El documento enfatiza la importancia del cuidado pastoral de la niñez basado en las Escrituras. Señala que es una demanda divina guiar e instruir a los niños para su bienestar presente y futuro a través de la enseñanza bíblica, el amor, la paciencia y la disciplina. También destaca que el cuidado de los niños es una labor urgente que no puede ser relegada o pospuesta.
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El documento enfatiza la importancia del cuidado pastoral de la niñez basado en las Escrituras. Señala que es una demanda divina guiar e instruir a los niños para su bienestar presente y futuro a través de la enseñanza bíblica, el amor, la paciencia y la disciplina. También destaca que el cuidado de los niños es una labor urgente que no puede ser relegada o pospuesta.
El documento enfatiza la importancia del cuidado pastoral de la niñez basado en las Escrituras. Señala que es una demanda divina guiar e instruir a los niños para su bienestar presente y futuro a través de la enseñanza bíblica, el amor, la paciencia y la disciplina. También destaca que el cuidado de los niños es una labor urgente que no puede ser relegada o pospuesta.
El documento enfatiza la importancia del cuidado pastoral de la niñez basado en las Escrituras. Señala que es una demanda divina guiar e instruir a los niños para su bienestar presente y futuro a través de la enseñanza bíblica, el amor, la paciencia y la disciplina. También destaca que el cuidado de los niños es una labor urgente que no puede ser relegada o pospuesta.
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BASE BÍBLICA: Proverbios
22:6; Marcos 10:13.
Practicar el cuidado pastoral en la niñez por medio del equipo de trabajo, para conservarlos en la doctrina, en la iglesia y en la vida eterna.
Reconocer que el cuidado
pastoral ha estado dirigido a únicamente a los adultos. Por cuidado pastoral debe entenderse la atención oportuna, el esmero, la solicitud y la vigilancia, que se debe brindar a la niñez de la iglesia. El mismo interés manifestado a los adultos de la iglesia, debe ser el mismo para todos los niños y niñas que conforman la iglesia infantil. Tanto los adultos como los niños necesitan de una atención pastoral dinámica y adecuada a las edades, respectivamente. Los resultados de un buen trato pastoral en la niñez traerán enormes resultados que beneficiarán a la misma iglesia y a toda la sociedad. De acuerdo a la base bíblica propuesta al inicio (proverbios 22:6; 27:26 y Marcos 10:13-16), la instrucción, entendida aquí como cuidado pastoral, es una demanda o mandato divino. Dios es muy claro: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartara de él”. Para que haya una verdadera instrucción y dirigida a la niñez, debe tomarse en cuenta lo siguiente: La enseñanza de las Escrituras. En la gran comisión, Jesucristo declaro: “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” (Mateo 28:20) La enseñanza de las Escrituras seguirá siendo el medio de edificación y estabilidad de la fe en Cristo, tanto para adultos como niños. Por la enseñanza de los principios bíblicos la niñez puede ser orientada en la fe cristiana para conocer profundamente a Dios como resultado también, no apartarse nunca de la verdad, bajo ninguna circunstancia. Es a través de las enseñanzas de las Escrituras que la niñez podrá distinguir el error y el rechazarlos rotundamente. El apóstol Pablo fue claro en esto también cuando le declaró a Timoteo: “Y que desde la Niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe en Cristo Jesús” (2da. de Timoteo 3:15). Amor. Es obvio, debemos amar a los niños. El trabajo pastoral dirigido a los niños debe fundamentarse en el amor. La niñez carece de recursos para compensar cualquier cuidado pastoral dirigido a los mismos, por lo mismo, lo que se hace por ellos debe hacerse por amor. En Marcos 10:13-16 Jesucristo dio clara muestra de amor por los niños. Reprocho la actitud de los discípulos que impedían que los niños se acercaran a Jesús. El pastor debe facilitar con su trabajo pastoral un mayor acercamiento de los niños a Jesucristo. Es por amor que debemos llevar el evangelio a toda criatura sin distinción de raza, nivel social y en este caso, sin distingo de la edad cronológica. Los niños merecen el aprecio y cuidado de un pastor que por amor los instruya en las verdades bíblicas. Paciencia: No cabe duda que la labor pastoral entre los niños, demanda del pastor y su equipo mucha paciencia. Los resultados en la niñez seguramente no llegan pronto, pero deben esperarse buenos resultados conforme van desarrollándose en lo físico y en la fe. Las palabras de Santiago son muy oportunas aquí “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del señor. Mirad como el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía” (Santiago 5:7) Disciplina La disciplina debe de hacer referencia a la formación dada a un niño. Dirigiéndose a los padres Pablo declara a los Efesios. “y vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos si no criadles en disciplina y amonestación del señor (Efesios 6:4).
La Instrucción implica disciplina. Es un deber pastoral explicarles a los niños que la vida es una tanto compleja y por el mismo se necesitan normas, orden y moderación para que todo marche bien el la vida. Dios en un Dios de orden y demanda ese mismo orden para sus hijos. La iglesia infantil debe suministrar disciplina como seguimiento a lo que los padres hacen en casa sin caer en abusos El pastor y el director de la iglesia infantil y su equipo deben tener la visión de ganar a todos los niños y conservarlos para el señor y la Iglesia.
Debe haber un amor sincero para los
niños y por lo mismo, se les debe dar un trato especial, tal como Jesucristo lo hizo en su ministerio terrenal (Marcos 10:14). Los programas efectivos en las reuniones infantiles son parte del pastoreo. Un buen pastoreo no da lugar a la improvisación. La realización de las campañas infantiles, Escuelas Bíblicas de Vacaciones y realizar otras actividades infantiles que estimule a la niñez son parte de la visión de ganar almas para Cristo. Se debe invertir tiempo, talento y dinero en los niños, y a largo plazo la inversión retornara material y espiritualmente. Mantener un programa de visitación dirigido a la niñez también resulta necesario, y de modo especial para aquellos que no han asistido ya a la iglesia en las reuniones. La iglesia infantil de hoy es el potencial de membrecía adulta y liderazgo del mañana.
Cuidar a la niñez es una labor sagrada, que como otras más, no puede ser postergada. En la niñez también es cierto que “La mies es mucha, mas los obreros son pocos” (Mateo 9:37-38). El cuidado pastoral en los niños es una obra que bebe realizarse inmediatamente. Es una labor que no puede ser relegada. Porque la iglesia local no les ha dado la importancia que merecen. “Porque están desamparados y disperso como ovejas sin su pastor” (9:36). Al no hacerse hoy, mañana será mucho más difícil (Juan 9:4). Porque debido a su inocencia e ingenuidad, fácilmente pueden ser desviados por un mal camino y tomar malas decisiones. El potencial que representa para el futuro puede ser positivo o negativo. Se encuentran en un constante riesgo de perversión debido a la influencia negativa de la televisión, la Internet, grupos juveniles delincuenciales (maras), el alcohol, drogas, pornografía, prostitución, y otros. Aplicando a la niñez, con mayor razón, la mies sigue siendo mucha y los obreros pocos” (Mateo 9:37-38). La labor pastoral dirigida a la niñez, debe realizarse sobre la base de una demanda divina descrita en las Escrituras. Es un trabajo que no debe postergarse ni delegarse a nadie más que al liderazgo de la iglesia. De modo especial, es una labor exclusiva del pastor que juntamente con su equipo de trabajo buscan el bienestar presente y futuro de la niñez, afectando así, positivamente su vida física, moral y espiritual.