Correlación RMR y Q
Correlación RMR y Q
Correlación RMR y Q
otros autores (38) (56) (57) (58) han demostrado que las correlaciones propuestas para unidades litológicas similares
presentan coeficientes de correlación más altos que las que abarcan distintos tipos de roca. Cuando han pretendido
agrupar los datos de distintas litologías, la correlación obtenida no ha sido tan exacta. Por lo tanto, parece lógico que se
deba proponer una correlación para cada tipo de roca, en vez de conseguir una fórmula universal válida para los
distintos tipos de rocas, que como se ha observado conduce a grandes dispersiones y a bajos coeficientes de correlación.
La mejor correlación entre los valores de los sistemas de clasificación RMR89 y Q94:
Ambas ecuaciones, con las variables señaladas, tienen un coeficiente de correlación de Pearson R2 = 0,915, valor bastante
elevado, que indica que el 91,5 % de la variación de los valores está explicada por el modelo propuesto (Figura 5).
La diferencia entre los valores predichos no es tan importante como la señalada por Kaiser et al.(25), debido al alto grado de
correlación entre ambas variables (R2 = 0,915). Aun así, se ha preferido establecer una única ecuación que relacione los dos
sistemas de manera única para esta litología en concreto. Para verificar la normalidad en las distribuciones de los datos de
ambos sistemas, se ha realizado el contraste de Kolmogorov-Smirnov. Este contraste ha indicado que los datos encajan
razonablemente bien con una distribución normal, es decir, no hay una diferencia significativa entre los datos obtenidos y unos
datos distribuidos normalmente. Una vez verificada la normalidad de los datos, se utiliza el enfoque probabilístico propuesto
por Kasier et al. (25), mediante la ecuación [21]:
La presión vertical sV puede ser calculado tomando el volumen de la roca encima (en
MPa o Psi) para llegar a un factor de + – 20% de la fuerza in situ. Para sH en roca
dura, masiva se puede utilizar un factor de 1,5 – 2,0 x sV, y con una profundidad de +
1,000 m, un factor de 1.
• Antes de la explotación, el terreno es estable, se encuentra en
un estado de equilibrio. Con la excavación de las aberturas
subterráneas y durante la explotación, las presiones in situ de la
masa rocosa se reorientan y concentran. El efecto de la presión
in situ en la roca varía con el tipo de roca, proximidad de las
fallas, dimensiones de la excavación, geometría de la excavación
y proximidad con otras aperturas.