dejaran de hablar y enseñar en
el nombre de Jesús” (4:18). Esa vez contestaron, “nosotros no podemos dejar de hablar de lo que hemos
visto y oído” (v. 20). Como se negaron a obedecer la orden de guardar silencio fueron arrestados de nuevo
y llevados a la cárcel. Esta vez, sin embargo, no se quedaron mucho tiempo tras las rejas. A media noche un
ángel del Señor los soltó.
Al día siguiente, cuando los líderes judíos descubrieron que los prisioneros habían sido liberados, una vez
más ordenaron que llevaran ante ellos a los apóstoles. Cuando los apóstoles fueron confrontados por su
desobediencia Pedro respondió, “¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres!” (5:29).
Esta declaración nos deja en un contraste interesante con las instrucciones de Pablo en Romanos 13:1-2:
“Todos deben someterse a las autoridades públicas… Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se
rebela contra lo que Dios ha instituido”. Podemos ver esto como una discrepancia en la Escritura, un
desacuerdo entre los apóstoles o como una excepción específica a un principio general. El principio de Pablo
a la obediencia a las autoridades civiles es sustituida por el ejemplo de desobediencia de Pedro cuando los
mandamientos de las autoridades civiles están en conflicto directo con los mandamientos de Dios.
La desobediencia de Pedro dio como consecuencia un castigo. El versículo 40 nos dice que azotaron a los
apóstoles y otra vez les ordenaron que se callaran. A pesar de los azotes, los apóstoles “salieron del
Consejo, llenos de gozo por haber sido considerados dignos de sufrir afrentas por causa del Nombre” (5:41).
Hechos de los Apóstoles capítulos 1 al 5

 Comparte y comparte por igual (4:32-37)


Este pasaje empieza con una declaración maravillosa; “Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar”.
La armonía y unidad entre aquellos primeros cristianos era tan completa que se extendía hasta sus bolsillos.
Cada creyente contribuía con sus finanzas personales a una tesorería común, de donde se distribuía el
dinero de acuerdo con la necesidad. Tan efectivo era este sistema que “no había ningún necesitado en la
comunidad”. (v. 34).

 Problemas desde adentro (5:1-11)


No era suficiente que los apóstoles tuvieran problemas desde el exterior, pronto empezaron a tenerlos desde
dentro de la comunidad cristiana. En el pasaje anterior leemos del reparto desinteresado de riqueza y bienes
entre los cristianos en Jerusalén. Los últimos versículos que leemos (4:36-37) nos dan el ejemplo de José el
levita. Ahora encontramos a Ananías y a Safira quienes también vendieron un terreno y lo donaron a la
comunidad. Pero algo salió mal entre la venta y la donación. Ananías y Safira mintieron al Espíritu Santo.
Hechos de los Apóstoles capítulos 1 al 5

 Se divulga la fama de la comunidad (5:12-16)


Como leemos en 2:43, los apóstoles continuaron realizando “muchos prodigios y señales”. El derramamiento
del Espíritu Santo sobre la humanidad, que inició el Día del Pentecostés, fue poderoso y espectacular. Las
noticias de estos prodigios y señales llenaron Jerusalén y los pueblos vecinos. Llevaban multitudes de
enfermos a los discípulos para que los sanaran. Aún así, cuando los creyentes se reunían en un espacio
público, como el Pórtico de Salomón, “nadie… se atrevía a juntarse con ellos” (v. 13).
Este puede ser el primer ejemplo de los “cristianos de armario”. Los versículos 13-14 nos dicen que aunque
la gente tenía miedo de juntarse en público con el grupo, de todas maneras “seguía aumentando el número
de los que creían y aceptaban al Señor”.

 Problemas desde afuera (5:17-42)


En el capítulo 4, cuando Pedro y Juan fueron arrestados la primera vez los líderes judíos “les ordenaron
terminantemente que dejaran de hablar y enseñar acerca del nombre de Jesús” (4:18). Obviamente, los
apóstoles no estaban obedeciendo la orden.
Por lo mismo, no es ninguna sorpresa que los líderes cristianos se encontraran en la cárcel una vez más. Sin
embargo esta vez no se quedaron ahí por mucho tiempo. Un ángel vino a media noche y los sacó y al
amanecer ya estaban de vuelta en los atrios del Templo predicando y enseñando.
En Romanos 13, Pablo dice; “Todos deben someterse a las autoridades públicas… Por lo tanto, todo el que
se opone a la autoridad se rebela contra lo que Dios ha instituido” (vv. 1-2). Se notar que esto aplica
siempre y cuando No vaya en contra de un principio de Dios, “id por todo el mundo y predicad….”
El versículo 40 nos dice que los apóstoles fueron azotados. A pesar de los azotes, los apóstoles se fueron
del Consejo “llenos de gozo” (v. 41).
Hechos de los Apóstoles capítulos 1 al 5
Peguntas y respuestas Hechos 5
¿De quién era mujer Safira?
R: De Ananías (Hechos 5:1).
¿Quién lo dijo, a quién y cuándo: “Ananías, ¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le
mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el terreno?”
R: Pedro, a Ananías, cuando éste vendió una propiedad y, en complicidad con su esposa Safira, se
quedó con parte del dinero y puso el resto a disposición de los apóstoles. (Hechos 5:1-3).
De acuerdo con Hechos 5:4, ¿a quién había mentido Ananías?
R: A Dios (no a los hombres) (Hechos 5:4).
De acuerdo con Hechos 5:9, ¿quiénes acababan de regresar?
R: Los que han sepultado a Ananías (al marido de Safira) (Hechos 5:9).
¿Cuándo cayó Safira y murió?
R: Al instante (cuando Pedro dijo, “¡Mira! Los que sepultaron a tu esposo acaban de regresar y ahora
te llevarán a ti”) (Hechos 5:10).
De acuerdo con Hechos 5:11, ¿de quién se apoderó un gran temor?
R: Sobre toda la iglesia y sobre todos los que oyeron estas cosas (las muertes de Ananías y Safira)
(Hechos 5:11).
¿Dónde se reunían todos de común acuerdo?
R: En el pórtico de Salomón (Hechos 5:12).
¿Qué es lo que ninguno se atrevía a hacer?
R: A juntarse con ellos (Hechos 5:13).
¿Qué aumentaba más en gran número así de hombres como de mujeres?
R: Los que creían (Hechos 5:14).
¿Quiénes eran sanados?
R: Personas enfermas y atormentadas por espíritus malignos (Hechos 5:16).
Hechos de los Apóstoles capítulos 1 al 5
Peguntas y respuestas Hechos 5
¿De quién era mujer Safira?
R: De Ananías (Hechos 5:1).
¿Quién lo dijo, a quién y cuándo: “Ananías, ¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le
mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el terreno?”
R: Pedro, a Ananías, cuando éste vendió una propiedad y, en complicidad con su esposa Safira, se
quedó con parte del dinero y puso el resto a disposición de los apóstoles. (Hechos 5:1-3).
De acuerdo con Hechos 5:4, ¿a quién había mentido Ananías?
R: A Dios (no a los hombres) (Hechos 5:4).
De acuerdo con Hechos 5:9, ¿quiénes acababan de regresar?
R: Los que han sepultado a Ananías (al marido de Safira) (Hechos 5:9).
¿Cuándo cayó Safira y murió?
R: Al instante (cuando Pedro dijo, “¡Mira! Los que sepultaron a tu esposo acaban de regresar y ahora
te llevarán a ti”) (Hechos 5:10).
De acuerdo con Hechos 5:11, ¿de quién se apoderó un gran temor?
R: Sobre toda la iglesia y sobre todos los que oyeron estas cosas (las muertes de Ananías y Safira)
(Hechos 5:11).
¿Dónde se reunían todos de común acuerdo?
R: En el pórtico de Salomón (Hechos 5:12).
¿Qué es lo que ninguno se atrevía a hacer?
R: A juntarse con ellos (Hechos 5:13).
¿Qué aumentaba más en gran número así de hombres como de mujeres?
R: Los que creían (Hechos 5:14).
¿Quiénes eran sanados?
R: Personas enfermas y atormentadas por espíritus malignos (Hechos 5:16).

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